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SerieAnimación

5,7
8.326
9
9 de mayo de 2013
9 de mayo de 2013
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿En serio? Eh... ¿de verdad? ¿Nadie? Pero... ¿En serio?
De piedra me he quedado al ver que hay cero críticas. He visto fichas de películas y series con muchos menos votos pero con alguna que otra crítica. No me puedo creer que entre los más de 6000 votantes ninguno le haya dedicado una simple linea a esta serie.
La veía de muy niño y los escasos recuerdos que me quedaban estaban borrosos, pero sí recordaba muy bien que me divertía mucho. No solo me entretenía, me divertía de verdad, le tenia un cariño especial.
Pasaron más de diez años y por alguna razón se fue de mi cabeza y no volví a pensar en ella hasta hace un año, cuando deambulando por youtube veo la casilla de un video en V.O. de Pinky y Cerebro con Yoko Ono y dibujo una sonrisa antes de hacer clic. Casi me meo de risa; agudeza y sentido del humor a raudales, un perfecto dominio del doble sentido y la ironía y un toque de acidez surrealista. En una palabra: MARAVILLOSO.
Para el dia siguiente ya estaba enamorado hasta las trancas de los hermanos Warner (y la hermana Warner) y los demás, de su animación, de sus canciones y de su ingenio; en los siguientes meses devoré casi todos los capítulos en versión original sin subtitular (aprendí mucho inglés).
No dejaba de sorprenderme cómo manejaban en cada episodio y con asombrosa facilidad alusiones y referencias que iban desde la parodia de películas tanto actuales como antiguas hasta nada menos que burlas a sus propios fanáticos (con los que no me siento para nada identificado, ejem...) logrando no sólo un producto que divertía e informaba a los niños sin lavarles el cerebro al tiempo que hacía disfrutar a los adultos, sino un collage tan bien compuesto que basaba su misma naturaleza diegética en la metarreferencia.
Tanto me ha encantado su parte adulta que había una cuestión en la que no había reparado: ¿por qué me gustaba tanto de niño? La mayoría de las veces no son más que mamporros y gags, excelentemente coreografiados y desternillantes, pero mamporros y gags al fin y al cabo. ¿Qué es lo que tiene de especial para los niños?
Yakko, Wakko y Dot llevaban la locura por la locura a cualquier lugar y a cualquier hora (y a cualquier época o universo ficticio, dicho sea de paso), sin complejos ni recelos ni ningún temor a las consecuencias, por encima de cualquier convención e incluso de cualquier lógica y gozando cada instante. Estas inefables, estrafalarias, violentas, adorables y delirantes criaturas eran todo lo que un niño sueña con ser: amo y señor del mundo de diversión y desenfreno en el que vive.
Una verdadera desgracia que esta serie haya caído en el olvido colectivo incluso en América, siendo en realidad una de las más influyentes series de animación de su tiempo (con permiso de Los Simpson). Pero eso sí, muchos nunca dejaremos de recordarla con afecto, y ese es el mayor logro que puede alcanzar una serie.
Y para terminar solo quiero añadir que ADORO A WAKKO y que estoy pensando en fundar una religión en su nombre.
AVISO: No le recomiendo el doblaje latino ni a mi peor enemigo
De piedra me he quedado al ver que hay cero críticas. He visto fichas de películas y series con muchos menos votos pero con alguna que otra crítica. No me puedo creer que entre los más de 6000 votantes ninguno le haya dedicado una simple linea a esta serie.
La veía de muy niño y los escasos recuerdos que me quedaban estaban borrosos, pero sí recordaba muy bien que me divertía mucho. No solo me entretenía, me divertía de verdad, le tenia un cariño especial.
Pasaron más de diez años y por alguna razón se fue de mi cabeza y no volví a pensar en ella hasta hace un año, cuando deambulando por youtube veo la casilla de un video en V.O. de Pinky y Cerebro con Yoko Ono y dibujo una sonrisa antes de hacer clic. Casi me meo de risa; agudeza y sentido del humor a raudales, un perfecto dominio del doble sentido y la ironía y un toque de acidez surrealista. En una palabra: MARAVILLOSO.
Para el dia siguiente ya estaba enamorado hasta las trancas de los hermanos Warner (y la hermana Warner) y los demás, de su animación, de sus canciones y de su ingenio; en los siguientes meses devoré casi todos los capítulos en versión original sin subtitular (aprendí mucho inglés).
