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6,4
33.099
5
3 de enero de 2018
3 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dejaré clara una cosa para empezar, mucho antes de verla ya sabía que esta no era la película de Thor que yo quería ver, y mucho menos titulándose "Ragnarok". Así que sí, fui a verla con prejuicios y por tanto no me gustó (al menos no tanto como podría haberme gustado o como me han gustado otras pelis de Marvel), básicamente porque, bueno, ESTA NO ES LA PELÍCULA DE THOR QUE YO QUERÍA VER. No puedo decir que me decepcionara, da exactamente lo que prometía, a saber, una comedia de fantasía/ciencia ficción rollo buddy movie. Eso era lo que promocionaron, eso era lo que nos dieron.
Pero no siempre fue así. Hay un detalle aparentemente inocente, pero que en mi opinión es muy revelador de que en un momento dado decidieron cambiar totalmente el planteamiento de la película. Al principio, cuando anunciaron la película como parte de la hoja de ruta de la fase 3 de Marvel, el tipo de letra del logo era algo que evocaba épica. Eran letras como de camiseta de grupo de Heavy Metal. En ese momento yo estaba entusiasmado, era, con diferencia, la película de Marvel que más ganas tenía de ver. Pero algo ocurrió. Tiempo después anunciaron un nuevo logo que parecía hecho con WordArt. Y ahí es cuando se me dispararon todas las alarmas. Luego las noticias empezaron a caer: director independiente neozelandés con un par de comedias como bagaje, Hulk como artista invitado (fusilando de mala manera el argumento de "Planeta Hulk"), Jeff Goldblum haciendo de Jeff Goldblum, argumento hilarante, road movie intergaláctica... O sea, un despropósito.
Atrás quedaba mi sueño de ver una película épica, donde estuviera realmente en juego el destino de todo lo que existe, con batallas espectaculares y criaturas de todos los tipos venidas de los 9 reinos. En definitiva, algo más cercano a "El retorno del rey" que a "Quien tiene un amigo tiene un tesoro".
Pero en fin, esto es lo que hay. El producto que ha llegado a nuestras pantallas es el que es. ¿Y qué es? Pues una comedieta entretenida, con alguna escena de acción espectacular algún momento divertido y poco más. De hecho me cuesta entender esas alabanzas casi unánimes al "descacharrante" humor de la película, casi como si Waititi (el señor que ha dirigido este tinglado) hubiera reinventado la rueda del humor y nos hubiera dado un clásico atemporal de la comedia. Hasta ahora siempre había creído que Marvel se merecía todas y cada una de sus críticas positivas, pero estas me hacen llegar a plantearme las teorías conspiratorias acerca de que Disney tiene comprada a la crítica.
Solo así se explica que los "expertos" aseguren haberse tronchado de risa mientras que en la sala de cine solo se oían risas esporádicas. Vale, hay momentos divertidos, pero en general es más bien "meh", en plan: "sé que debería reírme aquí, pero no me apetece". Y lo peor es que muchas veces esa ansia por meter humor a todo deja por los suelos cualquier momento mínimamente emocional que pudiera tener la película. Ojo, que aburrirte no te aburres, pero para troncharse de risa hay otras películas mejores, incluso dentro de Marvel.
¿La acción? Pues hay de todo. En general bien. De hecho, hay que reconocer que cuando se ponen la peli mola en ese aspecto. A destacar el espectacular combate contra Hulk y, sobre todo, la secuencia inicial destrozando demonios a martillazo limpio mientras suena "The inmigrant song" de Led Zeppelin (la pérdida del martillo y el corte de pelo será todo lo fundamental que queráis para recorrer el viaje del héroe y todas esas mandangas, pero cuando más mola Thor es cuando usa su martillo con variedad de efectos que le dan más versatilidad e impacto visual. Lo siento, pero yo lo veo así). Por otro lado resulta bastante inexplicable que cuatro pringaos con una red eléctrica puedan someter tan fácilmente a quien aguanta cuerpo a cuerpo a Hulk, pero en fin...
Sobre el tratamiento de personajes, no hay forma de abstraerse de la contaminación que supone el tono cómico. Tenemos a un villano interpretado por Jeff Goldblum autoparodiándose, tenemos a otro villano que es una mala copia de su versión en cómic y tenemos a un plantel de secundarios completamente desperdiciado (me abstengo de hablar de Sif porque es simplemente criminal lo que han hecho con ella). Thor se salva porque Mr. Pataky le tiene bien pillada la medida al personaje (aunque el guion le obliga a regalarnos algún que otro momento de vergüenza ajena) y Loki... bueno, es Loki. Eso sí, curiosamente me gustaría destacar el cameo del Dr. Extraño, donde le vi mucho mejor representado que en su propia película.
