Tal vez sea un buen remedio frente al insomnio provocado por el calor en ciudades como Madrid. Te pones a verla y no tardará mucho en visitarte una sensación de buen rollo, que pasará, a velocidad de vértigo, a ser incredulidad para culminar con un sopor notable.

Y eso que Itsaso Arana está muy pero que muy bien. Pero es que la trama no se sostiene mucho. Pasan cosas reales, sí, pero aburridísimas. Creo que no hay pollo para tanto arroz. Está repleta de situaciones que no son lo suficientemente atractivas para considerarse bonitas ni interesantes.

En resumen, me pareció que no era necesario un largometraje para contar esto. No lo digo porque considere el tema simple, sino porque me pareció que si apuestas por este enfoque, se hace eterna.

Una serie decente y entretenida. Se descubren los ambientes de los bajos fondos más garrapateros en crudo, solo con espacio para el poder. Como bien indica su mensaje, sus personajes no conocen límites adentrándose en los capítulos sin halo de compasión ni remordimiento.

Las interpretaciones son buenas, pero la serie apenas permite encontrar historias que liberen al espectador de la ley del más fuerte. Podría ser algo más si tuviese más historias paralelas que ofrecieran confort, o algún otro personaje más carismático que enganchase con el público, que tal vez tenga pero no con la suficiente presencia.

Creo que cuenta lo que quiere contar y de forma notable. Sin estridencias, se hace entretenida y considero que sigue siendo un paso más en la buena línea del cine español. Aunque pienso que falta diversificar los géneros. Uno de los pecados de nuestro cine es agotar una temática porque en un momento dado funciona bien, y finalmente acaba por aburrir.

Que sí, que es muy retro. Que sois unos tipos duros. Que las pelis de polis de esta época molan. ¡Pero Bruce Malmuth, son mine, menudo bodrio te ha quedado con tantísimos ingredientes!

El principio bastante bien pero se va desinflando como una promesa electoral. Seguro que esta historia leída mola (y bastante), pero es que parece que los actores no cobran. Una desgana, un no sé que plano hago aquí, unos diálogos de teleserie austro-húngara, una trama que parece que va a salir Lina Morgan bailando o un mono conduciendo una motocicleta... ¡venga, alegría! Madre mía que papelón.

"¡Pues ponle un 1, leñe!", me diréis. Pero es que hay cosillas que no están mal. El malo no lo hace mal, Sylvester (pese a que sólo pestañea al hablar) tampoco está mal, hay mini-momentos que molan...vamos, que soy un blando.

Sin saber nada de ella, me senté en el cine esperando a ver de qué iba esta película de la que tanto había oido hablar. Y la verdad es que me gustó bastante. Frances McDormand es una actriz soberbia, en un papel que pocas hubieran interpretado como ella.

Llena de detalles, historias atractivas e incluso clichés ya vistos en más ocasiones la película es muy entretenida de cabo a rabo. Me quedó la pena de ver cómo algunos momentos no se extendían un poco más, pero sin duda, duran lo suficiente, sin abandonar nunca la trama principal.

No existe tiempo muerto ni tregua emocional. Jugando con situaciones cómicas en momentos tensos hace que, al menos en mi caso, se haga corta.

Una vez más Movistar vuelve a ofrecer una serie estupenda, muy visual, con un argumento sólido y bien desarrollado, sin cabos sueltos.

A través de un personaje singular, con multitud de rasgos atractivos y repulsivos, se desarrollan varias tramas perfectamente equilibradas. Con un ritmo constante y la aparición de personajes de forma ordenada, el espectador consume esta miniserie sin mucho esfuerzo. Con interpretaciones magníficas y una ambientación más que notable. Una serie sin estridencias ni giros de guión precipitados o mal enlazados a la trama principal.

Es muy recomendable desde el punto de vista histórico sin dejar de lado el plano más personal. Es una serie donde la forma de ser de sus personajes es, sin duda, el plato fuerte.