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6
1 de enero de 2022
1 de enero de 2022
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En estos días he visto esta película sobre los años posteriores a la muerte de Cristo. Su título en italiano es L´Inchiesta (La Investigación), nombre que refleja mejor la trama de la película que la traducción española "En busca de la tumba de Cristo", sin duda más comercial pero que no es tan fiel al argumento.
La película es un remake de otra película italiana de 1986 con el mismo título. Prácticamente tiene los mismos puntos fuertes y débiles, aunque al ser más moderna se nota que el argumento está más trabajado y los actores mejor seleccionados. El elenco dirigido por Giulio Base cuenta con caras conocidas en el panorama internacional como Max Von Sydow, Ornella Muti, F. Murray Abraham o Mónica Cruz. No obstante al visualizarla se nota que no es una superproducción de Hollywood, por lo que a nivel de decorados, música, ambientación... la película deja mucho que desear.
El argumento sí es sugerente, aunque como digo no aporta nada nuevo a la anterior. El Emperador Tiberio (Max Von Sydow, sin lugar a dudas la mejor interpretación de la película) envía a Judea a Tito Valerio Taurus, un soldado romano, para que investigue acerca de Jesucristo y los rumores sobre su resurrección. Allí tendrá que comprobar con sus propios ojos la persecución de los primeros cristianos, siendo obstaculizada su tarea por el complot de Poncio Pilatos y los sacerdotes del templo para silenciar el asunto. El tesón de Taurus y su amor por una joven cristiana, Tabitha, hará que para encontrar la verdad tenga que sacar a la luz todo el entramado de corrupción en la región.
La película tiene una fuerte base bíblica, y junto a numerosos flashbacks de la vida de Cristo se presentan historias narradas en el libro de los Hechos de los Apóstoles como el martirio de Esteban o la resurrección de Tabitha. Por ello es una buena fuente para conocer mejor la vida de los primeros cristianos, reflejando el ambiente de amor, perdón, solidaridad... que caracterizó a las primeras comunidades evangélicas y que consiguieron que su expansión por el Imperio Romano fuera tan rápida.
Merece la pena verla, ya que si bien no es para perder la cabeza sí aporta una visión relativamente novedosa sobre el asunto, o al menos lo hizo su predecesora y continúa en la misma línea.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
La película es un remake de otra película italiana de 1986 con el mismo título. Prácticamente tiene los mismos puntos fuertes y débiles, aunque al ser más moderna se nota que el argumento está más trabajado y los actores mejor seleccionados. El elenco dirigido por Giulio Base cuenta con caras conocidas en el panorama internacional como Max Von Sydow, Ornella Muti, F. Murray Abraham o Mónica Cruz. No obstante al visualizarla se nota que no es una superproducción de Hollywood, por lo que a nivel de decorados, música, ambientación... la película deja mucho que desear.
El argumento sí es sugerente, aunque como digo no aporta nada nuevo a la anterior. El Emperador Tiberio (Max Von Sydow, sin lugar a dudas la mejor interpretación de la película) envía a Judea a Tito Valerio Taurus, un soldado romano, para que investigue acerca de Jesucristo y los rumores sobre su resurrección. Allí tendrá que comprobar con sus propios ojos la persecución de los primeros cristianos, siendo obstaculizada su tarea por el complot de Poncio Pilatos y los sacerdotes del templo para silenciar el asunto. El tesón de Taurus y su amor por una joven cristiana, Tabitha, hará que para encontrar la verdad tenga que sacar a la luz todo el entramado de corrupción en la región.
La película tiene una fuerte base bíblica, y junto a numerosos flashbacks de la vida de Cristo se presentan historias narradas en el libro de los Hechos de los Apóstoles como el martirio de Esteban o la resurrección de Tabitha. Por ello es una buena fuente para conocer mejor la vida de los primeros cristianos, reflejando el ambiente de amor, perdón, solidaridad... que caracterizó a las primeras comunidades evangélicas y que consiguieron que su expansión por el Imperio Romano fuera tan rápida.
Merece la pena verla, ya que si bien no es para perder la cabeza sí aporta una visión relativamente novedosa sobre el asunto, o al menos lo hizo su predecesora y continúa en la misma línea.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Respecto a los diálogos, algunos son interesantes por lo novedoso respecto a la primera versión, como este entre Tauro y Longino, el soldado que atravesó con la lanza a Jesucristo en la cruz:
Longino: Muchas mujeres siguieron a Jesús, eran las más fieles de sus discípulos. Y como puede ver, todavía le son leales ahora.
Tauro: Que yo sepa, los judíos no permiten que las mujeres se comporten como los hombres. No pueden seguir a los maestros y ni siquiera pueden estudiar. ¿Cómo podía Jesús aceptarlas entre los discípulos?
L.: A él no le importaban las reglas. Era diferente en esto como en todo lo demás. Era amigo de las mujeres. Las trató como hermanas, y nunca lo olvidaron. Las mujeres, si las amas de verdad, saben ser eternamente fieles, hasta la muerte, y aun más allá. Saben lo que es el amor.
También me parece muy sugerente y espiritual este otro entre Tauro y Lázaro, a quien Jesús había devuelto a la vida:
Tauro: ¿De verdad crees que moriste y luego volviste a la vida gracias a la ayuda de Jesús de Nazaret?
Lázaro: Esto no es lo más importante que Jesús hizo por mí. Antes de conocerlo, era como si estuviera muerto. Vivía solo para mi mismo. Pero ahora, mi vida me llena de alegría, porque la dedico enteramente a los demás.
Longino: Muchas mujeres siguieron a Jesús, eran las más fieles de sus discípulos. Y como puede ver, todavía le son leales ahora.