La historia es modesta. Ya sé que estas películas no suelen tener un argumento complejo y muchas veces ni tienen por qué tenerlo para ser buenas, pero aquí da la sensación de que se cuenta muy poco. Ni siquiera queda muy claro el objetivo de la villana de la película. Al haber mezclado dos líneas argumentales de dos historias diferentes en los cómics parece que no se llega a profundizar mucho en ninguna y las dos se quedan en poca cosa.
Y por último, la banda sonora sufre del mal común que tienen la gran mayoría de las BSO de Marvel, y que parecen incapaces de solucionar. Es totalmente genérica e impersonal. Sí, mucho toque electrónico ochentero, mucho sintetizador, mucho estilo videojuego, pero apuesto que nadie es capaz de tararear ni una sola melodía de la película a los 5 minutos de haberla visto. La mejor parte de la banda sonora es precisamente la que no forma parte de la banda sonora original, es decir, la mencionada canción de Led Zeppelin y el momento donde usan el tema de la primera película compuesto por Patrick Doyle.
En todo esto ha quedado Thor: Ragnarok. Una película aceptable como vehículo de entretenimiento, pero una de las entradas más flojas del universo cinemático de Marvel, que rompe con la tónica a la que nos tenía acostumbrados. Yo quería ver algo más que dos colegas repartiendo tortas con la mano abierta.
Pero no siempre fue así. Hay un detalle aparentemente inocente, pero que en mi opinión es muy revelador de que en un momento dado decidieron cambiar totalmente el planteamiento de la película. Al principio, cuando anunciaron la película como parte de la hoja de ruta de la fase 3 de Marvel, el tipo de letra del logo era algo que evocaba épica. Eran letras como de camiseta de grupo de Heavy Metal. En ese momento yo estaba entusiasmado, era, con diferencia, la película de Marvel que más ganas tenía de ver. Pero algo ocurrió. Tiempo después anunciaron un nuevo logo que parecía hecho con WordArt. Y ahí es cuando se me dispararon todas las alarmas. Luego las noticias empezaron a caer: director independiente neozelandés con un par de comedias como bagaje, Hulk como artista invitado (fusilando de mala manera el argumento de "Planeta Hulk"), Jeff Goldblum haciendo de Jeff Goldblum, argumento hilarante, road movie intergaláctica... O sea, un despropósito.
Atrás quedaba mi sueño de ver una película épica, donde estuviera realmente en juego el destino de todo lo que existe, con batallas espectaculares y criaturas de todos los tipos venidas de los 9 reinos. En definitiva, algo más cercano a "El retorno del rey" que a "Quien tiene un amigo tiene un tesoro".
Pero en fin, esto es lo que hay. El producto que ha llegado a nuestras pantallas es el que es. ¿Y qué es? Pues una comedieta entretenida, con alguna escena de acción espectacular algún momento divertido y poco más. De hecho me cuesta entender esas alabanzas casi unánimes al "descacharrante" humor de la película, casi como si Waititi (el señor que ha dirigido este tinglado) hubiera reinventado la rueda del humor y nos hubiera dado un clásico atemporal de la comedia. Hasta ahora siempre había creído que Marvel se merecía todas y cada una de sus críticas positivas, pero estas me hacen llegar a plantearme las teorías conspiratorias acerca de que Disney tiene comprada a la crítica.
Solo así se explica que los "expertos" aseguren haberse tronchado de risa mientras que en la sala de cine solo se oían risas esporádicas. Vale, hay momentos divertidos, pero en general es más bien "meh", en plan: "sé que debería reírme aquí, pero no me apetece". Y lo peor es que muchas veces esa ansia por meter humor a todo deja por los suelos cualquier momento mínimamente emocional que pudiera tener la película. Ojo, que aburrirte no te aburres, pero para troncharse de risa hay otras películas mejores, incluso dentro de Marvel.
