Después de ver esto —me niego a llamar a tal engendro película— se echa de menos poder valorar con un 0 porque dar un 1 a esto es ofensivo. Es de mal gusto, grosera y soez desde el primer minuto. Todo esto sería perdonable si tuviera algo de gracia pero es que no la tiene. Resumiendo, lamentable.

Lo mejor que se puede decir de esta película es que es sumamente correcta. Es fiel a los hechos históricos, no en vano está basada en la autobiografía del Ché. No sabemos si lo que el revolucionario dejó escrito es la verdad absoluta o no, porque como en todas las guerras la historia la escriben los vencedores. A lo largo del film podemos ver a un Benicio del Toro perfectamente caracterizado y todos los momentos que le convirtieron en un símbolo que aún perdura hoy día, esto es, todas sus frases célebres y sus discursos más memorables.

El trío Fincher-Pitt-Blanchet son la base sobre la que se edifica esta gran película. El metraje, que en principio puede resultar exagerado, es necesario para contar con ese lujo de detalles esta tan atípica y en cierto modo conmovedora historia. La pareja de actores está esplendida a lo largo de todo el film destacando una vez más Brad Pitt que mejora película tras película. Los efectos visuales también ayudan a hacer creíble la historia desde el principio y es que ver a un niño anciano con la cara de Brad es más que curioso. En resumen, película más que recomendable.

Estamos ante una película francamente buena. Detrás de los combates de boxeo amañados, el tráfico de diamantes y la visión un tanto desfasada de los gitanos, hay una gran actuación global de los actores, entre los cuales sobresale un Brad Pitt que ya apuntaba muy buenas maneras interpretativas, y que está dejando de ser una cara guapa para convertirse en un gran actor. Este film nos ofrece buenas dosis de humor negro, sobre todo a cargo del trío de negros, unas auténticas calamidades, y ese ruso esquiva-balas llamado Boris. En resumen, esta es una película de obligado visionado porque garantiza un buen sabor de boca final.

Quien nos iba a decir que aquel Terry Gilliam que tanto nos hizo reir con aquellas comedias tan delirantes (La vida de Brian, Los Caballeros de la Mesa Cuadrada, ...) iba a convertirse con el paso de los años en un director de culto. Películas como "12 monos" y "Brazil" han encumbrado a este cineasta que ha demostrado saber manejarse en todos los géneros (comedia, cine fantástico y thriller) y ha salido con dignidad de todos ellos. En este film se mezcla la realidad con la ficción, se confunde el pasado con el presente y el futuro, y la línea entre la cordura y la más absoluta locura es tan delgada que cualquiera puede traspasarla.
A medida que avanza la película, ésta te va envolviendo en su atmósfera oscura, y vas atando cabos poco a poco. El final es francamente bueno ya que el espectador descubre toda la trama casi al mismo tiempo que los propios personajes, y te das cuenta que lo que parecía evidente no lo era tanto.
El trabajo de los actores es, en general, correcto. Sobresale sobre todos ellos, a pesar de tener un papel un tanto secundario, un genial Brad Pitt, que pese a quien pese se supera en cada película, y sus interpretaciones en "Seven", "The mexican", "Snatch: Cerdos y diamantes", entre otras, le confirman como uno de los mejores actores, y la pregunta que uno se hace es: "Si fuese un tío feo, ¿cuantos Oscars tendría ya en su casa?".
En resumen, película que hay que ver y disfrutar. Espero que os guste tanto como a mí.