Tauro: Que yo sepa, los judíos no permiten que las mujeres se comporten como los hombres. No pueden seguir a los maestros y ni siquiera pueden estudiar. ¿Cómo podía Jesús aceptarlas entre los discípulos?
L.: A él no le importaban las reglas. Era diferente en esto como en todo lo demás. Era amigo de las mujeres. Las trató como hermanas, y nunca lo olvidaron. Las mujeres, si las amas de verdad, saben ser eternamente fieles, hasta la muerte, y aun más allá. Saben lo que es el amor.
También me parece muy sugerente y espiritual este otro entre Tauro y Lázaro, a quien Jesús había devuelto a la vida:
Tauro: ¿De verdad crees que moriste y luego volviste a la vida gracias a la ayuda de Jesús de Nazaret?
Lázaro: Esto no es lo más importante que Jesús hizo por mí. Antes de conocerlo, era como si estuviera muerto. Vivía solo para mi mismo. Pero ahora, mi vida me llena de alegría, porque la dedico enteramente a los demás.

7,1
3.777
7
30 de agosto de 2022
30 de agosto de 2022
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comentamos hoy esta película de Carol Reed (El tercer hombre) que a pesar de ser una superproducción con uno de los presupuestos más elevados de la época tuvo una acogida dispar para la crítica especializada y fue un fracaso en taquilla. De hecho, se le calcularon más de ocho millones de dólares de pérdida total, no obteniendo tampoco ningún Oscar de las cinco nominaciones -de los llamados menores- a los que aspiraba.
El cine no hay quien lo entienda, porque pasados muchos años la película se mantiene fresca y exhibe dos grandes interpretaciones, la de Charlton Heston (Miguel Ángel) y Rex Harrison (Julio II). Los exteriores de Roma y Carrara seguramente elevaron bastante el presupuesto y pusieron difícil el recuperar la inversión realizada.
El argumento está basado en la obra literaria del mismo nombre de Irving Stone. El film narra los años (1506-1513) de la decoración de los frescos de la Capilla Sixtina por parte de Miguel Ángel Buonarotti por encargo del Papa Julio II. Un año antes (1505), el pontífice había encargado al toscano la construcción de su tumba, en la que se hallaba sumergido Michelangelo cuando el Papa le hizo el nuevo encargo de pintar los techos de la capilla. Contrariado al considerarse mejor escultor que pintor, el film narra las desavenencias y los desencuentros entre uno y otro, dos figuras magnas con fuertes temperamentos e intereses diversos.
La época reflejada es una de las más prolíficas en obras de arte (el Renacimiento), en el que Papas y reyes actuaban de mecenas de los grandes artistas de la época. De ahí la relación tan tensa entre ellos, si bien el film también deja entrever una especie de relación paterno-filial en el que la confianza y el humor también tienen cabida, como en este diálogo:
El cine no hay quien lo entienda, porque pasados muchos años la película se mantiene fresca y exhibe dos grandes interpretaciones, la de Charlton Heston (Miguel Ángel) y Rex Harrison (Julio II). Los exteriores de Roma y Carrara seguramente elevaron bastante el presupuesto y pusieron difícil el recuperar la inversión realizada.
El argumento está basado en la obra literaria del mismo nombre de Irving Stone. El film narra los años (1506-1513) de la decoración de los frescos de la Capilla Sixtina por parte de Miguel Ángel Buonarotti por encargo del Papa Julio II. Un año antes (1505), el pontífice había encargado al toscano la construcción de su tumba, en la que se hallaba sumergido Michelangelo cuando el Papa le hizo el nuevo encargo de pintar los techos de la capilla. Contrariado al considerarse mejor escultor que pintor, el film narra las desavenencias y los desencuentros entre uno y otro, dos figuras magnas con fuertes temperamentos e intereses diversos.
La época reflejada es una de las más prolíficas en obras de arte (el Renacimiento), en el que Papas y reyes actuaban de mecenas de los grandes artistas de la época. De ahí la relación tan tensa entre ellos, si bien el film también deja entrever una especie de relación paterno-filial en el que la confianza y el humor también tienen cabida, como en este diálogo:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Julio II: Lo que has pintado aquí, hijo mío, no es un retrato de Dios. Es una prueba de fe.
Miguel Ángel: No había pensado que la fe necesitara pruebas.
Julio II: No si eres un santo o un artista. Yo soy simplemente un Papa.
Julio II, conocido como el papa guerrero -por algo sería...- apremiaba a Miguel Ángel constantemente, dado que no veía avances en la obra. En ese contexto se produce el diálogo más famoso de la película, repetido en muchas ocasiones, una perla de ironía y sarcasmo...:
Julio II: "¿Cuándo vas a acabar?"
Miguel Ángel: "Cuando termine".
En efecto, Miguel Ángel, como todos los artistas, necesitaba tiempo para su obra maestra. Necesitaba inspiración y silencio, confesando de manera bellísima que amaba la soledad para inspirarse con estas palabras:
"Jamás estoy menos solo que cuando estoy solo"
Siendo una película que incide más en el apartado histórico de los hechos, nos deja perlas teológicas y espirituales como este diálogo entre los protagonistas. Las palabras de Buonarotti parecen estar sacadas de un manual de antropología teológica, dejando en evidencia al Papa una vez más...:
Julio II: "¿Y así ves al hombre? ¿Noble, hermoso, sin miedo?"
Miguel Ángel: "¿De qué otra manera debería verlo?"
J.: "Tal como es: corrupto y malvado, con las manos chorreando sangre, destinado a la condenación. Tu pintura es hermosa, pero falsa".
M.Á.: "No puedo cambiar mi concepción".
J.: "Me has enseñado a no perder el tiempo tratando de cambiar tu concepción. ¿Cómo llegaste a esta conclusión?"