¿La acción? Pues hay de todo. En general bien. De hecho, hay que reconocer que cuando se ponen la peli mola en ese aspecto. A destacar el espectacular combate contra Hulk y, sobre todo, la secuencia inicial destrozando demonios a martillazo limpio mientras suena "The inmigrant song" de Led Zeppelin (la pérdida del martillo y el corte de pelo será todo lo fundamental que queráis para recorrer el viaje del héroe y todas esas mandangas, pero cuando más mola Thor es cuando usa su martillo con variedad de efectos que le dan más versatilidad e impacto visual. Lo siento, pero yo lo veo así). Por otro lado resulta bastante inexplicable que cuatro pringaos con una red eléctrica puedan someter tan fácilmente a quien aguanta cuerpo a cuerpo a Hulk, pero en fin...
Sobre el tratamiento de personajes, no hay forma de abstraerse de la contaminación que supone el tono cómico. Tenemos a un villano interpretado por Jeff Goldblum autoparodiándose, tenemos a otro villano que es una mala copia de su versión en cómic y tenemos a un plantel de secundarios completamente desperdiciado (me abstengo de hablar de Sif porque es simplemente criminal lo que han hecho con ella). Thor se salva porque Mr. Pataky le tiene bien pillada la medida al personaje (aunque el guion le obliga a regalarnos algún que otro momento de vergüenza ajena) y Loki... bueno, es Loki. Eso sí, curiosamente me gustaría destacar el cameo del Dr. Extraño, donde le vi mucho mejor representado que en su propia película.
La historia es modesta. Ya sé que estas películas no suelen tener un argumento complejo y muchas veces ni tienen por qué tenerlo para ser buenas, pero aquí da la sensación de que se cuenta muy poco. Ni siquiera queda muy claro el objetivo de la villana de la película. Al haber mezclado dos líneas argumentales de dos historias diferentes en los cómics parece que no se llega a profundizar mucho en ninguna y las dos se quedan en poca cosa.
Y por último, la banda sonora sufre del mal común que tienen la gran mayoría de las BSO de Marvel, y que parecen incapaces de solucionar. Es totalmente genérica e impersonal. Sí, mucho toque electrónico ochentero, mucho sintetizador, mucho estilo videojuego, pero apuesto que nadie es capaz de tararear ni una sola melodía de la película a los 5 minutos de haberla visto. La mejor parte de la banda sonora es precisamente la que no forma parte de la banda sonora original, es decir, la mencionada canción de Led Zeppelin y el momento donde usan el tema de la primera película compuesto por Patrick Doyle.
En todo esto ha quedado Thor: Ragnarok. Una película aceptable como vehículo de entretenimiento, pero una de las entradas más flojas del universo cinemático de Marvel, que rompe con la tónica a la que nos tenía acostumbrados. Yo quería ver algo más que dos colegas repartiendo tortas con la mano abierta.

5,9
31.920
7
2 de enero de 2017
2 de enero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En estos días de remakes, secuelas, adaptaciones y franquicias es difícil encontrar un producto original un poco decente, por eso se agradecen cosas como esta película. No creo que la premisa cause época, pero es lo suficientemente interesante como para que uno se fije en la peli y hacerla atractiva. Hay algunos interrogantes interesantes que plantea, esas situaciones en las que uno se pregunta qué haría en lugar de los protagonistas. Creo que una película tiene mucho ganado si hace que te pongas en la piel de los personajes, y "Passengers" cumple esa condición.
Por supuesto, no todo son parabienes. También tiene su dosis de defectos. El más claro es que la película no alcanza todo el potencial de su premisa, que podría haberla elevado mucho más alto. A ratos termina perdiéndose en momentos de comedia romántica, que quizá podrían haberse recortado un poco, y termina con un final made in Hollywood, con tensión, sacrificio, sangre, sudor y lágrimas, y todo ello sobre la bocina, lo cuál no está mal (de hecho es bastante emocionante y te mantiene en tensión), pero quizá es algo que queda un poco dentro de los esquemas habituales y que hace que no llegue al nivel de clásicos del género. Pero como no todo puede ser un clásico, lo que nos ofrece Passengers da para cubrir de sobra las necesidades que uno tiene cuando va al cine.
Los mimbres los tiene: buenos efectos especiales para confeccionar un escenario incomparable (ese espacio infinito lleno de estrellas), una premisa potente, dos actores con química (aunque Chris Pratt algo más flojo), y momentos de amor, de tensión, de odio y de acción.
A mí me ha gustado.
