You must be a loged user to know your affinity with Maetterlinck
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred
8
26 de noviembre de 2012
26 de noviembre de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a los muchos detractores que parece tener Rosalind Russell por su participación de Luna Nueva de Howard Hawks, aguantarle el tipo a una bestia cómica que se desataba con Hawks como lo hacía Cary Grant no es si no síntoma de que estamos ante una mas que competente intérprete de este género. Evidentemente no llega al nivel de Katharine Hepburn ( pero al fin y al cabo... ¿Quién lo ha hecho en mas de cien años de historia del cine? A veces ni la propia Hepburn), pero a mi juicio, no está por debajo de otras actrices con mas estrella como Myrna Loy o Jean Arthur. Incluso un mito (sustentado en una portentosa capacidad interpretativa, desde luego) como Carole Lombard ha tenido interpretaciones mas flojas en algún que otro momento que Rosalind Russell que si bien no llega a tales extremos de brillantez, mantiene siempre una cierta dignidad.
Una vez restituido el honor de la protagonista, hay que decir que cuenta con un guión bien trabajado y que permite el lucimiento (con algún que otro "saltito argumental" un tanto forzado, eso si). En el aspecto negativo hay que decir que la película se apoya mas en algunos secundarios de gran nivel que en el partenaire de Rosalind Russell, para mi gusto un tanto falto de encanto. No llega a parecer ni un príncipe azul como Grant ni un intérprete cómico tan efectivo como puede ser Melvyn Douglas o hasta Ray Milland, o al menos se hubiera agradecido el aire mas canallesco de un William Holden o hasta un George Sanders.
Aun así, y no queriendo estirarme mucho mas, la película presenta algunos sketches dignos de antología. Sin duda un excelente ejemplo de lo que se conoció como Screwball comedy, subgénero que ha aportado grandes películas a la historia del cine.
Una vez restituido el honor de la protagonista, hay que decir que cuenta con un guión bien trabajado y que permite el lucimiento (con algún que otro "saltito argumental" un tanto forzado, eso si). En el aspecto negativo hay que decir que la película se apoya mas en algunos secundarios de gran nivel que en el partenaire de Rosalind Russell, para mi gusto un tanto falto de encanto. No llega a parecer ni un príncipe azul como Grant ni un intérprete cómico tan efectivo como puede ser Melvyn Douglas o hasta Ray Milland, o al menos se hubiera agradecido el aire mas canallesco de un William Holden o hasta un George Sanders.
Aun así, y no queriendo estirarme mucho mas, la película presenta algunos sketches dignos de antología. Sin duda un excelente ejemplo de lo que se conoció como Screwball comedy, subgénero que ha aportado grandes películas a la historia del cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me parece que hacer cualquier tipo de spoiler es estropear los momentos cómicos. Sólo puedo decir que las dos secuencias de boda son posiblemente mis momentos favoritos de la película.
2
25 de octubre de 2015
25 de octubre de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez superados los momentos de inicial perplejidad por encontrarte súbitamente en medio de las revueltas provocadas por el conflicto entre Ucrania y Rusia, te sumerges de pronto en una especie de loa de lo que debería ser una especie de conductor de la historia, pero que termina convirtiéndose en su protagonista. Teóricamente la cinta quiere abordar el tema de cómo y por qué se produjo la catástrofe de Chernobyl, pero en lugar de eso se pierde en confusas entrevistas que no terminan de aclarar trama alguna y una serie de planos en lugares devastados para mayor gloria y loor de su protagonista.
Es un debate duro el de desdeñar una obra directamente sólo porque no coincidas con su ideología. Personalmente, creo que hay que intentar evaluar méritos y errores mas allá de lo que se critique o ensalce. El problema en este y otros casos es cuando crece la sospecha de que es el principal argumento de la obra. Si, como decíamos, el visionado comienza con las revueltas por la ocupación rusa, el intentar llevar las pesquisas una y otra vez a responsabilizar a Moscú de la tragedia nuclear y terminar otra vez en el mismo punto en el que se empezó, despierta sospechas. Muchas sospechas.