M.Á.: "Bueno, mi idea para la pintura fue pensar que el mal lo aprendió el hombre por sí mismo, no de Dios".
J.: "Sí".
M.Á.: "Quería pintar al hombre tal como fue creado: inocente, todavía libre de pecado, agradecido por el regalo de la vida".
Son también preciosas las palabras del Papa alabando el trabajo final del florentino. Siendo consciente de sus muchos pecados afirma cerca de la conclusión:
"Cuando esté delante del trono de Dios, arrojaré tu techo en la balanza para contrapesar mis pecados. Quizás eso acortará mi tiempo en el purgatorio".
Para mi gusto se trata de una película infravalorada en su época pero que el tiempo ha puesto en su sitio. Merece la pena su visionado para conocer mejor a estas dos grandes figuras del Renacimiento.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
Miguel Ángel: No había pensado que la fe necesitara pruebas.
Julio II: No si eres un santo o un artista. Yo soy simplemente un Papa.
Julio II, conocido como el papa guerrero -por algo sería...- apremiaba a Miguel Ángel constantemente, dado que no veía avances en la obra. En ese contexto se produce el diálogo más famoso de la película, repetido en muchas ocasiones, una perla de ironía y sarcasmo...:
Julio II: "¿Cuándo vas a acabar?"
Miguel Ángel: "Cuando termine".
En efecto, Miguel Ángel, como todos los artistas, necesitaba tiempo para su obra maestra. Necesitaba inspiración y silencio, confesando de manera bellísima que amaba la soledad para inspirarse con estas palabras:
"Jamás estoy menos solo que cuando estoy solo"
Siendo una película que incide más en el apartado histórico de los hechos, nos deja perlas teológicas y espirituales como este diálogo entre los protagonistas. Las palabras de Buonarotti parecen estar sacadas de un manual de antropología teológica, dejando en evidencia al Papa una vez más...:
Julio II: "¿Y así ves al hombre? ¿Noble, hermoso, sin miedo?"
Miguel Ángel: "¿De qué otra manera debería verlo?"
J.: "Tal como es: corrupto y malvado, con las manos chorreando sangre, destinado a la condenación. Tu pintura es hermosa, pero falsa".
M.Á.: "No puedo cambiar mi concepción".
J.: "Me has enseñado a no perder el tiempo tratando de cambiar tu concepción. ¿Cómo llegaste a esta conclusión?"
M.Á.: "Bueno, mi idea para la pintura fue pensar que el mal lo aprendió el hombre por sí mismo, no de Dios".
J.: "Sí".
M.Á.: "Quería pintar al hombre tal como fue creado: inocente, todavía libre de pecado, agradecido por el regalo de la vida".
Son también preciosas las palabras del Papa alabando el trabajo final del florentino. Siendo consciente de sus muchos pecados afirma cerca de la conclusión:
"Cuando esté delante del trono de Dios, arrojaré tu techo en la balanza para contrapesar mis pecados. Quizás eso acortará mi tiempo en el purgatorio".
Para mi gusto se trata de una película infravalorada en su época pero que el tiempo ha puesto en su sitio. Merece la pena su visionado para conocer mejor a estas dos grandes figuras del Renacimiento.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/

6,4
3.191
7
25 de abril de 2022
25 de abril de 2022
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película religiosa que pude ver esta pasada Semana Santa y que hoy comento fue Barrabás, película italiana que es sin duda uno de los máximos exponentes de las superproducciones de Cinecittà, si bien contó con el soporte técnico y artístico de Hollywood.
La película está basada en la novela del Premio Nobel de Literatura de 1951 Pär Fabien Lagerkvist, escritor sueco cuya obra más relevante es quizás esta. Se trata de un relato de ficción sobre la posible vida de Barrabás, aquel a quien el pueblo judío prefirió salvar en lugar de Jesucristo ante la oferta de indulto pascual de Poncio Pilato. Su eslogan "La película que comienza donde otras grandes terminan" resulta muy acertado, pues verdaderamente suponía un camino inexplorado y atrayente para una época en la que las producciones sobre la vida de Jesucristo comenzaban a ser ya muy abundantes y repetitivas.
El escogido por Dino de Laurentiis para dirigir el proyecto fue Richard Fleischer, quien ya contaba por aquel entonces con una dilatada experiencia tras las cámaras, teniendo además como carta de presentación en el cine de aventuras su éxito de 1954 20.000 leguas de viaje submarino.
El elenco de actores es también muy destacado, con Anthony Quinn (Barrabás), Vittorio Gassman (Sahak) y Silvana Mangano (Raquel) como sus exponentes más destacados. La música, decorados, vestuario y fotografía son bastante convincentes, si bien al no ser una película estadounidense no tuvo ningún reconocimiento en ese país. Destaca especialmente la escena de la crucifixión de Jesucristo, rodada en la Toscana durante un eclipse de sol real el 15 de febrero de 1961, con las dificultades que ello entrañaba. Creo que es también justo subrayar que parte del argumento y de la ambientación remiten sin duda a Quo Vadis o Ben Hur, rodadas ambas en la década anterior y de las que esta película tomó buena nota. Imagino que algo también hay de Espartaco, pero al ser de 1960 dudo mucho que se copiaran demasiados elementos, aunque es posible que sí lo hicieran de la versión italiana de 1953.
La acción comienza con el juicio a Jesucristo en la noche del jueves santo y la posterior liberación de Barrabás. A partir de ahí, de la mano de su amada Raquel, el protagonista presencia de primera mano los últimos momentos del Mesías: Vía crucis, muerte en el Gólgota, sepultura y resurrección. Ninguno de estos acontecimientos consigue cambiar la actitud del violento y licencioso Barrabás, como tampoco lo hará la injusta muerte de Raquel a manos de los mismos miembros del Sanedrín. Tras volver a realizar nuevos asesinatos, Barrabás es condenado sucesivamente a ser esclavo en unas minas de azufre de Sicilia, a trabajos forzados en el campo y a ejercer de gladiador en Roma, consiguiendo siempre esquivar a la muerte y salir airoso de las dificultades.
