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Críticas 224
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
10 de septiembre de 2024 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ocho años después del estreno de Expediente Warren: The Conjuring, el Universo Warren contaba ya con seis películas, con lo que su proliferación ha sido tan similar como el de las setas en primavera.

Dato anecdótico aparte, comentamos hoy la tercera entrega de la saga Expediente Warren (sin contar los spin offs de Anabelle y La Monja), siendo la primera en la que James Wan no ejerció de director sino únicamente como productor, por lo que la responsabilidad de dirigirla recayó sobre Michael Chaves, quien contaba con la experiencia de La Llorona en el cine de terror. Eso sí, el reparto siguió contando con Vera Farmiga y Patrick Wilson para los papeles protagonistas del matrimonio Warren. "El caso demoníaco que conmocionó a Estados Unidos" fue el sugerente eslogan publicitario con el que se pretendía continuar enganchando a un público bastante fiel a este tipo de Cine. Se puede concluir que el objetivo fijado se cumplió con creces, pues esta nueva secuela obtuvo por sí sola un beneficio final de 160 millones de dólares, cantidad algo inferior a Expediente Warren: El caso Enfield pero aún bastante apetecible, lo suficiente como para alentar una cuarta parte (prevista para 2025).

A nivel de argumento y de estilo narrativo la película no se aparta en exceso de sus dos antecesoras. Al tiempo que seguimos conociendo más elementos de la vida del matrimonio Warren, se nos presentan dos sucesos relacionados entre sí en los que los demonólogos tuvieron un papel relevante y que forman parte de sus archivos. En este caso, Ed y Lorraine asisten al exorcismo fallido de David Glatzel que desencadena la posesión de Arne Cheyne Johnson, un joven que será acusado de asesinato, siendo a su vez el primer caso de utilización de un argumento sobrenatural en un juicio para intentar reducir o anular la condena. Como en las películas anteriores, la presentación del caso aparece impresa en pantalla en las primeras escenas:

El 8 de julio de 1981, los Warren fueron llamados para documentar el exorcismo de David Glatzel. Tenía 8 años. (escena del exorcismo) El exorcismo del niño de ocho años David Glatzel supuso el fin del meses de sufrimiento. Pero para Arne Johnson solo fue el principio. Los trágicos eventos que sucedieron fueron titulares nacionales y llevaron a Ed y Lorraine al descubrimiento más siniestro de su carrera. Basado en una historia real

En el desarrollo de la trama -y a diferencia de las antreriores entregas- se percibe que el protagonismo recae en esta ocasión casi exclusivamente en Lorraine, siendo Ed prácticamente un convidado de piedra. Puede que se trate de un homenaje póstumo a quien en la vida real había muerto a los 92 años en 2019. De hecho, las frases más interesantes del film las pronuncia ella:
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spoiler:
"Yo puedo ver cosas que ustedes no pueden ver"
"Ahora sabemos que se trata de una maldición. Y las maldiciones pueden romperse"

Ocultista: "¿Cómo lo haces?"
Lorraine: "Dios me ha llevado hasta ti"
O.: "Pues tu Dios te ha condenado"

De hecho, tanto en la lucha final contra la satanista como en la recuperación espiritual de Ed, vuelve a ser Lorraine la protagonista principal:

"Pon fin a este negro Sabath. ¡Por la sangre del Calvario, te lo mando!"
"Cree que nuestro amor es nuestra debilidad pero no lo es. No lo es. Es nuestra fortaleza. Amor, abre los ojos"

Junto a ella, el protagonismo recae sobre un sacerdote secularizado, Kastner, quien como experto en sectas satánicas da las claves de todo lo que va sucediendo. Posee todo un "arsenal" de fetiches y amuletos, que al igual que Ed en la primera película, conserva y no destruye para tenerlos a buen recaudo. Algunas de sus frases más esclarecedoras de la trama son las siguientes:

"¿Por qué? El porqué es irrelevante. El porqué va en contra de todo lo que los satanistas defienden. Su único objetivo es el caos, su deleite, la desesperación"
"Es la maldición. Dice que la maldición necesita tres víctimas para completarse. Se refiere a ellos como el niño, el amante y el hombre de Dios.La encarnación de la obra de Dios: pureza, amor y fe"
"Tenemos que tener cuidado de no transmitir nuestras obsesiones a nuestros hijos"

