Luego del batacazo comercial y crítico que sufrió con "Stonewall" (sobre todo por haber tenido el mal gusto de reemplazar a los activistas latinos y afroamericanos por actores caucásicos, algo que pasaría desapercibido ayer, pero no en el mundo "políticamente correcto" de hoy en día), el director Roland Emmerich deja de lado su faceta más "seria" y lo intenta con una (tardía) secuela del mega-hit que lo catapultó a la fama.

20 años después de los eventos presentados en la previa cinta, ahora el mundo goza de una época de paz y prosperidad. Hasta que por un error cometido por el gobierno de los EEUU,, el mundo entra nuevamente en contacto con seres alienígenas que amenazan la tranquilidad de nuestro planeta. Queda entonces en manos de un grupo de valientes militares (multiétnicos y estadounidenses, por supuesto) salvaguardar las vidas de millones y millones de seres humanos...

Ésta breve sinopsis y los avances sugieren más de lo mismo pero con modernos efectos especiales y más destrucción que en la primera. En una película tan básica como ésta (tanto que incluso me permitió seguir el argumento sin apenas prestar atención) los efectos especiales son los absolutos protagonistas y aquí cumplen su función de manera espectacular. Y, aunque seguramente nadie va a ir verla por algún actor en particular (Will Smith no aparece por obvias razones) disfruté mucho de la interpretación de Charlotte Gainsbourg; tan entretenida como siempre, aunque aquí no tiene mucho con qué trabajar.

En cuanto a los otros detalles técnicos y narrativos, algunas escenas de acción me parecieron aburridas, los personajes no tienen profundidad ni desarrollo (aunque en una película así ni falta que hace), y el mensaje de "unidad" mundial no hay quien se lo crea. Sin embargo es lo suficientemente entretenida -y como media hora más corta que la original- para divertir a quien no espere ver el nadir del género de ciencia ficción.

No hay mucho más que decir; si te gustó la primera seguramente disfrutarás de ésta otra: una película palomera sin más que no supera a las pocas buenas del director Roland Emmerich, pero tampoco llega a insultar nuestra inteligencia como algunos de sus peores trabajos. Además, seguramente recaudará una burrada en la taquilla de medio mundo. Porque de algún modo hay que reponer las millonarias pérdidas que generó "Stonewall"...

http://cinema-vaudeville.blogspot.mx/