El análisis espiritual del film viene de la mano de su protagonista y de su evolución en la fe. Durante la mayor parte del mismo se presenta como alguien confundido, que no entiende porque en los planes de Dios estaba la muerte de su propio Hijo y su liberación. Barrabás no cumple la ley judía -es un asesino, pendenciero, mujeriego...- pero si se presenta como un creyente en un Dios protector. Esta duda existencial transe toda la trama, en la que Barrabás llega incluso a creerse inmortal o escogido por la divinidad para algo importante. De esa certeza interior es de donde saca fuerzas en los momentos difíciles de su existencia, si bien es cierto que a lo largo de toda su vida se niega a reconocer la figura de Cristo como el Hijo de Dios. Salvando las distancias, es lo que hoy conocemos como un creyente no practicante, con escasa conciencia de los propios pecados y una religiosidad interesada.
La película está basada en la novela del Premio Nobel de Literatura de 1951 Pär Fabien Lagerkvist, escritor sueco cuya obra más relevante es quizás esta. Se trata de un relato de ficción sobre la posible vida de Barrabás, aquel a quien el pueblo judío prefirió salvar en lugar de Jesucristo ante la oferta de indulto pascual de Poncio Pilato. Su eslogan "La película que comienza donde otras grandes terminan" resulta muy acertado, pues verdaderamente suponía un camino inexplorado y atrayente para una época en la que las producciones sobre la vida de Jesucristo comenzaban a ser ya muy abundantes y repetitivas.
El escogido por Dino de Laurentiis para dirigir el proyecto fue Richard Fleischer, quien ya contaba por aquel entonces con una dilatada experiencia tras las cámaras, teniendo además como carta de presentación en el cine de aventuras su éxito de 1954 20.000 leguas de viaje submarino.
El elenco de actores es también muy destacado, con Anthony Quinn (Barrabás), Vittorio Gassman (Sahak) y Silvana Mangano (Raquel) como sus exponentes más destacados. La música, decorados, vestuario y fotografía son bastante convincentes, si bien al no ser una película estadounidense no tuvo ningún reconocimiento en ese país. Destaca especialmente la escena de la crucifixión de Jesucristo, rodada en la Toscana durante un eclipse de sol real el 15 de febrero de 1961, con las dificultades que ello entrañaba. Creo que es también justo subrayar que parte del argumento y de la ambientación remiten sin duda a Quo Vadis o Ben Hur, rodadas ambas en la década anterior y de las que esta película tomó buena nota. Imagino que algo también hay de Espartaco, pero al ser de 1960 dudo mucho que se copiaran demasiados elementos, aunque es posible que sí lo hicieran de la versión italiana de 1953.
La acción comienza con el juicio a Jesucristo en la noche del jueves santo y la posterior liberación de Barrabás. A partir de ahí, de la mano de su amada Raquel, el protagonista presencia de primera mano los últimos momentos del Mesías: Vía crucis, muerte en el Gólgota, sepultura y resurrección. Ninguno de estos acontecimientos consigue cambiar la actitud del violento y licencioso Barrabás, como tampoco lo hará la injusta muerte de Raquel a manos de los mismos miembros del Sanedrín. Tras volver a realizar nuevos asesinatos, Barrabás es condenado sucesivamente a ser esclavo en unas minas de azufre de Sicilia, a trabajos forzados en el campo y a ejercer de gladiador en Roma, consiguiendo siempre esquivar a la muerte y salir airoso de las dificultades.
El análisis espiritual del film viene de la mano de su protagonista y de su evolución en la fe. Durante la mayor parte del mismo se presenta como alguien confundido, que no entiende porque en los planes de Dios estaba la muerte de su propio Hijo y su liberación. Barrabás no cumple la ley judía -es un asesino, pendenciero, mujeriego...- pero si se presenta como un creyente en un Dios protector. Esta duda existencial transe toda la trama, en la que Barrabás llega incluso a creerse inmortal o escogido por la divinidad para algo importante. De esa certeza interior es de donde saca fuerzas en los momentos difíciles de su existencia, si bien es cierto que a lo largo de toda su vida se niega a reconocer la figura de Cristo como el Hijo de Dios. Salvando las distancias, es lo que hoy conocemos como un creyente no practicante, con escasa conciencia de los propios pecados y una religiosidad interesada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Poco antes de morir, Barrabás está convencido de que el mensaje de los cristianos se basa en la llegada del Reino de Dios por la fuerza y a través de la violencia, siendo necesario destruir -quemar- este mundo para la llegada del otro. De este error lo saca el propio San Pedro en la cárcel mamertina, haciéndole ver que "la violencia solo genera violencia", y anunciándole un camino de paz y de amor al que -ahora sí- Barrabás se convierte y adhiere hasta morir crucificado como un cristiano más.