No dejaba de sorprenderme cómo manejaban en cada episodio y con asombrosa facilidad alusiones y referencias que iban desde la parodia de películas tanto actuales como antiguas hasta nada menos que burlas a sus propios fanáticos (con los que no me siento para nada identificado, ejem...) logrando no sólo un producto que divertía e informaba a los niños sin lavarles el cerebro al tiempo que hacía disfrutar a los adultos, sino un collage tan bien compuesto que basaba su misma naturaleza diegética en la metarreferencia.
Tanto me ha encantado su parte adulta que había una cuestión en la que no había reparado: ¿por qué me gustaba tanto de niño? La mayoría de las veces no son más que mamporros y gags, excelentemente coreografiados y desternillantes, pero mamporros y gags al fin y al cabo. ¿Qué es lo que tiene de especial para los niños?
Yakko, Wakko y Dot llevaban la locura por la locura a cualquier lugar y a cualquier hora (y a cualquier época o universo ficticio, dicho sea de paso), sin complejos ni recelos ni ningún temor a las consecuencias, por encima de cualquier convención e incluso de cualquier lógica y gozando cada instante. Estas inefables, estrafalarias, violentas, adorables y delirantes criaturas eran todo lo que un niño sueña con ser: amo y señor del mundo de diversión y desenfreno en el que vive.
Una verdadera desgracia que esta serie haya caído en el olvido colectivo incluso en América, siendo en realidad una de las más influyentes series de animación de su tiempo (con permiso de Los Simpson). Pero eso sí, muchos nunca dejaremos de recordarla con afecto, y ese es el mayor logro que puede alcanzar una serie.
Y para terminar solo quiero añadir que ADORO A WAKKO y que estoy pensando en fundar una religión en su nombre.
AVISO: No le recomiendo el doblaje latino ni a mi peor enemigo
2
21 de marzo de 2010
21 de marzo de 2010
31 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este monumento a la MEDIOCRIDAD pretende estar a la altura de Los Simpson, de la que es una burda imitación, pero si las comparamos vemos que en los simpson cuentan historias con un sentido a veces crítico, a veces reflexivo, pero dotado siempre de una coherencia digna de un producto de calidad, mientras que en Padre de familia los relatos son tremendamente superficiales y se resuelven con una prisa y una falta total de sentido dignas de la TELEBASURA ochentera; por otro lado la faceta cómica de los simpson recae en diálogos ingeniosos y gags hilarantes que contribuyen a formar la historia, mientras que en padre de familia los gags completamente banales, inconexos y de humor de patio de colegio se suceden uno detrás de otro, sin ton ni son y hasta la NÁUSEA.
Esta serie triunfa porque ofrece la risa fácil disfrazada de crítica comprometida. Hay una diferencia entre críticar e insultar; una crítica nace de una profunda reflexión y se traslada a la pantalla con agudeza y determinación, como cuando el actor secudario Bob gana las elecciones de Springfield; un insulto en cambio surge de las ganas de PROVOCAR, como cuando hace poco Mcfarlan y su séquito de íntegros humoristas hicieron un chiste sobre el hijo discapacitado de Sarah Palin (si usted encuentra esto gracioso acuda inmediatamente al psicopático más cercano).
Padre de familia: plagio barato de los simpson que presenta historias totalmente huecas entre gags descerebrados y sin ningún sentido.
Si es usted fan de la serie sepa que el óxido nitroso inhalado y los videos de caídas de youtube hacen el mismo efecto y requieren por su parte el mismo nivel de atención y comprensión: CERO
Esta serie triunfa porque ofrece la risa fácil disfrazada de crítica comprometida. Hay una diferencia entre críticar e insultar; una crítica nace de una profunda reflexión y se traslada a la pantalla con agudeza y determinación, como cuando el actor secudario Bob gana las elecciones de Springfield; un insulto en cambio surge de las ganas de PROVOCAR, como cuando hace poco Mcfarlan y su séquito de íntegros humoristas hicieron un chiste sobre el hijo discapacitado de Sarah Palin (si usted encuentra esto gracioso acuda inmediatamente al psicopático más cercano).
Padre de familia: plagio barato de los simpson que presenta historias totalmente huecas entre gags descerebrados y sin ningún sentido.