Por supuesto, no todo son parabienes. También tiene su dosis de defectos. El más claro es que la película no alcanza todo el potencial de su premisa, que podría haberla elevado mucho más alto. A ratos termina perdiéndose en momentos de comedia romántica, que quizá podrían haberse recortado un poco, y termina con un final made in Hollywood, con tensión, sacrificio, sangre, sudor y lágrimas, y todo ello sobre la bocina, lo cuál no está mal (de hecho es bastante emocionante y te mantiene en tensión), pero quizá es algo que queda un poco dentro de los esquemas habituales y que hace que no llegue al nivel de clásicos del género. Pero como no todo puede ser un clásico, lo que nos ofrece Passengers da para cubrir de sobra las necesidades que uno tiene cuando va al cine.
Los mimbres los tiene: buenos efectos especiales para confeccionar un escenario incomparable (ese espacio infinito lleno de estrellas), una premisa potente, dos actores con química (aunque Chris Pratt algo más flojo), y momentos de amor, de tensión, de odio y de acción.
A mí me ha gustado.
3 de julio de 2016
3 de julio de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Están los hermanos Coen, los hermanos Farreli, los hermanos... perdón, hermanas Wachowski y ahora, salvando las distancias con los anteriores por el tipo de cine y la experiencia acumulada (en realidad los... las Wachowski están de relleno), los hermanos Russo. Bueno, lo de "ahora" es un decir, porque estos señores ya nos habían deleitado con ese enorme blockbuster que precedía a la cinta que nos ocupa, solo que con esta han demostrado que lo que pasó con Capitán América: El Soldado de Invierno no fue fruto de la casualidad. Estos tíos saben lo que se hacen y lo han demostrado volviéndolo hacer. Capitán América: Civil War es otro peldaño más en la escalera hacia la excelencia de un género que hace no tantos años, salvo honrosas excepciones, era prácticamente un subproducto dentro de las grandes superproducciones de Hollywood.
Ahora más vale que el resto vaya tomando nota de cómo se introducen escenas de acción que no le hagan a uno bostezar después de haber visto algo similar en las últimas 13 películas de acción que fue a ver al cine, más otras 5 o 6 que se tragó algún domingo por la tarde viendo "El Peliculón" de Antena 3. Apunten señores, apunten cómo coreografiar una pelea de 12 personajes superpoderosos que sea mucho más que un "pim pam pum" seguido de muchas explosiones, donde cada personaje mantiene su personalidad, usa de forma creativa sus poderes y tiene su papel; donde se juega a la perfección con el humor e incluso hay momentos para el dramatismo. Aprendan cómo salpicar una película de escenas de acción que no suenen a mil veces vistas, que puedan pasar de la diversión desenfadada al dramatismo más sobrecogedor. Tomen nota de cómo esto es consecuencia de construir una historia en la que tengan cabida humor y diversión, y a la vez carga emocional; donde, sin perder de vista que esto es un entretenimiento, no se renuncie a explorar relaciones humanas como la amistad y la amargura que provocan los desencuentros que la rompen.
Se diría que no es tan difícil lograr todo esto pero está claro que no todo el mundo sabe cómo hacerlo. No todo el mundo sabe introducir todos estos elementos manteniendo la esencia de los personajes. Para muestra otra pelea de dos famosos superhéroes que hemos tenido este año que la gente de Hollywood también debería tener en cuenta para saber cómo no hacer una película de este tipo.
Capitán América: Civil War sí que es un ejemplo de cómo hacerlas. Quizá Soldado de Invierno sea más redonda y quizá en conjunto incluso mejor película, pero Civil War, a pesar de ser un poco más irregular, sube las apuestas y es más ambiciosa, llegando a cotas que aquella no alcanzaba (quizá incluso, en algún caso, las más altas de las películas de Marvel).
Ahora solo queda por ver qué más nos puede ofrecer el universo Marvel y el género superheroico en general. Está claro que la burbuja explotará en algún momento, que algún día la gente se cansará y, como le pasó al Western, los SH pasarán de moda. Por ahora, con gente como los hermanos Russo, el género aún tiene cuerda para unos años en los que todavía podremos disfrutar de estos estupendos entretenimientos.
Make mine Marvel!
Ahora más vale que el resto vaya tomando nota de cómo se introducen escenas de acción que no le hagan a uno bostezar después de haber visto algo similar en las últimas 13 películas de acción que fue a ver al cine, más otras 5 o 6 que se tragó algún domingo por la tarde viendo "El Peliculón" de Antena 3. Apunten señores, apunten cómo coreografiar una pelea de 12 personajes superpoderosos que sea mucho más que un "pim pam pum" seguido de muchas explosiones, donde cada personaje mantiene su personalidad, usa de forma creativa sus poderes y tiene su papel; donde se juega a la perfección con el humor e incluso hay momentos para el dramatismo. Aprendan cómo salpicar una película de escenas de acción que no suenen a mil veces vistas, que puedan pasar de la diversión desenfadada al dramatismo más sobrecogedor. Tomen nota de cómo esto es consecuencia de construir una historia en la que tengan cabida humor y diversión, y a la vez carga emocional; donde, sin perder de vista que esto es un entretenimiento, no se renuncie a explorar relaciones humanas como la amistad y la amargura que provocan los desencuentros que la rompen.