Hay muchos diálogos interesantes, pero no todos caben en este comentario. Voy a destacar algunos de ellos, comenzando por una escena que me parece muy visionaria. Es aquella en la que Barrabás se encara con Pilato y con los soldados romanos, a quienes acusa de no ser mucho mejores que él. Unos matan por necesidad y otros porque lo impone la ley romana, pero en el fondo todos son culpables ante Dios. Y digo que es visionaria porque hoy se habla mucho del contexto en el que uno nace y se educa y la manera en la que ello condiciona nuestra existencia. Creo que cualquier psicólogo o sociólogo de hoy en día podría validar estas palabras:
Barrabás: "Bueno, ¿De qué otra manera habéis vivido sino a la mía? Cualquiera que esté contra nosotros o se interponga en nuestro camino, nos deshacemos de él. Mi cuchillo puede haber cortado algunas gargantas, pero ¿Qué hay de vuestras armas? Han ajusticiado a miles y miles. Si yo he abusado de alguna mujer que pasaba, vuestros ejércitos han saqueado y violado a lo largo de los continentes, ¡Y han sido llamados la gloria de la tierra por hacerlo! Nacisteis según la ley y crecisteis según la ley. Yo nací de una chica expulsada de un burdel, que dio a luz y me maldijo antes de morir. Pero os lo digo, pertenecemos a la misma manada".
La segunda frase que extraigo es de Sahak, el cristiano que poco a poco va haciendo cambiar la mentalidad religiosa de Barrabás. Si la anterior frase haría las delicias de sociólogos y psicólogos, creo que la siguiente podría formar parte perfectamente de un tratado de Antropología Teológica o de Teología Fundamental:
Sahak: ¿Crees que todas las cosas de la tierra y de los Cielos han sido hechas por la única razón según la cual debemos comer, hacer dinero y engendrar niños; matar y morir?
Y por último, como no podía ser de otra manera, os copio el diálogo entre Pedro y Barrabás, clímax de la película. Es prácticamente una catequesis mistagógica tras la que Barrabás se convierte definitivamente al cristianismo:
Barrabás.: "Yo era lo contrario de todo lo que Él enseñaba, ¿No? ¿Por qué entonces se dejó matar en mi lugar?"
Pedro.: "Porque estando más lejos de Él, tú eras el más cercano".
B.: "No estoy más cerca ahora que antes".
P: "Pero tampoco más lejos. La verdad es que Él nunca se ha movido de tu lado. Puedo decirte esto: ha habido una intensa lucha en tu espíritu que, en sí misma, es conocimiento de Dios. Por el conflicto lo has conocido. Puedo decirte también que así será con la venida del Reino. Una lucha intensa y algo costosa para el espíritu del mundo, como lo es para una mujer en el parto. Somos solo el comienzo. No veremos el tiempo cuando la tierra esté llena del Reino. Y sin embargo, incluso ahora, incluso aquí, en la hora del final de la vida, el Reino está dentro de nosotros. No hay nada más que temer. Detrás de nosotros, vendrán muchos años y muchos martirios. La tierra de los hombres es muy obstinada para madurar. Pero los hombres mirarán hacia atrás a nuestros días, y se maravillarán, y recordarán nuestra esperanza. Es el final del día. Nos queda un poco de dolor y luego dormiremos, diciéndole al mundo, "Buena suerte en el viaje".
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
Hay muchos diálogos interesantes, pero no todos caben en este comentario. Voy a destacar algunos de ellos, comenzando por una escena que me parece muy visionaria. Es aquella en la que Barrabás se encara con Pilato y con los soldados romanos, a quienes acusa de no ser mucho mejores que él. Unos matan por necesidad y otros porque lo impone la ley romana, pero en el fondo todos son culpables ante Dios. Y digo que es visionaria porque hoy se habla mucho del contexto en el que uno nace y se educa y la manera en la que ello condiciona nuestra existencia. Creo que cualquier psicólogo o sociólogo de hoy en día podría validar estas palabras:
Barrabás: "Bueno, ¿De qué otra manera habéis vivido sino a la mía? Cualquiera que esté contra nosotros o se interponga en nuestro camino, nos deshacemos de él. Mi cuchillo puede haber cortado algunas gargantas, pero ¿Qué hay de vuestras armas? Han ajusticiado a miles y miles. Si yo he abusado de alguna mujer que pasaba, vuestros ejércitos han saqueado y violado a lo largo de los continentes, ¡Y han sido llamados la gloria de la tierra por hacerlo! Nacisteis según la ley y crecisteis según la ley. Yo nací de una chica expulsada de un burdel, que dio a luz y me maldijo antes de morir. Pero os lo digo, pertenecemos a la misma manada".
La segunda frase que extraigo es de Sahak, el cristiano que poco a poco va haciendo cambiar la mentalidad religiosa de Barrabás. Si la anterior frase haría las delicias de sociólogos y psicólogos, creo que la siguiente podría formar parte perfectamente de un tratado de Antropología Teológica o de Teología Fundamental:
Sahak: ¿Crees que todas las cosas de la tierra y de los Cielos han sido hechas por la única razón según la cual debemos comer, hacer dinero y engendrar niños; matar y morir?
Y por último, como no podía ser de otra manera, os copio el diálogo entre Pedro y Barrabás, clímax de la película. Es prácticamente una catequesis mistagógica tras la que Barrabás se convierte definitivamente al cristianismo:
Barrabás.: "Yo era lo contrario de todo lo que Él enseñaba, ¿No? ¿Por qué entonces se dejó matar en mi lugar?"
Pedro.: "Porque estando más lejos de Él, tú eras el más cercano".
B.: "No estoy más cerca ahora que antes".
P: "Pero tampoco más lejos. La verdad es que Él nunca se ha movido de tu lado. Puedo decirte esto: ha habido una intensa lucha en tu espíritu que, en sí misma, es conocimiento de Dios. Por el conflicto lo has conocido. Puedo decirte también que así será con la venida del Reino. Una lucha intensa y algo costosa para el espíritu del mundo, como lo es para una mujer en el parto. Somos solo el comienzo. No veremos el tiempo cuando la tierra esté llena del Reino. Y sin embargo, incluso ahora, incluso aquí, en la hora del final de la vida, el Reino está dentro de nosotros. No hay nada más que temer. Detrás de nosotros, vendrán muchos años y muchos martirios. La tierra de los hombres es muy obstinada para madurar. Pero los hombres mirarán hacia atrás a nuestros días, y se maravillarán, y recordarán nuestra esperanza. Es el final del día. Nos queda un poco de dolor y luego dormiremos, diciéndole al mundo, "Buena suerte en el viaje".
