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6,9
1.049
8
3 de octubre de 2007
3 de octubre de 2007
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Domicilio desconocido’ es la primera gran película de Kim Ki Duk, l’enfant terrible del cine coreano. Quizás no sea demasiado objetivo porque soy un gran fan de todo su cine, pero creo que este título no tiene nada que envidiar de sus obras posteriores, como por ejemplo ‘Hierro 3’. Kim Ki Duk es un ‘contador’ de historias. En ellas todo tiene sentido; o casi todo. A veces se desmelena con finales un tanto poéticos, pero en esta película no hay lugar para la poesía. Todo es tan duro como una patada en el estómago.
‘Domicilio desconocidos’ es una historia de vidas cruzadas. El vínculo de unión entre sus personajes es la soledad, las ganas de tener una vida mejor y, en la mayoría de los casos, la falta de una figura paterna. Kim Ki Duk no tiene pelos en la lengua. Nos explica la vida de los personajes con mucha crudeza, sin esconder nada, por deleznable que sea. La acción se desarrolla en la Corea rural, con bellos y bucólicos paisajes, con una música que te envuelve desde el primer minuto. El director coreano domina la cámara como pocos y todo lo que nos enseña tiene razón de ser; nada es casual.
El pueblo de la Corea rural donde se desarrolla la acción vive un momento de ambigüedad. Hay una base americana instalada allí desde hace muchos años y, como consecuencia directa, los marines norteamericanos tienen relaciones con las chicas locales. Hay quien decide estudiar inglés como sintoma de progreso. Por el contrario, otros rechazan todo lo que tiene que ver con los Estados Unidos, a quien consideran el país invasor.
‘Domicilio desconocidos’ es una historia de vidas cruzadas. El vínculo de unión entre sus personajes es la soledad, las ganas de tener una vida mejor y, en la mayoría de los casos, la falta de una figura paterna. Kim Ki Duk no tiene pelos en la lengua. Nos explica la vida de los personajes con mucha crudeza, sin esconder nada, por deleznable que sea. La acción se desarrolla en la Corea rural, con bellos y bucólicos paisajes, con una música que te envuelve desde el primer minuto. El director coreano domina la cámara como pocos y todo lo que nos enseña tiene razón de ser; nada es casual.
El pueblo de la Corea rural donde se desarrolla la acción vive un momento de ambigüedad. Hay una base americana instalada allí desde hace muchos años y, como consecuencia directa, los marines norteamericanos tienen relaciones con las chicas locales. Hay quien decide estudiar inglés como sintoma de progreso. Por el contrario, otros rechazan todo lo que tiene que ver con los Estados Unidos, a quien consideran el país invasor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Con este panorama como telón de fondo, Kim Ki Duk nos explica diversas historias paralelas. La que tiene más morbo es la que mantiene una joven coreana (sin visión en el ojo derecho) con un marine desequilibrado. El soldado la lleva al hospital militar para que la operen, a cambio, eso sí; de que salga con ella. La chica cumple su palabra, pero él cada vez está más desquiciado. Llega un día en el que el soldado decide marcharse, pero antes quiere tatuarle su nombre en el pecho, para que nunca le olvide. La chica logra quitarle la navaja y, voluntariamente, se corta el ojo intervenido. Es la manera de demostrarle al marine que ya no le debe nada. Su sumisión se ha acabado. A grandes males, grandes remedios.
La otra historia principal es todavía más complicada. Un mulato (le llaman así) trabaja para un ‘torturador’ de perros. Los compra a sus amos (prácticamente arruinados) y los ahorca en un árbol mientras los golpea con un bate de beisbol. Después vende su carne a los restaurantes cercanos. El ‘torturador’ sale con la madre del mulato, al que un marine dejó en Corea cuando decidió volver a los Estados Unidos. Él no contesta sus cartas, si es que le llegan.
El ‘torturador’ y el mulato no se entienden, hasta el punto de apalizarse mútuamente. El final es tétrico para los dos. El ‘torturador’ acaba colgado en el mismo árbol donde colgaba a los perros, golpeado con el mismo bate de bésibol. El encargado de hacer 'justícia' es el propio mulato. Poco después, éste le roba la moto a su difunto jefe, tiene un accidente y acaba ‘clavado’ en un campo, patas arriba, como si fuera una zanahoria. Me imagino que es una licencia más de Kim Ki Duk, porque cuesta de imaginar un accidente con un final tan peculiar.