Decía Holmes que unos de los grandes problemas que se encuentra el investigador es la tendencia a ordenar los hechos de tal forma que corroboren la teoría ideada a priori, en lugar de ser las evidencias las que se encarguen de recrear lo sucedido. Como en una serie de intriga de baja calidad, esta es la impresión que me queda de la teoría conspirativa expuesta en el documental.
Si unimos a la descarada apología, el constante egocentrismo predominante en la cinta, personalmente no puedo darle una valoración en absoluto positiva. Es decir, un documental, a la postre, depende de su credibilidad, y este hace tan evidente y constante estos dos defectos, que a ratos te induce a pensar si no es una comedia que no estás entendiendo. Mi consternación ante el premio recibido en Sundance.
Es un debate duro el de desdeñar una obra directamente sólo porque no coincidas con su ideología. Personalmente, creo que hay que intentar evaluar méritos y errores mas allá de lo que se critique o ensalce. El problema en este y otros casos es cuando crece la sospecha de que es el principal argumento de la obra. Si, como decíamos, el visionado comienza con las revueltas por la ocupación rusa, el intentar llevar las pesquisas una y otra vez a responsabilizar a Moscú de la tragedia nuclear y terminar otra vez en el mismo punto en el que se empezó, despierta sospechas. Muchas sospechas.
Decía Holmes que unos de los grandes problemas que se encuentra el investigador es la tendencia a ordenar los hechos de tal forma que corroboren la teoría ideada a priori, en lugar de ser las evidencias las que se encarguen de recrear lo sucedido. Como en una serie de intriga de baja calidad, esta es la impresión que me queda de la teoría conspirativa expuesta en el documental.
Si unimos a la descarada apología, el constante egocentrismo predominante en la cinta, personalmente no puedo darle una valoración en absoluto positiva. Es decir, un documental, a la postre, depende de su credibilidad, y este hace tan evidente y constante estos dos defectos, que a ratos te induce a pensar si no es una comedia que no estás entendiendo. Mi consternación ante el premio recibido en Sundance.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si faltaba algo a la cinta, aparte de los planos de su protagonista desnudo envuelto en plásticos (absolutamente bochornosos en un documental que pretenda ser riguroso), los gritos denunciando la conspiración para volver a recrear la extinta Unión Soviética, mezclada con planos para alentar un sentimiento nacional ucraniano inducen a dudar de la "inocencia" del documental. Es mas, directamente (y esto es opinión personal) llegué a pensar que había pasado casi hora y media viendo delirios de un lunático. Frecuentemente he escuchado críticas a la obra de Michael Moore por ser excesivamente efectista, y aunque no puedo negar que sea así (aunque se puedan llegar a entender sus razones), absolutamente nada que ver con lo expuesto en esta cinta. Demasiado artificio para convencer a nadie.
6
10 de abril de 2014
10 de abril de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquier miércoles es una comedia entretenida, sencilla y eficaz, pero que se queda en tierra de nadie. Visual y estéticamente está encuadrada en los 60, pero rezuma usos y costumbres bastante anteriores, muy propios de comedias de la década anterior. A nadie ha de extrañar ni sorprender que confiese que se basa en el clásico esquema en el que una chica joven e insegura acaba en brazos de un hombre mayor y casado a causa del pánico que le produce estar sola, hasta que un aparece un hombre mas apropiado que la rescata de esa situación errónea, para por fin proporcionarle un hogar lleno de hijos. Lo dicho, no es una película revolucionaria en ese aspecto.
Tres años después se estrenaría Flor de cactus, con un argumento de partida similar aunque un desarrollo bastante diferente. Ambas entretenidas y recomendables, desde luego.
A los veinte minutos de película tenemos a Jane Fonda hecha ya una moderna Doris Day (incluso repitiendo algunos tics infantiles y llorones que tenían muchos de los personajes que interpretó en la década anterior). Es curioso porque para cuando aparece Dean Jones (un actor que se asocia con Disney tanto o mas que el ratón Mickey), no pude por menos que acordarme de Fred McMurray.