De Ed, sin embargo, apenas podemos destacar un par de frases, si bien es cierto que una de ellas es interesantísima:

"Los tribunales reconocen la existencia de Dios cada vez que un testigo jura decir la verdad. Creo que ya va siendo hora de que reconozcan la existencia del demonio"

A nivel espiritual, dos apuntes me parecen necesarios de esta tercera parte:

En primer lugar, el film abandona el camino de la posesión por "imprudencia" (ouija, pacto con el diablo...) para adentrarse en un mundo aún más inquietante: la elección por parte de alguien satánico de víctimas inocentes para descargar sobre ellas maldiciones y conjuros. El resultado para el espectador es más preocupante si cabe, pues a lo largo de la tramo se intenta transmitir la idea de que los poderes ocultos son superiores a las defensas espirituales. Basta un objeto maldito para arruinarte la vida, como se daja claro en el film:

"Es un tótem de bruja, utilizado por los satanistas en sus rituales"

Por otra parte, hasta en tres veces se utilizan textos bíblicos del libro de los Salmos en la lucha contra el maligno. En concreto estos tres:

Salmo 24, 3-5

"¿Quién puede subir al monte del Señor?, ¿Quién puede estar en el recinto sagrado? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos ni jura con engaño. Ese recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación"

Salmo 23, 1-2

“(El Señor es mi pastor, nada me falta) En verdes prados me hace reposar”

Salmo 91, 1-2

"Tú que vives al amparo del Altísimo y habitas a la sombra del poderoso di al Señor: refugio y fortaleza mía, Dios mío, en ti confío"

A pesar de estas oraciones, se percibe que el apartado espiritual va decayendo en detrimento de la acción. Las posesiones y los aspectos sobrenaturales son en cada entrega más extravagantes y parecen concebidos únicamente como contexto en el que se desarrolla un thriller de acción. Dicho esto y para mantener la continuidad en la saga, la película -al igual que sus antecesoras- termina con un nuevo mensaje en pantalla:

El 24 de noviembre de 1981, Arne Johnson fue condenado por homicidio involuntario. Pasó 5 años en prisión, donde se casó con Debbie. En la actualidad siguen casados

De la misma manera, durante los créditos finales, también se nos presentan imágenes del caso real y sonidos de las cintas del exorcismo de David Glatzel. Todo muy del Universo Warren y que confieren un sello característico de la marca.

Toca ver y analizar los spins off. A ver que tal se dan.

Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
23 de agosto de 2024 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comentamos hoy una película con la temática de thriller que ahonda en el secreto de confesión por el cual los sacerdotes no pueden revelar nada de lo que han oído en un confesionario. En esta plataforma ya he comentado Yo Confieso y Calvary, por lo que es la tercera película con un argumento similar. De las tres, me ha parecido -con diferencia- la más floja, aunque como siempre digo se pueden sacar cosas positivas de su visionado. Su atractivo y escueto eslogan "No matarás" ya nos revela parte de la trama.

El film de Anthony Page (sin ninguna otra obra destacable en las 32 películas que componen su filmografía) y guion de Anthony Shaffer (La huella) tiene el atractivo de ver en escena al británico Richard Burton, quien a pesar de sus 7 nominaciones a los Oscars nunca consiguió ninguna estatuilla. Sé que peco de revisionismo histórico, pero se antoja bastante injusto que ni en La Túnica Sagrada, ni en Cleopatra ni en Becket obtuviera mayor reconocimiento. Consideraciones personales aparte, es obvio que en esta película ya comenzaba el declive de su carrera, como se pudo comprobar un año antes en El exorcista II. El hereje. No obstante, aún era capaz de llenar la pantalla y elevar una película a niveles interesantes, las cuales sin su presencia hubieran sido infumables. La que comentamos hoy es un claro ejemplo de ello.

