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Críticas ordenadas por utilidad
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4
10 de enero de 2008
10 de enero de 2008
102 de 182 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bravo por esa fotografía preciosista, que parece que está uno recorriendo los pasillos del Museo del Prado. Qué linda.
Bravo por esa cadencia, por esa pausa meticulosa, por ese tempo primoroso y apaciguado. Qué delicia.
Bravo por el director. Qué pulso, qué maestría.
.......
Qué coñazo. Qué diálogos, nene, qué puñetera basura de conversaciones, qué aburrimiento. Oh, esas cancioncillas de la España profunda, que parecía una broma de algún programa de televisión, que parecía un zapping. ¿Quién era la que cantaba? ¿Marujita Díaz? Esas secuencias, una tras otra, en las que no pasa nada, en las que no pasa nada, en las que no pasa nada, nada, nada, coño, nada, nada, nadaaaaaaaaaaa... Que estamos otra vez con las gafapastas, otra vez, otra vez, joder, las gafapastas, otra vez. Que el cine ha cambiado, que la dinámica ha cambiado, que ya no puedes tirarte dos horas gaseando al personal con tanta fotico bonica y tanta camarica lenta, que no, señor Kar-Wai, que ahora es distintoooooooo... Que el cine tiene foticos, sí, y pausas, sí, y musiquica, sí (no necesariamente coplas, pero también valen), y actores que se lo piensan antes de hablar (qué colleja, tío, que guantazo le habría dado al chino en cada escena... "Habla, coño, di el texto ya, pesao"), que sí, Kar-Wai, pero hay un elemento que no te puedes saltar a las bravas: el ritmo. Hoy, señor Kar-Wai, el ritmo es el alma de una película. Aquí y en Canadá. Ritmo. Si no, se cae. Se cae, Wong. Y los diálogos hay que revisarlos, machote. ¿Te gusta la poesía? A mí también. Pero no me vendas la moto con tanta penumbra y tanto rollo. ¿Quieres poesía? Escríbela. Y déjate de disfraces y de tanta soplapollez. Espabila.
Bravo por esa cadencia, por esa pausa meticulosa, por ese tempo primoroso y apaciguado. Qué delicia.
Bravo por el director. Qué pulso, qué maestría.
.......
Qué coñazo. Qué diálogos, nene, qué puñetera basura de conversaciones, qué aburrimiento. Oh, esas cancioncillas de la España profunda, que parecía una broma de algún programa de televisión, que parecía un zapping. ¿Quién era la que cantaba? ¿Marujita Díaz? Esas secuencias, una tras otra, en las que no pasa nada, en las que no pasa nada, en las que no pasa nada, nada, nada, coño, nada, nada, nadaaaaaaaaaaa... Que estamos otra vez con las gafapastas, otra vez, otra vez, joder, las gafapastas, otra vez. Que el cine ha cambiado, que la dinámica ha cambiado, que ya no puedes tirarte dos horas gaseando al personal con tanta fotico bonica y tanta camarica lenta, que no, señor Kar-Wai, que ahora es distintoooooooo... Que el cine tiene foticos, sí, y pausas, sí, y musiquica, sí (no necesariamente coplas, pero también valen), y actores que se lo piensan antes de hablar (qué colleja, tío, que guantazo le habría dado al chino en cada escena... "Habla, coño, di el texto ya, pesao"), que sí, Kar-Wai, pero hay un elemento que no te puedes saltar a las bravas: el ritmo. Hoy, señor Kar-Wai, el ritmo es el alma de una película. Aquí y en Canadá. Ritmo. Si no, se cae. Se cae, Wong. Y los diálogos hay que revisarlos, machote. ¿Te gusta la poesía? A mí también. Pero no me vendas la moto con tanta penumbra y tanto rollo. ¿Quieres poesía? Escríbela. Y déjate de disfraces y de tanta soplapollez. Espabila.

5,2
17.051
7
7 de febrero de 2008
7 de febrero de 2008
68 de 115 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta crítica/mensaje es para esos críticos gafapastas que han descalificado la película mucho antes de verla y que, cuando la vieron, por supuesto, se sintieron obligados a no disfrutarla. Por una cuestión de principios. O de soplapollez.