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/

4,7
19.543
7
19 de octubre de 2021
19 de octubre de 2021
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
1999 fue un año especialmente propicio para el cine de temática religiosa, como "El tercer Milagro" o "Stigmata". "El fin de los días" pertenece al que se conoció como "efecto 2.000", en el que con la llegada del nuevo milenio se creía que muchos fenómenos paranormales -si no directamente el fin del mundo- iban a ser frecuentes con el cambio de calendario.
Pasó el año 2.000, el 2.001, el 2002... y no aconteció nada catastrofista. Pero aunque no sucediera nada espectacular de lo que se auguraba, no es menos cierto que la presencia del maligno parece hoy en día bastante evidente. Este tipo de películas, por ello, no pierden una parte de su vigencia y de su fuerza, haciéndonos caer en la cuenta de que en la actualidad seguimos en el periodo histórico del combate contra el demonio, adopte forma humana o no.
La película tiene como argumento la defensa que el policía Jericho Cane (Arnold Schwarzenegger) tiene que realizar de la joven Christine, quien parece ser la elegida para aparearse con el Anticristo (Gabriel Byrne) sin que ella lo sepa. Tanto los seguidores del Anticristo como un grupo de conspiradores Vaticanos no se lo ponen fácil al bueno de Arnold, que se desenvuelve a la perfección en estas películas de acción y con escenas violentas como las que el film presenta.
Pasó el año 2.000, el 2.001, el 2002... y no aconteció nada catastrofista. Pero aunque no sucediera nada espectacular de lo que se auguraba, no es menos cierto que la presencia del maligno parece hoy en día bastante evidente. Este tipo de películas, por ello, no pierden una parte de su vigencia y de su fuerza, haciéndonos caer en la cuenta de que en la actualidad seguimos en el periodo histórico del combate contra el demonio, adopte forma humana o no.
La película tiene como argumento la defensa que el policía Jericho Cane (Arnold Schwarzenegger) tiene que realizar de la joven Christine, quien parece ser la elegida para aparearse con el Anticristo (Gabriel Byrne) sin que ella lo sepa. Tanto los seguidores del Anticristo como un grupo de conspiradores Vaticanos no se lo ponen fácil al bueno de Arnold, que se desenvuelve a la perfección en estas películas de acción y con escenas violentas como las que el film presenta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No obstante, más allá de lo movido del film, la trama tiene fuertes connotaciones religiosas y un fondo bastante constructivo, incluyendo el autosacrificio de Jericho (siento ser spoiler, pero la peli es ya antigua), para impedir la muerte de Christine. De esta manera Jericho aparece finalmente como salvador de Christine y con ello de toda la humanidad, tomando de esta forma tintes mesiánicos y semejantes a los de Jesucristo, quien muriendo en la cruz obtiene la salvación de todo el género humano. Ni que decir tiene que la intención de la película no es elaborar un tratado de soteriología ni mucho menos ser blasfema, debiendo por ello tan solo ser vista como un producto de Hollywood que procura el entretenimiento y el suspense, lo que no es óbice para que el espectador pueda reflexionar por su cuenta acerca de temas religiosos.
Aterrizando en esa reflexión que el film puede ocasionar, de entre todos los diálogos destaco un par de ellos que me parece que son muy sugerentes y materia de un merecido comentario. El primero de ellos es un diálogo entre un sacerdote que comienza a descubrir la verdad de lo que está pasando y Jericho. En él podemos percibir la acción y el toque de humor que casi siempre acompañan a los personajes interpretados por Schwarzenegger, tipos duros pero que dejan entrever que tras esa apariencia hay un bonachón encubierto:
“- ¿Cree usted en Dios?
- Tal vez antes. Pero ahora no puedo.
- ¿Qué pasó?
- Diferencia de opiniones. Yo creía que mi mujer y mi hija tenían que vivir. Y él pensó lo contrario.
- Lamento su pérdida. Tal vez sea el momento de renovar su fe.”
El segundo de ellos forma parte de un diálogo Anticristo-Jericho, en el que el diablo expone un discurso destructivo a través del cual "vende" su producto y sus mentiras para intentar que Jericho desista de la protección de Christine. Me parece un buen resumen de lo que muchas personas sin fe opinan de Dios:
“Voy a decirte una cosa sobre él. Él es el mayor chapucero de todos los tiempos. Tenia un buen publicista, eso es todo. Si pasa algo bueno, es su voluntad. Y si pasa algo malo, sus caminos son inescrutables. Coge ese panfleto farragoso al que llaman Biblia y busca ahí la respuesta. ¿Qué consigues? Una mierda.”
En definitiva, una película que sin ser nada del otro mundo entretiene, y de paso, nos mantiene vigilantes a la espera de la segunda venida de Jesucristo y su Juicio Final a los que creemos en la doctrina de la Iglesia.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
Aterrizando en esa reflexión que el film puede ocasionar, de entre todos los diálogos destaco un par de ellos que me parece que son muy sugerentes y materia de un merecido comentario. El primero de ellos es un diálogo entre un sacerdote que comienza a descubrir la verdad de lo que está pasando y Jericho. En él podemos percibir la acción y el toque de humor que casi siempre acompañan a los personajes interpretados por Schwarzenegger, tipos duros pero que dejan entrever que tras esa apariencia hay un bonachón encubierto:
“- ¿Cree usted en Dios?
- Tal vez antes. Pero ahora no puedo.
- ¿Qué pasó?