La madre del mulato, que no puede superar la pérdida de su hijo, muere quemada en el autobús, americano (como no) en el que malvivía desde hacía tiempo. Ese mismo día le había llegado una carta de los Estados Unidos, pero estaba tan hundida que ni siquiera la ve. Y es una lástima, era su salvocunducto hacia el país del ‘Tío Sam’. Era la respuesta de su marido que, por lo que parece, ni sabía que había tenido un hijo con ella. Si la misiva hubiera llegado un par de días antes, quizás todo habría sido diferente.
‘Domicilio desconocido’ nos muestra una serie inacabable de personas marginales, personas que no son capaces de encontrar su sitio en el mundo. Como por ejemplo, la ‘tuerta’, con una 'mala suerte' increíble. Sus primeras experiencias sexuales las tiene con su perrito faldero, al que desliza furtivamente por debajo de su camisón. Posteriormente, la violan dos desconocidos y, por si fuera poco, el marine la utiliza a sus anchas, sin ningún tipo de compasión. El único que no logra estar con ella es el chico al que ella quiere quien, además, está loco por ella. Mi vida sin mí.
La otra historia principal es todavía más complicada. Un mulato (le llaman así) trabaja para un ‘torturador’ de perros. Los compra a sus amos (prácticamente arruinados) y los ahorca en un árbol mientras los golpea con un bate de beisbol. Después vende su carne a los restaurantes cercanos. El ‘torturador’ sale con la madre del mulato, al que un marine dejó en Corea cuando decidió volver a los Estados Unidos. Él no contesta sus cartas, si es que le llegan.
El ‘torturador’ y el mulato no se entienden, hasta el punto de apalizarse mútuamente. El final es tétrico para los dos. El ‘torturador’ acaba colgado en el mismo árbol donde colgaba a los perros, golpeado con el mismo bate de bésibol. El encargado de hacer 'justícia' es el propio mulato. Poco después, éste le roba la moto a su difunto jefe, tiene un accidente y acaba ‘clavado’ en un campo, patas arriba, como si fuera una zanahoria. Me imagino que es una licencia más de Kim Ki Duk, porque cuesta de imaginar un accidente con un final tan peculiar.
La madre del mulato, que no puede superar la pérdida de su hijo, muere quemada en el autobús, americano (como no) en el que malvivía desde hacía tiempo. Ese mismo día le había llegado una carta de los Estados Unidos, pero estaba tan hundida que ni siquiera la ve. Y es una lástima, era su salvocunducto hacia el país del ‘Tío Sam’. Era la respuesta de su marido que, por lo que parece, ni sabía que había tenido un hijo con ella. Si la misiva hubiera llegado un par de días antes, quizás todo habría sido diferente.
‘Domicilio desconocido’ nos muestra una serie inacabable de personas marginales, personas que no son capaces de encontrar su sitio en el mundo. Como por ejemplo, la ‘tuerta’, con una 'mala suerte' increíble. Sus primeras experiencias sexuales las tiene con su perrito faldero, al que desliza furtivamente por debajo de su camisón. Posteriormente, la violan dos desconocidos y, por si fuera poco, el marine la utiliza a sus anchas, sin ningún tipo de compasión. El único que no logra estar con ella es el chico al que ella quiere quien, además, está loco por ella. Mi vida sin mí.