La película no niega su origen teatral, como denota los pocos cambios de escenario. Casi toda la acción se desarrolla en el interior de un bullicioso apartamento. Va creciendo poco a poco de manera previsible pero divertida. En ese aspecto la película no tiene mucho reproche, es un divertimento eficaz al que contribuye un reparto muy dotado. Quizá en un argumento un tanto reaccionario destaca un tratamiento del sexo mas explícito en cuanto a lo verbal de lo que se podía encontrar en las antecesoras dentro de este estilo.
Curiosamente, no es el personaje de Jane Fonda, que interpreta a la amante de un hombre mayor y adinerado, la que encarna el papel de mujer independiente, como le correspondería por edad y época, si no mas bien la esposa del ejecutivo, una mujer mayor y de la que no se nos da a entender que tenga oficio alguno, si no mas bien, que se dedica a gastar el dinero de su marido. Curiosamente, en ausencia de la figura masculina, parece mas perdida la jovencita que ha crecido en otro ambiente y que, al menos al comienzo de la película, tenía trabajo propio, que la señora de mediana edad que parece depender de su marido.
El marido es un personaje que transmite en ocasiones rechazo y en otras hasta cierto cariño por la gracia que tiene, aunque esta gracia venga a través de un carácter nada amable y si soberbio, altivo, grosero y prepotente. Pero como te hace reír (y mas cuando no le salen las cosas como quiere) terminas cogiéndole cierta gracia. Con el personaje de Dean Jones sucede que viene condicionado por el mejor estilo clásico. No está especialmente desarrollado, pero cae simpático por el carisma de su intérprete (¿A quién no le cae bien Dean Jones? Por favor, que es el conductor de Herbie). Cabría achacarle en algunos momentos una cierta infantilidad, bastante de la cual viene dada por el carácter del personaje de Jane Fonda, aunque también aporta bastante el pique entre ambos protagonistas masculinos. En cualquier caso, sin llegar al nivel de otras grandes comedias de la época o con esas otras con las que comparte algunas características, y adentrándose en la lucha de géneros (aunque situándose en un estadio de lo mas inicial), es una comedia que sin llegar a ser brillante, sí resulta entretenida, divertida y muy agradecida de ver, con varios puntos que pueden gustar.
Tres años después se estrenaría Flor de cactus, con un argumento de partida similar aunque un desarrollo bastante diferente. Ambas entretenidas y recomendables, desde luego.
A los veinte minutos de película tenemos a Jane Fonda hecha ya una moderna Doris Day (incluso repitiendo algunos tics infantiles y llorones que tenían muchos de los personajes que interpretó en la década anterior). Es curioso porque para cuando aparece Dean Jones (un actor que se asocia con Disney tanto o mas que el ratón Mickey), no pude por menos que acordarme de Fred McMurray.
La película no niega su origen teatral, como denota los pocos cambios de escenario. Casi toda la acción se desarrolla en el interior de un bullicioso apartamento. Va creciendo poco a poco de manera previsible pero divertida. En ese aspecto la película no tiene mucho reproche, es un divertimento eficaz al que contribuye un reparto muy dotado. Quizá en un argumento un tanto reaccionario destaca un tratamiento del sexo mas explícito en cuanto a lo verbal de lo que se podía encontrar en las antecesoras dentro de este estilo.
Curiosamente, no es el personaje de Jane Fonda, que interpreta a la amante de un hombre mayor y adinerado, la que encarna el papel de mujer independiente, como le correspondería por edad y época, si no mas bien la esposa del ejecutivo, una mujer mayor y de la que no se nos da a entender que tenga oficio alguno, si no mas bien, que se dedica a gastar el dinero de su marido. Curiosamente, en ausencia de la figura masculina, parece mas perdida la jovencita que ha crecido en otro ambiente y que, al menos al comienzo de la película, tenía trabajo propio, que la señora de mediana edad que parece depender de su marido.
