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7,2
19.882
4
25 de febrero de 2024
25 de febrero de 2024
27 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Insípida, pedante, soporífera, impostada, aburrida, innecesaria, etc.
No puedo escribir mucho más sobre este tostón que aflora en estos tiempos de globalización banal en los que las relaciones son de plástico (a través de pantallas, videollamadas...); poco o nada de lo que trasciende en la pantalla llega a transmitirme o a conmoverme ni un ápice; básicamente no me creo nada de los amores platónicos de la infancia extendidos en el tiempo, tampoco la falta de sinceridad y honestidad para comunicar alguna emoción adulta entre la pareja protagonista; y así podría estar hasta los títulos de crédito finales.
Viene a ser una especie de "Voy a pasármelo bien" en formato serio, grave y contenido, pero inerte en su propósito: entre este tipo de relaciones sentimentales idealizadas de la infancia a distancia y, conocer de verdad en tu entorno próximo a alguien afín a ti (tal y como hace la chica), no hay color. Te recomiendo lo segundo, si no quieres acabar mal.
A nivel técnico, nada que objetar a este film tan poco accesible y romántico, como repleto de prejuicios raciales (contra Corea por ejemplo), rindiendo pleitesía a la basura decadente norteamericana de Occidente (una vez más se nos regala, en el mismo lote, otra visita turística por la metrópoli colonial, Nueva York). Aunque cuando le interesa recurrir a la filosofía oriental romántica, no duda en hacerlo para resultar más hondo, si cabe, el espurio argumento.
Celine Song, de manera autobiográfica creo, rueda su primera película y obtiene el beneplácito de la industria decadente de Hollywood con dos nominaciones a los Óscar (mejor película y guión original). En palabras de los dos infelices y pusilánimes enamorados de la infancia, ¡QUÉ FUERTE!
No puedo escribir mucho más sobre este tostón que aflora en estos tiempos de globalización banal en los que las relaciones son de plástico (a través de pantallas, videollamadas...); poco o nada de lo que trasciende en la pantalla llega a transmitirme o a conmoverme ni un ápice; básicamente no me creo nada de los amores platónicos de la infancia extendidos en el tiempo, tampoco la falta de sinceridad y honestidad para comunicar alguna emoción adulta entre la pareja protagonista; y así podría estar hasta los títulos de crédito finales.
Viene a ser una especie de "Voy a pasármelo bien" en formato serio, grave y contenido, pero inerte en su propósito: entre este tipo de relaciones sentimentales idealizadas de la infancia a distancia y, conocer de verdad en tu entorno próximo a alguien afín a ti (tal y como hace la chica), no hay color. Te recomiendo lo segundo, si no quieres acabar mal.
A nivel técnico, nada que objetar a este film tan poco accesible y romántico, como repleto de prejuicios raciales (contra Corea por ejemplo), rindiendo pleitesía a la basura decadente norteamericana de Occidente (una vez más se nos regala, en el mismo lote, otra visita turística por la metrópoli colonial, Nueva York). Aunque cuando le interesa recurrir a la filosofía oriental romántica, no duda en hacerlo para resultar más hondo, si cabe, el espurio argumento.
Celine Song, de manera autobiográfica creo, rueda su primera película y obtiene el beneplácito de la industria decadente de Hollywood con dos nominaciones a los Óscar (mejor película y guión original). En palabras de los dos infelices y pusilánimes enamorados de la infancia, ¡QUÉ FUERTE!

6,3
7.845
2
18 de septiembre de 2024
18 de septiembre de 2024
72 de 136 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un intento más de contar una innecesaria historia sobre uno de los grupos musicales más infumables y sobreestimados de la devaluada y raquítica música "indie" española (en este caso "Los Planetas"), en un formato que no comparto en 4:3, que me hace desconectar desde el minuto uno con el film por sus múltiples defectos y carencias.
Su guión literario está repleto de interjecciones, balbuceos dialogados, reflexiones vacuas y pretenciosidad inane, incluyendo una jerga propia del nivel intelectual de los niñatos analfabetos integrantes de dicha banda, a saber: polla, puta madre, mierda, hostia, gilipollas, etc. De vez en cuando hablan sobre poesía, citando a Lorca por ejemplo, ¡vergonzante! El propio Lorca sabía más de música que toda esa panda al completo. A su vez, su montaje cercano al docudrama, diseño de producción y oscura fotografía resultan desabridos, incómodos y soporíferos a partes iguales (como un mal "chute").
