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7,6
21.970
Animación
8
27 de marzo de 2011
27 de marzo de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El segundo largometraje de Miyazaki es realmente el que impulsó su carrera, basado en el manga homónimo que él mismo creó dos años antes (y que todavía no he leído, pero que pronto lo haré, ya que lo ponen mucho mejor que la película). Una aventura en la que el mensaje naturalista y antibelicista queda implícito no solo en la trama postapocalíptica, sino que a través del personaje principal, Nausicaä. La trama, a la par que original, es una de las más complejas y adultas de toda su obra.
Una genial historia en la que el director hace un alarde tanto técnico como creativo al hacer de este nuevo mundo hostil y deshumanizado algo bello y lleno de vida. Como es un constante, la banda sonora será estupenda, aunque a mi juicio no de las mejores aunque, eso sí, el tema principal es único.
Por otro lado, se puede ver esta película como una clara precursora de una de sus obras maestras, La Princesa Mononoke, pero ni se os ocurra pensar que tan solo es una revisión, ni que decir tiene que esta película es de las mejores de este director y también es irrepetible.
Una delicia para cualquier espectador, aunque por los temas y la trama, esta podría ser una de sus obras más adultas, por lo que el público infantil puede que no alcance a comprender la totalidad de la película, o por lo menos se perderá muchos de los detalles. Aun así es una bonita aventura que no debe faltar en tu colección.
Una genial historia en la que el director hace un alarde tanto técnico como creativo al hacer de este nuevo mundo hostil y deshumanizado algo bello y lleno de vida. Como es un constante, la banda sonora será estupenda, aunque a mi juicio no de las mejores aunque, eso sí, el tema principal es único.
Por otro lado, se puede ver esta película como una clara precursora de una de sus obras maestras, La Princesa Mononoke, pero ni se os ocurra pensar que tan solo es una revisión, ni que decir tiene que esta película es de las mejores de este director y también es irrepetible.
Una delicia para cualquier espectador, aunque por los temas y la trama, esta podría ser una de sus obras más adultas, por lo que el público infantil puede que no alcance a comprender la totalidad de la película, o por lo menos se perderá muchos de los detalles. Aun así es una bonita aventura que no debe faltar en tu colección.
9
27 de marzo de 2011
27 de marzo de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cuarta película de Hayao Miyazaki vuelve a sorprendernos con una trama sencilla pero una vez más llena de sentimiento, un sentimiento que trasmite con maestría a lo largo de toda la película y que nos encandilará desde el principio. De nuevo lo que realmente nos mete en la trama son los carismáticos personajes, en especial el sencillo Dios del bosque, Totoro, que a pesar de no poder hablar, su expresividad es inimaginable, uno de los personajes más entrañables y que al final de la cinta desearemos poder abrazar cariñosamente.
Esta vez, nos relata la historia de una familia japonesa que se traslada al campo, en los años 50. Las dos hijas, Satsuki y Mei, tropiezan con un espíritu del bosque: Totoro, con el que entablan amistad. El padre es un profesor universitario que aviva la imaginación de sus hijas con fábulas e historias mágicas sobre duendes, fantasmas y espíritus protectores de los hogares, mientras la madre se encuentra enferma en el hospital.
También cabe mencionar ese mensaje naturalista y ecologista que Miyazaki siempre expresa en sus obras.
En esta ocasión, de nuevo podemos observar muchos de los elementos que este director utilizará para sus siguientes películas. De esta forma no sería erróneo el pensar de esta película como un precursor de sus grandes y más conocidas obras, en especial en El Viaje de Chihiro, en la que este mundo espiritual apenas explotado en esta película, será utilizado con maestría para su próxima obra, como los llamados “duendes del polvo” que en El Viaje de Chihiro tendrán su aparición como partículas de hollín que trabajan en la sala de calderas, y otras ideas que serán destinadas a La Princesa Mononoke como la idea de los Dioses, y en concreto la del Dios del bosque.
Otras curiosidades a destacar sería la fama que alcanzaría Totoro, que para los niños japoneses es lo que Winnie the Pooh para los niños americanos, y además es la mascota y el emblema del Estudio Ghibli, todo un personaje.
