You must be a loged user to know your affinity with Ki___wi
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

6,0
5.251
5
30 de agosto de 2014
30 de agosto de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es necesario acudir a los títulos de crédito para confirmar ante uno mismo que, en efecto, ‘Una vida en tres días’ responde a la autoría de Jason Reitman. Contrario a su identidad fresca y original, su quinto largometraje se muestra convencional y falto de chispa al intentar dotar de reminiscencias clásicas este melodrama romántico que, como si el último día de verano fuera - su título original es ‘Labor Day’, día del trabajador, que a su vez marca el fin del verano en Estados Unidos -, trata de apelar a lo melancólico para conectar con el espectador, cosa que no consigue.
Cojea y sangra desde el primer encuentro en su concepción del entorno, y no por cuenta de una premisa enrevesada, interesante y llena de posibilidades, sino por la incapacidad de desarrollar ese punto de partida de manera verosímil. La trama se aprecia como algo impostado, poco creible e incluso risible por momentos, un lastre demasiado pesado para una historia intimista donde debería primar la emoción. Ese ánimo al que se intenta llegar rogando empatía hacía los protagonistas por medio de unos fallidos y mal medidos flashbacks. Todo ello, unido, contribuye a percibir lo contado desde la lejanía, la parsimonia y la indiferencia.
Guionizada por el propio Jason Reitman a partir de la novela ‘Como caído del cielo’ obra de Joyce Maynard, el epicentro de lo narrado se da en un periodo de tiempo que abarca cinco días - y no tres como invita a pensar el erróneo título español -, donde un santo homicida a la fuga, Frank, se liga - en su concepción de unión y seducción - a Adele, un alma desalmada, solitaria y necesitada responsable de un joven, Henry, a las puertas del despertar sexual y totalmente desubicado en su rol - no sabe si debe ser padre, hijo, o marido -.
Desde la dicotomía de un secuestro consentido pero obligado, pasando por la ambigüedad del secuestrador, o el posible conflicto de lazos que pudiera surgir en una alianza a tres, el espectro de posibilidades con el que contaba la cinta esta desaprovechado en favor de una historia de amor tan absurda como idealizada. Enaltecida por una afligida Kate Winslet - en un papel ya visto antes -, junto a un enigmático Josh Brolin - que vendría a ser el protagonista antagónico propio del cine de Jason Reitman -, ambos logran dar cierto empaque a sus personajes aún sin llegar a estar sobresalientes, corriendo peor suerte el monocorde Gattlin Griffith.
‘Una vida en tres días’ no es un completo desastre, ya que es más bien liviana y conserva cierto sentido del ritmo suficiente para mantener la atención, sin embargo se le ha de exigir más a un director que no contaba con tropiezo alguno, y no un mero pastel de melocotón fuera de época, endeble y frío.
Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es
Cojea y sangra desde el primer encuentro en su concepción del entorno, y no por cuenta de una premisa enrevesada, interesante y llena de posibilidades, sino por la incapacidad de desarrollar ese punto de partida de manera verosímil. La trama se aprecia como algo impostado, poco creible e incluso risible por momentos, un lastre demasiado pesado para una historia intimista donde debería primar la emoción. Ese ánimo al que se intenta llegar rogando empatía hacía los protagonistas por medio de unos fallidos y mal medidos flashbacks. Todo ello, unido, contribuye a percibir lo contado desde la lejanía, la parsimonia y la indiferencia.
Guionizada por el propio Jason Reitman a partir de la novela ‘Como caído del cielo’ obra de Joyce Maynard, el epicentro de lo narrado se da en un periodo de tiempo que abarca cinco días - y no tres como invita a pensar el erróneo título español -, donde un santo homicida a la fuga, Frank, se liga - en su concepción de unión y seducción - a Adele, un alma desalmada, solitaria y necesitada responsable de un joven, Henry, a las puertas del despertar sexual y totalmente desubicado en su rol - no sabe si debe ser padre, hijo, o marido -.
Desde la dicotomía de un secuestro consentido pero obligado, pasando por la ambigüedad del secuestrador, o el posible conflicto de lazos que pudiera surgir en una alianza a tres, el espectro de posibilidades con el que contaba la cinta esta desaprovechado en favor de una historia de amor tan absurda como idealizada. Enaltecida por una afligida Kate Winslet - en un papel ya visto antes -, junto a un enigmático Josh Brolin - que vendría a ser el protagonista antagónico propio del cine de Jason Reitman -, ambos logran dar cierto empaque a sus personajes aún sin llegar a estar sobresalientes, corriendo peor suerte el monocorde Gattlin Griffith.
