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Críticas 105
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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9 de marzo de 2016 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya después de haber sido descubierta por el gran Charles Laughton y compartido con él un par de películas, la inolvidable Maureen O`Hara se traslada al país de las estrellas y las barras para empezar lo que sería su carrera dentro del sistema fílmico norteamericano. Y empieza con ésta sencilla película que logra afianzar lo que ya mostraba en sus inicios con Laughton en Europa. Dueña de una belleza dulce y a la vez arrebatadora, que la acompañaría hasta el final de sus días, complementada además de su talento, Maureen, con apenas veinte años, despuntaba lo que sería un lugar respetable dentro del Hollywood clásico y dorado. Acá se junta con la gran Lucille Ball, con un cierto recorrido ya sobre todo en papeles secundarios y películas menores para solventar un guión más bien mediocre que transita por el musical, el drama y la comedia sin sobresalir eficazmente en ninguno de los tres aspectos. Sin embargo, el par de bellezas, cada una con su impronta, hacen olvidar los vacíos y saltos argumentales para llenar por completo con su presencia y su talento la pantalla, opacando a un muy deslucido Louis Hayward y al desaprovechado Ralph Bellamy. No es una joya la cinta, y sobre todo comparada con lo grandioso que se filmó en esos años; sin embargo, el ver juntas a Maureen con Lucille sirve de pretexto para disfrutar un rato que con ellas es más que agradable.
28 de enero de 2016 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy interesante y valiente film, sobre todo por la época en que se realizó, el cual supo arriesgarse a poner de manifiesto los pensamientos en voz off como parte esencial de la trama que, de por sí, abarca la relación de un triángulo amoroso enmarcada por el paso de los años y las circunstancias. Es cierto, que en ciertos momentos parezcan muy interpuestos esos pensamientos haciendo que ciertas escenas forzadas a mostrar la relevancia del diálogo interior y personal, cosas que como muy bien lo dice al principio de la misma, lo hacemos todos y en todo momento. Pero ésto, no deja que merme la gracia de la cinta, con una muy solvente Norma Shearer, en su rol de mujer centro de las pasiones, consiente del sacrificio de sus emociones en pos de la vida de su hijo concebido en la relación con el hombre que amaría toda la vida interpretado por el gran Clark Gable. Los diálogos, los pensamientos, las circunstancias y el tiempo mismo, gira en torno al sacrificio que hace la pareja de amantes para que el fruto de ese amor que es su hijo, se desarrolle en la vida familiar que la protagonista tenía con un marido al que nunca quiso. Es innegable la química de la Shearer con Gable, expuesta en cada escena compartida. No sé, cuál fue el impacto de la película en el contexto de aquellos tempranos años treinta del siglo pasado, pero imagino que no pasaría inadvertida. De pronto el paso de las años, han causado un poco de mella sobre todo, manifestada en ciertos detalles ya mencionados; pero le sobra méritos para poder visionar tanto a la pareja protagonista, como a unos muy jóvenes Robert Young y Maureen O`Sullivan, así como el ejercicio de mostrar que nuestros diálogos con el yo que llevamos dentro, con aciertos y errores, con emociones y deseos, son parte de nuestra humanidad. Recomendada, a pesar del aparente olvido por parte de los cinéfilos.