El argumento es realmente interesante. En un colegio católico, un alumno (Benjie) se confiesa de haber asesinado a un compañero a su profesor de latín, el Padre Goddard (Burton), quien descubre en primera instancia que se trata de una broma pesada. Pasados unos días, el alumno vuelve a confesarse del mismo pecado, solo que esta vez coincide con que otro de los alumnos del internado ha desaparecido. El sacerdote tendrá entonces que investigar si lo contado en el confesionario ha sido esta vez real y la forma de detener al presunto asesino sin quebrar el secreto de confesión.

Estas son las palabras que revelan esa trama:
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Benjie: "Lo que le dije antes como broma, lo hice realidad. Lo maté"
Padre Goddard: "¡No te creo!"
Benjie: "Debe, Padre. ¿Qué sentido tendría gastar dos veces la misma broma?

La clave para comprender el film es, como dijimos anteriormente, el secreto de confesión, por el que un sacerdote no puede bajo ninguna circunstancia revelar lo que un penitente le confiesa, cuestión que conoce a la perfacción el protagonista de esta historia:

Benjie: “Como muy bien sabemos los dos, usted no puede decir nada...”

A pesar de los intentos del sacerdote por enmendar al alumno e intentar de buenas maneras que confiese su crimen ("Sabemos por Nuestro Señor Jesucristo que no existe un hombre manchado de pecado que no pueda ser redimido por su sangre"), este no solo no recapacita, sino que incluso se regodea con la situación:

"Lo siento, tengo que negarlo todo fuera del confesionario. Estoy seguro de que usted comprende que lo hago para protegerme. Aquí es diferente, se puede hablar de ello. Es secreto"

No voy a desvelar el final de la trama, pero sí es necesario subrayar algo acerca del secreto de confesión: Creo que a nadie le gustaría verse en una situación como la que producen este tipo de películas.

El protagonista de la misma, al borde de la locura y la desesperación, recita esta bonita oración que también me gustaría destacar: "Señor, tú nunca rechazas a un corazón humilde y arrepentido. Dios mío perdóname, ten misericordia de mí".

En resumen, una película con una temática muy interesante, que da mucho juego y sobre la que se producen varios giros que la convierten en sorprendente. Eso sí, me parece que no llega a la altura de las otras dos analizadas en esta plataforma, como dejé claro al comienzo de esta entrada.

Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
8 de febrero de 2024 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comentamos hoy una película de Taylor Hackford que este año precisamente cumple el vigésimo segundo aniversario de su estreno. Se trata de un producto comercial de Hollywood con un reparto de lujo, encabezado por Keanu Reeves, Charlize Theron y un soberbio (como siempre) Al Pacino. Tanto su título inglés como la traducción en latinoamérica es "El abogado del diablo", para mi gusto bastante más acertado que el que se le puso aquí en España. La película presenta varias temáticas teológico-morales que hacen muy recomendable su visionado. Antes del análisis de la película, dos detalles curiosos: el primero, la lujosa casa en la 5ª Avenida de New York del protagonista que encarna al diablo (Milton) fue cedida para la grabación por un emergente Donald Trump, quien 19 años después se convertiría en presidente de los EE.UU. El segundo es respecto la BSO, que incluye temas de los Rolling Stones, Frank Sinatra y... del almeriense Tomatito, interpretando a la guitarra el tema "A mi tío El Niño Miguel".

Centrándonos en el argumento de la película, éste consiste en la contratación de los servicios como abogado del prometedor joven Kevin Lomax (Keanu Reeves) por parte de John Milton (Al Pacino). Lo que al principio se presenta como la mejor noticia de su vida poco a poco va teniendo consecuencias desastrosas para Kevin y su mujer Mary Ann (Charlize Theron) hasta el punto de destrozar por completo sus vidas.