El cine es arte, y, como tal, pretende extasiar los sentidos. ¿Es una definición pedante? Sí, pero también es válida. Te chinchas. Y sentarse a ver una película esperando que ésta nos ilumine la materia gris y nos descubra si el huevo fue antes que la puta gallina es de ser un auténtico gilipuertas. El cine entretiene, conmueve, divierte, enternece... y cuarenta pares de cosas más. Y ésa es la vaina, no hay otra. ¿Remake? Pues claro. Pero todo en el cine lo es, y en literatura. Ya comentó un genio, tiempo atrás, que las tramas originales sobre las que se componen las historias no son más que cinco o seis, y que todo lo demás son variaciones sobre las mismas: el amor, los celos, el odio, la venganza... Cinco o seis argumentos puros. Lo demás, copias enmascaradas. Y no pasa nada. Es lo que hay, y bendita sea la cosa. A esas tramas puras podemos añadirles ingredientes de la era moderna: extraterrestres cabrones, viajes espaciales, héroes de tebeo... y ya tenemos algún argumento más sobre el que deformar otro puñado de historias. Pero estaremos prácticamente en las mismas: que, a fin de cuentas, todo seguirá siendo un constante remake. Y desacreditar esta película con la excusa barata de "jo, la peli -original- era mejor" es precisamente eso: pataleta de crítico barato.
Lo que cuenta, majetes, es la firma, el criterio del realizador, su pulso, su sello. ¿O qué pasa? ¿Que no me meto en el cine a ver El pianista porque ya he visto antes otras pelis sobre el Holocausto? Vete por ahí, anda.
El cine es arte, y, como tal, pretende extasiar los sentidos. ¿Es una definición pedante? Sí, pero también es válida. Te chinchas. Y sentarse a ver una película esperando que ésta nos ilumine la materia gris y nos descubra si el huevo fue antes que la puta gallina es de ser un auténtico gilipuertas. El cine entretiene, conmueve, divierte, enternece... y cuarenta pares de cosas más. Y ésa es la vaina, no hay otra. ¿Remake? Pues claro. Pero todo en el cine lo es, y en literatura. Ya comentó un genio, tiempo atrás, que las tramas originales sobre las que se componen las historias no son más que cinco o seis, y que todo lo demás son variaciones sobre las mismas: el amor, los celos, el odio, la venganza... Cinco o seis argumentos puros. Lo demás, copias enmascaradas. Y no pasa nada. Es lo que hay, y bendita sea la cosa. A esas tramas puras podemos añadirles ingredientes de la era moderna: extraterrestres cabrones, viajes espaciales, héroes de tebeo... y ya tenemos algún argumento más sobre el que deformar otro puñado de historias. Pero estaremos prácticamente en las mismas: que, a fin de cuentas, todo seguirá siendo un constante remake. Y desacreditar esta película con la excusa barata de "jo, la peli -original- era mejor" es precisamente eso: pataleta de crítico barato.
Lo que cuenta, majetes, es la firma, el criterio del realizador, su pulso, su sello. ¿O qué pasa? ¿Que no me meto en el cine a ver El pianista porque ya he visto antes otras pelis sobre el Holocausto? Vete por ahí, anda.

6,3
6.664
4
8 de febrero de 2008
8 de febrero de 2008
50 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacer esta crítica es una putada. Porque un servidor se dedica a estas cosas del cine, y apedrear una cinta española duele precisamente por eso, porque es española. Porque creo, por incorrecto que parezca, que arroparnos entre vecinos es bueno y refrescante, y que deberíamos hacer un poquito la vista gorda y apoyarnos y darnos palmaditas, que la vida son cuatro días y cuantos menos disgustos mejor. Y encima tengo a una amiga en el reparto. Pero no puedo. No puedo, coño. Si me muerdo la lengua me enveneno.
Te has pasao, macho. Te has pasao mucho, Rosales. Has puesto el intermitente en Alcobendas y te has salido en Toledo, joder. El anticine es peligroso. Eso de romper con los esquemas y con las estructuras convencionales es muy arriesgado, tío. A veces sale bien, pero como te descuides te comen los pollos. Que sí, que lo de la credibilidad del personaje tirando de hiperrealismo está muy bien y tal, pero... En fin, no sé. Yo me cagué la pata abajo cuando miré el reloj a la media hora y descubrí que, joder, sólo habían pasado 10 minutos. Chungo, tío. Demasiado ladrillo. En fin... Y la pantalla dividida... Mola, sí. Está bien. ¿Y qué? Porque ésa es la pregunta, Rosales, ¿para qué la pantalla dividida? Y no me refiero al propósito existencial / cinematográfico, me refiero a la práctica, al resultado inmediato: ¿pa qué?
Ha comentado alguien por ahí que esta peli le parecía cine francés. Coño, no quiero ser cabrón y ensañarme con esto, pero el cine que hacen Luc Besson y Jean-Pierre Jeunet también es francés, ¿o ese cine no cuenta?
