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Críticas ordenadas por utilidad
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2
8 de enero de 2011
8 de enero de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mala, aburrida, soporífera, desagradable (en el sentido mas radical de la palabra), plana, previsible... y un vomitivo etcétera. No son pocos los términos que se le vienen a uno a la cabeza tras presenciar semejante tomadura de pelo.
En su comienzo, "La posesión de Emma Evans" se presenta, aunque sólo remotamente, prometedora, sobre todo en su trato social e innovador de la historia. No obstante, el compulsivo uso de la cámara desenfocada le augura al espectador un fuerte dolor en las sienes. A los tres minutos, el ritmo bruto (casi grotesco) que toma la película justifica los peores temores de uno. En poco tiempo, nos damos cuenta de que el tren argumental ha descarrilado desastrosamente, y sabemos que aquello que nos espera de ahí en adelante es una vorágine de cabezadas somnolientas y de obsesivas miradas al reloj.
Y es que, quizá, lo más triste sea la persistente intención de Manuel Carballo de agarrarse a las faldas de viejos clásicos de calidad indiscutible (“El Exorcista"; peliculón donde los haya) a base de patéticos palos de ciego que no hacen más que intensificar el continuo estado de vergüenza ajena sufrido por respetable.
A lo que interpretación se refiere, la cinta tiene muy poco que ofrecer, sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que los personajes (todos "engalanados" con los más manoseados clichés y tópicos del género) no pueden dar más de sí. Destacable el papel de la "niñata" (llegas a desear que reviente), que se queda lejos (a años luz) de aquella escalofriante y corrupta Linda Blair postrada en una cama teñida de vómitos en el film de Friedkin.
La atmósfera de la película ha sido tratada con una falta total de tacto o mimo: la configuración de colores resulta tosca, una luminosidad excesiva (a lo que contribuye el predominio de escenas diurnas), y la práctica ausencia de efectos visuales (no por ello digitales, volviendo por cierto al tema de "El Exorcista") que tanto habrían contribuido al clímax en ciertos tramos del metraje.
En conclusión: Manuel Carballo, confiado de él, huye de la tierra de los toros y la paella, coge a cuatro "actoruchos" británicos e intenta reírse el último. Como era de esperar, su fracaso es estrepitoso.
Lo mejor:
* Su planteamiento inicial, que resulta innovador...
Lo peor:
*... aunque se ve rápidamente asaltado por clichés y tópicos.
* La ausencia de atmósfera.
* El personaje de la niña no favorece de ninguna de las maneras, a que el espectador se vea afectado con su desgracia.
* La cara de tonto que se te queda cuando has pagado seis euros por verla.
En su comienzo, "La posesión de Emma Evans" se presenta, aunque sólo remotamente, prometedora, sobre todo en su trato social e innovador de la historia. No obstante, el compulsivo uso de la cámara desenfocada le augura al espectador un fuerte dolor en las sienes. A los tres minutos, el ritmo bruto (casi grotesco) que toma la película justifica los peores temores de uno. En poco tiempo, nos damos cuenta de que el tren argumental ha descarrilado desastrosamente, y sabemos que aquello que nos espera de ahí en adelante es una vorágine de cabezadas somnolientas y de obsesivas miradas al reloj.
Y es que, quizá, lo más triste sea la persistente intención de Manuel Carballo de agarrarse a las faldas de viejos clásicos de calidad indiscutible (“El Exorcista"; peliculón donde los haya) a base de patéticos palos de ciego que no hacen más que intensificar el continuo estado de vergüenza ajena sufrido por respetable.
A lo que interpretación se refiere, la cinta tiene muy poco que ofrecer, sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que los personajes (todos "engalanados" con los más manoseados clichés y tópicos del género) no pueden dar más de sí. Destacable el papel de la "niñata" (llegas a desear que reviente), que se queda lejos (a años luz) de aquella escalofriante y corrupta Linda Blair postrada en una cama teñida de vómitos en el film de Friedkin.
La atmósfera de la película ha sido tratada con una falta total de tacto o mimo: la configuración de colores resulta tosca, una luminosidad excesiva (a lo que contribuye el predominio de escenas diurnas), y la práctica ausencia de efectos visuales (no por ello digitales, volviendo por cierto al tema de "El Exorcista") que tanto habrían contribuido al clímax en ciertos tramos del metraje.
En conclusión: Manuel Carballo, confiado de él, huye de la tierra de los toros y la paella, coge a cuatro "actoruchos" británicos e intenta reírse el último. Como era de esperar, su fracaso es estrepitoso.
Lo mejor:
* Su planteamiento inicial, que resulta innovador...
Lo peor:
*... aunque se ve rápidamente asaltado por clichés y tópicos.
* La ausencia de atmósfera.
* El personaje de la niña no favorece de ninguna de las maneras, a que el espectador se vea afectado con su desgracia.
* La cara de tonto que se te queda cuando has pagado seis euros por verla.