- Diferencia de opiniones. Yo creía que mi mujer y mi hija tenían que vivir. Y él pensó lo contrario.
- Lamento su pérdida. Tal vez sea el momento de renovar su fe.”
El segundo de ellos forma parte de un diálogo Anticristo-Jericho, en el que el diablo expone un discurso destructivo a través del cual "vende" su producto y sus mentiras para intentar que Jericho desista de la protección de Christine. Me parece un buen resumen de lo que muchas personas sin fe opinan de Dios:
“Voy a decirte una cosa sobre él. Él es el mayor chapucero de todos los tiempos. Tenia un buen publicista, eso es todo. Si pasa algo bueno, es su voluntad. Y si pasa algo malo, sus caminos son inescrutables. Coge ese panfleto farragoso al que llaman Biblia y busca ahí la respuesta. ¿Qué consigues? Una mierda.”
En definitiva, una película que sin ser nada del otro mundo entretiene, y de paso, nos mantiene vigilantes a la espera de la segunda venida de Jesucristo y su Juicio Final a los que creemos en la doctrina de la Iglesia.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
Miniserie

7,0
5.145
7
4 de octubre de 2021
4 de octubre de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comentamos hoy la que se considera como una de las mejores narraciones cinematográficas de la vida de Cristo. En primer lugar hay que aclarar que no se trata de un largometraje, sino que fue concebida como una miniserie de televisión en 4 capítulos de 90 minutos, con una duración total de 371 minutos. Fue coproducida por Reino Unido e Italia, sin escatimar en ubicaciones (Marruecos y Túnez), decorados o vestuarios. Para ello contó con un presupuesto de 18 millones de dólares, bastante elevado para la época, si bien los beneficios netos de la misma alcanzaron 30 millones de dólares, por lo que comercialmente fue todo un éxito.
A nivel de actores se escogió lo mejorcito de la época. Anne Bancroft (María Magdalena), James Mason (José de Arimatea), Michael York (Juan Bautista), Anthony Quinn (Caifás), Lawrence Olivier (Nicodemo), Claudia Cardinale (mujer adúltera), Christopher Plummer (Herodes Antipas), Peter Ustinov (Herodes el Grande), Rod Steiger (Poncio Pilato)... y muchos otros conformaron un elenco de garantías para el espectador. Contrasta, sin embargo, que para los papeles de Jesucristo (Robert Powell) y de la Virgen María (Olivia Hussey) se escogieran a actores menos reconocidos internacionalmente.
Para la dirección se escogió a Franco Zeffirelli, quien fue recomendado directamente por el Papa Pablo VI para ser el director de la obra, al haber quedado encantado de su dirección en Hermano Sol, Hermana Luna (1972) y en una miniserie sobre Moisés para la RAI (1975).
Quizás uno de los éxitos de la producción se basa en la penetrante mirada de Jesucristo, protagonizado por Robert Powell, quien en el rodaje de la serie cumplió los 33 años y supo transmitir un rostro sugestivo, lleno de compasión y amor, al tiempo que autoritario y carismático. El actor se identificó totalmente con el personaje, consiguiendo traslucir una fuerte personalidad y una paz espiritual que no dejan impasible al espectador. A ello pudo ayudar también el hecho de que Zeffirelli le prohibía pestañear en el rodaje de las escenas para dar un aspecto más divino, a excepción de las escenas del Gólgota. Para algunos detractores, sin embargo, lo ojos azules y los rasgos europeos del protagonista chocan con lo que se espera de un judío palestino del siglo I. Lo cierto es que interpretar el papel de Cristo no estuvo exento de riesgo, como el mismo contó en una entrevista hace unos años: “Casi muero durante las grabaciones en Túnez, cuando alguien soltó la cuerda que me levantaba en una cruz de metal de 40 kilos. Afortunadamente alguien agarró la cuerda y no caí al suelo”.
A nivel argumental la serie es bastante fiel a los Evangelios. Sí es cierto que se echan en falta algunos momentos concretos importantes de la vida de Jesucristo (la multiplicación de los panes y los peces, la tempestad calmada, la Transfiguración...) y otros son fruto de la invención del guion (fundamentalmente el personaje Zerah y las motivaciones políticas de Judas para traicionar a Jesús), pero en general se trata de una buena síntesis de los cuatro Evangelios.
La banda sonora de Maurice Jarre merece también un breve apunte, ya que consigue añadir un ambiente musical impactante, espiritual y melodioso. El autor posteriormente consolidaría este éxito con otros títulos inolvidables como Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago o Ghost.
Espiritualmente la película no tiene desperdicio, siendo perfecta como acercamiento a la vida de Jesús de Nazaret. Quizás sea buena complementarla con La Pasión de Cristo de Mel Gibson para un mejor conocimiento de todo lo referente a los últimos días de la vida de Cristo, aunque evidentemente no todos los espectadores están capacitados para ver algunas escenas de violencia tan explícitas como las que sufre el Cristo interpretado por Caviezel. Me gustaría terminar esta reflexión con unas palabras del propio Zeffirelli -en una entrevista concedida justo antes de estrenar el film- que no tienen desperdicio:
Los textos sagrados son mensaje de vida, en el Evangelio está todo lo necesario para vivir. Solo nuestra pereza nos impide ser más ricos y felices. Hoy se pierde un montón de tiempo leyendo estupideces, revistas de toda índole, en vez de dedicar un poco de tiempo a la lectura de los Evangelios. Pero incluso cuando lo hacemos, corremos el riesgo de considerarlos abstracciones sublimes. Me gustaría que este film pudiera dar lugar a un renacer: la gente debe tener valor para ser cristiana y creer… ¿qué es esta vergüenza de creer? Hemos llegado a un punto en que Satanás nos impide movernos… Todos tenemos que despertar, diablos. Espero que esta película despierte esta capacidad que tenemos latente de ser cristianos, que ahora está cubierta por una costra gris. Yo espero que tenga consecuencias, que no se quede en el bonito programa delante del cual la gente se conmueve… No sé si he hecho una obra ilustre o no, pero si un solo fotograma consigue sacudir a alguien, despertar en él el eco de ese mensaje divino que todos llevamos dentro, no solo estarán justificados todos los sacrificios que hemos hecho, sino que además habrá dado un sentido a mi vida entera.