En cualquier caso, enhorabuena por los premios, y que lleguen muchos más.
Te has pasao, macho. Te has pasao mucho, Rosales. Has puesto el intermitente en Alcobendas y te has salido en Toledo, joder. El anticine es peligroso. Eso de romper con los esquemas y con las estructuras convencionales es muy arriesgado, tío. A veces sale bien, pero como te descuides te comen los pollos. Que sí, que lo de la credibilidad del personaje tirando de hiperrealismo está muy bien y tal, pero... En fin, no sé. Yo me cagué la pata abajo cuando miré el reloj a la media hora y descubrí que, joder, sólo habían pasado 10 minutos. Chungo, tío. Demasiado ladrillo. En fin... Y la pantalla dividida... Mola, sí. Está bien. ¿Y qué? Porque ésa es la pregunta, Rosales, ¿para qué la pantalla dividida? Y no me refiero al propósito existencial / cinematográfico, me refiero a la práctica, al resultado inmediato: ¿pa qué?
Ha comentado alguien por ahí que esta peli le parecía cine francés. Coño, no quiero ser cabrón y ensañarme con esto, pero el cine que hacen Luc Besson y Jean-Pierre Jeunet también es francés, ¿o ese cine no cuenta?
En cualquier caso, enhorabuena por los premios, y que lleguen muchos más.

6,1
95.411
2
5 de junio de 2009
5 de junio de 2009
131 de 244 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésta es la típica basura que no vale la pena ni acabar de ver entera, pero teniendo en cuenta la pasta que se gastaron en rodarla, ¿por qué no invertir un minutillo más en hacer un breve análisis y destacar algunas cosillas?
Cuando a la peña le ponen Spiderman o Matrix o alguna otra peli del género "no se lo cree ni tu prima", hay cierto margen de tolerancia. Lo hay porque la historia te la cuentan (en el tebeo o en el mismo guión) con una decencia significativa y un intento de "coherencia" dentro de la trama estúpida. Superman no puede volar y me parece que los elfos no existen, pero nos lo vamos a creer porque esos señores de la peli hicieron lo posible por darle sensatez y encanto a la cinta. Vale. Pero en el caso de Cara a Cara... En fin.
Vamos p'allá. Por supuesto, en el "espoila".
Cuando a la peña le ponen Spiderman o Matrix o alguna otra peli del género "no se lo cree ni tu prima", hay cierto margen de tolerancia. Lo hay porque la historia te la cuentan (en el tebeo o en el mismo guión) con una decencia significativa y un intento de "coherencia" dentro de la trama estúpida. Superman no puede volar y me parece que los elfos no existen, pero nos lo vamos a creer porque esos señores de la peli hicieron lo posible por darle sensatez y encanto a la cinta. Vale. Pero en el caso de Cara a Cara... En fin.
Vamos p'allá. Por supuesto, en el "espoila".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1/ Mola que te cagas (esto se repite varias veces) cuando salen de las esquinas con las pistolas en ambas manos y saltando lateralmente. Es decir: saltando de lado, al vacío, mientras disparan. ¿Qué pasa, que hay un colchón debajo? Claro que lo hay, coño, ya lo sabemos. ¿Pero en la historia también se supone que lo hay?
2/ Genial lo de esa especie de pistolilla láser que borra las cicatrices de la operación, jajajaja. Te corto la cara, te la separo de la cabeza, te pongo la del otro, y luego le doy así con la pistolilla, sssshhh, y listo. Ni una marca. Tela.
3/ El malo está en un coma casi irreversible. Pero mira tú por donde que se despierta. Y no creas que acusa dolor o malestar o algo parecido. Estoy en coma, pero hago ¡zas!, abro los ojos y... ¡Venga, a la faena, dale! Y entonces, en un santiamén, lo comprende todo: "Hostias, el cabrón del poli me ha quitao la cara y se la ha puesto. Qué maricón." No hay problema. Llama a los colegas, le traen al cirujano y le ponen la cara del Travolta en un plis. Visto y no visto. Venga, vámonos.
4/ El intercambio de caras es cojonudo, pero no te pierdas el detalle de las diferentes constituciones de los dos actores: el ancho de espalda, los hombros, la mandíbula de Travolta con respecto de Cage... ¡Y el pelo! ¿De dónde coño ha sacado el cirujano el pelo para ponérselo al malo? Jajajajaja.
5/ El malo, con la cara injertada, pasa una semana con la mujer del otro. Guay. ¿Y ella, asumiendo que nos hemos creído lo del trasplante de careto, no observa nada raro en el resto del cuerpo? ¿Nada? Sin contar con que un tipo se haga pasar por tu marido y no tenga ni puñetera idea de cómo hablarte para resultar creíble, además. O que no encuentre ni el puto cajón donde guardan las servilletas.