Nada más lejos de la realidad, este grupo musical refleja, como pocos, la sobrevalorada esencia del mito subcultural "underground", siendo tan pobre a todos los niveles técnico-musicales y expresivos, que sonroja y da vergüenza que alguien siquiera pueda llegar a afirmar que esto sea música de cierta entidad. Otra ínfula más de los supuestos "entendidos", ya que a los profesionales de la música, entre los que me incluyo (como guitarrista Titulado Superior junto a mi "Antonio Marín" granadina, por cierto), no se nos permite, ni podemos opinar sobre lo que realmente es esta panda de drogatas: una auténtica y deleznable basura desde todos los parámetros del sonido (rítmico, melódico, armónico y, por extensión, poético).
El diseño de los personajes y su psicología provoca náuseas y rechazo desde el minuto uno; una piara de cerdos es más productiva y agradable que el grupo de jóvenes espantajos que se nos muestra. Los actores están a lo suyo, a no vocalizar, a no decir nada coherente, nada comprensible y a mostrarse "colocados" durante todo el film. Vaya, que coges a cualquiera que veas por la calle una noche de sábado y lo borda de igual modo. Por otra parte, la relación afectiva paralela entre la pobre May y el colgado del cantante es sucia, grotesca, insana, tóxica, cercana al simple instinto animal y alejada de cualquier atisbo de eso que llamamos amor.
Ganadora de la Biznaga de Oro en Málaga y seleccionada para ir a los Óscar 2025, ¿te lo puedes creer?, yo no (supongo que es porque sale Nueva York). Pero bueno, les recomiendo a todo su equipo técnico y actores que no hagan las maletas; sinceramente no creo que ganen ni el primer, ni el segundo, ni el tercer premio.
"La nueva película de Isaki Lacuesta es un relato de amor, vampiros y drogas (muchas) en una Granada de los 90 en plena efervescencia del rock indie". Esto es lo que se dignan a escribir los medios. Pues, con excepción del homenaje permanente a las drogas, ni amor, ni vampiros, ni creatividad sonora ("Arrebato" de Zulueta si que, en este sentido, es magnífica).
Creo que no la llegué a terminar del todo, mis oídos me avisaron que lo que estaba experimentando era lo más cercano al ruido blanco o rosa y quedé postrado en los brazos de Morfeo. En fin, si quieres sentir la pobreza musical de este grupo y el penoso ejercicio cinematográfico de su creador, póntela y sabrás lo que es bueno, bueno, bueno. ¡Dios qué calidad de música! ¡Qué se quiten de en medio Pink Floyd, Dream Theater, The Beatles, The Police, Rush, Mr. Big, Supertramp, Asia o Queen!, que vienen... ¡Los Planetas! (pero no los de Holst). Llega a ser peor que "La Estrella Azul", y ya es decir. El cine patrio anda perdido, huérfano e intoxicado de muy malos referentes creativos. Pero, ¡hete aquí Sancho! ¡11 nominaciones a los Goya! ¡Olé y sus huevos! No tienen pudor, ni vergüenza en la Academia de Cine (supongo que estará dirigida por algún socialista ciego de avaricia y con la sensibilidad artística de un troglodita).
"No sé lo que podíais hacer juntos, pero si tengo claro lo que no podíais hacer". Y eso incluía la música, carajo. Si este grupo llegó a grabar discos y a triunfar relativamente, tenemos que indagar en el grave problema de sensibilidad y/o acuciante sordera que afecta a nuestra población. Por respeto a la música de verdad y a la digna profesión del músico (y a sus miles de horas ensayando en soledad (o en grupo)), he olvidado y borrado de mi mente esta despreciable cinta.
Su guión literario está repleto de interjecciones, balbuceos dialogados, reflexiones vacuas y pretenciosidad inane, incluyendo una jerga propia del nivel intelectual de los niñatos analfabetos integrantes de dicha banda, a saber: polla, puta madre, mierda, hostia, gilipollas, etc. De vez en cuando hablan sobre poesía, citando a Lorca por ejemplo, ¡vergonzante! El propio Lorca sabía más de música que toda esa panda al completo. A su vez, su montaje cercano al docudrama, diseño de producción y oscura fotografía resultan desabridos, incómodos y soporíferos a partes iguales (como un mal "chute").
Nada más lejos de la realidad, este grupo musical refleja, como pocos, la sobrevalorada esencia del mito subcultural "underground", siendo tan pobre a todos los niveles técnico-musicales y expresivos, que sonroja y da vergüenza que alguien siquiera pueda llegar a afirmar que esto sea música de cierta entidad. Otra ínfula más de los supuestos "entendidos", ya que a los profesionales de la música, entre los que me incluyo (como guitarrista Titulado Superior junto a mi "Antonio Marín" granadina, por cierto), no se nos permite, ni podemos opinar sobre lo que realmente es esta panda de drogatas: una auténtica y deleznable basura desde todos los parámetros del sonido (rítmico, melódico, armónico y, por extensión, poético).
