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Críticas ordenadas por utilidad
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4,3
705
3
28 de noviembre de 2020
28 de noviembre de 2020
55 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
He presenciado la mayor horterada de la que creía que Hollywood era capaz, se ha superado a sí misma la meca del cine en rodar la película más disparatada, cursi y correctamente política que he visto en mucho tiempo.
Si juntar a Alicia y Peter Pan en una misma familia no era suficiente aberración, el elenco es terriblemente inadecuado, siendo esta película completa un chivo expiatorio de la corrección política que aplasta los cuentos tradicionales y les devora el alma confundiendo a las nuevas generaciones con estupideces, mezclas de personajes y matices, y cursilerías varias de las que los autores originales sentirían nauseas.
Angelina Jolie, haciendo personajes cada vez más poco creíbles, cursis y poco asequibles a su forma de ser en la gran pantalla, felina y fuerte, para provocar un aluvión de lo que se supone serán risas de encanto por las historias mezcladas, mutiladas y cambiadas y los lagrimones por el dramón de turno.
Es la película de la Navidad. Es una película mala, para qué engañarnos. Me recuerda la película de la Navidad del 2019 donde fue "Cats", que en taquilla le fue fatal y el producto general una aberración.
Parecido aquí, no veo a quien puede gustarle, pues ni estos son Alicia ni Peter Pan ni Maléfica es su cándida madre. Es una película horrible, inadecuada, a destiempo y tan solo otro panfleto político más.
Hollywood ha muerto.
Si juntar a Alicia y Peter Pan en una misma familia no era suficiente aberración, el elenco es terriblemente inadecuado, siendo esta película completa un chivo expiatorio de la corrección política que aplasta los cuentos tradicionales y les devora el alma confundiendo a las nuevas generaciones con estupideces, mezclas de personajes y matices, y cursilerías varias de las que los autores originales sentirían nauseas.
Angelina Jolie, haciendo personajes cada vez más poco creíbles, cursis y poco asequibles a su forma de ser en la gran pantalla, felina y fuerte, para provocar un aluvión de lo que se supone serán risas de encanto por las historias mezcladas, mutiladas y cambiadas y los lagrimones por el dramón de turno.
Es la película de la Navidad. Es una película mala, para qué engañarnos. Me recuerda la película de la Navidad del 2019 donde fue "Cats", que en taquilla le fue fatal y el producto general una aberración.
Parecido aquí, no veo a quien puede gustarle, pues ni estos son Alicia ni Peter Pan ni Maléfica es su cándida madre. Es una película horrible, inadecuada, a destiempo y tan solo otro panfleto político más.
Hollywood ha muerto.

4,1
11.755
7
1 de julio de 2016
1 de julio de 2016
65 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero decir que estoy atónita ante el gran aluvión de criticas negativas en lo concerniente a esta película.
Cuando sales de la sala del cine satisfecho por haber visto una película completamente de fantasía, cambia tu chip cuando lees tantas críticas malas.
Pero yo pienso que lo más sano para el género fantástico es dejar de intentar ver cada película con una lupa de perfección. Puede que "Dioses de Egipto" haga una incursión libre en el panteón egipcio, o que los efectos sean exagerados y a veces hasta exasperen, pero sin duda es una película concebida para entretener tan solo.
El reparto es inmejorable: Gerard Butler alejándose de su papel de héroe que salvas al presidente y de Leónidas, para interpretar a un villano, Nikolaj Coster-Waldau como dios del aire y Elodie Yung como el objeto de deseo de ambos.
Realmente creo que la película se sostiene, no con alfileres sino con un argumento que no es diferente del de otras películas de aventuras, y tiene un poco de todo.