Si es usted fan de la serie sepa que el óxido nitroso inhalado y los videos de caídas de youtube hacen el mismo efecto y requieren por su parte el mismo nivel de atención y comprensión: CERO
10
12 de diciembre de 2019
12 de diciembre de 2019
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque esta serie es impresionantemente cautivadora desde el mismo principio, tanto por los entrañables personajes como por el inmenso y sobrecogedor mundo que recrea y, sobre todo, por el formidable trabajo del paisajismo y la ambientación, su mayor atractivo viene de algo mucho más profundo (no joke intended).
Amén de las relaciones personales que va tejiendo y la necesidad mutua que desarrollan los protagonistas, la gran efectividad a la hora de mostrar el qué y el cómo de ese más que fascinante lugar, las historias de fondo que van siendo reveladas y los misterios que se va guardando, los giros de trama y en general, la consistencia artística y narrativa perfectamente perfiladas, lo que distingue a esta serie es la ausencia de atajos y salidas fáciles que suelen estar presentes en la ficción comercial.
Esta serie va a lo suyo a su ritmo y no tiene reparos en llenarte de ternura para luego romperte el corazón. Va de la inocencia más pueril a la violencia descarnada en un parpadeo, haciendo reír y llorar cuando quiere. No huye de nada y (de nuevo, no joke intended) va hasta el fondo en todo lo que empieza.
Algo turbio revolotea desde muy pronto. Al principio es fácil achacarlo a las mareantes dimensiones de aquello que nos están presentando y su peligrosa naturaleza. Más tarde vemos que la cosa va en serio (no puedo abundar sin hacer spoiler) cuando la historia adquiere tintes de viaje sin retorno. Y a medida que va avanzando las amenazas que acechan a estos simpáticos niños, que tan estrecho lazo han formado en su aventura y con los que tanto nos hemos encariñado, emprenden un crescendo de tensión e incertidumbre al compás de una mezcla imposible pero cierta de Miyazaki y Lovecraft que nos lleva a lugares mucho más oscuros y truculentos de lo que nunca nos habríamos atrevido a imaginar al ver el póster.
La montaña rusa emocional en la que nos encontramos no lleva frenos. Llega a lo extenuante. Desgarra.
"Auténtica" es la mejor palabra que puedo encontrar para definir esta serie. Es un mundo fantástico y fantásticamente construido lleno de algunos de los paisajes más arrebatadores que jamás haya visto, las historias más viscerales, los personajes mejor trazados y, sobre todo, en un ejercicio de alegoría remarcable, un misterio inconmensurable que todo lo engloba y que resuena en lo más esencial del pensamiento: ¿qué hay al fondo del abismo?
No va con cuidado de evitar ciertos temas, no levanta el pie del acelerador, no hace concesiones, ni fan service, no se preocupa de complacer a un u otro sector demográfico, no se encanta con adornos y veleidades. No tiene tiempo para nada de eso.
Tiene una asombrosa historia que contar. Y lo hace muy, MUY bien.
Si te sientes listo, ten cuidado. El camino es largo y angosto. Y entre la hermosura que te rodeará, se esconden verdaderos horrores.
Yo, por mi parte, no puedo esperar a seguir descendiendo.
Amén de las relaciones personales que va tejiendo y la necesidad mutua que desarrollan los protagonistas, la gran efectividad a la hora de mostrar el qué y el cómo de ese más que fascinante lugar, las historias de fondo que van siendo reveladas y los misterios que se va guardando, los giros de trama y en general, la consistencia artística y narrativa perfectamente perfiladas, lo que distingue a esta serie es la ausencia de atajos y salidas fáciles que suelen estar presentes en la ficción comercial.
Esta serie va a lo suyo a su ritmo y no tiene reparos en llenarte de ternura para luego romperte el corazón. Va de la inocencia más pueril a la violencia descarnada en un parpadeo, haciendo reír y llorar cuando quiere. No huye de nada y (de nuevo, no joke intended) va hasta el fondo en todo lo que empieza.
Algo turbio revolotea desde muy pronto. Al principio es fácil achacarlo a las mareantes dimensiones de aquello que nos están presentando y su peligrosa naturaleza. Más tarde vemos que la cosa va en serio (no puedo abundar sin hacer spoiler) cuando la historia adquiere tintes de viaje sin retorno. Y a medida que va avanzando las amenazas que acechan a estos simpáticos niños, que tan estrecho lazo han formado en su aventura y con los que tanto nos hemos encariñado, emprenden un crescendo de tensión e incertidumbre al compás de una mezcla imposible pero cierta de Miyazaki y Lovecraft que nos lleva a lugares mucho más oscuros y truculentos de lo que nunca nos habríamos atrevido a imaginar al ver el póster.