Se diría que no es tan difícil lograr todo esto pero está claro que no todo el mundo sabe cómo hacerlo. No todo el mundo sabe introducir todos estos elementos manteniendo la esencia de los personajes. Para muestra otra pelea de dos famosos superhéroes que hemos tenido este año que la gente de Hollywood también debería tener en cuenta para saber cómo no hacer una película de este tipo.
Capitán América: Civil War sí que es un ejemplo de cómo hacerlas. Quizá Soldado de Invierno sea más redonda y quizá en conjunto incluso mejor película, pero Civil War, a pesar de ser un poco más irregular, sube las apuestas y es más ambiciosa, llegando a cotas que aquella no alcanzaba (quizá incluso, en algún caso, las más altas de las películas de Marvel).
Ahora solo queda por ver qué más nos puede ofrecer el universo Marvel y el género superheroico en general. Está claro que la burbuja explotará en algún momento, que algún día la gente se cansará y, como le pasó al Western, los SH pasarán de moda. Por ahora, con gente como los hermanos Russo, el género aún tiene cuerda para unos años en los que todavía podremos disfrutar de estos estupendos entretenimientos.
Make mine Marvel!
20 de julio de 2015
20 de julio de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenemos ante nosotros una colección de todos los tópicos, clichés y esquemas ya vistos en todas estas películas de desastres: el matrimonio a punto de divorciarse por una desgracia del pasado que no han podido superar, el nuevo novio de la madre que desde el principio se le ve que es un tío lamentable, la hija universitaria buenorra que conoce a al chico buenazo en mitad de la devastación (con hermano pequeño cargante incluido), el científico que es capaz de anticipar lo que se viene encima (aunque con poco tiempo de antelación, la verdad). Toda una colección de "más difíciles todavía", de hazañas que no dejan respiro en medio de un desastre de proporciones nunca vistas e incluso un ligero toque final de patriotismo americano (no podía faltar).
Pero oye, a pesar de todo eso, la cosa funciona. A pesar de que muchas de esas situaciones son ciertamente absurdas e inverosímiles e incluso ya vistas anteriormente todo ello está llevado con un pulso y un ritmo ciertamente firmes, que no decaen en ningún momento, con una banda sonora que te mete de lleno en la acción desde el minuto uno y con unos efectos especiales espectaculares que te hacen vivir la devastación de primera mano.
Entiendo que hay formas de cine más elevadas, que incluso dentro de las producciones eminentemente comerciales se puede buscar algo más complejo y con vocación de llegar más allá, y que desde luego no satisfará a las mentes más inquietas, pero nadie puede negarle a esta San Andrés que cumple perfectamente con lo que ofrece y que proporciona 2 horas de evasión bien llevadas que se te pasan en un suspiro (aunque acabes con cierto dolorcillo de cabeza de tanto edificio hundiéndose) y por eso le he puesto la nota que le he puesto, ya que es más de lo que otras muchas producciones del palo con aparentemente más enjundia son capaces de hacer.
Pero oye, a pesar de todo eso, la cosa funciona. A pesar de que muchas de esas situaciones son ciertamente absurdas e inverosímiles e incluso ya vistas anteriormente todo ello está llevado con un pulso y un ritmo ciertamente firmes, que no decaen en ningún momento, con una banda sonora que te mete de lleno en la acción desde el minuto uno y con unos efectos especiales espectaculares que te hacen vivir la devastación de primera mano.
Entiendo que hay formas de cine más elevadas, que incluso dentro de las producciones eminentemente comerciales se puede buscar algo más complejo y con vocación de llegar más allá, y que desde luego no satisfará a las mentes más inquietas, pero nadie puede negarle a esta San Andrés que cumple perfectamente con lo que ofrece y que proporciona 2 horas de evasión bien llevadas que se te pasan en un suspiro (aunque acabes con cierto dolorcillo de cabeza de tanto edificio hundiéndose) y por eso le he puesto la nota que le he puesto, ya que es más de lo que otras muchas producciones del palo con aparentemente más enjundia son capaces de hacer.
