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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
Peppa Pig (Serie de TV)
SerieAnimación
Reino Unido2004
4,8
2.317
Animación
5
13 de febrero de 2025 Sé el primero en valorar esta crítica
Los caminos de la paternidad son inescrutables. Una de las paradas obligatorias es la de aplastarse en el sofá abrazando a tu criatura mientras ambos os rendís al poder hipnótico de la televisión. A través de oscuras y misteriosas maquinaciones, el mando a distancia impone Peppa Pig como la elección inevitable, acompañada de jaleos infantiles de aprobación. Después de unos meses viendo capítulos, y con la prepotente ensoñación de haberlos entendido, me gustaría compartir unas puntualizaciones que le voy haciendo a mi hija sobre la marcha y que a ella parecen convencerle:

i) Peppa es una cerdita consentida y odiosa. Actúa en todas las escenas como si fuera una diva de Hollywood. Siempre dispuesta a montar el pollo cuando alguno de sus planes —revolcarse en el barro o quitarle los ruedines a la bicicleta— se va al traste. Consecuencia del pasotismo y la tibieza de sus padres, que deberían ponerse las pilas si no quieren crear un monstruo.

ii) La serie es marcadamente machista. Mientras Papá Pig tiene una imagen de patriarca y persona independiente que la comunidad respeta, Mamá Pig complace cocinando galletas y relativizando su carrera profesional. Propongo un capítulo en clave igualitaria, en el que Mamá Pig sea quien conduzca el descapotable familiar. Al final intente aparcar mientras escucha las indicaciones del padre quien acaba poniéndose nervioso. Tras diez minutos y mil maniobras, la señora sigue sin aparcar y Peppa aprende que es mucho mejor ir en el coche de San Fernando.

iii) George, el hermano pequeño, se pasa la serie repitiendo constantemente la palabra dinosaurio y jugando en solitario. ¿Nadie se ha planteado que ese muchacho requiere algún tipo de atención especial? ¿Una visita a la orientadora del centro? En lugar de ello, Peppa se dedica a avasallarle. ¡Menudo ejemplo!

iv) Casi todos los capítulos acaban con los personajes en el suelo revolcándose de risa. Generalmente es la resolución de alguna situación divertida. Otras veces la escena están tan forzada que revienta la ínfima verosimilitud de la serie. ¿Por qué no dar un toque de realidad y acabar con los personajes mirando al techo, revisando la contabilidad familiar o desatascando el fregadero de la cocina?

v) Otro aspecto sangrante de Peppa Pig es la falta de madurez para asumir que la familia protagonista es en realidad una piara de cerdos. El destino de un cerdo es el de donar su cuerpo al ser humano para que este se deleite con un buen jamón, unos torreznos o una tapa de morro frito. Los creadores deberían plantearse una excursión de Peppa a Segovia que se culmine con una cálida visita al horno de Casa Cándido.

vi) Los padres muestran una preocupante tendencia a tolerar la mediocridad de sus hijos. De hecho, se podría considerar que Peppa Pig es una oda a la mediocridad de nuestra sociedad y, en caso de que fuera una serie con un trasfondo crítico, tendría su pase. Mi hija me lo ha hecho saber en reiteradas ocasiones: «Padre, yo no quiero ser astronauta ni escritora; yo quiero ser Peppa Pig».

vii) Si algo me da rabia de Peppa Pig es que genera una adicción que no he sabido curar. Una vez que acaba un capítulo, te engatusan con un título irresistible como La comida u Ordenando la habitación que hace imposible retomar tu vida cotidiana. A veces, cuando mi hija y pareja están en la cama, me encuentro viendo la televisión y sucumbo a la tentación de marcarme un maratón de Peppa Pig. Y así, gritándole a Peppa, George, Papá y Mamá Pig, me paso las madrugadas. Solo espero que cuando llegue el día en que mi hija deje de ver la serie, yo también sea capaz de hacerlo.
6 de enero de 2025 Sé el primero en valorar esta crítica
Como medio país, he visto La sociedad de la nieve durante el fin de semana. Como medio país, llevo en el alma a un crítico de cine, a un antropólogo y a un sociólogo. Como medio país, necesito exponer mi estupidez en todos los fueros para que no quede duda de mi condición. Tras una sesuda meditación, dejo una serie de apuntes antes de que Boyero llegue a las mismas conclusiones:

i) Que la película sirva como lección a todos los que cogen un avión: mucho más barato, sostenible y seguro viajar en borriquilla o directamente quedarse en casa.

ii) Es increíble que ninguno de los pasajeros llevara teléfono móvil. Hubieran podido matar la espera subiendo fotos a Instagram o haber introducido en Google «Qué hacer si mi avión se estampa en medio de unas montañas nevadas». Le hubieran dado un toque de realismo.

iii) ¿Cómo puede ser que después de dos meses tirados en los Andes la mitad de los protagonistas permanezcan imberbes?

iv) Los supervivientes siempre podrán cantar «Hay un amigo en mí». Hubiera sido un final apoteósico, pero lamentablemente la dirección apuesta por la lágrima y la moraleja facilona.

v) Si toda la tripulación era uruguaya, ¿por qué todos hablan con acento argentino? Me parece un patinazo imperdonable del cásting.

vi) Es clave para el éxito de la expedición que todos los muchachos tuvieran veinte años. Si hubieran sido cuarentones los estrellados, habrían emergido tantos líderes como hombres hubiese, enfrentados por las ideologías política o la picaresca a la hora de repartirse la carne.

