Interesante film de Thomas McCarthy, quien propone una historia cotidiana, contemporánea al contexto real, de tipo moralista -pero no obvia- que buscará cautivarnos con sus pintorescos personajes.
En el plano de la expresión, podemos decir que presenta un estilo marcadamente clásico: elecciones neutras y alineaciones homogéneas, funcionalidad comunicativa, imperceptibilidad de la técnica cinematográfica, predominio de planos totales y figuras enteras, facilidad de lectura de las imágenes y fácil orientación. Una puesta en cuadro puramente dependiente de los contenidos.
Este universo fluido y fácilmente reconocible es también propuesto por su puesta en serie, en la cual abundarán los nexos por contigüidad, prolongación y complementariedad. Sin embargo, el contraste de planos también es muy usado a la hora de ponernos en la piel del personaje principal, de hecho, pareciera que la existencia de su amigo tiene solamente esta finalidad: contrastar las distintas realidades económicas, las distintas actitudes ante las dificultades, las distintas realidades familiares, etc.
Finalmente, el aspecto más rico de este film se encuentra dentro del plano de los contenidos: una puesta en escena algo plana pero atravesada por un mix de temas, motivos y arquetipos bien interesante.
La temática central tiene que ver con la constante disputa interna de nuestro protagonista entre lo correcto y lo incorrecto. Para aclarar y reforzar la trama principal tenemos como un primer motivo la necesidad de dinero de un abogado (una elección bastante suspicaz a la hora de pensar en profesiones moralistas), avergonzado por su situación económica y por las cosas que debe hacer para ahorrar y no cerrar su estudio.
Otro motivo es la necesidad de logros y triunfos, algo que va a jugar muy fuerte a la hora de “hacer lo correcto”. En este caso, la crisis interior de Mike buscará un escape a través del deporte y a través de este chico que parecer ser invencible en lo que él nunca fue muy bueno. La necesidad de amor es otro motivo recurrente en varios personajes: la rebeldía de Kyle a raíz de una dada relación con su madre Cindy, la soledad de su abuelo Leo y Terry, amigo de Mike, quien atraviesa un estado conflictivo con su reciente divorcio.
Una historia que tiene un desarrollo típico, con cambios de giro clásicos y en el marco de una familia tipo del cine de Hollywood. Sin embargo, es tan sincera y con un tratamiento eficaz de una problemática tan cotidiana como hacer lo correcto o lo incorrecto, que resulta en un film amigable, profundo, risueño y reflexivo... muy recomendable para verlo en familia.

Thriller-terror dirigido por un inexperto realizador de largometrajes que cuenta con la dos veces ganadora del Oscar Hilary Swank.
Quizás sea por la corta carrera del director o por un guión que se quedó a mitad de camino, pero “The Resident” tiene un muy buen inicio, un desarrollo que borra la intriga pero que sigue siendo inquietante, y un parte final para el olvido, reiterativa, sin sorpresa y que abusa de los clichés más obvios del cine suspenso.
A pesar de esto, hay que decir que en los primeros tres cuartos del film hay un excelente uso del punto de vista y de los artificios utilizables para generar ambientes inquietantes y escalofriantes, por ejemplo, el trabajo con las mirillas y las grabaciones del cuarto. La iluminación es un punto muy alto de la película, seguramente el aspecto mejor cuidado a la hora de darle soporte a este guión.
En un inicio, el desarrollo del personaje femenino es atractivo, su vulnerabilidad es sobresaltada con tips como la infidelidad de su ex pareja y su necesidad de crear una familia. A su vez, el personaje principal masculino es bien interpretado desde lo físico, aunque parece ser muy pobre la explicación de su pasado. Luego, todo esto parece olvidarse y el film nos deja sólo con el terror y una secuencia final demasiado larga y obvia.
Sorprende la corta duración, sobre todo teniendo en cuenta la repetición de una parte de la historia, que se hace desde otro punto de vista. Creo que es un film al que le falto profundidad en los aspectos más dramáticos, que la ansiedad le jugó una mala pasada a su creador y que todo esto culmina en un desarrollo bastante vacío, al peor estilo del suspenso yankee.

Lo interesante de estar basada en hechos reales, sumado a la interpretación de Jesse Eisenberg (The Social Network, 2010) es contrarrestado por el estancamiento del drama y la falta de énfasis en los momentos de quiebre...casi como dejando al espectador decidir qué escenas son importantes y cuales no.
El resto, normal. La historia, los personajes y las locaciones obligan a un uso marcado de figuraciones fuertes, referencias ideológicas, iluminación funcional al relato...una perspectiva naturalista.
Los planos, angulaciones, inclinaciones y movimientos de la cámara también son funcionales, salvo algún que otro plano bien abierto que nos deleita con su paisaje.
El sonido tiene mucho que ver con el relato, enfatizando cada momento de Sam, el personaje principal.
En resumen, un film con un estilo medio, con una gran mezcla entre la importancia de los conflictos externos e internos, la causalidad y la casualidad, que hacen difícil ubicarlo claramente en el clasicismo o en el minimalismo.

“Terror en Chernobyl” es otro ejemplo de películas que sólo apuntan a enganchar la mayor cantidad de espectadores posibles en los primeros días de cartel con señuelos en forma de frases del tipo “de los creadores de…”, “del director de…”, etc. Luego, ante el fracaso en la sala y cuando la crítica (independiente de intereses) se encarga de advertir al público sobre el engaño, se retiran del mercado y son olvidadas por completo, como si nunca hubieran existido.

“De los creadores de Actividad Paranormal” es el señuelo y, si bien no hace referencia a un film descomunal, tuvo su éxito y hasta una secuela. “Terror en Chernobyl” también utiliza actores desconocidos y un escaso (o al menos eso parece) presupuesto, pero es tan torpe que sería un halago considerarla dentro del cine de serie B. “Actividad Paranormal” tuvo su éxito, creo yo, porque al margen de sus “actores desconocidos”, apuntaba al realismo mediante la técnica del falso documental, y así, los errores de filmación o montaje pasan inadvertidos o se ven asociados al error humano de los personajes de la ficción. Este realismo y una historia de espíritus, pueden resultar en una combinación letal hasta para el más incrédulo, sumado a que el espectador siempre está en una posición de saber más que los personajes, y no puede ayudarlos.

“Terror en Chernobyl”, lejos de “Actividad Paranormal”, muestra todos sus defectos de filmación, de montaje y de interpretación. De la trama, ni hablar. La narración, por su parte, incluye los mismos instrumentos de los típicos film de terror: personajes que hacen lo que ningún ser humano normal haría, trampas mortales obvias, predominio de ambientes oscuros, momentos de suspenso prolongado antes del susto, etc. Una de las peores películas de las carteleras de 2012 que pude en ver.

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“Battle: Los Angeles” es un intento fallido de mostrar algo nuevo sobre invasiones extraterrestres. Intenta impactar en un espectador que ya vió “Día de la Independencia”, con lo cual, apelando a lo mismo, lo único que consigue es crear un film sin sorpresa, sin emoción y, por sobre todas las cosas, sin talento alguno.
Efectos especiales por todos lados, aunque ninguno realmente original o llamativo, ni siquiera esta especie de soldado alienígena casi gracioso.
Los intentos de generar algo de emotividad mueren con la mediocre e incompleta construcción de los personajes. Prácticamente no existe el suspenso y la escasa música deambula entre sonidos de explosiones y disparos.