Esta vez destinada al público infantil, pero a pesar de su abrumadora sencillez nos hará disfrutar como niños.
Divertida y entrañable como pocas.
Esta vez, nos relata la historia de una familia japonesa que se traslada al campo, en los años 50. Las dos hijas, Satsuki y Mei, tropiezan con un espíritu del bosque: Totoro, con el que entablan amistad. El padre es un profesor universitario que aviva la imaginación de sus hijas con fábulas e historias mágicas sobre duendes, fantasmas y espíritus protectores de los hogares, mientras la madre se encuentra enferma en el hospital.
También cabe mencionar ese mensaje naturalista y ecologista que Miyazaki siempre expresa en sus obras.
En esta ocasión, de nuevo podemos observar muchos de los elementos que este director utilizará para sus siguientes películas. De esta forma no sería erróneo el pensar de esta película como un precursor de sus grandes y más conocidas obras, en especial en El Viaje de Chihiro, en la que este mundo espiritual apenas explotado en esta película, será utilizado con maestría para su próxima obra, como los llamados “duendes del polvo” que en El Viaje de Chihiro tendrán su aparición como partículas de hollín que trabajan en la sala de calderas, y otras ideas que serán destinadas a La Princesa Mononoke como la idea de los Dioses, y en concreto la del Dios del bosque.
Otras curiosidades a destacar sería la fama que alcanzaría Totoro, que para los niños japoneses es lo que Winnie the Pooh para los niños americanos, y además es la mascota y el emblema del Estudio Ghibli, todo un personaje.
Esta vez destinada al público infantil, pero a pesar de su abrumadora sencillez nos hará disfrutar como niños.
Divertida y entrañable como pocas.
10
27 de marzo de 2011
27 de marzo de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El día 21 de septiembre de 1945 yo morí"
Con esta frase comienza esta trágica película ambientada en el Japón de la 2ª Guerra Mundial, un país constantemente bombardeado por los aviones americanos, y donde dos hermanos intentarán sobrevivir contra todo pronóstico.
Esta película nos muestra una visión objetiva de la realidad japonesa de la época, llena de tintes subjetivos que la hacen perfecta en todos los sentidos.
Tenemos ante nosotros una de las obras maestras del cine de animación japonés, también conocido como anime, que hará las delicias de los espectadores.
Es, si no la mejor, una de las mejores películas de animación que he visto, todo en ella es perfecto, desde la trama, muy interesante, y llena de elementos que la hacen única, personajes entrañables, muy bien construidos, con los que te encariñarás y de los que no querrás separarte hasta el final de la película (en concreto me refiero a los dos protagonistas), y un final que, aunque es previamente anunciado al principio de la película, será emotivo y conmovedor, en otras palabras, lacrimógeno.
Destacan las preciosas metáforas y alegorías que serán constantes a lo largo de esta hermosa película, como por ejemplo, las continuas referencias a las luciérnagas.
En conclusión, esta película no podría mejorarse de forma alguna, y por ello se merece la mejor puntuación que puedo otorgar a un filme. Es muy recomendable tanto para los seguidores del cine animado como para los detractores del mismo, y será disfrutada incondicionalmente por cualquier espectador sin dejar que nadie caiga en la indiferencia, aunque claro, para poder disfrutarla habrá que romper los fuertes muros construidos con todo tipo de preceptos que muchas personas mantienen respecto a las películas animadas.
Este es un perfecto ejemplo de cómo la animación puede ser el mejor medio para expresar algo, y no necesariamente tiene que estar destinado a un público infantil.
Con esta frase comienza esta trágica película ambientada en el Japón de la 2ª Guerra Mundial, un país constantemente bombardeado por los aviones americanos, y donde dos hermanos intentarán sobrevivir contra todo pronóstico.
Esta película nos muestra una visión objetiva de la realidad japonesa de la época, llena de tintes subjetivos que la hacen perfecta en todos los sentidos.
Tenemos ante nosotros una de las obras maestras del cine de animación japonés, también conocido como anime, que hará las delicias de los espectadores.