El marido es un personaje que transmite en ocasiones rechazo y en otras hasta cierto cariño por la gracia que tiene, aunque esta gracia venga a través de un carácter nada amable y si soberbio, altivo, grosero y prepotente. Pero como te hace reír (y mas cuando no le salen las cosas como quiere) terminas cogiéndole cierta gracia. Con el personaje de Dean Jones sucede que viene condicionado por el mejor estilo clásico. No está especialmente desarrollado, pero cae simpático por el carisma de su intérprete (¿A quién no le cae bien Dean Jones? Por favor, que es el conductor de Herbie). Cabría achacarle en algunos momentos una cierta infantilidad, bastante de la cual viene dada por el carácter del personaje de Jane Fonda, aunque también aporta bastante el pique entre ambos protagonistas masculinos. En cualquier caso, sin llegar al nivel de otras grandes comedias de la época o con esas otras con las que comparte algunas características, y adentrándose en la lucha de géneros (aunque situándose en un estadio de lo mas inicial), es una comedia que sin llegar a ser brillante, sí resulta entretenida, divertida y muy agradecida de ver, con varios puntos que pueden gustar.

5,8
47
6
24 de febrero de 2015
24 de febrero de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno tiende a esperar mucho de una película de Carole Lombard, más cuando se trata de una comedia. Pese a sus reticencias iniciales en aquel debut en el género junto a Howard Hawks y John Barrymore, Lombard demostró ser una actriz más que dotada para papeles humorísticos. Es, directamente, arrolladora. Amar en ayunas es correcta y da pie a que Lombard se explaye y muestre muchas de sus virtudes, pero no llega a mucho mas. Cumple magníficamente el papel de ser graciosa y entretenida, pero no llega mucho más allá. ¿Por qué? Bueno, quizá la trama resulta un poco inverosímil en el aspecto de que los hechos se precipitan sin que el espectador termine de entender los cambios que se producen en los personajes, salvo si entendemos que todo se justifica con una personalidad voluble y caprichosa.
Este es, quizá, otro de los puntos que hacen que la película no termine de "congeniar", y en esto entiendo que soy totalmente subjetivo. No es precisamente poco acostumbrado en el cine de la época que sus películas traten sobre gente de la alta sociedad, lo cual es un magnífico recurso para justificar que puedan dedicar tanto tiempo a perseguirse por toda la ciudad sin tener que atender otras ocupaciones. Pero en el caso de la película que nos atañe, el potencial económico de los personajes va unido a una actitud caprichosa a la que se une una impunidad que, creo, separa un poco a los personajes de su público. En general, pocos personajes resultan simpáticos del todo en esta película, salvo quizá el de Carole Lombard.
Estas son, quizá, las pegas mas importantes de la película, que por lo demás, tiene un ritmo excelente y no carece de diálogos ingeniosos, casi siempre en boca de la amada de Clark Grable (con el que, por cierto, tuvo una relación bastante parecida en algunos aspectos a lo que se puede ver en este filme). La duración (poco más de una hora) hace que tenga muy pocos altibajos o ninguno y está en la línea de la poca "trascendencia" de la producción. Un rato divertido que se agradece, que al fin y al cabo, es de lo que se trata.
Este es, quizá, otro de los puntos que hacen que la película no termine de "congeniar", y en esto entiendo que soy totalmente subjetivo. No es precisamente poco acostumbrado en el cine de la época que sus películas traten sobre gente de la alta sociedad, lo cual es un magnífico recurso para justificar que puedan dedicar tanto tiempo a perseguirse por toda la ciudad sin tener que atender otras ocupaciones. Pero en el caso de la película que nos atañe, el potencial económico de los personajes va unido a una actitud caprichosa a la que se une una impunidad que, creo, separa un poco a los personajes de su público. En general, pocos personajes resultan simpáticos del todo en esta película, salvo quizá el de Carole Lombard.