vii) Ya no nieva como antes.
La Mesías (Miniserie de TV)
Miniserie
España2023
7,5
14.017
Los Javis (Creador), Javier Ambrossi (Creador) ...
6
6 de enero de 2025 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como hijo de padres de bien, he gorroneado la suscripción a Movistar para hacer un concienzudo visionado de ‘La Mesías’. He de avisar que mi crítica de la serie puede estar influenciada por mis diversos roces con Los Javis, sus creadores, los cuales tuvieron como culmen aquella ocasión en que me robaron un bote de espárragos trigueros que encontré rebuscando en los contenedores de basura del Carrefour. Tras una sesuda meditación, dejo una serie de apuntes antes de que Boyero llegue a las mismas conclusiones:

i) Coincido con la crítica unánime: la serie es fantástica. Fantástica si te cayó un bidón de ácido clorhídrico en los ojos, si te dejas arrastrar por cualquier moda o si eres primo hermano de uno de los miles de actores que conforman el cásting. Pretensiones de obra maestra y realidad de pomposo buque que naufragaría nada más salir del puerto.

ii) La originalidad de Los Javis sí es una ficción. Han tomado una historia real y han ficcionado los huecos desconocidos. Este detalle es tan evidente que hasta caracterizaron a Carmen Machi como el personaje en que está basado. Entiendo que quieran ahorrar una pasta en demandas, pero mentir hace llorar al niño Jesús.

iii) La trama me engatusó y vi los capítulos intermedios con mucho interés. Hay trasgresión, crítica, una ambientación lograda y empatía con los personajes. Sin embargo, el final es un despropósito que ensombrece cualquier halago. Quisieron quedar bien y ofrecer una moralina a la carta y lo que acabaron es llamar imbécil al espectador. Supongo que el que pone el dinero no le hacía gracia enemistarse con los poderes espirituales.

iv) Mientras que hay tres actrices que interpretan a Montserrat a lo largo de juventud, madurez y vejez, basta tan solo un Albert Pla para hacer lo mismo con el tétrico personaje de Pep, pareja de ‘La mesías’. Esto es de un machismo, edadismo y clasismo que tira para atrás. Ni adultismo ni edadismo: igualdad.

v) Hay un cacao de fechas importantes. Los hermanos protagonistas se llevan dos años. No obstante, los actores que interpretan sus personajes adultos se llevan doce años. Se supone que en un periodo de 4-5 años después de su salida, Irene monta una vida nueva y acomodada. Todo esto me lleva a pensar que Los Javis andan muy verdes en ofimática y que necesitan urgentemente un curso de Excel para principantes.

vi) Si las niñas no salían al exterior y sus padres les hablaban en castellano, ¿cómo dominaban el catalán al salir? ¿Les dio clase el Espíritu Santo? ¿El catalán es el idioma de Dios? Veo una laguna importante.

vii) Las sectas y los mesías ya no son lo que eran.
6 de enero de 2025 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aun sin haber visto el último capítulo, me veo en la obligación de pronunciarme sobre la miniserie El tatuador de Auschwitz basada en el libro homónimo antes de que Boyero robe mis sesudas impresiones:

i) La serie esboza la idea de que algunos nazis no eran tan malos y que los judíos que sobrevivieron lo hicieron por colaboracionistas. Para ello la serie da vida al guarda Baretzki, que se hace colega del tatuador judío Lali Sokolov, y le permite algunas concesiones. Para evitar malas interpretaciones, hubiera sido necesario introducir constantes interrupciones de una voz en off que dijera «Estimados espectadores, no se confundan, no hay nazi bueno».

ii) Queda demostrado que la idea de tatuarse el cuerpo es una imposición fruto de la malvada coalición entre nazis y judíos. Cuidado con esos tatuajes tribales, árboles de la vida o incluso una hoz y un martillo: es propaganda nazi.

iii) Lali conoce en Auschwitz a Gita, el amor de su vida. En los barracones nazis y mediante favores de otros colaboracionistas, la pareja vive un idilio con diálogos empalagosos con aroma a cámara de gas. Para hacerlo un poco más realista, se podría haber pensado en que los guardas nazis impartieran clases de inteligencia emocional y empatía. Sería la perfecta excusa para rodar la futura El coach de Auschiwtz.

iv) Los presos no parecen excesivamente afectados por su condición e incluso algunos actúan como si estuvieran allí de vacaciones. Para reiterar la frivolidad, o la dulcificación hacia ese espectador que quiere un producto agradable, los presos podrían haber organizado una suerte de festival de canciones organizados por etnias o nacionalidades, con los nazis haciendo palmas y encargándose de la puntuación.

v) Paralelamente, se asiste a las conversaciones entre un Lali actual y una escritora amateur que se dedica a transcribir sus memorias con la expectativa de publicar un bestseller con la biografía del viejo judío. Aunque esta trama es innecesaria, puestos a introducir barro, hubiera rodado un capítulo sobre cómo la autora se dedica a mandar el manuscrito, a firmar libros de la preventa o a reclamar sus regalías a la editorial.

vi) Estuve en Auschwitz hace ocho años y me llevé la impresión de que aquello se había convertido en un parque de atracciones con visitantes haciéndose fotos al lado de los montones de gafas de judíos ejectuados o sonriendo bajo la famosa entrada de ‘Arbeit macht frei’. Visto El tatuador de Auschwitz, interpreto que el proyecto original de los nazis era construir una especie de Disneyland París, pero que se quedaron sin presupuesto para pagar a Mickey y Minnie.

vii) Ya no se construyen campos de concentración como los de antes. Ya no quedan nazis como los de antes.
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