Es, si no la mejor, una de las mejores películas de animación que he visto, todo en ella es perfecto, desde la trama, muy interesante, y llena de elementos que la hacen única, personajes entrañables, muy bien construidos, con los que te encariñarás y de los que no querrás separarte hasta el final de la película (en concreto me refiero a los dos protagonistas), y un final que, aunque es previamente anunciado al principio de la película, será emotivo y conmovedor, en otras palabras, lacrimógeno.
Destacan las preciosas metáforas y alegorías que serán constantes a lo largo de esta hermosa película, como por ejemplo, las continuas referencias a las luciérnagas.
En conclusión, esta película no podría mejorarse de forma alguna, y por ello se merece la mejor puntuación que puedo otorgar a un filme. Es muy recomendable tanto para los seguidores del cine animado como para los detractores del mismo, y será disfrutada incondicionalmente por cualquier espectador sin dejar que nadie caiga en la indiferencia, aunque claro, para poder disfrutarla habrá que romper los fuertes muros construidos con todo tipo de preceptos que muchas personas mantienen respecto a las películas animadas.
Este es un perfecto ejemplo de cómo la animación puede ser el mejor medio para expresar algo, y no necesariamente tiene que estar destinado a un público infantil.

8,2
42.680
8
27 de marzo de 2011
27 de marzo de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra genialidad de este maestro del cine que es Berlanga.
En esta ocasión, se nos relata la historia José Luis, empleado en una funeraria que está pensando en emigrar a Alemania para convertirse en un buen mecánico. Enamorado de Carmen, hija de Amadeo, un «administrador de justicia» que parece tener soluciones para todo, será sorprendido con ella en la intimidad, por lo que se ven obligados a casarse. Ante la acuciante falta de medios económicos y la necesidad de buscar un piso para fundar el nuevo hogar, Amadeo, que está a punto de jubilarse, convence a José Luis para que solicite la plaza de verdugo que va a dejar vacante, y con la que tendrá derecho a una vivienda. Basta con que José Luis herede la profesión de su suegro. Esa es la única condición que pone el Patronato de la Vivienda. Presionado por la familia, José Luis acepta y, convencido de que jamás ejercerá, se hace verdugo...
En este filme, El Genio nos deleitará con una feroz crítica a este sistema de ajusticiamiento, todavía vigente en la España de esta película (hasta la constitución de 1978): el temido Garrote Vil.
Con un desarrollo de personajes perfecto, destacando el del personaje principal, que al final del largometraje no será ni parecido a lo que fue al comienzo, y un reparto de lujo, destacando al increíble José Isbert, que hará de verdugo en esta película (y del alcalde en la anteriormente comentada ¡Bienvenido MisterMarshall!). Un actor que se coloca en la lista de mis actores favoritos por sus soberbias interpretaciones y su humor innato.
Todo acompañado por un perfecto montaje, uso de planos originales y cámara fijas que darán un interés adicional a la película transmitiendo una serie de sentimientos o ideas que ni cientos de palabras podrían transmitir y un singular humor negro que supondrá la guinda en el fabuloso pastel que es esta película.
En esta ocasión, se nos relata la historia José Luis, empleado en una funeraria que está pensando en emigrar a Alemania para convertirse en un buen mecánico. Enamorado de Carmen, hija de Amadeo, un «administrador de justicia» que parece tener soluciones para todo, será sorprendido con ella en la intimidad, por lo que se ven obligados a casarse. Ante la acuciante falta de medios económicos y la necesidad de buscar un piso para fundar el nuevo hogar, Amadeo, que está a punto de jubilarse, convence a José Luis para que solicite la plaza de verdugo que va a dejar vacante, y con la que tendrá derecho a una vivienda. Basta con que José Luis herede la profesión de su suegro. Esa es la única condición que pone el Patronato de la Vivienda. Presionado por la familia, José Luis acepta y, convencido de que jamás ejercerá, se hace verdugo...
En este filme, El Genio nos deleitará con una feroz crítica a este sistema de ajusticiamiento, todavía vigente en la España de esta película (hasta la constitución de 1978): el temido Garrote Vil.