Estas son, quizá, las pegas mas importantes de la película, que por lo demás, tiene un ritmo excelente y no carece de diálogos ingeniosos, casi siempre en boca de la amada de Clark Grable (con el que, por cierto, tuvo una relación bastante parecida en algunos aspectos a lo que se puede ver en este filme). La duración (poco más de una hora) hace que tenga muy pocos altibajos o ninguno y está en la línea de la poca "trascendencia" de la producción. Un rato divertido que se agradece, que al fin y al cabo, es de lo que se trata.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Uno no puede evitar terminar sentirse un tanto traicionado por Kay, el personaje de Carole Lombard, cuando finalmente contrae matrimonio (máxime de la forma como sucede) con el personaje de Preston Foster. El multimillonario Scott Willis, por mas que intenta ser simpático, ocurrente y paciente para la consecución de su objetivo amoroso, no deja de ser un sinvergüenza ladino, arrogante y mandón, el tipo de hombre que raras veces cae bien al público. Pero a diferencia de otros personajes del mismo pelaje que han podido interpretar Melvyn Douglas entre otros, estos normalmente al llegar al final de la trama tienen un momento de arrepentimiento y redención que hace que le perdones las muchas tropelías contra la chica. En este caso no es así. Simplemente se sale con la suya.
Y se sale con la suya en gran parte gracias a que el personaje de Cesar Romero es otro personaje bastante negativo que busca medrar en los negocios (e incluso da la sensación de que en la sociedad) y le importa mas bien poco su prometida (como revela el que sea incapaz de escribir a Lombard en su gratísimo destierro nipón). La madre del personaje de Lombard es una cotilla y una entrometida cuyo único castigo es acabar la película por el suelo frotando las piernas de su resfriada hija. En ese aspecto, el único consuelo de quienes tomamos cariño a una Lombard que acaba pareciendo voluble y caprichosa, es que entre semejante elenco de gentuza, se queda con el único que es medianamente ocurrente.
Por ilustrar con anécdotas lo antes mencionado del tormentoso flirteo de Lombard y Grable, comentar que la rubia actriz dedicó palabras poco elogiosas hacia las artes amatorias del protagonista de Lo que el viento se llevó, a lo que el actor repuso "bien, tendré que practicar mas", y que en la fiesta en la que se le nombró Rey oficial de Hollywod, Lombard comentó a un grupo de amigos "con dos centímetros menos tendrían que llamarlo la reina de Hollywood". Sirva esto como homenaje a una actriz con un talento absolutamente demoledor y que, lamentablemente, nos dejó muy muy pronto.
Y se sale con la suya en gran parte gracias a que el personaje de Cesar Romero es otro personaje bastante negativo que busca medrar en los negocios (e incluso da la sensación de que en la sociedad) y le importa mas bien poco su prometida (como revela el que sea incapaz de escribir a Lombard en su gratísimo destierro nipón). La madre del personaje de Lombard es una cotilla y una entrometida cuyo único castigo es acabar la película por el suelo frotando las piernas de su resfriada hija. En ese aspecto, el único consuelo de quienes tomamos cariño a una Lombard que acaba pareciendo voluble y caprichosa, es que entre semejante elenco de gentuza, se queda con el único que es medianamente ocurrente.
Por ilustrar con anécdotas lo antes mencionado del tormentoso flirteo de Lombard y Grable, comentar que la rubia actriz dedicó palabras poco elogiosas hacia las artes amatorias del protagonista de Lo que el viento se llevó, a lo que el actor repuso "bien, tendré que practicar mas", y que en la fiesta en la que se le nombró Rey oficial de Hollywod, Lombard comentó a un grupo de amigos "con dos centímetros menos tendrían que llamarlo la reina de Hollywood". Sirva esto como homenaje a una actriz con un talento absolutamente demoledor y que, lamentablemente, nos dejó muy muy pronto.