‘Una vida en tres días’ no es un completo desastre, ya que es más bien liviana y conserva cierto sentido del ritmo suficiente para mantener la atención, sin embargo se le ha de exigir más a un director que no contaba con tropiezo alguno, y no un mero pastel de melocotón fuera de época, endeble y frío.
Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es

7,6
118.668
8
23 de enero de 2014
23 de enero de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Demi-pointes bajo un foco de luz directo, plano medio en movimiento controlado, música y cámara unidos en un dualidad atmosférica perturbadora, y un público (nosotros) expectante. La primera secuencia vuelca las manos, destapa las cartas, y demuestra que lo ambicioso y/o pretencioso por algunos de Darren Aronofsky y su mensaje nunca lo sea en forma, ya que esta viene de frente, sin embuste ni deseo de abarcar más de lo que en un inicio se dicta. Queda claro desde aquí, minuto tres, la impecable labor técnica y poderosa atracción visual figurando como herramientas al servicio de la trama, una historia emocional.
Y es emocional porque a pesar de ser Natalie Portman la que centra todas las atenciones, no es ella la protagonista si no la obsesión, la presión y en última instancia la locura. Sentimientos y sensaciones incorpóreas que transfieren el cuerpo y toman forma plasmándose en pantalla de manera entendible y digerible, factor que la hace gustosa para el público y reacia para cierto sector crítico.
No hay un desarrollo complejo en torno a los personajes porque estos no son primordiales. Sin embargo, la sensación positiva y de empaque que generan viene gracias a unas interpretaciones magnánimas. Vincent Cassel narcisista director quien excusa los medios por la pasión, Barbara Hershey limitando horizontes, Winona Ryder presa de la desesperación, Mila Kunis enemiga pasional y atractiva (la que más) y Natalie Portman. Otorgada por méritos con el Oscar, entre otros, su interpretación es como requiere frágil y creible, implícita además de una labor física y preparatoria importantísima a la que se une la necesidad de interpretar. Un papel trabajado sin descanso y donde, literal y metafóricamente, se deja la piel.
La fotografía, obra del habitual por Aranofsky Matthew Libatique, incide sobre la iluminación y es magnifica. El diseño de sonido es soberbio, Clint Mansell sabe generar más allá de un leitmotiv atronador como es ‘El lago de los Cisnes’ (Chaikovski, 1877). La dirección de actores es igualmente elogiable así como la planificación de escenas espectacular, mención especial a los tramos protagonizados por el ballet del cisne negro. En igual sintonía la atmósfera creada mantiene tenso e incómodo al espectador durante todo el metraje, factor este apoyado en un diseño de producción de blanco y negro únicamente coloreado para mostrar la niñez del personaje. Elementos todos que engrandecen un guión más bien sencillo, Nina (Natalie Portman) una académica bailarina plenamente dedicada consigue el papel de su vida, y tras él, la obsesión en busca de la perfección la conducen a un estado donde resulta difícil discernir realidad de ficción.
Un thriller psicológico con toques ciertos y cercanos al terror, perturbadora en su atmósfera e impecable en su técnica. Imágenes de gran poder visual y grandes interpretaciones son la gran virtud de un guión algo enmarañado pero que no obstante ofrece un final totalmente satisfactorio.
Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es
Y es emocional porque a pesar de ser Natalie Portman la que centra todas las atenciones, no es ella la protagonista si no la obsesión, la presión y en última instancia la locura. Sentimientos y sensaciones incorpóreas que transfieren el cuerpo y toman forma plasmándose en pantalla de manera entendible y digerible, factor que la hace gustosa para el público y reacia para cierto sector crítico.
No hay un desarrollo complejo en torno a los personajes porque estos no son primordiales. Sin embargo, la sensación positiva y de empaque que generan viene gracias a unas interpretaciones magnánimas. Vincent Cassel narcisista director quien excusa los medios por la pasión, Barbara Hershey limitando horizontes, Winona Ryder presa de la desesperación, Mila Kunis enemiga pasional y atractiva (la que más) y Natalie Portman. Otorgada por méritos con el Oscar, entre otros, su interpretación es como requiere frágil y creible, implícita además de una labor física y preparatoria importantísima a la que se une la necesidad de interpretar. Un papel trabajado sin descanso y donde, literal y metafóricamente, se deja la piel.