Con un desarrollo de personajes perfecto, destacando el del personaje principal, que al final del largometraje no será ni parecido a lo que fue al comienzo, y un reparto de lujo, destacando al increíble José Isbert, que hará de verdugo en esta película (y del alcalde en la anteriormente comentada ¡Bienvenido MisterMarshall!). Un actor que se coloca en la lista de mis actores favoritos por sus soberbias interpretaciones y su humor innato.
Todo acompañado por un perfecto montaje, uso de planos originales y cámara fijas que darán un interés adicional a la película transmitiendo una serie de sentimientos o ideas que ni cientos de palabras podrían transmitir y un singular humor negro que supondrá la guinda en el fabuloso pastel que es esta película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A destacar la escena final de cámara fija en la que el protagonista deberá ejercer su profesión, en la que el espectador quedará confundido al no saber realmente quien era el que iba a ser ajusticiado, si el reo o el propio verdugo...
4
27 de marzo de 2011
27 de marzo de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas más decepcionantes de toda la muestra, posiblemente también fue culpa mía, ya que esperaba más otra cosa diferente a lo que acabo siendo aunque lo cierto es que el tráiler dejaba el listón bastante alto...
Una trama nada destacable nos relata la historia de dos científicos genéticos que se dedican a crear nuevas especies combinando ADN de diversas especies con el objetivo de encontrar curas a enfermedades humanas. Conseguirán desarrollar una nueva especie mezclando también ADN humano, algo totalmente ilegal. Hasta aquí todo pinta bien, y lo que todos (o por lo menos yo) esperábamos era un rollo (en el buen sentido de la palabra) al estilo de Alien, que podría haberla hecho, cuanto menos, decente.
De esta forma, la criatura o engendro, como prefiráis llamarla, irá creciendo, y hasta la mitad de la película todo parecerá más o menos normal, pero a raíz de que el engendro se desarrolle y vaya adoptando una forma más o menos humana, la trama cambiará su cauce echándose a perder de forma irreversible, yendo hacia un punto inesperado pero mucho peor que el planteamiento intuido llevándonos a unas cuantas situaciones ridículas, destacando una escena protagonizada por el mismísimo Adrien Brody bastante vergonzosa (los que vean la película sabrán al instante a cual escena me refiero) para un actor de su talla que protagonizó películas de la calidad de la grandiosa El Pianista.
El otro punto en contra, y muy relacionado con el punto anterior son las 2 escenas de sexo interraical rozando prácticamente la zoofilia y que son absolutamente desagradables.
Una película bastante mediocre que no se merece más que la nota que recibe, aunque toda ella se deba a esa primera mitad que es algo decente.
Una trama nada destacable nos relata la historia de dos científicos genéticos que se dedican a crear nuevas especies combinando ADN de diversas especies con el objetivo de encontrar curas a enfermedades humanas. Conseguirán desarrollar una nueva especie mezclando también ADN humano, algo totalmente ilegal. Hasta aquí todo pinta bien, y lo que todos (o por lo menos yo) esperábamos era un rollo (en el buen sentido de la palabra) al estilo de Alien, que podría haberla hecho, cuanto menos, decente.
De esta forma, la criatura o engendro, como prefiráis llamarla, irá creciendo, y hasta la mitad de la película todo parecerá más o menos normal, pero a raíz de que el engendro se desarrolle y vaya adoptando una forma más o menos humana, la trama cambiará su cauce echándose a perder de forma irreversible, yendo hacia un punto inesperado pero mucho peor que el planteamiento intuido llevándonos a unas cuantas situaciones ridículas, destacando una escena protagonizada por el mismísimo Adrien Brody bastante vergonzosa (los que vean la película sabrán al instante a cual escena me refiero) para un actor de su talla que protagonizó películas de la calidad de la grandiosa El Pianista.
El otro punto en contra, y muy relacionado con el punto anterior son las 2 escenas de sexo interraical rozando prácticamente la zoofilia y que son absolutamente desagradables.
Una película bastante mediocre que no se merece más que la nota que recibe, aunque toda ella se deba a esa primera mitad que es algo decente.
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