Nonnas es una película cálida y encantadora que, aunque no sorprende en absoluto, funciona a la perfección. Dirigida con sensibilidad por Stephen Chbosky, ofrece un homenaje sincero a la comida, la familia y la tradición italianas. La historia gira en torno a un restaurante que pone a las abuelas del barrio (las nonnas) al frente de la cocina, permitiendo que sus recetas y recuerdos cobren nueva vida mientras se transmiten a una nueva generación de amantes de la comida. Lo que comienza como un tributo personal a la madre del protagonista termina convirtiéndose en un segundo acto tanto para él como para una rotación de mujeres enérgicas que redescubren un propósito en sus vidas.

Chbosky logra que el espectador sienta prácticamente todo lo que los personajes experimentan —desde el dolor hasta el consuelo o incluso pequeñas peleas a gritos— gracias a un elenco brillante, capaz de transmitir cada emoción con autenticidad. El final, aunque predecible, es precisamente parte de su efectividad: no todas las historias necesitan un giro sorpresivo; a veces, basta con que estén bien contadas. Nonnas es eso: una historia simple, contada con mucho corazón.