La fotografía, obra del habitual por Aranofsky Matthew Libatique, incide sobre la iluminación y es magnifica. El diseño de sonido es soberbio, Clint Mansell sabe generar más allá de un leitmotiv atronador como es ‘El lago de los Cisnes’ (Chaikovski, 1877). La dirección de actores es igualmente elogiable así como la planificación de escenas espectacular, mención especial a los tramos protagonizados por el ballet del cisne negro. En igual sintonía la atmósfera creada mantiene tenso e incómodo al espectador durante todo el metraje, factor este apoyado en un diseño de producción de blanco y negro únicamente coloreado para mostrar la niñez del personaje. Elementos todos que engrandecen un guión más bien sencillo, Nina (Natalie Portman) una académica bailarina plenamente dedicada consigue el papel de su vida, y tras él, la obsesión en busca de la perfección la conducen a un estado donde resulta difícil discernir realidad de ficción.
Un thriller psicológico con toques ciertos y cercanos al terror, perturbadora en su atmósfera e impecable en su técnica. Imágenes de gran poder visual y grandes interpretaciones son la gran virtud de un guión algo enmarañado pero que no obstante ofrece un final totalmente satisfactorio.
Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es

7,3
65.084
8
20 de diciembre de 2013
20 de diciembre de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llamada a ser protagonista, y con merecimiento, ’12 años de esclavitud’ se percibe poco original ya que el racismo o el “cine de esclavitud” se desarrolla conforme a una estructura ya conocida que dificulta la sorpresa, el drama se ve ligeramente afectado ya que la cinematografía previa nos ha preparado. ‘El color púrpura’ (Steven Spielberg, 1985), ‘Criadas y señoras’ (Tate Taylor, 2011) o ‘El mayordomo’ (Lee Daniels, 2013) son parte de una lista con la cual comparte núcleo, pero que difiere por sus particularidades, aquellas que logran conformar un conjunto excepcional, bien manufacturado e interpretado.
Una de sus grandes particularidades viene de la mano de Steve McQueen, su director, quien le da el tono y pulso adecuado. Se muestra explícito pero no morboso, violento pero no demagogo, huye de la recreación vanidosa y en cambio muestra más de lo que ves. Un gran narración que exuda contexto, donde los fondos son parte protagonista, y los sentimientos de un ambiente, de una historia, se cuelan por todos y cada uno de los puntos del encuadre.
La trama narra como un hombre libre es capturado, vendido y tiranizado por la esclavitud y como su implacable compostura, no exenta de flaquezas, es indomable. Dos horas y cuarto en las que un potente Chiwetel Ejiofor se ve respaldado por una ristra de secundarios para nada superfluos. Cada aparición contribuye y aporta, destacando por orden de interpretación y protagonismo a Lupita Nyong’o (desoladora), Michael Fassbender (colérico), Benedict Cumberbatch (su última aparición es tremenda), Paul Dano (‘Prisioneros’ - Denis Villeneuve, 2013), Brad Pitt, Sarah Paulson, Paul Giamatti, etc., mención merecen todos.
El ritmo, al que el espectador más despistado podría tachar de lento, es un ejercicio magistral de pulso. La sensación de tensar un plano mediante la expansión de su duración, ligeramente más halla de lo que los estándares nos tienen acostumbrados, implica un impacto emocional, duro y directo, conecta. La fotografía luce en las sombras, y como todo el conjunto, contribuye en positivo. Como muestra entre otras, aquella secuencia en la que es apresado y donde la iluminación, las sombras, hablan por si solas.
’12 años de esclavitud’ es una buena historia magistralmente narrada, no juega a sorprender ni quiere, amparada frente y tras las cámaras se aleja del melodrama y la lágrima fácil, no da concesiones y aprieta hasta la consecución de un final catártico, redentor. Auténtico cine.
http://detenteencine.blogspot.com.es
Una de sus grandes particularidades viene de la mano de Steve McQueen, su director, quien le da el tono y pulso adecuado. Se muestra explícito pero no morboso, violento pero no demagogo, huye de la recreación vanidosa y en cambio muestra más de lo que ves. Un gran narración que exuda contexto, donde los fondos son parte protagonista, y los sentimientos de un ambiente, de una historia, se cuelan por todos y cada uno de los puntos del encuadre.
