Comedia divertidísima en la que se explican didácticamente los factores que condujeron al estallido de la burbuja inmobiliaria estadounidense. Estallido que desencadenaría la crisis financiera del 2008. Crisis que nos afectaría a todos.

Se explican conceptos y jerga económica áridos para la mayoría de la gente, de una forma tan divulgativa que cualquiera los podrá entender. Y no se pierde el pulso argumental ni el interés, con acertadísimos golpes de humor, muy buenos intérpretes y grandes actuaciones.

Es un 10.

Me ha gustado bastante, para ser una peli de netflix sin estreno en cines, la producción es notablemente sólida. Palomitera, buenos actores, buena trama. No marcará una época pero se deja ver muy bien.

En twitter he leído la descripción perfecta, que me ha dado la idea para el título de la crítica: "Carry On" on Netflix is like the modern day version of Die Hard.

Sinceramente, la imagen y la puesta en escena son impresionantes para la época, pero una peli es ante todo el relato de una historia, y aquí el guión y la trama no pueden ser peores. Y lo peor es la moraleja que intentan trasmitir, al ser claramente propaganda fascista.

Visualmente es una serie bastante buena, pero es horrible en casi todo lo demás. Lo poco bueno que tiene se debe a los ciclistas participantes, pero el enfoque del documental no puede ser más falso. En vez de mostrarnos la realidad del Tour entre bastidores y acercando al aficionado al día a día de los ciclistas, el sinvergüenza del director se dedica (con la colaboración de algunos directores deportivos) a tergiversar la realidad cortando entrevistas a su antojo, inventándose la narración de las etapas y creando historias ridículas fabricadas con medias verdades. Supongo que intenta enganchar al espectador ajeno al ciclismo con algo más parecido a un reality show que un documental deportivo. Al final, solo cuentan lo que les interesa, cómo les interesa y con el principal objetivo de dar buena imagen a los directivos de los equipos participantes en el documental. Ya es difícil que todo resulte tan falso y artificial que se le quiten a uno las ganas de terminar de verlo.

En resumen, puede que al que no siga el ciclismo ni viera el Tour del 2022 el documental le parezca incluso atractivo. Pero a quien sea un amante del ciclismo y haya seguido la carrera, le resultará insufrible. Porque te están mintiendo a la cara.