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Críticas 78
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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20 de septiembre de 2023 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la amistad uno de los puntales universales en el que sustentamos nuestras vidas. Cuando forjamos una amistad adquirimos, sin apenas pensarlo, una serie de elementos fundamentales que nos llevan por un camino compartido de alegrías, goces, risas, decepciones, reproches o llantos. Es algo que en el fondo sí sabemos, pero no nos planteamos con profundidad en el momento que surge, ajenos a la hendidura y a la intensidad con la que arraigue en cada persona. Dependiendo de su cuidado y mimo, los sentimientos son inherentes a la amistad, conduciéndonos por el camino que va escribiendo nuestra existencia día a día; verdaderos elementos definitorios que trazan las líneas de nuestros destinos.

Javier Veiga (‘Pequeñas Coincidencias’, 2018), inaugura su carrera cinematográfica cómo director dentro del largometraje con ‘Amigos hasta la muerte’, abordando la amistad con luminosidad y asunción. Presentada en el 26 Festival de Cine de Málaga y en el 20 Festival de Cine de Alicante, se alzó en este último con la Tesela de Plata a la mejor dirección, y la Tesela de Plata a mejor actor (Mauricio Ochmann).

‘Amigos hasta la muerte’, es la historia de amistad entre Suso (Javier Veiga), María (Marta Hazas) y Nacho (Mauricio Ochmann), basada en la obra de teatro original homónima del propio Veiga. Tres amigos de siempre que han compartido casi todo en la vida, incluyendo desavenencias amorosas, además del diagnóstico secreto de que uno de ellos va a morir. Es a partir de la fatal noticia cuando los mecanismos más potentes de su relación se pondrán a prueba.

A través de un clásico triángulo se construye esta historia a caballo entre la comedia y el drama. Un guion que ahonda en las peripecias de los tres protagonistas, adoptando diferentes puntos de vista y llevando al espectador a diversos momentos y espacios. Ecos de pensamientos nunca dichos, se mezclan en un fino equilibrio tragicómico, poniéndonos cada vez en mayor situación de lo acontecido. Con homenajes directos al cine clásico, Javier Veiga, despliega un variado registro emocional; respaldado por las buenas interpretaciones de Marta Hazas y Mauricio Ochmann, asumiendo también los matices que piden en cada momento sus personajes. Un canto a la amistad que nos hace reír, pero también reflexionar sobre nuestra levedad sin hacer que se pierda la sonrisa.

Según Veiga: — a través del cine llegamos a otros sentimientos, que no son posibles transmitir mediante la representación teatral — La búsqueda del cuadro sorprendente, dibujado con preciosismo y cierta poesía, funde sus imágenes con las inspiradas canciones de Xoel López y Santi Araújo.

Nos vemos impulsados a recorrer nuestra particular senda y vernos reflejados. Ver aquello que fuimos, que somos y lo que seremos; con humor, optimismo y alegría, dentro de un futuro que no perdona, aunque al mismo tiempo nos hable de una aventura fascinante. Hecha con cariño y humildad, termina hablando de cada uno de nosotros. Eso es algo que compensa y nutre los lazos que nos unen.



https://cinemiamor.wordpress.com/2023/09/20/cines-broadway-la-felicidad-es-un-punto-de-vista-amigos-hasta-la-muerte-2023-javier-veiga/
9 de septiembre de 2016 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que no se engañe nadie, porque se sentía podrida y envenenada, desde sus carteles de papel cuché; sus ténebres luces de néon, y sus texturas de falsa alta costura. Hay ciertos cuentos de hadas, que no pueden tornarse en otra cosa, que en cuentos de brujas terminales.

Es la atmósfera lo que construye un relato, y no al revés. No existen diferencias desde el inicio del film, hasta su cierre. Los triángulos en lenguaje audiovisual no engañan, y no pueden generar otra cosa que no sea perturbación. No existen planos dejados al azar; desde los más rabiosamente barrocos, a los más desoladoramente vacios. Nunca se dijo que fuese fácil encontrar el punto de fuga, cuando se trata de lanzar la mirada al infinito. Las líneas rectas no pueden tener lugar en ciertos universos. Los ángulos se confunden, degenerando paradójicamente en una lógica aplastante.

El cine de Refn sublima la realidad, transportandola a sus propios códigos, siempre en busca de una verdad. Se puede decir que es cine que entra por los ojos, incluso que es fácil de mirar por su cautivadora puesta en escena; pero nunca más lejos de la realidad es un cine de ligero enfoque. Su despliegue visual sucede en momentos de entrevela, conjugado con un vacio existencial, en el que el salto al precipicio, es (casi) la única alternativa. Acunados por el score de Cliff Martínez, una vez más atravesamos el umbral de lo lógico e ilógico sin apenas darnos cuenta; zarandeados sin control en un pub de luces de neón.