5,0
167
3
20 de junio de 2014
20 de junio de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuatro años después de Charada, esa gran obra de Stanley Donen, con Cary Grant, Audrey Hepburn y Walter Matthau (entre otros), se estrenó Capricho. Las comparaciones son odiosas, pero en este caso difícilmente evitables. No quiero ahondar mucho en este tema por no entrar a destripar nada del argumento ni condicionar a ningún posible espectador, si bien los paralelismo empiezan ya con el inicio de la película.
Sobre la base del espionaje industrial dentro del sector de los cosméticos, se construye un argumento que por momentos es incongruente hasta consigo mismo, no siendo este su único defecto. Tampoco sé si es el peor, porque aunque es un error muy grave la pérdida de coherencia interna, tampoco llega a ser lo que mas estropea el resultado final. Posiblemente lo mas flagrante sea cómo intenta mantener el interés de la parte de intriga en base pequeñas vueltas de tuerca forzadas y que, además, no tienen ningún interés según te has empezado a meter en la trama.
Visualmente resulta una película interesante encuadrada en su aire muy tópicamente sesentero, tanto dentro de lo fílmico como en lo referido a la moda. Tiene momentos casi calcados a películas de James Bond y hacen cierta gracia las referencias a 007, los Beatles o Sir Laurence Olivier. Y en cuanto a comicidad, casi es de lo poco que destacar (y tampoco es para troncharse). El guión también flojea en la parte de comedia. Doris Day, una actriz bastante dotada, ha de volver a recurrir a muecas y alguna situación apurada. Richard Harris... Bueno, era un excelente actor, pero tampoco podía hacer milagros. Lo único para lo que da su personaje es para decir sus frases poniendo buena pose (e imitar a Laurence Olivier), y al menos en ese aspecto, de planta está estupendo.
Por decir algo mas positivo, quiero destacar la dirección artística, ya que ciertamente hay escenarios muy logrados, como el avión de Edward Mulhare o la casa de la secretaria japonesa (la cual, unido al bikini como vestuario, recordaba mucho a James Bond). Realmente, casi todo lo destacable para bien de la película es porque recordaba a otras. Una lástima tan paupérrimo guión, porque la producción tenía una pinta de poder haber sido interesante.
Sobre la base del espionaje industrial dentro del sector de los cosméticos, se construye un argumento que por momentos es incongruente hasta consigo mismo, no siendo este su único defecto. Tampoco sé si es el peor, porque aunque es un error muy grave la pérdida de coherencia interna, tampoco llega a ser lo que mas estropea el resultado final. Posiblemente lo mas flagrante sea cómo intenta mantener el interés de la parte de intriga en base pequeñas vueltas de tuerca forzadas y que, además, no tienen ningún interés según te has empezado a meter en la trama.
Visualmente resulta una película interesante encuadrada en su aire muy tópicamente sesentero, tanto dentro de lo fílmico como en lo referido a la moda. Tiene momentos casi calcados a películas de James Bond y hacen cierta gracia las referencias a 007, los Beatles o Sir Laurence Olivier. Y en cuanto a comicidad, casi es de lo poco que destacar (y tampoco es para troncharse). El guión también flojea en la parte de comedia. Doris Day, una actriz bastante dotada, ha de volver a recurrir a muecas y alguna situación apurada. Richard Harris... Bueno, era un excelente actor, pero tampoco podía hacer milagros. Lo único para lo que da su personaje es para decir sus frases poniendo buena pose (e imitar a Laurence Olivier), y al menos en ese aspecto, de planta está estupendo.
Por decir algo mas positivo, quiero destacar la dirección artística, ya que ciertamente hay escenarios muy logrados, como el avión de Edward Mulhare o la casa de la secretaria japonesa (la cual, unido al bikini como vestuario, recordaba mucho a James Bond). Realmente, casi todo lo destacable para bien de la película es porque recordaba a otras. Una lástima tan paupérrimo guión, porque la producción tenía una pinta de poder haber sido interesante.
Más sobre Maetterlinck
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here