6,2
25.339
6
31 de agosto de 2012
31 de agosto de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Chronicle". Teniendo en mente el título de la ópera prima de Josh Trank, y con un rápido visionado de cualquiera de los tráilers que hay pululando por la red, un espectador al uso (categoría en la que un servidor se incluye) puede augurar una cinta, cuanto menos, interesante.
Pues bien: el espectador al uso no se equivocaría con este vaticinio. La película es interesante (la puntuación que le he dado le viene que ni pintada), aborda un género explotado hasta la vergüenza ajena esgrimiendo una perspectiva totalmente nueva, sugerente y, ante todo, realista. Y es que, siendo sinceros, ¿a quién no le gustaría hacer el ganso con sus recién adquiridos superpoderes? A todos los Peters Parkers, Linternas Verdes, y Daredevils, por ejemplo; ellos desarrollarían un espíritu heroico-altruista casi instantáneo, posiblemente como síntoma asociado a: una picadura de araña/anillo mágico/baño de residuos tóxicos.
Lo bueno de los tópicos, como siempre he dicho, es que son tan evidentes que el eludirlos no puede representar mayor dificultad; el auténtico problema es tener la fuerza de voluntad necesaria para renunciar a ellos y, por consiguiente, tentar al público comercial. El joven cineasta californiano tuvo los bemoles necesarios y, a riesgo de quedar convertido en un paria, se lanzó a la piscina.
Y parece que no se cayó con todo el equipo.
La técnica de la "cámara en mano", que ya hemos visto en otras películas tales como "El Proyecto de la Bruja de Blair" o "Monstruoso", se eleva aquí a su máximo exponente. Decir esto no es cualquier cosa, sobre todo teniendo en cuenta las posibilidades formales y el tremendo efecto realista que proporciona esta técnica. El aparato interactúa con los personajes y (esto es importante) con sus superpoderes. Si alguien creía que no se podía usar una grúa para rodar una cinta de este estilo, debería echar un vistazo a ciertas escenas de "Chronicle". Muy buena solución artística de Josh Trank y, quizás, uno de los puntos fuertes de su producción. Mención especial merece la cantidad de cámaras que intervienen a lo largo del film, más allá de la del propio protagonista (Iphones, cámaras de seguridad…).
La dirección de fotografía de Mathew Jensen es inteligente y dinámica, brindándonos imágenes ingeniosas gracias a la versatilidad del soporte, con planos inteligentemente desenfocados o deliberadamente erráticos, adecuados para dar esa sensación de “primera persona” tan efectiva en los momentos más angustiosos.
El guión, a pesar de arrastrar algún que otro cliché (no me extrañaría que éstos vinieran impuestos por los jefazos de la FOX), está correctamente planteado y gana en la humanización de personajes. No tenemos blanco y negro, héroes irremediablemente buenos o villanos terriblemente malos; existen claroscuros, sombreados; y eso, en una producción de esta índole, es el equivalente cinematográfico de hacer funambulismo. Por si fuera poco, tenemos una buena dosis de humor gamberro en la primera mitad de la cinta, otorgando frescura al conjunto.
A riesgo de ser reiterativo: la idea es original, dinámica y está bien llevada en la mayor parte del film; aun así, la trama tiene tanto sus más como sus menos. Y es que el texto de Max Landis cojea notablemente en la desigualdad entre los dos primeros tercios y su tramo final, que parece precipitarse por un pronunciado plano inclinado hacia la inevitable conclusión, la cual puede antojarse escabrosa y (casi) forzada.
Los efectos especiales cumplen a medias (más desigualdades), y aquí es cuando empieza a notarse lo ajustado del presupuesto. Por un lado, tenemos fragmentos de una imaginería visual considerable (el descenso de los tres protagonistas a la caverna, por poner un ejemplo, o los “trucos de magia” de Andrew en el concurso de talentos); por otro, nos topamos con tramos en los que el CGI chirría en exceso, restando verosimilitud a las imágenes (la escena de vuelo, ciertas partes del clímax final, etc.) En el apartado sonoro sobresalen las distorsiones captadas por la cámara, tales como el ruido o los pitidos que, bien utilizados, pueden matizar lo visto en pantalla de una forma simple y práctica.
*Concluyo en spoiler, pero sin spoiler:
Pues bien: el espectador al uso no se equivocaría con este vaticinio. La película es interesante (la puntuación que le he dado le viene que ni pintada), aborda un género explotado hasta la vergüenza ajena esgrimiendo una perspectiva totalmente nueva, sugerente y, ante todo, realista. Y es que, siendo sinceros, ¿a quién no le gustaría hacer el ganso con sus recién adquiridos superpoderes? A todos los Peters Parkers, Linternas Verdes, y Daredevils, por ejemplo; ellos desarrollarían un espíritu heroico-altruista casi instantáneo, posiblemente como síntoma asociado a: una picadura de araña/anillo mágico/baño de residuos tóxicos.
Lo bueno de los tópicos, como siempre he dicho, es que son tan evidentes que el eludirlos no puede representar mayor dificultad; el auténtico problema es tener la fuerza de voluntad necesaria para renunciar a ellos y, por consiguiente, tentar al público comercial. El joven cineasta californiano tuvo los bemoles necesarios y, a riesgo de quedar convertido en un paria, se lanzó a la piscina.
