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6
10 de enero de 2025
10 de enero de 2025
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película que, en lugar de explotar el escándalo o defender la pornografía, ofrece una mirada objetiva y nostálgica sobre la vida de Bettie Page, una joven de Nashville que en la década de 1950 se convirtió en la modelo más famosa de su época en ciertos círculos, destacándose en la fotografía de pin-ups y bondage. A pesar de ser atada, esposada y fotografiada en situaciones comprometidas, su actitud alegre y despreocupada la convertían en una figura carismática que parecía un rayo de sol en el oscuro mundo de la pornografía.
La película, dirigida por Mary Harron, no busca ser sexy ni escandalosa, ni toma una postura radical en relación con la moralidad de la época. En lugar de eso, presenta a Bettie y a los fotógrafos con los que trabajó, Irving Klaw y su hermana Paula, como trabajadores comunes en el negocio del sexo. Aunque aborda las tensiones en torno a la censura, la película no juzga ni critica directamente la moralidad de los años 50, sino que muestra la vida de Bettie con un tono nostálgico, evocando una época más inocente, aunque compleja.
El personaje de Bettie, interpretado por Gretchen Mol, es presentado como una joven incapaz de caer en la depravación. En lugar de ser una víctima o una figura depravada, Bettie disfruta de su trabajo en el mundo de la pornografía con una actitud de visitante agradecida, que se ve reflejada en su interpretación llena de inocencia, encanto y sensualidad. Mol, conocida por sus papeles secundarios, ofrece una de sus mejores actuaciones, capturando la esencia de Bettie con una mezcla de pureza y atractivo.
La película narra cómo la carrera de Bettie comienza de manera inocente cuando se muda a Nueva York, convirtiéndose en modelo para revistas masculinas con su estilo de cheesecake. Pronto, sin embargo, se adentra en fotos más provocativas, incluyendo las famosas imágenes de bondage, que la catapultan al estrellato. Esta parte de su vida se ve marcada por la controversia cuando su trabajo atrae la atención del senador Estes Kefauver, quien lidera una investigación sobre la pornografía, lo que lleva al fin de su carrera y la destrucción de muchas de sus fotos.
El contexto histórico de la película se desarrolla en la América de la postguerra, bajo el gobierno de Eisenhower, en una sociedad que luchaba con las influencias de las fotos fetichistas de Bettie. A través de la figura del senador Kefauver, la película muestra la lucha de la sociedad por definir los límites de lo moral y lo inmoral. En contraste, el mundo de los Klaws se presenta como un refugio de apoyo para Bettie, quienes, aunque involucrados en el negocio de la pornografía, son mostrados como personas comunes que simplemente intentan ganarse la vida.
Filmada principalmente en blanco y negro, la película captura la estética de los años 50, y utiliza momentos en color para reflejar la transición de Bettie a la Florida. Si bien la historia de la película no profundiza demasiado en los aspectos más complejos de la vida de Bettie, manteniéndose en una narración más superficial y esquemática, logra transmitir la esencia de su figura sin caer en el sensacionalismo. A través de una dirección cuidada y una interpretación destacada, The Notorious Bettie Page logra capturar la figura de Bettie como una mujer que, a pesar de ser vista por muchos como una "modelo perversa", mantenía una actitud fresca y positiva hacia su trabajo y su vida.
La película, dirigida por Mary Harron, no busca ser sexy ni escandalosa, ni toma una postura radical en relación con la moralidad de la época. En lugar de eso, presenta a Bettie y a los fotógrafos con los que trabajó, Irving Klaw y su hermana Paula, como trabajadores comunes en el negocio del sexo. Aunque aborda las tensiones en torno a la censura, la película no juzga ni critica directamente la moralidad de los años 50, sino que muestra la vida de Bettie con un tono nostálgico, evocando una época más inocente, aunque compleja.
El personaje de Bettie, interpretado por Gretchen Mol, es presentado como una joven incapaz de caer en la depravación. En lugar de ser una víctima o una figura depravada, Bettie disfruta de su trabajo en el mundo de la pornografía con una actitud de visitante agradecida, que se ve reflejada en su interpretación llena de inocencia, encanto y sensualidad. Mol, conocida por sus papeles secundarios, ofrece una de sus mejores actuaciones, capturando la esencia de Bettie con una mezcla de pureza y atractivo.