El diseño de los personajes y su psicología provoca náuseas y rechazo desde el minuto uno; una piara de cerdos es más productiva y agradable que el grupo de jóvenes espantajos que se nos muestra. Los actores están a lo suyo, a no vocalizar, a no decir nada coherente, nada comprensible y a mostrarse "colocados" durante todo el film. Vaya, que coges a cualquiera que veas por la calle una noche de sábado y lo borda de igual modo. Por otra parte, la relación afectiva paralela entre la pobre May y el colgado del cantante es sucia, grotesca, insana, tóxica, cercana al simple instinto animal y alejada de cualquier atisbo de eso que llamamos amor.
Ganadora de la Biznaga de Oro en Málaga y seleccionada para ir a los Óscar 2025, ¿te lo puedes creer?, yo no (supongo que es porque sale Nueva York). Pero bueno, les recomiendo a todo su equipo técnico y actores que no hagan las maletas; sinceramente no creo que ganen ni el primer, ni el segundo, ni el tercer premio.
"La nueva película de Isaki Lacuesta es un relato de amor, vampiros y drogas (muchas) en una Granada de los 90 en plena efervescencia del rock indie". Esto es lo que se dignan a escribir los medios. Pues, con excepción del homenaje permanente a las drogas, ni amor, ni vampiros, ni creatividad sonora ("Arrebato" de Zulueta si que, en este sentido, es magnífica).
Creo que no la llegué a terminar del todo, mis oídos me avisaron que lo que estaba experimentando era lo más cercano al ruido blanco o rosa y quedé postrado en los brazos de Morfeo. En fin, si quieres sentir la pobreza musical de este grupo y el penoso ejercicio cinematográfico de su creador, póntela y sabrás lo que es bueno, bueno, bueno. ¡Dios qué calidad de música! ¡Qué se quiten de en medio Pink Floyd, Dream Theater, The Beatles, The Police, Rush, Mr. Big, Supertramp, Asia o Queen!, que vienen... ¡Los Planetas! (pero no los de Holst). Llega a ser peor que "La Estrella Azul", y ya es decir. El cine patrio anda perdido, huérfano e intoxicado de muy malos referentes creativos. Pero, ¡hete aquí Sancho! ¡11 nominaciones a los Goya! ¡Olé y sus huevos! No tienen pudor, ni vergüenza en la Academia de Cine (supongo que estará dirigida por algún socialista ciego de avaricia y con la sensibilidad artística de un troglodita).
"No sé lo que podíais hacer juntos, pero si tengo claro lo que no podíais hacer". Y eso incluía la música, carajo. Si este grupo llegó a grabar discos y a triunfar relativamente, tenemos que indagar en el grave problema de sensibilidad y/o acuciante sordera que afecta a nuestra población. Por respeto a la música de verdad y a la digna profesión del músico (y a sus miles de horas ensayando en soledad (o en grupo)), he olvidado y borrado de mi mente esta despreciable cinta.

7,1
24.003
2
26 de agosto de 2024
26 de agosto de 2024
15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Según Piaget el adolescente se incorpora al mundo adulto liberando su pensamiento infantil subordinado, programando su futuro y reformando el mundo donde va a vivir. Para ello construye sistemas y teorías que le posibilitan operar sobre lo desconocido, incluyendo falsas creencias, búsqueda de la identidad entre iguales (aceptación y autoconcepto) y desarrollando la madurez intelectual cognitiva y/o sexual.
Más bien en la película se habla de estados de ánimo (aburrimiento o vergüenza) o trastornos psíquicos como la ansiedad; esta última si se descontrola deja paralizada a la persona y sometida a diversas alteraciones psicosomáticas de tipo digestivo, neurológico, físico y conductual (hay escalas de psiquiatría que miden su impacto y grado lesivo, al igual que ocurre con la depresión). Solo la ansiedad reactiva puede canalizarse para actuar con diligencia en beneficio propio.
La inclusión de vergüenza, ansiedad, aburrimiento y envidia no son más que retazos pintorescos y narrativos para deconstruir la compleja mente adolescente de Riley.
Personalmente me he aburrido soberanamente con esta patética historia de una adolescente más y sus devaneos existenciales vitales. "Me la trae al pairo" la historia de Riley con su equipo de hockey sobre hielo en el campamento.
Lamentable, desangelada y trivial historia, mal narrada, soporífera como un mal viaje de LSD y trufada de falsa psicología barata de algún manual para perturbados mentales. El plano final de Riley sonriendo a su pantalla del móvil simboliza lo gravemente enfermos que están los jóvenes de nuestro mundo occidental (esa es su verdadera alegría, emoción y adicción vital). Según diversos estudios estos jóvenes pasarán entre 9 y 12 años completos de sus vidas mirando y usando su móvil, perdiéndose la vida real (eso si que es verdaderamente preocupante y emocionalmente dañino).