Diseccionando un poco la película podemos decir que su línea argumental es doble. Por un lado, se intenta reflejar el mundo de la abogacía (especialmente en New York), en el que lo único que interesa a la mayoría de sus protagonistas es subir en el escalafón y ganar juicios a toda costa, aún a pesar de utilizar recursos inmorales. En palabras de Milton, "Los abogados son los ministros del diablo". El guión no escatima en aportar elementos negativos como testigos falsos, perjurios, chantajes, corrupción... todo con tal de ganar un juicio. La película es en este sentido una crítica feroz a este sistema de vida inhumano y deshumanizador. Dentro de este mundo jurídico, el film explora además el hábitat más sagrado de la persona (la conciencia), donde el libre albedrío de cada persona se la juega y cada uno se debe plantear la siguiente cuestión: ¿es moralmente correcto defender por dinero a quien a ciencia cierta se sabe que es culpable y de quien se puede presuponer que en caso de quedar absuelto seguirá delinquiendo? No me parece una pregunta menor y agradezco a Dios no haber tenido en mi vida personal que responderla en primera persona.

Unido a ello se presenta el tema de la presencia real del demonio en el mundo, que mueve a su antojo los hilos de la corrupción y es capaz de envenenar el corazón de las personas para que lo adoren a él como único dios verdadero. Para ello utiliza multitud de recursos (dinero, poder, sexo, prestigio, violencia...), aunque John Milton -el personaje representado por Al Pacino- lo resume en uno: hacer creer a cualquier persona que su único dios es él mismo, engordando su vanidad, su narcisismo y su soberbia. en sus propias palabras: "Es mejor reinar en el infierno que servir en el cielo". Me parece una perspectiva bastante acertada de cómo actúa el mal en el mundo, ya que la raíz de todo pecado suele ser un acto de egoísmo o desobediencia a la voluntad de Dios, tal y como sugiere el pecado original del Paraíso del Edén.
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spoiler:
Dado que es una película antigua me gustaría comentar también su final sin pretensión de ser spoiler. Aunque más bien habría que hablar de "sus finales", ya que a mi juicio hay tres finales en uno. Al menos son tres giros en la historia que descolocan al espectador continuamente, consiguiendo mantenerlo enganchado hasta el último segundo de la película.

- El "primer final" es la resolución del conflicto entre el diablo, Kevin y su hermanastra Christabella. Kevin descubre la verdadera identidad de Milton con este "cómico" diálogo:

Kevin Lomax: "¿Quién eres?"
John Milton: "Oh, tengo tantos nombres..."
K.L.: "Satanás".
J.M.: "Llámame papá".

Es entonces cuando Kevin decide usar su libertad (libre albedrío) para suicidarse, arruinando así los planes del diablo de que conciban un hijo entre ambos. El suicidio supone un acto reprochable moralmente, pero ciertamente se presenta como la única escapatoria posible frente a la trampa que el diablo plantea a Kevin. El pecado aparece, por lo tanto, como un mal menor que busca un fin superior, la derrota de Satanás. Una perspectiva que no deja de ser curiosa aunque moralmente desconcertante.

- El "segundo final" lo podríamos catalogar como un final feliz con moralina, ya que quiere transmitir que todo lo que ha visto el espectador hasta ese momento es una fantasía, una imaginación o ensoñación de Kevin. Se trata como digo de un "happy end" por el que Kevin renuncia a su prestigiosa vida de abogado por salvar su alma y su matrimonio. Cambiando el curso de los hechos y no defendiendo a un culpable, Kevin quiere evitar que su visión anterior se haga realidad. Creo que este final se justifica por la crudeza del "primer final" (con dos suicidios) ya que permite suspirar al espectador aliviado tras una fuerte carga emocional mantenida durante toda la película.

- El "tercer final", a su vez, vuelve a impactar al espectador. La cara del periodista que habla con Kevin y Mary Ann en la escena final de la película se transforma lentamente en la de Milton -el diablo-, quien con sus palabras finales ("Vanidad, definitivamente mi pecado favorito") da a entender que si bien se han alterado sus planes iniciales dispone de suficiente tiempo y ganas como para seguir tentando por caminos diversos. Me parece un final justo y coherente con la teología y con nuestra misma experiencia cotidiana, que demuestra que una batalla ganada o una tentación superada no son sino el principio de otras nuevas que están por venir.

Otra curiosidad "teológica": los corredores que persiguen al personaje Eddie Barzoon cuando corre por el parque llevan los 4 una sudadera de color distinto, coincidentes con los colores de los caballos de los cuatro jinetes del Apocalipsis: Blanco (peste), rojo (guerra), negro (hambre) y verde (muerte, la que lleva Milton...)

