Una buena película para un Domingo por la tarde, sobre todo si queremos partirnos la caja de risa.
Un geólogo llega a un pueblucho para investigar unos seísmos y tras ver un par de ardillas muertas y 2 cadáveres flotando, avisa al pueblo entero de que deben ponerse en alerta de evacuación sin tener datos científicos. Simplemente su intuición y su mala experiencia anterior con un volcán malísimo (en la que perdió a su mujer... increíble) le llevan a la certeza de que el volcán va a estallar.
Tras cabrear al personal, más preocupado del turismo y el dinero, llega su jefe para ponerlo en su sitio y tranquilizar a la población, diciéndoles que se van a quedar por allí investigando con unos cacharritos. Y hasta ahí la película sigue el manual de peli catastrófica estandar, ya saben.
Cuando Pierce demuestra científicamente que tenía razón, resulta que no hacía falta porque el volcán revienta y todos a salir por patas.
El resto es la huida más esperpéntica y cómica que he visto en mucho tiempo, perro incluido.
Todos caminan junto a la lava como si fuera crema pastelera.
Si van a ver esta película mejor no la tomen muy en serio.

Las grandes cosas, si no existen, alguien ha de inventarlas.
Esta serie me golpeó como un mazazo cuando ví mi primer episodio, que curiosamente era el último de la cuarta temporada: El cometa Hombre Noche.
Al principio, cuando ví que salía Danny de Vito, pensé en cambiar de canal. Ahora me alegro de no haberlo hecho.
Es el humor más fresco que veo en mucho, mucho tiempo.
Altamente recomendable para los que no se conformen con la sitcom de turno.

Una comedia de esas sin muchas más pretensiones que hacerte reir. Lo cierto es que tienes escenas hilarantes a más no poder. Hay que reconocer que Joe Pesci destaca por no hacer un papel de matón, y la verdad es que Marisa Tomei está sensacional, de "oscar" jeje.
Sería conveniente decir que la versión doblada pierde humor y chistes con juegos de palabras que son de lo más sofisticado. Vean la V.O.S. si pueden.
Por cierto, vaya papelillo el de Ralph Macchio.

Tras 115 minutos de canciones insulsas, argumento infantiloide, colorines y puro maniqueísmo, puedo afirmar que se me ha hecho bastante larga.
Guiños a la película original de 1971 y toques de Annie y Chitty chitty bang bang.
Lo que ocurre en este caso es que la película no nos aporta absolutamente nada novedoso ni medianamente interesante, salvo contarnos la historia de Willy Wonka, ese chocolatero entre la genialidad y la locura que tanto nos hizo disfrutar en sus anteriores versiones.
Todo discurre en un tono infantiloide en el que los malos son malísimos y los buenos, pobres almas en desgracia aplastados por la avaricia humana, representada por unos malvados empresarios que sobornan a todo el mundo con chocolatinas, ya sean jefes de policía o altos cargos de la iglesia.

Las virtudes de esta película para mí son estas:
-Willy Wonka es un personaje muy interesante, y Chalamet hace un buen trabajo.
-La película tiene un colorido muy alegre y animado, recordando a veces los filmes de Jeunet.

Los defectos:
-Canciones tontas e innecesarias, no sé si estarán mejor en V.O.
-Argumento muy infantil y a veces innecesariamente absurdo.
-Carga melodramática excesiva, tratando descaradamente de robar alguna lágrima al espectador.
-Ausencia de ese humor oscuro que siempre ha caracterizado a Wonka en sus películas.
Tim Burton supo verlo y aprovecharlo en su propia versión.
-Los papeles de Hugh Grant y Rowan Atkinson están muy desaprovechados, apenas brillan y parecen simples cameos.
-Se hace bastante larga.
-Malos malísimos y buenos buenísimos. No hay personajes grises.
-Se reinventa el pasado de Wonka, sin tener en cuenta la película de Tim Burton.
-Termina sin convencer ni a adultos ni a niños.

No creo que dejen de validarme esta crítica si cuento cómo acaba: La torre ...sigue en pie.
Ahora en serio...¿Si Picasso se pusiera a componer un concierto, o Lorca intentara moldear una escultura, o Fellini tratase de pintar un bodegón? ¿cuál sería el resultado?
Pues alguna broma absurda como esta. El arte no está en el autor, sino en la obra.
A lo mejor es una metáfora de que Warhol quería un rabo bien tieso.
Como decía el Joker: "Yo no entiendo de arte, pero sé lo que me gusta."