La trama narra como un hombre libre es capturado, vendido y tiranizado por la esclavitud y como su implacable compostura, no exenta de flaquezas, es indomable. Dos horas y cuarto en las que un potente Chiwetel Ejiofor se ve respaldado por una ristra de secundarios para nada superfluos. Cada aparición contribuye y aporta, destacando por orden de interpretación y protagonismo a Lupita Nyong’o (desoladora), Michael Fassbender (colérico), Benedict Cumberbatch (su última aparición es tremenda), Paul Dano (‘Prisioneros’ - Denis Villeneuve, 2013), Brad Pitt, Sarah Paulson, Paul Giamatti, etc., mención merecen todos.
El ritmo, al que el espectador más despistado podría tachar de lento, es un ejercicio magistral de pulso. La sensación de tensar un plano mediante la expansión de su duración, ligeramente más halla de lo que los estándares nos tienen acostumbrados, implica un impacto emocional, duro y directo, conecta. La fotografía luce en las sombras, y como todo el conjunto, contribuye en positivo. Como muestra entre otras, aquella secuencia en la que es apresado y donde la iluminación, las sombras, hablan por si solas.
’12 años de esclavitud’ es una buena historia magistralmente narrada, no juega a sorprender ni quiere, amparada frente y tras las cámaras se aleja del melodrama y la lágrima fácil, no da concesiones y aprieta hasta la consecución de un final catártico, redentor. Auténtico cine.
http://detenteencine.blogspot.com.es
16 de febrero de 2025
16 de febrero de 2025
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
⬆️ Lore. Los kaiju fascinan y se pasa de Godzilla a universo Godzilla. En su debe queda profundizar más, conocer mejor, pero la potencia del concepto es suficiente para comprar el producto.
⬆️ Catástrofe. Destrucción a gran escala vista casi siempre desde la perspectiva humana. Planos generales que, a costa de perder oportunidades de espectacularidad, ganan en efecto e impacto.
⬇️ Hilo conductor. Choca la magnitud del conflicto (monstruos destruyéndolo todo), frente a la historia que vehicula la narrativa (drama familiar). En la falta de equilibrio entre esos dos puntos es, donde se genera una falta de coherencia narrativa que impide llegar más alto a la película.
↩️ en Bluesky - @Ki___wi
⬆️ Catástrofe. Destrucción a gran escala vista casi siempre desde la perspectiva humana. Planos generales que, a costa de perder oportunidades de espectacularidad, ganan en efecto e impacto.
⬇️ Hilo conductor. Choca la magnitud del conflicto (monstruos destruyéndolo todo), frente a la historia que vehicula la narrativa (drama familiar). En la falta de equilibrio entre esos dos puntos es, donde se genera una falta de coherencia narrativa que impide llegar más alto a la película.
↩️ en Bluesky - @Ki___wi

7,0
57.838
9
8 de octubre de 2017
8 de octubre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En lo más profundo de esa visión cruda y espectacular de un conflicto bélico visto desde la barrera, existe la ansiedad de quien lo vive. Más que valor, arrojo y heroicidad, más que buenos y malos, más que un espectáculo grotesco con soldados sujetándose las tripas, sangre, caos y gritos de terror, en la guerra hay miedo. Miedo al instante más próximo, miedo al azar, miedo a no salir de ahí. Han habido miles de guerras, libradas de mil formas distintas, pero puedo afirmar sin haber estado en ninguna de ellas que siempre ha habido miedo. Y por ello Dunkerque es una película con tantísimo corazón, por qué no retrata a un grupo de soldados en concreto si no a todos ellos, no narra una historia acotada por un grupo de personajes en unas circunstancias particulares si no que trata de transmitir las sensaciones sufridas por cualquiera de los allí presentes.
Durante la primera secuencia de la película llueven panfletos sobre los ingleses con el eslogan “estáis atrapados”, una afirmación que es la verdadera protagonista de esta historia. Ese impreso que sirve como introducción, nudo y desenlace contiene las intenciones de este filme, que rehuye intencionadamente de profundizar en los personajes para centrarse en ofrecer una perspectiva donde prima lo sensitivo. La ansiedad por querer huir más pronto que tarde, el agobio de no ser capaz de hacerlo, o la intensidad de una masacre que viene por tierra, mar y aire son algunas de las emociones que transcienden la pantalla y se solapan sobre la piel del público asistente.