13 de diciembre de 2015 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es de esas cintas poco valoradas y olvidas dentro del gran mundo del cine clásico, a pesar de contar con una muy atractiva pareja protagonista que, a mi humilde parecer, sale bien librada en cuanto a su resultado interpretativo. Y todo a pesar de evidentes vacíos argumentales y otros detalles, que a la larga, pasan a un segundo plano, haciendo que "Lady of the Tropics", si bien, no le llegue a los talones a otros clásicos de su época, si deja un buen sabor de boca al apreciar a un ya consagrado Robert Taylor, poniendo otro peldaño a lo que sería una de las carrera más promisorias como galán del cine norteamericano; acompañado de la medalla de bronce, plata u oro en cuanto a la mujer más hermosa que la gran pantalla halla podido ser testigo en su historia, antes de que también supiéramos de que era una inventora genio: Hedy Lamarr. Y es que cuando la cámara nos hace el inmenso favor de consentir ése rostro de leyenda, opaca un poco cierta falta de versatilidad que en un principio de la cinta, pudiera haber tenido Hedy en su papel de mestiza en el siempre misterioso Saigón. Sin embargo, a medida que la carga dramática se intensifica, y de la sapiencia de Jack Conway al explotar la belleza sin igual de la austriaca, Hedy le da la talla a su par protagonista y sin duda se vuelve el eje central del film, con todo y los altibajos del mismo. La trama, gira evidentemente en una historia de amor enmarcada dentro de la sociedad del puerto oriental con chantaje sexual implícito. Se deja ver, sobre todo en los momentos que Taylor y Lamarr comparten pantalla,notándose la buena química y sobre todo la belleza de Hedy. No entra dentro de las inolvidables, pero sí como buena excusa de contemplar a dos leyendas de todos los tiempos juntas.
6 de julio de 2014 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gusta encontrar cintas poco conocidas y que resultan ser una grata sorpresa. Sobre todo, porque sorprende para bien la clase con que fueron tratados ciertos temas como la infidelidad, que para la época en que fue realizada y por los códigos de censura moral implantados, imagino, fueron todo un reto en plasmarlos en una historia central, y más, si toca las fibras de una clase alta y sofisticada como centro de atención. Acá, Myrna Loy, esa encantadora y bella leyenda del cine norteamericano da vida a la mujer de un prestigioso y exitoso abogado que, a fuerza de sentirse relegada e impotente por descubrir las andanzas amorosas de su marido, se ve involucrada involuntariamente por este hecho en un acto criminal que podría cambiar totalmente su estatus quo de una vida familiar y ejemplar. El sentimiento de desolación, de culpa, de remordimiento y sobre todo, la elegancia en cada gesto, cada diálogo, cada mirada de esta hermosa mujer son los principales condimentos para soportar en ella el peso total de la historia, ayudada por un habitual coequipero suyo como lo fue William Powell, además de la presencia de una novata Rosalind Russell, en un papel corto, pero importante. Clase y elegancia. Dos características que fueron el sello de Loy siempre, independientemente de su rol. Por eso es grato verla en toda su plenitud actoral y física en la época donde cogería el título de reina del cine,obviamente bien merecido.
21 de junio de 2014 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando una película cumple con atraer sobre ella la atención necesaria para disfrutarla, independientemente del género, deja un buen sabor de boca. O por lo menos es lo que me pasa a mi, y quedo satisfecho. Por eso, "The big heat" o "Los sobornados", sin duda, deja la sensación de ser un film que vale la pena por muchas razones, a pesar de ciertos fallos o licencias argumentales que hacen aminorar un poco el resultado final. Leo con detenimiento la mayoría de críticas tanto favorables como las que no lo son y concluyo que definitivamente no es una cinta cualquiera o del montón. Al contrario. Su línea narrativa es coherente y directa, los diálogos son cuidadosos, las actuaciones son más que correctas y el desenlace, aunque un poco apresurado, es el indicado para la historia contada. Lang, construye un relato fuerte, sin sofismas, centrado en la corrupción sobre todo la policíaca y política, y la labor de uno de sus miembros honesto e incorruptible, que interviene en la solución de un caso que toca las fibras de la mafia a expensas del daño colateral inducido a su propia familia. Es cierto, que a Ford se le puede culpar por su falta de versatilidad para darle matices al papel principal, pero en mi opinión, su actuación es más que aceptable. Grahame, actriz bella y talentosa, le da el toque preciso de feminidad y atrevimiento al film, a pesar del burdo maquillaje post-ataque en su exótico rostro. Y Lee Marvin, en su registro natural y característico. Cine negro, cine de crímen, policías, atmósferas pesadas y gabardinas. Fallas? Sí, una que otra, sobre todo de tipo argumental, pero que no producen el suficiente detrimento para no recomendar su visionado sin dudarlo, cosa que con otras...
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