La película narra cómo la carrera de Bettie comienza de manera inocente cuando se muda a Nueva York, convirtiéndose en modelo para revistas masculinas con su estilo de cheesecake. Pronto, sin embargo, se adentra en fotos más provocativas, incluyendo las famosas imágenes de bondage, que la catapultan al estrellato. Esta parte de su vida se ve marcada por la controversia cuando su trabajo atrae la atención del senador Estes Kefauver, quien lidera una investigación sobre la pornografía, lo que lleva al fin de su carrera y la destrucción de muchas de sus fotos.
El contexto histórico de la película se desarrolla en la América de la postguerra, bajo el gobierno de Eisenhower, en una sociedad que luchaba con las influencias de las fotos fetichistas de Bettie. A través de la figura del senador Kefauver, la película muestra la lucha de la sociedad por definir los límites de lo moral y lo inmoral. En contraste, el mundo de los Klaws se presenta como un refugio de apoyo para Bettie, quienes, aunque involucrados en el negocio de la pornografía, son mostrados como personas comunes que simplemente intentan ganarse la vida.
Filmada principalmente en blanco y negro, la película captura la estética de los años 50, y utiliza momentos en color para reflejar la transición de Bettie a la Florida. Si bien la historia de la película no profundiza demasiado en los aspectos más complejos de la vida de Bettie, manteniéndose en una narración más superficial y esquemática, logra transmitir la esencia de su figura sin caer en el sensacionalismo. A través de una dirección cuidada y una interpretación destacada, The Notorious Bettie Page logra capturar la figura de Bettie como una mujer que, a pesar de ser vista por muchos como una "modelo perversa", mantenía una actitud fresca y positiva hacia su trabajo y su vida.
6
9 de enero de 2025
9 de enero de 2025
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Timecop es una película que mezcla acción y ciencia ficción de una forma entretenida, aunque no exenta de fallos. Su guion logra captar el interés del espectador gracias a la intrigante premisa de una "policía del tiempo", aunque el desarrollo a veces se siente apresurado o excesivamente conveniente para avanzar la acción.
Max Walker (Van Damme), encarna al héroe de acción típico de los años 90, con una combinación de fuerza física y vulnerabilidad emocional que resulta efectiva. Por su parte, los villanos, especialmente el Senator McComb, son personajes estereotípicos, pero funcionan.
Jean-Claude Van Damme entrega lo que se espera de él: espectaculares escenas de combate coreografiadas con precisión, aunque a veces esto ocurre a expensas de la coherencia narrativa.
Timecop es una opción sólida si buscas una película de acción con un toque de ciencia ficción y sin demasiadas pretensiones. Es una obra que prioriza el espectáculo y la adrenalina por encima de la profundidad o el realismo.
Max Walker (Van Damme), encarna al héroe de acción típico de los años 90, con una combinación de fuerza física y vulnerabilidad emocional que resulta efectiva. Por su parte, los villanos, especialmente el Senator McComb, son personajes estereotípicos, pero funcionan.
Jean-Claude Van Damme entrega lo que se espera de él: espectaculares escenas de combate coreografiadas con precisión, aunque a veces esto ocurre a expensas de la coherencia narrativa.
Timecop es una opción sólida si buscas una película de acción con un toque de ciencia ficción y sin demasiadas pretensiones. Es una obra que prioriza el espectáculo y la adrenalina por encima de la profundidad o el realismo.

3,7
1.355
3
8 de enero de 2025
8 de enero de 2025
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Last Thing He Wanted" es una película que alcanza niveles casi impresionantes de incomprensibilidad. Dirigida por Dee Rees y coescrita con Marco Villalobos, la película mezcla libremente el periodismo investigativo con el contrabando de armas, pero en lugar de tejer una narrativa coherente, continúa abriendo su propio camino de confusión hasta llegar a un final desastroso.
La película parece más un borrador que un producto terminado, con diálogos que dañan severamente cualquier intento de ser tomada en serio. Las conversaciones crípticas entre funcionarios del gobierno, que están más interesados en mantener su aspecto impecable que en avanzar la trama, destacan por su aridez y se vuelven un recurso repetitivo para mostrar cómo Elena, interpretada por Anne Hathaway, es una amenaza para la corrupción gubernamental. Sin embargo, esto no logra crear suspense, sino más bien un tedio que pesa sobre la película.