Franco Zeffirelli murió en 2019, año en el que se calculaba que más de 700 millones de personas habían visto su película. De ellos somos muchos -yo me incluyo- los que hemos fortalecido nuestra fe con su obra y estaremos eternamente agradecidos a este director por habernos sabido transmitir un mensaje espiritual envuelto en un soporte audiovisual.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
A nivel de actores se escogió lo mejorcito de la época. Anne Bancroft (María Magdalena), James Mason (José de Arimatea), Michael York (Juan Bautista), Anthony Quinn (Caifás), Lawrence Olivier (Nicodemo), Claudia Cardinale (mujer adúltera), Christopher Plummer (Herodes Antipas), Peter Ustinov (Herodes el Grande), Rod Steiger (Poncio Pilato)... y muchos otros conformaron un elenco de garantías para el espectador. Contrasta, sin embargo, que para los papeles de Jesucristo (Robert Powell) y de la Virgen María (Olivia Hussey) se escogieran a actores menos reconocidos internacionalmente.
Para la dirección se escogió a Franco Zeffirelli, quien fue recomendado directamente por el Papa Pablo VI para ser el director de la obra, al haber quedado encantado de su dirección en Hermano Sol, Hermana Luna (1972) y en una miniserie sobre Moisés para la RAI (1975).
Quizás uno de los éxitos de la producción se basa en la penetrante mirada de Jesucristo, protagonizado por Robert Powell, quien en el rodaje de la serie cumplió los 33 años y supo transmitir un rostro sugestivo, lleno de compasión y amor, al tiempo que autoritario y carismático. El actor se identificó totalmente con el personaje, consiguiendo traslucir una fuerte personalidad y una paz espiritual que no dejan impasible al espectador. A ello pudo ayudar también el hecho de que Zeffirelli le prohibía pestañear en el rodaje de las escenas para dar un aspecto más divino, a excepción de las escenas del Gólgota. Para algunos detractores, sin embargo, lo ojos azules y los rasgos europeos del protagonista chocan con lo que se espera de un judío palestino del siglo I. Lo cierto es que interpretar el papel de Cristo no estuvo exento de riesgo, como el mismo contó en una entrevista hace unos años: “Casi muero durante las grabaciones en Túnez, cuando alguien soltó la cuerda que me levantaba en una cruz de metal de 40 kilos. Afortunadamente alguien agarró la cuerda y no caí al suelo”.
A nivel argumental la serie es bastante fiel a los Evangelios. Sí es cierto que se echan en falta algunos momentos concretos importantes de la vida de Jesucristo (la multiplicación de los panes y los peces, la tempestad calmada, la Transfiguración...) y otros son fruto de la invención del guion (fundamentalmente el personaje Zerah y las motivaciones políticas de Judas para traicionar a Jesús), pero en general se trata de una buena síntesis de los cuatro Evangelios.
La banda sonora de Maurice Jarre merece también un breve apunte, ya que consigue añadir un ambiente musical impactante, espiritual y melodioso. El autor posteriormente consolidaría este éxito con otros títulos inolvidables como Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago o Ghost.
Espiritualmente la película no tiene desperdicio, siendo perfecta como acercamiento a la vida de Jesús de Nazaret. Quizás sea buena complementarla con La Pasión de Cristo de Mel Gibson para un mejor conocimiento de todo lo referente a los últimos días de la vida de Cristo, aunque evidentemente no todos los espectadores están capacitados para ver algunas escenas de violencia tan explícitas como las que sufre el Cristo interpretado por Caviezel. Me gustaría terminar esta reflexión con unas palabras del propio Zeffirelli -en una entrevista concedida justo antes de estrenar el film- que no tienen desperdicio:
Los textos sagrados son mensaje de vida, en el Evangelio está todo lo necesario para vivir. Solo nuestra pereza nos impide ser más ricos y felices. Hoy se pierde un montón de tiempo leyendo estupideces, revistas de toda índole, en vez de dedicar un poco de tiempo a la lectura de los Evangelios. Pero incluso cuando lo hacemos, corremos el riesgo de considerarlos abstracciones sublimes. Me gustaría que este film pudiera dar lugar a un renacer: la gente debe tener valor para ser cristiana y creer… ¿qué es esta vergüenza de creer? Hemos llegado a un punto en que Satanás nos impide movernos… Todos tenemos que despertar, diablos. Espero que esta película despierte esta capacidad que tenemos latente de ser cristianos, que ahora está cubierta por una costra gris. Yo espero que tenga consecuencias, que no se quede en el bonito programa delante del cual la gente se conmueve… No sé si he hecho una obra ilustre o no, pero si un solo fotograma consigue sacudir a alguien, despertar en él el eco de ese mensaje divino que todos llevamos dentro, no solo estarán justificados todos los sacrificios que hemos hecho, sino que además habrá dado un sentido a mi vida entera.
Franco Zeffirelli murió en 2019, año en el que se calculaba que más de 700 millones de personas habían visto su película. De ellos somos muchos -yo me incluyo- los que hemos fortalecido nuestra fe con su obra y estaremos eternamente agradecidos a este director por habernos sabido transmitir un mensaje espiritual envuelto en un soporte audiovisual.
Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
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