Me gusta cuando una película rompe el molde e intenta crear algo nuevo, algo que hasta ahora no se ha visto. Alex Proyas ha conseguido su meta: entretener y eso es lo principal. La química entre Nikolaj y Elodie fue lo mejor, junto a las escenas de acción, no así la presencia de Brenton Thwaites, cuya imagen de niñato superhéroe será difícil de borrar incluso cuando tenga 40 años, como le está costando a Elijah Wood en cierto modo.
No diré que es una obra maestra, no lo es. Pero la película puede llegar a agradar si se le da una oportunidad. Los efectos son llevados al límite, y la narración intenta ser original, pero no es fácil dentro del mundo de Hollywood, donde todo ya ha sido revisado, explotado y clavado en la pared desde el primer momento, dejando poco espacio para nuevas ideas por parte de los guionistas.
Me gustó la película, su vestuario, la aventura y el romance. Las hay peores.
Cuando sales de la sala del cine satisfecho por haber visto una película completamente de fantasía, cambia tu chip cuando lees tantas críticas malas.
Pero yo pienso que lo más sano para el género fantástico es dejar de intentar ver cada película con una lupa de perfección. Puede que "Dioses de Egipto" haga una incursión libre en el panteón egipcio, o que los efectos sean exagerados y a veces hasta exasperen, pero sin duda es una película concebida para entretener tan solo.
El reparto es inmejorable: Gerard Butler alejándose de su papel de héroe que salvas al presidente y de Leónidas, para interpretar a un villano, Nikolaj Coster-Waldau como dios del aire y Elodie Yung como el objeto de deseo de ambos.
Realmente creo que la película se sostiene, no con alfileres sino con un argumento que no es diferente del de otras películas de aventuras, y tiene un poco de todo.
Me gusta cuando una película rompe el molde e intenta crear algo nuevo, algo que hasta ahora no se ha visto. Alex Proyas ha conseguido su meta: entretener y eso es lo principal. La química entre Nikolaj y Elodie fue lo mejor, junto a las escenas de acción, no así la presencia de Brenton Thwaites, cuya imagen de niñato superhéroe será difícil de borrar incluso cuando tenga 40 años, como le está costando a Elijah Wood en cierto modo.
No diré que es una obra maestra, no lo es. Pero la película puede llegar a agradar si se le da una oportunidad. Los efectos son llevados al límite, y la narración intenta ser original, pero no es fácil dentro del mundo de Hollywood, donde todo ya ha sido revisado, explotado y clavado en la pared desde el primer momento, dejando poco espacio para nuevas ideas por parte de los guionistas.
Me gustó la película, su vestuario, la aventura y el romance. Las hay peores.
1 de julio de 2024
1 de julio de 2024
44 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esas serán las palabras que definirán un día la acción que está haciendo Kevin Costner en revitalizar el género del western para atraer a las salas al público de verdad, al de esos de todas las edades que querían perderse en una buena película de dos horas o tres y olvidarse del tiempo y de ellos mismos, de los de antaño, que iban limpios de prejuicios y libres de la política racial y sexual, para engrandecer con su presencia las salas y la industria y también la de los artistas y cada trabajador de delante o de detrás de las cámaras del séptimo arte.
Kevin Costner no se da por vencido. No se deja vencer por las salas vacías, ni por las críticas de youtubers aficionados al cine de cuarta y que ni son críticos profesionales ni saben como hablar o argumentar con coherencia, da pena muchas veces, o en otras plataformas que intentan apartar al público de esta saga del oeste que viene con la misma fuerza de "Bailando con lobos" pero más repartida la historia, en un conjunto del que todos formamos parte para constituir una cadena del bien contra el mal. El bien de pagar una entrada por ver una película realmente entretenida y con sentido, lo cual ya es mucho pedir en estos tiempos, y el mal para parar esos bodrios woke a los que llaman cine y que son fracaso tras fracaso, copia cutre tras copia en un mundo sin fin, que está haciendo caer en un pozo incluso al odioso streaming, el maestro de las mentiras, pues nada es nunca tuyo. Esa nube o limbo donde todo parece estar, esa carta a tu gusto a cambio de la cuota de películas o series no son parte de nada.