La basura de Disney engrandece cada vez más su descenso al cadalso del séptimo arte y provoca daños irreparables en las consciencias y mentes poco formadas e instruidas de nuestra, ya de por si, enferma sociedad.
Más bien en la película se habla de estados de ánimo (aburrimiento o vergüenza) o trastornos psíquicos como la ansiedad; esta última si se descontrola deja paralizada a la persona y sometida a diversas alteraciones psicosomáticas de tipo digestivo, neurológico, físico y conductual (hay escalas de psiquiatría que miden su impacto y grado lesivo, al igual que ocurre con la depresión). Solo la ansiedad reactiva puede canalizarse para actuar con diligencia en beneficio propio.
La inclusión de vergüenza, ansiedad, aburrimiento y envidia no son más que retazos pintorescos y narrativos para deconstruir la compleja mente adolescente de Riley.
Personalmente me he aburrido soberanamente con esta patética historia de una adolescente más y sus devaneos existenciales vitales. "Me la trae al pairo" la historia de Riley con su equipo de hockey sobre hielo en el campamento.
Lamentable, desangelada y trivial historia, mal narrada, soporífera como un mal viaje de LSD y trufada de falsa psicología barata de algún manual para perturbados mentales. El plano final de Riley sonriendo a su pantalla del móvil simboliza lo gravemente enfermos que están los jóvenes de nuestro mundo occidental (esa es su verdadera alegría, emoción y adicción vital). Según diversos estudios estos jóvenes pasarán entre 9 y 12 años completos de sus vidas mirando y usando su móvil, perdiéndose la vida real (eso si que es verdaderamente preocupante y emocionalmente dañino).
La basura de Disney engrandece cada vez más su descenso al cadalso del séptimo arte y provoca daños irreparables en las consciencias y mentes poco formadas e instruidas de nuestra, ya de por si, enferma sociedad.

6,3
44.455
8
2 de diciembre de 2023
2 de diciembre de 2023
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Condensar 800 páginas del libro de Herbert en apenas dos horas es un ejercicio imposible. A ello obligaron a David Lynch sus productores y, aún con todo, el resultado final es digno y reseñable.
El excelente elenco, la maravillosa música de Toto y Brian Eno, los impresionantes escenarios naturales y decorados y, el estilo onírico y personal de Lynch, hacen que merezca mucho la pena y que, para nada sea un producto desdeñable.
Nunca sabremos el alcance de la idea original de Lynch (seguro que hubiese sido una compleja y excelsa obra maestra) pero, lo que nos ha llegado no es banal, ni tan superfluo e inmerecido, como te quiere hacer creer el crítico de turno.
El excelente elenco, la maravillosa música de Toto y Brian Eno, los impresionantes escenarios naturales y decorados y, el estilo onírico y personal de Lynch, hacen que merezca mucho la pena y que, para nada sea un producto desdeñable.
Nunca sabremos el alcance de la idea original de Lynch (seguro que hubiese sido una compleja y excelsa obra maestra) pero, lo que nos ha llegado no es banal, ni tan superfluo e inmerecido, como te quiere hacer creer el crítico de turno.

7,0
4.619
5
6 de diciembre de 2023
6 de diciembre de 2023
14 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ejercicio de liberación y empoderamiento femenino que resulta redundante, sensacionalista, grotesco por momentos, estático y maniqueo. No ofrece ninguna lectura posible ya que la disyuntiva moral queda solapada por una visión febril del proceso de embarazo en si mismo (como una cuenta atrás angustiosa que terminará por desencadenar un cataclismo). Así las cosas, en la película se llega a considerar al embarazo como una enfermedad que subyuga a la mujer a los trabajos domésticos e impide su realización personal (algo que no es cierto, ya que se puede ser madre, retomar los estudios "a posteriori", etc.)
Independientemente de las consideraciones sociales y el contexto histórico de los años 60 en Francia, el aborto no puede ser criminalizado y perseguido pero, tampoco se debe hacer apología del mismo y castigar al neonato indefenso en pro de un egoísta y sesgado desarrollo vital individual.
En resumen film valiente, rodado en formato 4:3 con "steadycam" (cámara en mano), empleando encuadres cerrados, primeros planos y con casi total ausencia de música aunque, otras películas son más acertadas sobre el tema como "4 meses, 3 semanas, 2 días".
Independientemente de las consideraciones sociales y el contexto histórico de los años 60 en Francia, el aborto no puede ser criminalizado y perseguido pero, tampoco se debe hacer apología del mismo y castigar al neonato indefenso en pro de un egoísta y sesgado desarrollo vital individual.
En resumen film valiente, rodado en formato 4:3 con "steadycam" (cámara en mano), empleando encuadres cerrados, primeros planos y con casi total ausencia de música aunque, otras películas son más acertadas sobre el tema como "4 meses, 3 semanas, 2 días".
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