Sin lugar a dudas, ésta es la mejor película sobre Viet nam que se haya realizado. No se trata de una película de aventuras ni odiseas heróicas donde el bueno combate al malo. No hay que confundirse y decir que es la mejor película de guerra porque no se plantea una secuencia de guerra de principio a fin. Pero es la opinión más interesante sobre el total fracaso de Estados Unidos en Viet nam, una espinita que no podrán quitarse. Marlon Brando, totalmente magistral en diez minutos de aparición, susurrando frases cortas, mostrando su cara en pequeños intervalos, envuelto por una oscuridad sin fronteras definidas...y Coppola, que efectivamente nos lleva al fin del mundo y nos pasea por la orilla de la que es fácilmente caer.

Nunca hubiera imaginado que una película tan mal hecha tuviera tanto éxito. Se plantea el trillado problema de pareja, pero no se llega a nada, no se resuelve nada, sólo es mirar a seis personajes perdidos en sí mismos, como si fueran adolescentes que no saben lo que quieren. Ni siquiera son constantes los argumentos de cada uno de los personajes a lo largo de la película. Mal guión, música totalmente normal, es decir, nada destacable; comportamientos irresponsables donde lo importante es la vida "light" y sin saber llevar adelante un problema con la pareja.

Es de lo mejor por algo muy simple: El mensaje.
No me dejé apantallar por la animación hecha con una computadora, eso es lo de menos. Lo más notable es la serie de mensajes que los padres de familia recibimos a lo largo del filme. Desde perder a un miembro importante de la familia hasta vencer los temores que te acechan al ver crecer a tus hijos. Y desde luego las enseñanzas que los niños reciben si ponen atención a los hechos que acompañan al pequeño Nemo. Mi hijo tenía dos años y medio cuando la vio, y entendió el por qué de la obediencia.
Buscando a Nemo es un poema familiar donde experimentas varias emociones, tanto gratas como tristes. Qué bueno que los tiburones no son presentados como los típicos montruos carnívoros, sino como unos seres que - a su modo- buscan superar un hábito. Una película digna de formar parte del acervo familiar.

Luis Buñuel dirige esta película que, para variar, fue señalada, condenada, premiada y luego halagada. Nos acerca, desde su punto de vista, a la vida difícil que se presenta en todas las grandes ciudades (y para que quede claro nos muestra una torre Eiffel al inicio de la cinta). Como siempre fue típico en Buñuel, no vimos imágenes "bonitas", vimos imágenes crudas, como son realmente, sin maquillajes e incluso usando vestuario auténticamente de gente pobre. La delincuencia es, lamentablemente, una salida facil para aquellos que no cuentan con un apoyo familiar o social sólido.

Mala, absurda, morbosa, detestable, todo eso y mucho más es esta, vamos a llamarle, "propuesta" por parte de un no-director llamado Mel Gibson. La película es insoportable con tanta tortura, sangre y sufrimiento. Yo creo que lo más importante de la vida de Jesús de Nazareth es su mensaje, no su mega sufrimiento. Lo único propositivo es el lenguaje que hablan los protagonistas, pero como no es su lenguaje natal, se nota hueco y sin escencia.