6/ Esto me encanta: lo de hablar con la voz del otro. "Te hemos implantado un microchip en el cuello que bla, bla, bla... A ver, haz una prueba, di algo... Hola, hola, probando... Listo. Ya está." JAJAJAJAJAJAJA...
7/ El personaje de la hija... Si no he visto ese personaje en cuatro mil películas, no lo he visto en ninguna.
8/ Los polis de asalto, entrando en las casas como gilipollas, a lo burro. Coño, ¿pero no ves que hay cuatro bestias dentro disparando a to lo que se menea? No hace falta ser un swat para saber que si asomas la cabeza por las bravas te la limpian. Pues nada.
9/ Aparece por fin el "bueno" con el careto (y el cuerpo) del "malo". Y habla con su mujer. Y ella, claro, se asusta. Pero no pasa nada, porque ahora el "bueno" le dice: "Recuerdo aquella tarde, cuando cenamos tortelini a la puta luz de las velas, que tú dijiste que tenías una tía en Cartagena..." Y la mujer dice: "Hostias, es verdad, eres mi marido auténtico. Ven p'acá que te achuche".
Y alguna gilipollez más que ahora no recuerdo pero que... En fin. Menudo montón de mierda.
2/ Genial lo de esa especie de pistolilla láser que borra las cicatrices de la operación, jajajaja. Te corto la cara, te la separo de la cabeza, te pongo la del otro, y luego le doy así con la pistolilla, sssshhh, y listo. Ni una marca. Tela.
3/ El malo está en un coma casi irreversible. Pero mira tú por donde que se despierta. Y no creas que acusa dolor o malestar o algo parecido. Estoy en coma, pero hago ¡zas!, abro los ojos y... ¡Venga, a la faena, dale! Y entonces, en un santiamén, lo comprende todo: "Hostias, el cabrón del poli me ha quitao la cara y se la ha puesto. Qué maricón." No hay problema. Llama a los colegas, le traen al cirujano y le ponen la cara del Travolta en un plis. Visto y no visto. Venga, vámonos.
4/ El intercambio de caras es cojonudo, pero no te pierdas el detalle de las diferentes constituciones de los dos actores: el ancho de espalda, los hombros, la mandíbula de Travolta con respecto de Cage... ¡Y el pelo! ¿De dónde coño ha sacado el cirujano el pelo para ponérselo al malo? Jajajajaja.
5/ El malo, con la cara injertada, pasa una semana con la mujer del otro. Guay. ¿Y ella, asumiendo que nos hemos creído lo del trasplante de careto, no observa nada raro en el resto del cuerpo? ¿Nada? Sin contar con que un tipo se haga pasar por tu marido y no tenga ni puñetera idea de cómo hablarte para resultar creíble, además. O que no encuentre ni el puto cajón donde guardan las servilletas.
6/ Esto me encanta: lo de hablar con la voz del otro. "Te hemos implantado un microchip en el cuello que bla, bla, bla... A ver, haz una prueba, di algo... Hola, hola, probando... Listo. Ya está." JAJAJAJAJAJAJA...
7/ El personaje de la hija... Si no he visto ese personaje en cuatro mil películas, no lo he visto en ninguna.
8/ Los polis de asalto, entrando en las casas como gilipollas, a lo burro. Coño, ¿pero no ves que hay cuatro bestias dentro disparando a to lo que se menea? No hace falta ser un swat para saber que si asomas la cabeza por las bravas te la limpian. Pues nada.
9/ Aparece por fin el "bueno" con el careto (y el cuerpo) del "malo". Y habla con su mujer. Y ella, claro, se asusta. Pero no pasa nada, porque ahora el "bueno" le dice: "Recuerdo aquella tarde, cuando cenamos tortelini a la puta luz de las velas, que tú dijiste que tenías una tía en Cartagena..." Y la mujer dice: "Hostias, es verdad, eres mi marido auténtico. Ven p'acá que te achuche".
Y alguna gilipollez más que ahora no recuerdo pero que... En fin. Menudo montón de mierda.
1
3 de febrero de 2008
3 de febrero de 2008
61 de 104 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empecé a verla, sin prejuicios, como hay que ver las cosas, con la mente abierta. Me acomodé en la butaca, relajé los brazos. Sentarse a ver cine es siempre un placer. Nada de ojo crítico, sólo criterio de espectador, que es el que vale. Empecé a verla, y a los quince minutos me cagué en la madre que me parió.
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