Basada en la novela homónima de Joan Didion, la película no logra descifrar su enredada e incoherente historia. Elena se mueve por distintos países sin mostrar su pasaporte y maneja de Nicaragua a Costa Rica sin la ayuda de la tecnología moderna como GPS o teléfonos móviles, lo cual contribuye a la larga lista de absurdos. Para cuando Elena se convierte en la ama de llaves de un personaje misterioso interpretado por Toby Jones, el espectador ya está tan desorientado que nada más puede sorprender.
El conflicto bélico en Nicaragua y las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, eventos que podrían ofrecer un marco interesante para un thriller político, son tratados como meros adornos sin profundidad. La película evita en todo momento explorar la importancia de estos eventos, centrándose en una narrativa que nunca encuentra su camino.
En resumen, "The Last Thing He Wanted" es una película ambiciosa que fracasa en cohesionar su narrativa, dejando al público frustrado por la falta de claridad y coherencia. Es un intento de thriller político que, en lugar de intrigar, confunde y decepciona con su ejecución desordenada y su guion lleno de incongruencias.
La película parece más un borrador que un producto terminado, con diálogos que dañan severamente cualquier intento de ser tomada en serio. Las conversaciones crípticas entre funcionarios del gobierno, que están más interesados en mantener su aspecto impecable que en avanzar la trama, destacan por su aridez y se vuelven un recurso repetitivo para mostrar cómo Elena, interpretada por Anne Hathaway, es una amenaza para la corrupción gubernamental. Sin embargo, esto no logra crear suspense, sino más bien un tedio que pesa sobre la película.
Basada en la novela homónima de Joan Didion, la película no logra descifrar su enredada e incoherente historia. Elena se mueve por distintos países sin mostrar su pasaporte y maneja de Nicaragua a Costa Rica sin la ayuda de la tecnología moderna como GPS o teléfonos móviles, lo cual contribuye a la larga lista de absurdos. Para cuando Elena se convierte en la ama de llaves de un personaje misterioso interpretado por Toby Jones, el espectador ya está tan desorientado que nada más puede sorprender.
El conflicto bélico en Nicaragua y las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, eventos que podrían ofrecer un marco interesante para un thriller político, son tratados como meros adornos sin profundidad. La película evita en todo momento explorar la importancia de estos eventos, centrándose en una narrativa que nunca encuentra su camino.
En resumen, "The Last Thing He Wanted" es una película ambiciosa que fracasa en cohesionar su narrativa, dejando al público frustrado por la falta de claridad y coherencia. Es un intento de thriller político que, en lugar de intrigar, confunde y decepciona con su ejecución desordenada y su guion lleno de incongruencias.

4,7
919
6
7 de enero de 2025
7 de enero de 2025
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
All the Right Moves sigue a un joven jugador de fútbol de secundaria, interpretado por Tom Cruise, en un pueblo industrial de Pensilvania, donde su única salida es una beca de fútbol para estudiar ingeniería. La trama se centra en la intensa relación entre el joven protagonista y su entrenador, interpretado por Craig T. Nelson, quien también está en juego por un ascenso profesional. El clímax de la película se desarrolla en la noche del gran juego, donde ambos personajes parecen haber destruido las esperanzas del otro.
Lo que distingue a All the Right Moves de otras películas de instituto es que se aleja de los clichés comunes del género. En lugar de enfocarse en historias simplistas de popularidad o conflictos superficiales, la película explora la autenticidad de los sentimientos adolescentes, las relaciones complicadas y las dinámicas de poder dentro del estudiantado.
Un aspecto destacado es la química entre el personaje de Cruise y su novia, interpretada por Lea Thompson. La relación que desarrollan ambos personajes está representada de manera realista, con sus altibajos, inseguridades y malentendidos. Esto no se siente como una típica historia romántica de instituto, sino más bien como una representación honesta de cómo las relaciones adolescentes pueden ser complejas y vulnerables.
La trama, además, es muy realista, girando en torno a los malentendidos y errores típicos de la adolescencia. Los jóvenes a menudo se sienten culpables por situaciones que no han causado, un sentimiento universal que la película captura de manera efectiva.
Lo más importante es que la película termina de una manera que se siente genuina. No busca ofrecer respuestas fáciles ni finales felices predecibles. Los personajes son reales, vulnerables y moralmente complejos, lo que brinda una visión refrescante y auténtica de la vida en la escuela secundaria.