6,6
5.137
7
7 de noviembre de 2006
7 de noviembre de 2006
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tiene ni la profundidad de "Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera" ni la espiritualidad de 'Hierro 3', pero me parece una gran película. Como siempre, Ki-Duk Kim nos presenta personajes extremos, llenos de contradicciones. Como Yeo-Jin, que lleva las cuentas de los 'negocios' de su amiga, pero a la vez está enamorada de ella. Cobra y llora. Le sigue, pero lo hace con el corazón partido. Todo por un viaje a ninguna parte. El padre de Yeo-Jin también tiene muchas dudas y enloquece a medida que avanza la película. El argumento es muy original, como el resto de películas del director coreano, que se aleja de los temas convencionales. En ésta nos habla de la prostitución (que define desde distintos puntos de vista), del amor sincero, del suicidio, de la mafia, de la pedastria, de la venganza y de lo difícil que resulta olvidar el pasado. Visualmente, la película funciona sola gracias a la gran dirección de Ki-Duk Kim, que cuida hasta el último detalle.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Yeo-Jin, compungida por la muerte de su amiga, intenta un 'viaje iniciático' para lavar su consciencia y purificar el alma de su enamorada. El retrato del padre de familia que se aprovecha de una menor es brutal. Tiene que dar explicaciones delante de su mujer y de sus hijas, en la mesa, a la hora de comer. Ki-Duk Kim nos demuestra que no todo el mundo es lo que aparenta y que las sorpresas, muchas veces desagradables, están al orden del día. Aunque inesperado, el final de la película pone a cada uno en su sitio. El padre de Yeo-Jin, que es policía, se acaba entregando a sus colegas de profesión. A ella la deja en el coche, donde unas horas antes le había enseñado a conducir, como prelúdio de su obligada 'independencia'. Como siempre, el director aprovecha para sembrar algunas dudas con el asesinato de Yeo-Jin por parte de su padre, para después enterrarla. Al final sólo es un sueño, aunque puede considerarse un final alternativo que, personalmente, creo que habría sido mejor.

7,0
80.170
8
2 de enero de 2007
2 de enero de 2007
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me niego a etiquetar 'Brokeback Mountain' únicamente como una película de homosexuales, porque es bastante más. Es una gran historia de amor. Es verdad que los que se aman son dos hombres, pero esto, para mí, no es lo más importante. Se conocen en una situación extrema, en la cima de una montaña, rodeados de ovejas, con frío, lluvia y viento, y poco a poco, van intimando. Parece que es la única manera de sobrevivir. Un día la amistad entre ellos va a más y, desde entonces, ya no hay marcha atrás. Intentan esconder sus sentimentos, sobretodo Ennis del Mar (que gran nombre), pero ya están marcados a fuego para tota la vida, como los animales que cuidan en una paradisíaco entorno.
Estéticamente, la película és inmejorable. La fotografia de Rodrigo Prieto es espectacular, igual que la música de Gustavo Santaolalla. La iluminación y el sonido también son perfectos, dando a la cinta un envoltorio que la hace inolvidable. También hay que destacar la gran interpretación de Heath Ledger y de Jack Gyllenhaal, a pesar de que creo que, en algún momento, a sus personajes les falta un plus de profundidad, hacerlos más próximos al espectador.
Estéticamente, la película és inmejorable. La fotografia de Rodrigo Prieto es espectacular, igual que la música de Gustavo Santaolalla. La iluminación y el sonido también son perfectos, dando a la cinta un envoltorio que la hace inolvidable. También hay que destacar la gran interpretación de Heath Ledger y de Jack Gyllenhaal, a pesar de que creo que, en algún momento, a sus personajes les falta un plus de profundidad, hacerlos más próximos al espectador.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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¿Por qué no es únicamente una pel·lícula de homosexuales? Pues porque sus protagonistas se enamoran de la persona, independientemente de su sexo. Antes de subir a la montaña, Ennis ya le explica a Jack que tiene novia y que está esperándolo. Cuando baja, se casa con ella. De esta relación, nacen dos niñas. Años después, la pareja se divorcia y él empieza a salir con otra mujer. Nunca busca a un hombre. Jack también se acaba casando y, por si fuera poco, se entiende con otra chica. Parece tener clara su sexualidad a pesar de que un día, después de discutir con Ennis, hace una escapada a Méjico y se acuesta con ortro hombre. De hecho, cuando tienen el primer contacto físico, uno y otro se confiesan mútuamente que no son homosexuales.
La película es atrevida, mostrándonos el amor entre dos vaqueros, uno de los símbolos más claros de la masculinidad. Está claro que trompe moldes, en la sociedad actual y en la de hace cuarenta años, donde todavía se aceptaba menos que un hombre quisiera vivir con otro. De hecho, Jack acaba pagando las consecuencias... ¡y de que manera! Memorable la escena final, en la que se pasa de una panorámica de 'Brokeback Mountain' (enganchada en la puerta interior de un armario de Ennis) a la ventana de su caravana, en la que se ve una carretera solitaria. Dejamos atrás el pasado, del amor, el que habría podido ser, el hecho de estar juntos tota la vida;al presente, a la cruda realidad, a la soledad. Todo con el único gesto de cerrar el armario. ¡Genial!