La montaña rusa emocional en la que nos encontramos no lleva frenos. Llega a lo extenuante. Desgarra.
"Auténtica" es la mejor palabra que puedo encontrar para definir esta serie. Es un mundo fantástico y fantásticamente construido lleno de algunos de los paisajes más arrebatadores que jamás haya visto, las historias más viscerales, los personajes mejor trazados y, sobre todo, en un ejercicio de alegoría remarcable, un misterio inconmensurable que todo lo engloba y que resuena en lo más esencial del pensamiento: ¿qué hay al fondo del abismo?
No va con cuidado de evitar ciertos temas, no levanta el pie del acelerador, no hace concesiones, ni fan service, no se preocupa de complacer a un u otro sector demográfico, no se encanta con adornos y veleidades. No tiene tiempo para nada de eso.
Tiene una asombrosa historia que contar. Y lo hace muy, MUY bien.
Si te sientes listo, ten cuidado. El camino es largo y angosto. Y entre la hermosura que te rodeará, se esconden verdaderos horrores.
Yo, por mi parte, no puedo esperar a seguir descendiendo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me parece increíble que haya gente que dedique un solo soplo de aire a escandalizarse por el humor verde y más siendo un rasgo tan común en el anime en general.
Has visto a tu protagonista agonizar sangrando por nariz, boca, oídos y ojos, le has visto tener un momento en plan "127 horas", un asesinato por compasión, un laboratorio que experimenta con niños... ¿y te molesta un chiste de pililas? ¿ESO es ir demasiado lejos?
POR
FAVOR
Has visto a tu protagonista agonizar sangrando por nariz, boca, oídos y ojos, le has visto tener un momento en plan "127 horas", un asesinato por compasión, un laboratorio que experimenta con niños... ¿y te molesta un chiste de pililas? ¿ESO es ir demasiado lejos?
POR
FAVOR
8
13 de noviembre de 2017
13 de noviembre de 2017
17 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se ataca un tabú uno debe saber muy bien por dónde cogerlo. La gran mayoría lo trata con pinzas y con extremo cuidado condenándose a la mojigatería y el aburrimiento. Otros se limitan a describir hechos sin involucrarse para nada en la dimensión psicológica que rodea al tabú y a por qué es tabú. Pocos son los que se atreven a tratar el tema de forma desenfadada y ya no digamos con humor.
Hacer esto supone ponerse una diana en la cabeza a ojos de la corrección política y el destierro al cajón de lo vulgar, ya que la corrección política no distingue la ironía de la burla. Si a esto le añades que el tabú en cuestión es ni más ni menos que la pubertad y el despertar sexual de unos preadolescentes estás pidiendo a gritos que te lluevan hostias. Más te vale que no te salga una guarrada intrascendente, o te estallará en la cara.
Aprende de South Park. Hagas lo que hagas, llegues lo lejos que llegues en el apartado escatológico, haz que tenga razón de ser. No dejes que una gansada se quede en gansada, que forme parte de la historia, que desarrolle un personaje, que le descubra algún detalle al espectador. Juega con el lado cómico pero no lo fuerces siempre, que el ruido de las payasadas no se oiga más fuerte que tu discurso.
Por suerte, así es como lo hace esta serie. Hasta los momentos más retorcidos y de más mala leche no pierden nunca el sentido de lo que nos están contando: hacerse mayor es raro, y confuso, e incómodo, y embarazoso, y asqueroso, y aterrador, y un montón de muchas otras cosas que cada momento de esta serie nos recuerda por muy estrámbotico que nos lo presenten. Porque si hay una etapa de la vida estrámbotica, absurda y caótica esa es la edad en la que se hallan los personajes de esta serie, un montón de críos con las hormonas revolucionadas que no tienen ni idea de cómo crecer (lo que todos hemos sido).
La chica que te regaló tu primer beso, tus problemas para deshacerte de ciertos fluidos corporales, tu primera borrachera, las pajas clandestinas, la vergüenza y la inseguridad, tu primera peli porno, aquella vez que viste a tus padres, las clases que te fumabas con los colegas que iban a ser tus amigos para siempre, más pajas clandestinas... de una forma divertídamente bizarra y delirante, todo está aquí.
No seas moñas y disfrútalo.