En esa búsqueda por generar un impacto perturbador, por bajar al fango al espectador, la banda sonora compuesta por Hans Zimmer destaca especialmente como un elemento que contribuye a exacerbar todo cuanto se ve. Siendo los efectos sonoros mucho más destacables que la parte melódica. Como cuando sobre alas se hacen rugir los motores incrementando los decibelios incluso por encima de lo puramente realista, intimidando, sobrecogiendo y poniendo a prueba la resistencia de algunos tímpanos. O como cuando a ritmo de tic - tac se instaura un estado de histeria y locura del que no eres consciente hasta que, en un final donde para sorpresa de los derrotados se esta celebrando su fracaso, se hace el silencio.
La visión cinematográfica de Christopher Nolan suele tener un peculiar concepto del tiempo a la hora de estructurar la narrativa audiovisual. En este caso, en un nuevo acto de personalidad, consigue aunar en uno solo tres hilos temporales distintos de forma que se visualicen como un continuo. Una semana, un día o una hora son tres escalas temporales que difieren en el tiempo pero no en la pantalla. Tres historias que se perciben como un todo unificado dándole a la cinta un ritmo arrollador que no permite echar el freno.
Durante la primera secuencia de la película llueven panfletos sobre los ingleses con el eslogan “estáis atrapados”, una afirmación que es la verdadera protagonista de esta historia. Ese impreso que sirve como introducción, nudo y desenlace contiene las intenciones de este filme, que rehuye intencionadamente de profundizar en los personajes para centrarse en ofrecer una perspectiva donde prima lo sensitivo. La ansiedad por querer huir más pronto que tarde, el agobio de no ser capaz de hacerlo, o la intensidad de una masacre que viene por tierra, mar y aire son algunas de las emociones que transcienden la pantalla y se solapan sobre la piel del público asistente.
En esa búsqueda por generar un impacto perturbador, por bajar al fango al espectador, la banda sonora compuesta por Hans Zimmer destaca especialmente como un elemento que contribuye a exacerbar todo cuanto se ve. Siendo los efectos sonoros mucho más destacables que la parte melódica. Como cuando sobre alas se hacen rugir los motores incrementando los decibelios incluso por encima de lo puramente realista, intimidando, sobrecogiendo y poniendo a prueba la resistencia de algunos tímpanos. O como cuando a ritmo de tic - tac se instaura un estado de histeria y locura del que no eres consciente hasta que, en un final donde para sorpresa de los derrotados se esta celebrando su fracaso, se hace el silencio.
La visión cinematográfica de Christopher Nolan suele tener un peculiar concepto del tiempo a la hora de estructurar la narrativa audiovisual. En este caso, en un nuevo acto de personalidad, consigue aunar en uno solo tres hilos temporales distintos de forma que se visualicen como un continuo. Una semana, un día o una hora son tres escalas temporales que difieren en el tiempo pero no en la pantalla. Tres historias que se perciben como un todo unificado dándole a la cinta un ritmo arrollador que no permite echar el freno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El desinterés intencionado por crear una historia al uso no implica la insignificancia de los interpretes quienes, sin subrayados y por medio de un lenguaje que omite las palabras ofrecen matices de gran calado. Se puede ver a dos soldados (Fionn Whitehead y Damien Bonnard) establecer un honesto vínculo a pie de playa cuando uno de ellos descubre al otro usurpar la personalidad de un tercero. La templanza de un niño (Tom Glynn-Carney) al ocultar a un loco (Cillian Murphy) el trágico destino de sus arrebatos, o lo poco que necesita Tom Hardy para que cuando se acaba el gas, le quieras dar todas las medallas.
Dunkerque puede gustar más o menos pero sin duda es algo novedoso, fresco y arriesgado. A la complejidad técnica y creativa de crear semejante espectáculo le va a la zaga la dificultad de conseguir la licencia para hacerlo gastándose por encima de los 100 millones de presupuesto. Visualmente es arrolladora, es intensa de principio a fin, y además resulta interesante. Pueden existir películas más completas o con un mayor recorrido pero Christopher Nolan ofrece una experiencia única, y eso es muy grande.
Firmado: https://detenteencine.blogspot.com.es
Dunkerque puede gustar más o menos pero sin duda es algo novedoso, fresco y arriesgado. A la complejidad técnica y creativa de crear semejante espectáculo le va a la zaga la dificultad de conseguir la licencia para hacerlo gastándose por encima de los 100 millones de presupuesto. Visualmente es arrolladora, es intensa de principio a fin, y además resulta interesante. Pueden existir películas más completas o con un mayor recorrido pero Christopher Nolan ofrece una experiencia única, y eso es muy grande.
Firmado: https://detenteencine.blogspot.com.es
Más sobre Ki___wi
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here