Lo que distingue a All the Right Moves de otras películas de instituto es que se aleja de los clichés comunes del género. En lugar de enfocarse en historias simplistas de popularidad o conflictos superficiales, la película explora la autenticidad de los sentimientos adolescentes, las relaciones complicadas y las dinámicas de poder dentro del estudiantado.
Un aspecto destacado es la química entre el personaje de Cruise y su novia, interpretada por Lea Thompson. La relación que desarrollan ambos personajes está representada de manera realista, con sus altibajos, inseguridades y malentendidos. Esto no se siente como una típica historia romántica de instituto, sino más bien como una representación honesta de cómo las relaciones adolescentes pueden ser complejas y vulnerables.
La trama, además, es muy realista, girando en torno a los malentendidos y errores típicos de la adolescencia. Los jóvenes a menudo se sienten culpables por situaciones que no han causado, un sentimiento universal que la película captura de manera efectiva.
Lo más importante es que la película termina de una manera que se siente genuina. No busca ofrecer respuestas fáciles ni finales felices predecibles. Los personajes son reales, vulnerables y moralmente complejos, lo que brinda una visión refrescante y auténtica de la vida en la escuela secundaria.

6,1
23.133
8
17 de noviembre de 2024
17 de noviembre de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La trama gira en torno a un recurso clásico del thriller: la protagonista que descubre una verdad aterradora, pero es desestimada por todos a su alrededor. Esta dinámica genera frustración y tensión, ya que el espectador comparte su desesperación al ver cómo nadie percibe lo que para ella es evidente.
El eje central de la historia es el mal personificado en un niño, una elección que siempre resulta perturbadora. Aquí, esa maldad se encarna en Esther, una niña rusa de 9 años aparentemente perfecta: talentosa, educada, refinada y bien recomendada por las monjas del orfanato. Sin embargo, a medida que la trama avanza, se revela su verdadera agenda, centrada en manipular y seducir al padre adoptivo a cualquier costo, llevando al límite la dinámica familiar.
La película utiliza eficazmente temas de negligencia y alcoholismo en los padres adoptivos para añadir complejidad a sus personajes y justificar la vulnerabilidad que permite a Esther sembrar el caos. Su capacidad para mezclar el drama familiar con el terror psicológico le da un toque distintivo, aunque a veces roza el melodrama.
El director, Jaume Collet-Serra, equilibra los sustos tradicionales con un desarrollo inquietante y pausado, logrando que la tensión se mantenga hasta el sorprendente desenlace. La actuación de Isabelle Fuhrman como Esther es escalofriante y convincente, convirtiéndola en uno de los villanos infantiles más memorables del cine.
En resumen, Orphan es descaradamente efectiva, con una trama que explora la paranoia, la manipulación y la fragilidad de las relaciones humanas. Aunque puede caer en clichés de género, su habilidad para desestabilizar y perturbar al espectador lo compensa con creces. Una película que, sin duda, deja su marca.
El eje central de la historia es el mal personificado en un niño, una elección que siempre resulta perturbadora. Aquí, esa maldad se encarna en Esther, una niña rusa de 9 años aparentemente perfecta: talentosa, educada, refinada y bien recomendada por las monjas del orfanato. Sin embargo, a medida que la trama avanza, se revela su verdadera agenda, centrada en manipular y seducir al padre adoptivo a cualquier costo, llevando al límite la dinámica familiar.
La película utiliza eficazmente temas de negligencia y alcoholismo en los padres adoptivos para añadir complejidad a sus personajes y justificar la vulnerabilidad que permite a Esther sembrar el caos. Su capacidad para mezclar el drama familiar con el terror psicológico le da un toque distintivo, aunque a veces roza el melodrama.
El director, Jaume Collet-Serra, equilibra los sustos tradicionales con un desarrollo inquietante y pausado, logrando que la tensión se mantenga hasta el sorprendente desenlace. La actuación de Isabelle Fuhrman como Esther es escalofriante y convincente, convirtiéndola en uno de los villanos infantiles más memorables del cine.
En resumen, Orphan es descaradamente efectiva, con una trama que explora la paranoia, la manipulación y la fragilidad de las relaciones humanas. Aunque puede caer en clichés de género, su habilidad para desestabilizar y perturbar al espectador lo compensa con creces. Una película que, sin duda, deja su marca.
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