De esa nada Kevin Costner nos intenta rescatar. Y funciona con los amantes del cine a la antigua usanza.
En esta sociedad etiquetada hasta para ir al WC no hay que ser un genio para adivinar que si defiendes "Horizon: An american saga" es que eres un viejo de más de 50 años, al igual de que si no te casas antes de los 30 es que vives en otra galaxia...y ni te cuento de los hijos.
Pero no es así.
No hay que ser viejo para gustar de lo antiguo, de lo de antes, ya que funcionaba.
"Bailando con lobos" fue un gustazo, y eso que la vi veinte años más tarde.
"Hatfields & McCoys" un aburrimiento que no podía dejar.
"Yellowstone" potente a momentos, sin mucho combustible, pero real.
"Robin Hood", sin ser del oeste, película donde se luchaba como si lo fuera, no se puede omitir de ningún modo.
Y es que el recorrido de Kevin Costner nos hace ver que puede contar con actores que son verdaderos profesionales, repitiendo con Jena Malone, o dándole de nuevo la batuta de hacer una película de acción verdaderamente buena y libre de CGI a Sam Worthington y devolver a Sienna Miller al mundo de los vivos en sus películas, por no hablar de los maravillosos actores nativo-americanos que se roban este primer episodio, como Tatanka Means o Owen Crowshoe, sin olvidar a la magnífica Isabelle Fuhrman, con un papel más discreto, pero con villanos sobresalientes como Jamie Campbell Bower, quien hace del hermanos Skyes más violento, en una prolongación a otros personajes oscuros que el actor ya llevaba en vena desde hacía años en sus películas de adolescente. Jamie Campbell Bower junto a Costner, los nativos, Sienna Miller y Abbey Lee Kershaw, como Marigold, la femme fatale de la película ahondan el alma de esta cinta.
El derecho a poseer unas tierras libres ficticias por parte de las interminables caravanas de colonos, ante una venta de tierras con nombres en la realidad de mil maneras, aquí "Horizon" que son una estafa, ya que los nativos jamás se irán de ellas y seguirán reclamándolas aunque eso signifique una sinfonía infernal de sangre, muerte, fuego y sufrimiento, el fin del mundo en aquellas praderas, ante el ataque de los indios, históricamente demostrable y palpable, y la reticencia de los colonos, la marcha de otros, la animosidad de sargentos como el personaje de Sam Worthington, quien representa el idealismo de la juventud más rebosante en el ejército de los Estados Unidos en contrapartida a su general, Houghton, intepretado por Danny Huston, quien prefiere el ignorar la vida, en no ser "el guardián " de sus hermanos, en su madurez, mientras que Worthington asume esta cruz.
Los Proctor, como parte del egoísmo humano. Kevin Costner sabe escoger a los actores, sabe dirigir y escribir, en este episodio uno toma la metáfora con personificaciones, prosopopeyas asombrosas, que no son si no la raíz de un episodio 2 que espero que llegue pronto.
Apoyar a Kevin Costner en este gran western lleno de acción, de vida, de personajes entrelazados, de momentos de duda, de humanidad es darle la mano al auténtico cine de antes.
Significa vencer aunque cueste a este tiempo de cine muerto, sin vida, matado por una agenda que apesta y que ha deformado el arte y lo ha convertido en una Sodoma y Gomorra al servicio de la degeneración más absoluta de la propaganda política, una que ya apena a la industria y la tiene moribunda.
No ha tenido una gran acogida este primer episodio. Era de esperar. Salas vacías, es mejor estar en Instagram presumiendo de las miserias y entrando en competición por con quién quedaré para el próximo fin de semana mientras busco el siguiente refrito español en Netflix.
No, prefiero morir a ser así. Quiero que el buen cine vuelva.
