Película pésima, no hay por dónde cogerla. El terror no aparece por ningún lado, las muertes son anodinas y no hay ningún momento de tensión.

Tan sólo es útil para saber lo que anida en algunas mentes, en las que todos los hombres son machistas, autoritarios y violadores, por lo que hay que odiarlos, y todas las mujeres se hallan continuamente sometidas a una opresión insoportable.

Los asesinos en serie que aparecen en las películas no suelen ser convincentes, siempre tenemos presente que son actores. Pero, en este caso, David Tennant consigue que creamos que, realmente, el personaje es un asesino en serie.

Frío, inteligente, culto, calculador, inatacable en su lógica... casi diría que, a pesar del horror que destila, es difícil no empatizar con él de algún modo, como parece sucederle al inspector de policía y a su biógrafo.

Quizás la historia daba para mucho más que una producción tan modesta en sus objetivos, pero sólo por esa soberbia interpretación, y la del resto del reparto, con la habitual solvencia de los actores británicos, merece el sobresaliente.

Esta es la típica película que no es ni buena ni mala. No aburre, pero tampoco entusiasma. Aunque está bien producida, resulta plana, no hay verdadera emoción en ningún momento.

Lo que está claro es que este film es la versión interesada de Priscilla, por lo que su imagen está demasiado edulcorada. Hubiera sido más interesante una versión más ajustada a la realidad, que reflejase los aspectos menos positivos de ella.

Cailee Spaeny cumple con su papel, pero Jacob Elordi en ningún momento se hace con el personaje.

En fin, solo recomiendo verla con las expectativas bajas.

Mis expectativas no eran muy altas después de las críticas que había leído, y el visionado de la película ha confirmado mis temores.

La historia podía haber dado para una película convencional interesante, manteniendo la lograda estética feísta de los peores 70's (lo único rescatable de la cinta), pero Cassavetes, como las cabras, tira para el monte y trata de recrear Shadows y Faces, con un resultado claramente fallido.

El film resulta inconexo, con un ritmo irregular que nunca acaba de fluir, con escenas que se hacen pesadas y un metraje total demasiado largo. Además, el final creo que es el típico que deja frustrado al espectador.

En suma, recomiendo verlo sólo a los que les interese la filmografía de Cassavetes.

Ambientada en un futuro que está a la vuelta de la esquina, esta comedia es en realidad una ácida crítica a nuestra sociedad.

El film resulta inquietante porque vemos que ese futuro se está desarrollando de manera imparable ante nuestros ojos, como sucedía con la serie Black Mirror.

Lo mejor: La tragicómica interpretación de Fabio de Luigi.
Lo peor: Que uno no la vea porque cree que va a ser la típica comedia italiana.