Hacer esto supone ponerse una diana en la cabeza a ojos de la corrección política y el destierro al cajón de lo vulgar, ya que la corrección política no distingue la ironía de la burla. Si a esto le añades que el tabú en cuestión es ni más ni menos que la pubertad y el despertar sexual de unos preadolescentes estás pidiendo a gritos que te lluevan hostias. Más te vale que no te salga una guarrada intrascendente, o te estallará en la cara.
Aprende de South Park. Hagas lo que hagas, llegues lo lejos que llegues en el apartado escatológico, haz que tenga razón de ser. No dejes que una gansada se quede en gansada, que forme parte de la historia, que desarrolle un personaje, que le descubra algún detalle al espectador. Juega con el lado cómico pero no lo fuerces siempre, que el ruido de las payasadas no se oiga más fuerte que tu discurso.
Por suerte, así es como lo hace esta serie. Hasta los momentos más retorcidos y de más mala leche no pierden nunca el sentido de lo que nos están contando: hacerse mayor es raro, y confuso, e incómodo, y embarazoso, y asqueroso, y aterrador, y un montón de muchas otras cosas que cada momento de esta serie nos recuerda por muy estrámbotico que nos lo presenten. Porque si hay una etapa de la vida estrámbotica, absurda y caótica esa es la edad en la que se hallan los personajes de esta serie, un montón de críos con las hormonas revolucionadas que no tienen ni idea de cómo crecer (lo que todos hemos sido).
La chica que te regaló tu primer beso, tus problemas para deshacerte de ciertos fluidos corporales, tu primera borrachera, las pajas clandestinas, la vergüenza y la inseguridad, tu primera peli porno, aquella vez que viste a tus padres, las clases que te fumabas con los colegas que iban a ser tus amigos para siempre, más pajas clandestinas... de una forma divertídamente bizarra y delirante, todo está aquí.
No seas moñas y disfrútalo.

7,2
16.969
9
27 de agosto de 2016
27 de agosto de 2016
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La belleza de esta película no da tregua. Una tormenta en el mar, una mano manejando unos palillos... Desde lo más grande hasta el más insignificante detalle denota un mimo y una imaginación deslumbrantes. El dominio técnico del que puede presuir le rezuma por los poros, pero eso no es lo más importante.
Es una de esas raras ocasiones en las que han conseguido lo más dificil: que todos las piezas se fundan a la perfección para dotar al resultado de un alma. Una mitologia fascinante, una historia poderosa, una narración audaz, unos personajes encantadores, una música espectacular y de la animación ya ni te cuento... Esta película es mucho más que la suma de sus elementos; vive, respira y es tan auténtica como la pantalla en la que se proyecta.
Mientras la veía he pasado como de la m13rd/\ del crítico tiquismiquis que todos llevamos dentro, puesto que desde el mismo comienzo ha sido aplastado por la magia que captaban mis sentidos. No puedo asegurar que no tenga defectos ya que, si los tenia, me han pasado desapercibidos, me he olvidado de que estaba viendo una película. Eso es lo máximo a lo que puede aspirar una obra de arte: cautivarte de tal modo que te haga olvidarte de todo lo demás mientras la contemplas.
Ya sea un apacible rasgueo de guitarra, un precioso origami o el clímax de una lucha, el auténtico arte brilla con una luz que poco tiene que ver con la perfección académica; viene de aquello que no se deja explicar.
Es una de esas raras ocasiones en las que han conseguido lo más dificil: que todos las piezas se fundan a la perfección para dotar al resultado de un alma. Una mitologia fascinante, una historia poderosa, una narración audaz, unos personajes encantadores, una música espectacular y de la animación ya ni te cuento... Esta película es mucho más que la suma de sus elementos; vive, respira y es tan auténtica como la pantalla en la que se proyecta.
Mientras la veía he pasado como de la m13rd/\ del crítico tiquismiquis que todos llevamos dentro, puesto que desde el mismo comienzo ha sido aplastado por la magia que captaban mis sentidos. No puedo asegurar que no tenga defectos ya que, si los tenia, me han pasado desapercibidos, me he olvidado de que estaba viendo una película. Eso es lo máximo a lo que puede aspirar una obra de arte: cautivarte de tal modo que te haga olvidarte de todo lo demás mientras la contemplas.
Ya sea un apacible rasgueo de guitarra, un precioso origami o el clímax de una lucha, el auténtico arte brilla con una luz que poco tiene que ver con la perfección académica; viene de aquello que no se deja explicar.
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