Kevin Costner ha perdido dinero de su propia fortuna, ha tenido al parecer problemas con la parienta, pero aún así lucha para que su modo de vida, su trabajo, el cine, no muera, y pueda volver a tener dignidad a través del más anciano y perenne género, el western. Debemos apoyarlo. Gran elección de actores e historias.
Kevin Costner no se da por vencido. No se deja vencer por las salas vacías, ni por las críticas de youtubers aficionados al cine de cuarta y que ni son críticos profesionales ni saben como hablar o argumentar con coherencia, da pena muchas veces, o en otras plataformas que intentan apartar al público de esta saga del oeste que viene con la misma fuerza de "Bailando con lobos" pero más repartida la historia, en un conjunto del que todos formamos parte para constituir una cadena del bien contra el mal. El bien de pagar una entrada por ver una película realmente entretenida y con sentido, lo cual ya es mucho pedir en estos tiempos, y el mal para parar esos bodrios woke a los que llaman cine y que son fracaso tras fracaso, copia cutre tras copia en un mundo sin fin, que está haciendo caer en un pozo incluso al odioso streaming, el maestro de las mentiras, pues nada es nunca tuyo. Esa nube o limbo donde todo parece estar, esa carta a tu gusto a cambio de la cuota de películas o series no son parte de nada.
De esa nada Kevin Costner nos intenta rescatar. Y funciona con los amantes del cine a la antigua usanza.
En esta sociedad etiquetada hasta para ir al WC no hay que ser un genio para adivinar que si defiendes "Horizon: An american saga" es que eres un viejo de más de 50 años, al igual de que si no te casas antes de los 30 es que vives en otra galaxia...y ni te cuento de los hijos.
Pero no es así.
No hay que ser viejo para gustar de lo antiguo, de lo de antes, ya que funcionaba.
"Bailando con lobos" fue un gustazo, y eso que la vi veinte años más tarde.
"Hatfields & McCoys" un aburrimiento que no podía dejar.
"Yellowstone" potente a momentos, sin mucho combustible, pero real.
"Robin Hood", sin ser del oeste, película donde se luchaba como si lo fuera, no se puede omitir de ningún modo.
Y es que el recorrido de Kevin Costner nos hace ver que puede contar con actores que son verdaderos profesionales, repitiendo con Jena Malone, o dándole de nuevo la batuta de hacer una película de acción verdaderamente buena y libre de CGI a Sam Worthington y devolver a Sienna Miller al mundo de los vivos en sus películas, por no hablar de los maravillosos actores nativo-americanos que se roban este primer episodio, como Tatanka Means o Owen Crowshoe, sin olvidar a la magnífica Isabelle Fuhrman, con un papel más discreto, pero con villanos sobresalientes como Jamie Campbell Bower, quien hace del hermanos Skyes más violento, en una prolongación a otros personajes oscuros que el actor ya llevaba en vena desde hacía años en sus películas de adolescente. Jamie Campbell Bower junto a Costner, los nativos, Sienna Miller y Abbey Lee Kershaw, como Marigold, la femme fatale de la película ahondan el alma de esta cinta.
El derecho a poseer unas tierras libres ficticias por parte de las interminables caravanas de colonos, ante una venta de tierras con nombres en la realidad de mil maneras, aquí "Horizon" que son una estafa, ya que los nativos jamás se irán de ellas y seguirán reclamándolas aunque eso signifique una sinfonía infernal de sangre, muerte, fuego y sufrimiento, el fin del mundo en aquellas praderas, ante el ataque de los indios, históricamente demostrable y palpable, y la reticencia de los colonos, la marcha de otros, la animosidad de sargentos como el personaje de Sam Worthington, quien representa el idealismo de la juventud más rebosante en el ejército de los Estados Unidos en contrapartida a su general, Houghton, intepretado por Danny Huston, quien prefiere el ignorar la vida, en no ser "el guardián " de sus hermanos, en su madurez, mientras que Worthington asume esta cruz.