11 de abril de 2015
11 de abril de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las pelis más infravaloradas de Marvel. Parece que la gente no ha llegado a entender su vocación totalmente pulp a tenor de algunos palos recibidos. Francamente no entiendo cómo el público no se ha dejado conquistar por ese regustillo de película de aventuras "spielbegiana", con influencias claras de las aventuras con nazis y ciencia ficción al más puro estilo Indiana Jones. No en vano el director, Joe Johnston, fue técnico de efectos especiales con George Lucas y Steven Spielberg en películas como La guerra de las galaxias y En busca del arca perdida y su gusto por esa estética impregna toda la película.
Todo un acierto convertirla en una película de época y situarla en la segunda guerra mundial, contexto histórico en el que se creó el personaje y que permite su desarrollo como pez en el agua sin caer en patriotismos baratos fuera de época (algo que Marvel, a pesar del trasfondo del personaje, ha cuidado bastante pensando en que la película se tenía que ver en todo el mundo) pudiendo jugar con una serie de elementos poco habitual en las películas de superhéroes que le dan personalidad y evitan que las obligaciones de pertenecer al entramado de Los Vengadores ocupen excesivo metraje de la película.
La cinta quizá resulta inocentona en ciertos momentos, pero ese es precisamente parte de su encanto, que no pretende ser una megaproducción épica de acción con dos horas de hostias como panes, sino una aventura al estilo clásico, con un toque algo naif, con humor y protagonistas con los que es fácil encariñarse. Imposible no apreciar el corazón y el carisma de Steve Rogers (un Chris Evans metiéndose con comodidad en el papel del héroe y que solo empezaba a desarrollar el potencial del personaje) ni la relación que se va construyendo con Peggy Carter (que empieza a forjarse antes incluso de que Steve se ponga cachas y cuya interpretación haría que Marvel le "regalara" Hailey Atwell una serie sobre el personaje) o al compasivo doctor Erskine interpretado magistralmente por Stanley Tucci y al general cascarrabias que nos regala Tommy Lee Jones. Incluso el villano Cráneo Rojo interpretado por Hugo Weaving, a pesar de no ser un villano memorable, cumple su función en la historia y compone al clásico nazi de opereta que también tiene su punto en el contexto de la historia.
Todos ellos nos regalan una película como las de antes hecha ahora, donde los cañones de rayos de energía comparten la pantalla con coristas de los años 40 y nazis desfigurados buscan el poder de los dioses nórdicos. Además tiene una estupenda banda sonora y es la antesala de Los Vengadores. ¿Qué más se puede pedir?
Todo un acierto convertirla en una película de época y situarla en la segunda guerra mundial, contexto histórico en el que se creó el personaje y que permite su desarrollo como pez en el agua sin caer en patriotismos baratos fuera de época (algo que Marvel, a pesar del trasfondo del personaje, ha cuidado bastante pensando en que la película se tenía que ver en todo el mundo) pudiendo jugar con una serie de elementos poco habitual en las películas de superhéroes que le dan personalidad y evitan que las obligaciones de pertenecer al entramado de Los Vengadores ocupen excesivo metraje de la película.
La cinta quizá resulta inocentona en ciertos momentos, pero ese es precisamente parte de su encanto, que no pretende ser una megaproducción épica de acción con dos horas de hostias como panes, sino una aventura al estilo clásico, con un toque algo naif, con humor y protagonistas con los que es fácil encariñarse. Imposible no apreciar el corazón y el carisma de Steve Rogers (un Chris Evans metiéndose con comodidad en el papel del héroe y que solo empezaba a desarrollar el potencial del personaje) ni la relación que se va construyendo con Peggy Carter (que empieza a forjarse antes incluso de que Steve se ponga cachas y cuya interpretación haría que Marvel le "regalara" Hailey Atwell una serie sobre el personaje) o al compasivo doctor Erskine interpretado magistralmente por Stanley Tucci y al general cascarrabias que nos regala Tommy Lee Jones. Incluso el villano Cráneo Rojo interpretado por Hugo Weaving, a pesar de no ser un villano memorable, cumple su función en la historia y compone al clásico nazi de opereta que también tiene su punto en el contexto de la historia.
Todos ellos nos regalan una película como las de antes hecha ahora, donde los cañones de rayos de energía comparten la pantalla con coristas de los años 40 y nazis desfigurados buscan el poder de los dioses nórdicos. Además tiene una estupenda banda sonora y es la antesala de Los Vengadores. ¿Qué más se puede pedir?
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