La película es atrevida, mostrándonos el amor entre dos vaqueros, uno de los símbolos más claros de la masculinidad. Está claro que trompe moldes, en la sociedad actual y en la de hace cuarenta años, donde todavía se aceptaba menos que un hombre quisiera vivir con otro. De hecho, Jack acaba pagando las consecuencias... ¡y de que manera! Memorable la escena final, en la que se pasa de una panorámica de 'Brokeback Mountain' (enganchada en la puerta interior de un armario de Ennis) a la ventana de su caravana, en la que se ve una carretera solitaria. Dejamos atrás el pasado, del amor, el que habría podido ser, el hecho de estar juntos tota la vida;al presente, a la cruda realidad, a la soledad. Todo con el único gesto de cerrar el armario. ¡Genial!

6,8
39.655
9
28 de noviembre de 2006
28 de noviembre de 2006
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
No recuerdo una película tan inquietante desde 'Réquiem por un sueño'. Deseas que acabe desde el mismo momento que empieza, para no sufrir más y conocer el final. No hay ni una escena desagradable, ni una gota de sangre extra; pero entre la música, los movimientos de cámara acelerados y las cortinillas horizontales de colores claros que recorren la pantalla de izquierda a derecha (cuando se intuye que va a ocurrir algo fuerte), te quedas pegado al sofá. Sufres más por lo que te imaginas, especialmente si eres hombre, que por lo que ves. Terror psicológico de muchos quilates. Podríamos definir la película como una nueva versión del cuento de la Caperucita y el Lobo.
Extraordinario el papel de la canadiense Ellen Page que, si sigue por este camino, dará mucho de que hablar. Borda el papel de Hayley, sin excesos, sin dar tregua al espectador. Page está a punto de cumplir los veinte años, pero, con el pelo corto y su cara aniñada, pasa perfectamente por los 14 que tiene la protagonista del film. Su compañero de reparto está a la altura, transmitiendo perfectamente lo que siente cuando su invitada se aprovecha de él. Película altamente recomendable para personas que estén preparadas para las emociones fuertes. No hay ni tiempo para mirar el reloj. Los 103 minutos pasan sin darte cuenta, en un santiámén. Por último, quiero decir que la aportación de Sandra Oh es simplemente anecdótica. No añade nada a la película, aunque siempre es agradable verla.
Extraordinario el papel de la canadiense Ellen Page que, si sigue por este camino, dará mucho de que hablar. Borda el papel de Hayley, sin excesos, sin dar tregua al espectador. Page está a punto de cumplir los veinte años, pero, con el pelo corto y su cara aniñada, pasa perfectamente por los 14 que tiene la protagonista del film. Su compañero de reparto está a la altura, transmitiendo perfectamente lo que siente cuando su invitada se aprovecha de él. Película altamente recomendable para personas que estén preparadas para las emociones fuertes. No hay ni tiempo para mirar el reloj. Los 103 minutos pasan sin darte cuenta, en un santiámén. Por último, quiero decir que la aportación de Sandra Oh es simplemente anecdótica. No añade nada a la película, aunque siempre es agradable verla.

7,8
41.989
8
31 de octubre de 2006
31 de octubre de 2006
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Deliciosa película de Wong Kar-Wai, para mí mucho mejor que 2046, aclamada por la crítica internacional. Impresionante visualmente, con un guión muy claro y un papel extraordinario de los dos protagonistas. Ella con unos vestidos elegantísimos y un saber estar envidiable. Querer, pero no poder. Sentirse engañado, pero no querer engañar. Amarse y ni tan solo tocarse. Intentar perdonar a sus respectivas parejas, sin perdonarse a sí mismos. Espectaculares las escenas bajo la lluvia, con una musica tan bonita como adecuada, que te atraviesa el corazón. Notable ejercicio de cine, lejos de las películas comerciales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Es una película para soñadores. Hay quien piensa que la relación entre los protagonistas pasa de la complicidad intelectual al sexo, aunque no hay ni una escena que lo demuestre. Todo lo que pasa queda detrás de la puerta 2046, cuando él se muda para seguir escribiendo. Yo prefiero pensar que no pasa nada y que mueren por dentro mientras aman en un plano más espiritual. Un amor maniatado para no ser igual que sus parejas, infieles por naturaleza.
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