No inventa Refn los pactos con el diablo, que algunas veces ha sido llamado Mefistófeles. Pero en ciertos momentos y lugares, los pactos se pagan con una alta divisa. La fábula y el cuento, dentro de una tradición oral, son las formas de expresión más antiguas. La mirada en un espejo con soberbia, desemboca en un engendro; por mucho que se vista de Armani, y tacón de aguja. En este mundo de alto standing, donde las reglas han dejado de existir, y los demonios se han hecho corpóreos, no existen las salidas ni las vírgenes.

Pisas o te pisan. Y si quieres tu verdad, y por un momento sales de la senda, te comen.
6 de junio de 2015 3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Leticia Dolera presentó al desaparecido certamen de cortometrajes Shots (Scifiworld Magazine), su primer corto, Lo Siento, te Quiero, tuve la sensación de que su trabajo navegaba a un nivel muy distinto a sus competidores. Pude ver el corto, protagonizado por Manuela Vellés, tantas veces que sinceramente perdí la cuenta. Sentí que merecía ganar, e hice una apasionada crítica de amor incodicional al trabajo. Cuando se produjo el fallo del jurado, pregunté directamente por el ganador. Ganó el premio principal, y en cierta manera me sentí un poco ganador junto a ella.

Cuando un año después presentó su cortometraje A o B, dentro de La Noche del Corto Español de la SEMINCI, no pude evitar ocultar mi alegría y emoción. Mientras desfilaban los cortos, aquella noche su trabajo volaba muy por encima de los demás proyectos, y el nivel no era precisamente ya amateur. Leticia ganó el premio al mejor cortometraje de aquella edición; en aquella ocasión tuve la oportunidad de felicitarla personalmente. Estaba radiante, y sus ojos enormes brillaban de pura emoción, alegría, inquietud y creatividad. Le pregunté que para cuando el largo. Me contestó que a su tiempo llegaría, que ya pensaba en algo. Yo ya no tenía dudas de que me encontraba frente a frente, con una de las mejores realizadoras españolas. Era cuestión de esperar.

Requisitos para ser una Persona Normal, es un gran debut, que consigue contagiar los sentimientos que presenta. Está muy bien realizada, y es muy fiel a los parámetros que presentaba desde su primer corto. Ese afán por captar lo bonito. Esa magia colorida, que desemboca en una puesta en escena preciosista, en la que no duda de arriesgar con diferentes planificaciones. Creo que nadie con un mínimo de sensibilidad, pueda salir indemne de ese primerísimo plano de la lágrima, que aparece en cierto momento de la película. ¿Predecible? Pues sí, pero eso me importa muy poco cuando el guion está tan bien hilvanado, y fluye con tanta naturalidad hacia sus objetivos sin caer en la manipulación , ni la trampa. En ningún caso renuncia a contar un trasfondo muy triste, dentro de la comedia; así es que no nos encontramos, bajo mi punto de vista, ante una comedia pura en el sentido literal de la palabra.
María de las Montañas es un bombón de personaje, que hace que nos sintamos identificados con ella, independientemente del sexo. Salvando distancias, porque son muy diferentes, un poco al estilo del cine de Noah Baumbach. El personaje de Borja (Manuel Burque) es bueno, aunque en ocasiones me parece que se lo podría haber sacado más partido, y humor. Leticia opta por darle una progresión más contenida, y quitarle extravagancia a lo extravagante. Silvia Munt está excelente, y contagia sentimientos de soledad, a parte de un trauma pasado muy potente que carga su personaje.

Alguno de los "defectos" que se le pueden reprochar, es que la película puede resultar un poco reiterativa, con el uso de listas continuas, y grafismos sobreimpresionados en pantalla. Algunos retazos de humor de brocha gorda, con intención de contentar a todo tipo de público.

Pero el conjunto final funciona muy bien. Los poquitos que estabamos en la sala sallimos realmente satisfechos, y creo que el boca a boca le puede hacer muy bien a este primer largometraje de Leticia. Yo al menos, me voy a encargar de ir sembrando ganas por verla allí dónde vaya. Las menciones del festival de cine de Málaga, creo que funcionan a su favor. Y de forma muy personal diré, que creo que tiene más Cine que otras comedias, que han venido estrenándose en nuestro país, estos últimos años.
28 de agosto de 2022 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con su división en tres bloques diferenciados, haciendo uso de planos de larga duración, Hong Sang-soo, se gano el favor del jurado del Festival de Berlín para obtener el Oso de Plata a mejor guion en la edición de 2021. Un trabajo “pequeño” de solo 66 minutos, que con su particular estilo esconde mucho más de lo que muestra, haciendo énfasis en tres momentos cruciales en la vida de sus personajes; situando las vivencias en inviernos de inusitada calidez.

Filmada en un austero blanco y negro, el color se nos priva para esas otras estaciones que nunca veremos en el film. Es probable que al término de la película, una sensación de falta haga acto de presencia en los pensamientos del espectador; cada uno, golpeado por lo que sí ha visto, decidirá llenar en su imaginario esas situaciones omitidas, intentando alargar en el tiempo la duración real del largometraje.