Los Proctor, como parte del egoísmo humano. Kevin Costner sabe escoger a los actores, sabe dirigir y escribir, en este episodio uno toma la metáfora con personificaciones, prosopopeyas asombrosas, que no son si no la raíz de un episodio 2 que espero que llegue pronto.
Apoyar a Kevin Costner en este gran western lleno de acción, de vida, de personajes entrelazados, de momentos de duda, de humanidad es darle la mano al auténtico cine de antes.
Significa vencer aunque cueste a este tiempo de cine muerto, sin vida, matado por una agenda que apesta y que ha deformado el arte y lo ha convertido en una Sodoma y Gomorra al servicio de la degeneración más absoluta de la propaganda política, una que ya apena a la industria y la tiene moribunda.
No ha tenido una gran acogida este primer episodio. Era de esperar. Salas vacías, es mejor estar en Instagram presumiendo de las miserias y entrando en competición por con quién quedaré para el próximo fin de semana mientras busco el siguiente refrito español en Netflix.
No, prefiero morir a ser así. Quiero que el buen cine vuelva.
Kevin Costner ha perdido dinero de su propia fortuna, ha tenido al parecer problemas con la parienta, pero aún así lucha para que su modo de vida, su trabajo, el cine, no muera, y pueda volver a tener dignidad a través del más anciano y perenne género, el western. Debemos apoyarlo. Gran elección de actores e historias.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Las historias son asombrosas.
Hay una historia de amor, hay guerra, hay elecciones a tomar, hay sexo, hay luchas entre jefes, elección de maternidad, villanía, obras de arte, símbolos de paz, guiños a personajes apenas esbozados...Costner es nuestra última esperanza.
Hay una historia de amor, hay guerra, hay elecciones a tomar, hay sexo, hay luchas entre jefes, elección de maternidad, villanía, obras de arte, símbolos de paz, guiños a personajes apenas esbozados...Costner es nuestra última esperanza.
12 de agosto de 2024
12 de agosto de 2024
169 de 302 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine está creado para entretener.
La adaptación de los clásicos suelen llevar alteraciones de la trama y los personajes la mayor parte de las veces. Para los cinéfilos más puristas oír esto no es agradable, y con frecuencia tienen que sufrirlo en adaptaciones a la gran pantalla y a veces como miniseries en la pequeña pantalla, como "Cumbres borrascosas", "Jane Eyre", "Los tres mosqueteros", "Madame Bovary"...por citar algunas de ellas.
Así llega esta nueva película francesa "El conde de Montecristo" para alabar la gran obra de Dumas, o mejor dicho de su amigo Auguste Maquet (quien parece ser que fue el que escribiera ésta y "Los tres mosqueteros", pero bien sabemos que nunca habrá ni consenso ni justicia).
Esta nueva cinta de Pierre Ninney con 173 minutos se erige junto a las dos partes de "Los tres mosqueteros" de Eva Green y Vicent Cassel como la tercera parte de esta colección que el cine francés hará a partir de ahora a los grandes clásicos de Dumas. El siguiente será "El vizconde de Bragelonne", o más conocido como "El hombre de la máscara de hierro" si se sigue el orden del corpus.
No obstante nos enfrentamos a otra adaptación libre, lo cual no es malo para mí.
Pierre Niney se ha alzado como un actor camaleónico, versátil. Y es que ese es el gran problema, parece que en Francia no existen más actores de su rango y edad.
En los "Tres mosqueteros" ciertamente hay algo que no hay en "El conde de Montecristo" y es más luz, a pesar de que "El conde de Montecristo" se supone tener una envergadura dramática que la novela de los mosqueteros.
