En contra: ultraviolenta, difícil de seguir, por momentos absurda...
A favor: buena interpretación, sorprendente, buena ambientación, te hace pensar, te mantiene en permanente tensión...
La maestría de plasmar el mundo del cómic en el celuloide justifican el visionado de esta rara obra de arte, que como la mayoría de las joyas que reciben esta denominación, no dejan a nadie indiferente (para bien o para mal). Una película que hará historia...

Creo que el título de mi crítica lo resume todo. Si se quiere pasar el rato, esta película no defrauda: movida, con temática juvenil... Deja buen sabor de boca.
Eso sí, hay que pasar por alto la forma de actuar de los protagonistas en los casinos, porque los pillaba a la primera hasta un ciego. Las señas muy descaradas, los cambios de look mínimos (sobre todo en el caso del protagonista), salen de juerga juntos por la ciudad... En la mayoría de las ocasiones donde Jim está jugando, lo hace al lado de su compañera oriental y conoce a los que reparten cartas por su nombre, así que imaginaos el disimulo.

La película en general es buena, pero traiciona el espíritu de sus predecesoras. El hilo general de la historia ya no es la comedia, sino un trasfondo dramático y sentimental que hace el film más adulto y por supuesto, menos animado.
La princesa, el asno y el ogro siguen cumpliendo a buen nivel, pero a fuerza de verlos por cuarta vez, ya casi nada nos sorprende, y se acentúa el regusto de que la película ha perdido fuelle con respecto a sus predecesoras. El papel del gato en este caso es testimonial.
Supongo que una de las cosas mejores que se pueden decir de esta cuarta parte es que parece darse por terminada la saga, y que no se van a empeñar en estirar el producto hasta que caiga de los altares de la animación, donde las primeras películas lo habían subido.

Bien, empecemos por lo bueno. La película resulta entretenida porque tiene un tono general alegre y positivo, además de un ritmo que no decae. Las interpretaciones de los niños y los adultos rinden a buen nivel. Destacar también los paisajes australianos y la ambientación británica (colegio, barrio de la ex-mujer...).

El problema es que la historia en sí resulta poco creíble. Es imposible educar a un niño dejándole hacer constantemente lo que quiere, él se volvería inaguantable y su padre se volvería loco. Tampoco resulta realista el planteamiento de un adolescente que se lo pasa de maravilla con su padre y su hermanastro mucho menor durante semanas en medio de la nada, cuando está acostumbrado a otro ritmo de vida. El padre es comentarista deportivo, una persona que debe viajar constantemente, y pretenden hacernos creer que es capaz de cuidar en una casa remota de sus hijos día tras día, al menos durante buena parte de la película. Además, su difunta mujer se le aparece, y en vez de reñirle porque la casa es una pocilga y los niños no cuidan suficientemente su higiene, se limita a reírle las gracias y recomendarle que cambie de coche.

En realidad esta no es una comedia típica actual, compuesta de una sucesión de gags, sino que más bien se trata de un drama enfocado desde una perspectiva desenfadada, que en mi caso no llega a ser cómica.

En general no se puede destacar gran cosa, porque la historia no resulta especialmente cautivadora, su desarrollo resulta algo aburrido por momentos, y las interpretaciones no alcanzan un gran nivel, a pesar del prestigioso elenco. Por destacar a alguien, podría mencionar a Jeff Bridges.

Las 3-4 situaciones cómicas de las que se compone el trailer son prácticamente las únicas de la película, y aisladas unas de otras en medio del metraje, no me resultaron nada graciosas, como mucho esbocé una ligera sonrisa. Bueno, quizás el problema resida en haberlas visto previamente.

Merece la pena mencionar el trasfondo de la historia, donde algunas personas luchan por un mundo mejor, y se juega permanentemente con la posibilidad de que exista gente con capacidades extraordinarias, o se trate de lunáticos con suerte. En cualquier caso, lo mejor de la película es el tema "More than a feeling", que me sigue emocinando cada vez que lo escucho.