El joven Youngho (Seok-ho Shin), decide emprender su carrera como actor, pese a las dudas de su distante padre, acupuntor atormentado de prestigio, y el apoyo de su madre; impulsado por la influencia de un veterano actor de teatro. Al mismo tiempo, Juwon (Park Miso), novia del joven aspirante, se traslada a Berlín para comenzar sus estudios de moda. Casi de forma instantánea, Youngho, viaja a Alemania en una visita sorpresa.

Los deseos de avanzar, dejar atrás las dudas, y lo incierto del futuro, se dan cita en un mosaico de reducidas dimensiones. Encuentros y desencuentros, situaciones que intuimos que hayan sucedido, con el componente extra de lo invisible o sutilmente sugerido. Un padre que no recibe al hijo, una madre dinámica, una enfermera enamorada y no correspondida.

El viaje a Alemania de Juwon. El reencuentro ansioso de los jóvenes. El azar de los acontecimientos en una cadena de difícil previsión, que cambia las trayectorias para siempre.

El invierno de la costa coreana bañada con el contraste de una luz especial. El aspirante a actor compartiendo comida con su madre y el viejo actor. Reproches y asentimientos. Ecos del pasado que retornan al origen, mientras pasean por la playa. Todo es igual pero ya nada es lo mismo; al azote de un mar de olas heladas y renovadoras.

Tres fundidos anunciados con música tradicional de cuerda. Un corto que se convierte en largometraje a raíz de la visita del director a Berlín, acompañado por sus actores. La transustanciación del cine, recorriendo caminos no previstos que se presentan sin esperarlos.

El realizador hace las introducciones, confiando la relación de los personajes con el espectador. Puede que se me quede algo escasa, pero compensa con sus elipsis y diálogos. Se hace grande en su bautizo de agua helada ante los desafíos de un nuevo despertar. Final e inicio.



https://cinemiamor.wordpress.com/2022/08/28/a-cinco-estaciones-de-ti-introduction-2021-hong-sang-soo/
22 de agosto de 2022 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la vida existen acontecimientos que nos hacen mirar y volver atrás, recogiendo esos instantes pasados, con aire cicatrizante para heridas pasadas aún abiertas. Es prácticamente imposible no volver a tus raíces, sin que el encuentro de lo que fuiste y las personas que una vez amaste, hagan acto de presencia en un íntimo encuentro personal de difícil deriva. En el peor de los casos, un fallecimiento de alguien cercano se convierte en el desencadenante del retorno; por otro lado, es ese fatal trago el que es capaz de unir lazos desatados para hacer balance vital.

La muerte de la abuela de Abril (Silvia Acosta) es el detonante de su regreso a Sevilla desde Londres, donde trabaja en los estudios auspiciados por el arquitecto Norman Foster. Desde la llegada a la capital andaluza, nos acercamos a mirada de Abril: esas carreteras que nos resultan familiares, esos carteles de trayecto que nos acercan al nido, los familiares y amigos en el velatorio, y la presencia de Daniel (Jacinto Bobo), quien fuese novio de Abril durante cinco años hasta una abrupta ruptura.

Guillermo Rojas, director y productor, debuta en el largometraje con sencillez y acierto. Transforma a Sevilla en un personaje más, en el que los lugares que fueron importantes para nuestros protagonistas aportan sumando. Los paseos por las calles durante la breve estancia de Abril, librerías en peligro de extinción donde trabaja Daniel como Cuentacuentos infantil, pequeños cines de arte y ensayo en los que se proyecta el trabajo de Jonás Trueba; esos juegos de miradas, o los hermosos roces de la mano en la butaca del cine. La noche sevillana más europea que nunca; a través de sus bares, al encuentro fortuito de esas canciones que tanto nos dicen en el momento menos esperado.

Planos largos en los que las conversaciones van fluyendo. Recuerdos y cruces de reproches sanadores. La cámara en mano y su dinamismo, en otras ocasiones estática, cuando como observadores al otro lado tememos romper el hechizo. La elegancia, sutileza y respeto de un objetivo que se retira con fundido, después del cuento infantil, dejando paso a una privacidad necesaria. Las cajas son los cofres de sus recuerdos, a veces mostrados, a veces ocultos.

La posibilidad de cambiar la vida en poco más de una noche. Sopesar las posibilidades y la capacidad de hablar en un guion, que se va tornando cada vez más emocionante y cercano al espectador. Acompañados por la sincera partitura de Pablo Cervantes y el tema principal de la película, interpretado por Laura Hojman. Esa mirada blanca, prácticamente inocente, de un amor pretérito, pasado revista en pocas horas. Inevitable la toma de decisiones.

Llena de valores universales y de situaciones que nos resultan cercanas. Así es la carta de presentación del realizador cordobés. Un trabajo que pide una revisión, una nueva vida a la búsqueda de savia reciente dispuesta a mirar. Con aparente sencillez el intrincado sendero de los sentimientos pasados, con rotunda honestidad lo imperioso de una comunicación. El momento, la oportunidad, de una vez más, poder partir con el equipaje bien hecho. Sea cual sea el futuro trayecto o el destino incierto como seres humanos. Atípica y bella.



https://cinemiamor.wordpress.com/2022/08/22/que-ha-cambiado-abril-una-vez-mas-2020-guillermo-rojas/
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