Y parece que no se cayó con todo el equipo.
La técnica de la "cámara en mano", que ya hemos visto en otras películas tales como "El Proyecto de la Bruja de Blair" o "Monstruoso", se eleva aquí a su máximo exponente. Decir esto no es cualquier cosa, sobre todo teniendo en cuenta las posibilidades formales y el tremendo efecto realista que proporciona esta técnica. El aparato interactúa con los personajes y (esto es importante) con sus superpoderes. Si alguien creía que no se podía usar una grúa para rodar una cinta de este estilo, debería echar un vistazo a ciertas escenas de "Chronicle". Muy buena solución artística de Josh Trank y, quizás, uno de los puntos fuertes de su producción. Mención especial merece la cantidad de cámaras que intervienen a lo largo del film, más allá de la del propio protagonista (Iphones, cámaras de seguridad…).
La dirección de fotografía de Mathew Jensen es inteligente y dinámica, brindándonos imágenes ingeniosas gracias a la versatilidad del soporte, con planos inteligentemente desenfocados o deliberadamente erráticos, adecuados para dar esa sensación de “primera persona” tan efectiva en los momentos más angustiosos.
El guión, a pesar de arrastrar algún que otro cliché (no me extrañaría que éstos vinieran impuestos por los jefazos de la FOX), está correctamente planteado y gana en la humanización de personajes. No tenemos blanco y negro, héroes irremediablemente buenos o villanos terriblemente malos; existen claroscuros, sombreados; y eso, en una producción de esta índole, es el equivalente cinematográfico de hacer funambulismo. Por si fuera poco, tenemos una buena dosis de humor gamberro en la primera mitad de la cinta, otorgando frescura al conjunto.
A riesgo de ser reiterativo: la idea es original, dinámica y está bien llevada en la mayor parte del film; aun así, la trama tiene tanto sus más como sus menos. Y es que el texto de Max Landis cojea notablemente en la desigualdad entre los dos primeros tercios y su tramo final, que parece precipitarse por un pronunciado plano inclinado hacia la inevitable conclusión, la cual puede antojarse escabrosa y (casi) forzada.
Los efectos especiales cumplen a medias (más desigualdades), y aquí es cuando empieza a notarse lo ajustado del presupuesto. Por un lado, tenemos fragmentos de una imaginería visual considerable (el descenso de los tres protagonistas a la caverna, por poner un ejemplo, o los “trucos de magia” de Andrew en el concurso de talentos); por otro, nos topamos con tramos en los que el CGI chirría en exceso, restando verosimilitud a las imágenes (la escena de vuelo, ciertas partes del clímax final, etc.) En el apartado sonoro sobresalen las distorsiones captadas por la cámara, tales como el ruido o los pitidos que, bien utilizados, pueden matizar lo visto en pantalla de una forma simple y práctica.
*Concluyo en spoiler, pero sin spoiler:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En conclusión: “Chronicle” es un perfecto experimento y ha sabido dar algo nuevo al público con cartas ya jugadas (“Monstruoso” encuentra a “X-men”). Si te gustaron (o no te disgustaron) cualquiera de estas dos, no lo dudes con Chronicle; aún con sus fallos, es una experiencia muy interesante que merece ser apreciada.
Lo mejor:
*La idea es (otra vez) original y trepidante, los personajes parcialmente prototípicos, pero reales; y algunas soluciones visuales quitan el hipo. La mayor parte de la película pivota sobre una historia muy bien contada; destila inteligencia.
*El humor de su primera parte, sin chistes malos que causen rubor.
Lo peor:
*Adolece de un clímax y una conclusión que echan abajo el ritmo minuciosamente tratado en sus dos primeros tercios. Da la impresión de que, con media hora más, se podrían haber hecho las cosas mejor.
*La insustancialidad de ciertos (pocos) personajes, como el de Ashley Hinshaw, que parecen ser un mero pretexto para añadir más cámaras-perspectivas a la cinta.
*Los efectos especiales de ciertos tramos pueden llegar a parecer chapuceros, en contraste con momentos previamente mencionados.
Lo mejor:
*La idea es (otra vez) original y trepidante, los personajes parcialmente prototípicos, pero reales; y algunas soluciones visuales quitan el hipo. La mayor parte de la película pivota sobre una historia muy bien contada; destila inteligencia.
*El humor de su primera parte, sin chistes malos que causen rubor.
Lo peor:
*Adolece de un clímax y una conclusión que echan abajo el ritmo minuciosamente tratado en sus dos primeros tercios. Da la impresión de que, con media hora más, se podrían haber hecho las cosas mejor.
*La insustancialidad de ciertos (pocos) personajes, como el de Ashley Hinshaw, que parecen ser un mero pretexto para añadir más cámaras-perspectivas a la cinta.
*Los efectos especiales de ciertos tramos pueden llegar a parecer chapuceros, en contraste con momentos previamente mencionados.
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