Había una vez un joven hermoso, noble, trabajador y pobre, llamado Edmond Dantés, lleno de luz y felicidad, que consiguió el amor de una joven tan pobre como él, Mercedes, la más hermosa de Francia y ascender por sus propios méritos en su barco Faraón, pero sus camaradas y conocidos envidiosos de su felicidad y éxito, le tendieron una emboscada con una carta que Napoleón le entregó que tenía que entregar al señor de Noirtier, padre del fiscal del nuevo orden, que encarna lo opuesto a la nueva situación política de su hijo, pues es agente bonapartista, a partir de aquí se desencadena el infierno en la tierra para nuestro protagonista.
Pierre Niney no es nada de eso. Los otros actores en el pasado si han encarnado bien a Edmundo, desde Pepe Martí en Estudio 1, hasta Robert Donat en el 34 y pasando por Louis Jourdan en una miniserie francesa, al igual que Richard Chamberlain en su adaptación del 75 o Andrea Giordiana en el 66 con su versión italiana en blanco y negro del frío y letal conde, por no hablar de Guillaume Depardieu que en 99 interpretó al joven Edmond junto a Jim Caviezel en el 2002.
Niney no logra transmitir inocencia, ni es poseedor de un físico que haga que los demás se pongan verdes de envidia como le pasa en la novela a Edmond, situación que sí es creíble cuando Jim Caviezel lo interpreta claro.
Y aquí empiezan las pegas con esta película que todos parecen adorar en masa, porque hay que hacerlo, es lo que marca la tendencia y no queda de otra.
Y sin embargo es una película en la que faltan los elementos más básicos de la novela.
Yo soy la primera partidaria para que hagan adaptaciones libres, siempre que lo más esencial está ahí. Esta película se percibe como un perfume que no huele, como un perfume que adolece del último acorde o de su ingrediente corazón más importante.
No es una película para recordar. Edmond Dantés no es Edmond Dantés, si no un actor mal escogido que confunde el tener cara de dolor con la verdadera venganza.
No se percibe al conde como en la novela se cuenta.
Muchos critican la poca seriedad de Kevin Reynolds en "La venganza del conde de Montecristo" del 2002, y sin embargo el esqueleto de lo que el conde era está todo ahí.
Su barco, su amistad con el Abate de Faría, su amor por Mercedes, la villanía sin tregua de Villefort y de Mondego pintadas en las mismas expresiones de los actores.
No había que explicar que Mondego odiaba a Edmundo, aunque fingiera amistad. Porque los ojos de Guy Pierce destilaban en su actuación una envidia insana. Y Villefort era la fuente misma del clasismo y el abuso de poder.
Se omitieron muchas claves, como las identidades del conde, pero no hacían falta.
Solo existía ese afán letal y frío de venganza. Ciertamente si Jim Caviezel fue Cristo en "La pasión" como conde de Montecristo tiene un porte de ser un auténtico psycokiller, un hombre sin escrúpulos pero al mismo tiempo frágil, roto por dentro, cualidades que Niney entre tanta peluca sobre peluca con disfraces poco probables para hacer de Lord Wilhmore, con otro nombre o de Abate Busoni, no retrata.
Es que esta adaptación no se han molestado en escoger a los actores adecuados que sin embargo Kevin Reynolds sí hizo.
Aunque contara menos cosas, aunque fuera tan libre.
También es libre la actual película de la que hablamos. Lo woke ha entrado, se ha colado por la puerta de atrás con añadidos como el lesbianismo o Angela.
O las grandes ausencias y desarrollo de los personajes.
Villefort, Morrel y Valentina, Eloise, Peppino, Bertuccio....y Edmond. Porque realmente no aparece. Solo aparece Niney con cara de enfado toda la película y de amargado.
Mensaje global desalentador, la venganza muy fría, los efectos ausentes, el vestuario ausente, la música mediocre, el suspense detectivesco mal interpretado, tan solo sobresalen Vasili Schneider y Ana María Vartolomei, como una pareja encantadora, pero que no viene al caso.
La pareja que debió unirse todos saben quién es.
