Bekmambetov, ese director ruso con nombre impronunciable, se dio a conocer en los circuitos cinematográficos mundiales con este batiburrillo a la rusa de la saga "Matrix", mezclada con elementos de otros películas de ciancia ficción o fantásticas. Lo malo es que a fuerza de querer impresionar con imágenes espectaculares, escenas de acción y un montaje frenético y esquizoide lleva al espectador al más absoluto de los aburrimeintos y así, al cabo de unos minutos, uno no se entera muy bien de qué va la película ni maldita la gana que tiene de saberlo.
Pero esta película le dio al director la posibilidad de comenzar su carrera hollywoodiense con "Wanted" en la que cae en los mismos errores que en esta. En fin, una película que, según se dijo, era el principio de una trilogía y que, tras una discreta continuación, parece que quedó en nada. Los rusos se fijan en Hollywood y sacan lo peor de sus productos.

Comprendo que haya quien piense que caer en la cuenta de que Crank 2 es mala siendo una segunda parte es de memos. Ya sabía a lo que me enfrentaba, es verdad. Había visto la primera y no me disgustó. Tenía encanto. Pero en esta segunda parte, los directores confunden nervio con espasmos e incorrección con mal gusto. La película es una sucesión de escenas cada vez más esperpénticas y menos inspiradas y el clímax es apresurado y similar al de la primera parte. Por lo demás. espero que Staham enderece el rumbo pues ha pasado de ser un secundario robaescenas a un producto de películas estrenadas directamenteen el video club y Amy Smart, la pobre, merece algo mejor.

Película que se estrenó directamente en DVD (y la verdad es que no extraña) y que está básicamente interpretada en todo momento por dos personajes que se tiran la mayoría del metraje en el objetivo de la cámara.
Digo que no me extraña que se haya estrenado directamente en DVD porque se puede catalogar como pestiñazo sin equivocarme mucho. La trama, que puede parecer interesante, se despliega sin ningún atractivo delante de nuestro ojos, haciendo que nos importe un pepino lo que les pueda pasar a los personajes, algo, por otra parte, bastante predecible, todo hay que decirlo. El suspense brilla por su ausencia y el tratamiento de los personajes es bastante plano, lo que lleva al aburrimiento.
Los actores que llevan el peso de la película tienen un rendimiento dispar: a mí Norman Reedus no me gusta demasiado, siempre con ese aire tenebroso y esquinado y Djimon Hounsou sí está mejor, sobre todo en la mirada al final.

No he visto ninguna película de Sorrentino y tampoco me dan muchas ganas de ver otra tras esta. Supongo que Sean Penn tendría muchas ganas de rodar con él y dijo que sí a lo primero que le dieron, incluso tengo mis dudas de que se leyera el guión antes de firmar el contrato.
La película es tan desconcertante que por momentos llega a ser inquietante. A mí me tiene confundido. No sé si es que el director no acierta con el tono de la película, si quiere mezclar muchos elementos que no pegan ni con cola, si se lo toma todo a chufla, si es una película seria, si es una road movie, si es una película de risa, si es de intriga o qué coño es. A mí lo que me pasaba es que a veces me daba una risita nerviosa porque lo que veía en pantalla me resultaba ridículo pero no sabía a ciencia cierta si eso era lo que pretendía el director. Porque vamos a ver: mezclar la caza de nazis por parte de los judíos, el holocausto con sus horrores con una antigua estrella del rock que se niega a madurar y que se comporta como un bobalicón es chocante. Porque vamos a ver: que un tipo vestido como Robert Smith, más pintado que una puerta se pasee por todo Estados Unidos a la busca y captura de un nazi es raro, vamos digo yo. Supongo que Sorrentino quería reflexionar sobre la sociedad actual tan preocupada por sus ídolos, que sube a los altares a cualquiera, hasta el punto de dejarse influir en demasía (los jóvenes admiradores de Cheyenne); una sociedad que vive sumida en la depresión (Cheyenne mismo) y en la banalidad que se da de bruces con la realidad y que se encuentra con lo terrorífica verdad de la existencia. Una sociedad que no ha vivido una guerra en sus carnes y sus horrores que debe dejar atrás su ingenuidad y madurar. Digo yo que a lo mejor quería decir eso, pero creo que hay mejores formas de hacerlo que con una mezcla sin sentido de road movie y comedia absurda.
En el mismo tono de la película está Sean Penn cuya caracterización del protagonista, el músico deprimido y que vive de su éxito pasado, es más parecida a la que hizo en “Yo soy Sam” ya que parece un subnormal, un retrasado. ¿Por qué lo retrata así? ¿Por qué hace que ande como un bobo? ¿y que hable como un lerdo?.

Brad Anderson es un director con una trayectoria irregular pero que tiene algunas películas mas que satisfactorias, como por ejemplo "El maquinista" o interesantes como esa "911" que es de lo más potable que ha hecho Halle Berry en los últimos años. Esta que nos ocupa (bueno, que me ocupa a mí, no creo que nadie más vaya a leer esto) también es interesante pero no se pude decir que esté entre sus mejores obras,

Basada en un relato de E. A. Poe, la película desprende un tufillo a T.V. movie más que importante. Pese a que el autor de Baltimore está entre mis preferidos, no he leído este relato, por lo que no puedo decir si es respetuosa con el original o no, pero debo reconocer que me hizo pensar en dos películas mientras la estaba visionando: por un lado la obra (casi) maestra de Scorsese "Shutter Island" (salvando las distancias) y la inefable "La isla del Dr. Moreau", de hecho hay actores que casi repiten los papeles de esos films).

En definitiva, una película interesante aunque la traducción del título al español es un horror; de todas formas, la intriga está en ocasiones mal llevada y el reparto, desaprovechado: Kate Beckinsale, David Thewlis, Ben Kingsley y Jim Sturgess que particularmente me parece que asi siempre realiza el mismo papel. Un film que pudo ser más de lo que es y que, arrastrándose, llega a un final casi ridículo.