Anaís Demoustier es la peor Mercedes que he visto. Sin química en absoluto por Pierre Niney, no es capaz de otorgar al atormentado personaje de Mercedes ni frío ni calor.
Y no hay nada peor que la mediocridad para un personaje pasional.
Película sobrevalorada, tan solo querida porque hay que quererla y porque es más fiel que la de Jim Caviezel. Es como una venganza contra Reynolds.
La adaptación de los clásicos suelen llevar alteraciones de la trama y los personajes la mayor parte de las veces. Para los cinéfilos más puristas oír esto no es agradable, y con frecuencia tienen que sufrirlo en adaptaciones a la gran pantalla y a veces como miniseries en la pequeña pantalla, como "Cumbres borrascosas", "Jane Eyre", "Los tres mosqueteros", "Madame Bovary"...por citar algunas de ellas.
Así llega esta nueva película francesa "El conde de Montecristo" para alabar la gran obra de Dumas, o mejor dicho de su amigo Auguste Maquet (quien parece ser que fue el que escribiera ésta y "Los tres mosqueteros", pero bien sabemos que nunca habrá ni consenso ni justicia).
Esta nueva cinta de Pierre Ninney con 173 minutos se erige junto a las dos partes de "Los tres mosqueteros" de Eva Green y Vicent Cassel como la tercera parte de esta colección que el cine francés hará a partir de ahora a los grandes clásicos de Dumas. El siguiente será "El vizconde de Bragelonne", o más conocido como "El hombre de la máscara de hierro" si se sigue el orden del corpus.
No obstante nos enfrentamos a otra adaptación libre, lo cual no es malo para mí.
Pierre Niney se ha alzado como un actor camaleónico, versátil. Y es que ese es el gran problema, parece que en Francia no existen más actores de su rango y edad.
En los "Tres mosqueteros" ciertamente hay algo que no hay en "El conde de Montecristo" y es más luz, a pesar de que "El conde de Montecristo" se supone tener una envergadura dramática que la novela de los mosqueteros.
Había una vez un joven hermoso, noble, trabajador y pobre, llamado Edmond Dantés, lleno de luz y felicidad, que consiguió el amor de una joven tan pobre como él, Mercedes, la más hermosa de Francia y ascender por sus propios méritos en su barco Faraón, pero sus camaradas y conocidos envidiosos de su felicidad y éxito, le tendieron una emboscada con una carta que Napoleón le entregó que tenía que entregar al señor de Noirtier, padre del fiscal del nuevo orden, que encarna lo opuesto a la nueva situación política de su hijo, pues es agente bonapartista, a partir de aquí se desencadena el infierno en la tierra para nuestro protagonista.
Pierre Niney no es nada de eso. Los otros actores en el pasado si han encarnado bien a Edmundo, desde Pepe Martí en Estudio 1, hasta Robert Donat en el 34 y pasando por Louis Jourdan en una miniserie francesa, al igual que Richard Chamberlain en su adaptación del 75 o Andrea Giordiana en el 66 con su versión italiana en blanco y negro del frío y letal conde, por no hablar de Guillaume Depardieu que en 99 interpretó al joven Edmond junto a Jim Caviezel en el 2002.
Niney no logra transmitir inocencia, ni es poseedor de un físico que haga que los demás se pongan verdes de envidia como le pasa en la novela a Edmond, situación que sí es creíble cuando Jim Caviezel lo interpreta claro.
Y aquí empiezan las pegas con esta película que todos parecen adorar en masa, porque hay que hacerlo, es lo que marca la tendencia y no queda de otra.
Y sin embargo es una película en la que faltan los elementos más básicos de la novela.
Yo soy la primera partidaria para que hagan adaptaciones libres, siempre que lo más esencial está ahí. Esta película se percibe como un perfume que no huele, como un perfume que adolece del último acorde o de su ingrediente corazón más importante.
No es una película para recordar. Edmond Dantés no es Edmond Dantés, si no un actor mal escogido que confunde el tener cara de dolor con la verdadera venganza.
No se percibe al conde como en la novela se cuenta.
Muchos critican la poca seriedad de Kevin Reynolds en "La venganza del conde de Montecristo" del 2002, y sin embargo el esqueleto de lo que el conde era está todo ahí.
Su barco, su amistad con el Abate de Faría, su amor por Mercedes, la villanía sin tregua de Villefort y de Mondego pintadas en las mismas expresiones de los actores.
No había que explicar que Mondego odiaba a Edmundo, aunque fingiera amistad. Porque los ojos de Guy Pierce destilaban en su actuación una envidia insana. Y Villefort era la fuente misma del clasismo y el abuso de poder.
Se omitieron muchas claves, como las identidades del conde, pero no hacían falta.
Solo existía ese afán letal y frío de venganza. Ciertamente si Jim Caviezel fue Cristo en "La pasión" como conde de Montecristo tiene un porte de ser un auténtico psycokiller, un hombre sin escrúpulos pero al mismo tiempo frágil, roto por dentro, cualidades que Niney entre tanta peluca sobre peluca con disfraces poco probables para hacer de Lord Wilhmore, con otro nombre o de Abate Busoni, no retrata.
Es que esta adaptación no se han molestado en escoger a los actores adecuados que sin embargo Kevin Reynolds sí hizo.
Aunque contara menos cosas, aunque fuera tan libre.
También es libre la actual película de la que hablamos. Lo woke ha entrado, se ha colado por la puerta de atrás con añadidos como el lesbianismo o Angela.
O las grandes ausencias y desarrollo de los personajes.
Villefort, Morrel y Valentina, Eloise, Peppino, Bertuccio....y Edmond. Porque realmente no aparece. Solo aparece Niney con cara de enfado toda la película y de amargado.
Mensaje global desalentador, la venganza muy fría, los efectos ausentes, el vestuario ausente, la música mediocre, el suspense detectivesco mal interpretado, tan solo sobresalen Vasili Schneider y Ana María Vartolomei, como una pareja encantadora, pero que no viene al caso.
La pareja que debió unirse todos saben quién es.
Anaís Demoustier es la peor Mercedes que he visto. Sin química en absoluto por Pierre Niney, no es capaz de otorgar al atormentado personaje de Mercedes ni frío ni calor.
Y no hay nada peor que la mediocridad para un personaje pasional.
Película sobrevalorada, tan solo querida porque hay que quererla y porque es más fiel que la de Jim Caviezel. Es como una venganza contra Reynolds.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Muchos dirán que es para que las nuevas generaciones vean esta historia, que la disfruten, que la conozcan...conocer algo tan mal ejecutado y tan desalentador, pensándolo bien es lo que pega en la sociedad actual.
9
4 de septiembre de 2011
4 de septiembre de 2011
33 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Preciosa y entretenida serie sobre la saga de George R.R. Martin, escritas en 1996, como decía otro colega usuario la larga espera de que fuera a adaptada a la televisión ha valido la pena. Esta serie es maravillosa, una de las mejores, y arrojan una luz y una vida sobre los libros digna de loa. Hay que tener en cuenta el gran mérito de David Benioff y los otros de llevar a la pequeña pantalla tal obra colosal. Perfectamente estructurada, y con un guión que echa fuego, los personajes están tan bien caracterizados: Dany, Khal Drogo........asímismo como los clanes a los que pertenecen, y esto es obra del impecable trabajo del reparto encabezado por Sean Bean, ya curtido en este género cuando acompañaba a Frodo y a Aragorn, y por una Lena Headey que oscila entre la fuerza de Gorgo de 300 y el delicado papel que hizo en "Posesión" en cuanto a drama. Con un vestuario muy bueno y unos efectos aún más esta serie de la nueva temporada es inmejorable, y muy recomendable. La fantasía se sale por la pantalla. Perfecta.
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