En definitiva, me parece una excelente película que es muy aprovechable tanto a nivel cinematográfico como a nivel espiritual, aportando material a la reflexión personal del espectador, que puede empatizar con el protagonista tanto en su faceta pecadora (durante gran parte de la película) como en su redención final.

Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
10 de enero de 2024 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que era pequeño recuerdo haber visto películas clásicas sobre las apariciones de Lourdes y Fátima. Son películas tan antiguas que las he tenido que rever para poder comentarlas de manera más completa. Me dispongo con ello a rellenar un hueco necesario, ya que sobre la Virgen de Lourdes solo había comentado hasta el momento la algo irreverente "Lourdes" por lo que en justicia no podía dejar pasar más tiempo sin comentar la que hoy nos ocupa y Aquella joven de blanco (1964) que también he vuelto a ver en estos días y comentaré en breve.

La película de Henry King (Las nieves del Kilimanjaro) que hoy comentamos se puede considerar el primer largometraje dedicado a la figura de la Virgen María. Promocionada con el slogan "¡Aquí está la grandeza... la maravilla... y la majestad... que ninguna palabra humana puede describir!", ganó cuatro Oscars de los doce a los que estaba nominada, destacando el de mejor actriz y mejor fotografía. 80 años después el tiempo ha pasado por ella, pero conserva aún elementos sobre las apariciones que posteriores producciones han tenido que copiar a la fuerza.

El reparto está encabezado por la cinco veces nominada al Oscar -y ganadora únicamente en ésta- Jennifer Jones como Bernadette Soubirous. Se da la circunstancia de que con esta interpretación, Jones fue la primera mujer en la historia en ganar conjuntamente el Oscar y el Globo de Oro. La acompañan Charles Bickford como el Padre Peyramale, William Eythe en el papel de Antoine Nicolau y un joven Vincent Price (sí, el actor que hace de inventor en Eduardo Manostijeras...) como el fiscal Vital Dutour. La música -ganadora del Oscar- corrió a cargo de Alfred Newman y la meritoria fotografía es obra del tres veces oscarizado - incluida ésta- Arthur C. Miller. Es curioso que en el doblaje español se prescindió de la B.S.O. de Newman y en su lugar fue sutituida por otra de autor desconocido, a excepción de los momentos de las apariciones. Ignoro el motivo de esta modificación y no he encontrado información al respecto.

La película narra la historia en 1858 de las apariciones de la Virgen de la Inmaculada Concepción en la gruta de Massabielle, cerca de Lourdes (Francia) a una joven llamada Bernadette Soubirous. En su aldea nadie la cree al principio, pero las revelaciones que realiza y los milagros que se van produciendo hacen que la jerarquía de la Iglesia, los médicos y las autoridades civiles investiguen a fondo los hechos.

Algunos datos erróneos (o discutibles) de la película son los siguientes:

En primer lugar, Jennifer Jones tenía 24 años cuando interpretó a la vidente, mientras que Bernadette Subirous era una muchacha de sólo 14. Demasiada diferencia de edad para mi gusto.

Buscando la polémica que aumentara el marketing del film, la actriz que encarnó a la Virgen María fue Linda Darnell, una joven con fama de chica fiestera que para colmo estaba embarazada durante el rodaje. La potente luz que irradiaba y los anchos vestidos que utilizó ocultaron esa condición en la joven.

Hacia el final de la película, el Padre Peyramale dice que la curación de Adolard Bouhouhorts fue el primer milagro atribuido al manatial. En realidad, la devolución de la vista del cantero fue el primero.

Finalmente, el Padre Peyramale murió en 1877, dos años antes de la muerte de Bernadette, por lo que no estuvo presente en su lecho de muerte, lo que convierte esa última escena en imposible.

A pesar de estos errores, la película constituye un acercamiento muy fiable del relato de las apariciones de la Virgen de Lourdes, lo que hacen muy conveniente su visionado.

Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/

Comento en la zona spoiler algunas de las frases espirituales que más me han gustado al hilo del argumento. Comienzo por los créditos iniciales, que en sí son ya una frase para la reflexión:
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spoiler:
"Esta es la historia de Bernadette Soubirous que vivió en Lourdes, un pueblo en el sur de Francia cerca de la frontera española. Para aquellos que creen en Dios, no es necesaria ninguna explicación. Para aquellos que no creen en Dios, ninguna explicación es posible".

La primera aparición sucede rodeada de sus hermanos y amigos, salvo que estos no pueden ver nada. Así la explica el film:

Marie Soubirous: "¿Qué estabas haciendo allí, arrodillada en las rocas?"
Bernadette: "¿No viste a nadie?"
M. S.: "¿Quién?"
Jeanne Abadie: "¿Había alguien contigo en esa cueva?... Oh, alguien estaba; y estabas orando por el perdón".
B.: "¡Jeanne!"
M. S.: "Vamos, dinos quién fue".
B: "Bueno, si te lo digo, debes jurar que no me delatarás. Si mamá se enterara, podría darme con un palo".
M. S.: "Lo juro".
J. A.: "Te doy mi palabra pero no juraré. Jurar así es pecado mortal, y no querrás que peque así justo antes de mi primera comunión, ¿verdad?... Ay, vamos, cuéntanos".
B.: "Bueno, vi a una dama, y ​​ella estaba toda de blanco; y vestía un cinto azul y tenía una rosa de oro en cada pie. Nunca he visto nada en mi vida tan hermoso".

La segunda aparición es también registrada con un diálogo posterior muy interesante, es este caso con el molinero Antoine Nicolau:

Antoine Nicolau: "¿Qué pasaba? ¿Qué pasó?"
Bernardette: "La Señora estuvo mucho tiempo allí y me habló".
A. N.: "¿Ella habló contigo? ¿Qué dijo ella?"
B.: "Ella dijo: '¿Me darás la gracia de venir aquí todos los días durante 15 días?' Y luego añadió: 'No puedo prometerte hacerte feliz en este mundo, solo en el próximo'"

Comienzan así las dudas, las investigaciones, las primeras conversiones y milagros. El personaje principal de las mismas es en el film el Dr. Dozous, presentado como un ateo, aunque en la realidad era creyente y se decantaba más por la locura de Bernadette. Destaco algunas frases de este proceso:

Dr. Dozous: "Muy cerca de ella, dos veces seguidas, escuché un largo y dilatado "Sí", extraído de sus profundidades. Le pregunté '¿Sabes lo que es un pecador?' Y ella respondió: 'Ciertamente, señor. Pecador es el que ama el mal'. Esa es una muy buena respuesta. Lo que me complació es que ella dijo 'ama' y no 'hace'"

Procurador Imperial Dutour: "Si le entiendo bien, doctor, entonces la ciencia excluye el fraude; excluye la enfermedad mental y excluye un acontecimiento milagroso. Me aventuro entonces a preguntarle a la ciencia, ¿qué queda?"
Dr. Dozous: "Sí, ¿qué queda...?"

Tras la aceptación tácita del milagro se pasa al fin de la vida de Bernadette, con solo 35 años. Con humildad, espíritu de sacrificio y muy enfermiza, pasa sus últimos años en las Hermanas de la Caridad de Nevers donde muere de tuberculosis. Allí también se gana la admiración de todos y muere en olor de santidad:

Madre Superiora: "¿Y bien, doctor?"
Dr. St. Cyr: "Bueno, además del gran tumor en la rodilla, tiene tuberculosis en los huesos. ¿Nunca se ha quejado de dolor?"
M. S.: "No. ¿Lo ha hecho?"
Hermana Marie Therese Verzous: "Nunca lo mencionó"
D. S. C.: "No puedo entenderlo. Ha tenido esta aflicción durante mucho tiempo, y el dolor y el sufrimiento constantes asociados con esta enfermedad son casi demasiado horribles para describirlos"
H. M. T. V.: [entra en la capilla y se arrodilla] "Oh, Dios. He tratado de asaltar las puertas del cielo sacrificándome. Ahora sé que debemos ser elegidos... que debemos ser agraciados como tú has agraciado a esta niña. Dios perdoname. La he perseguido, y no le creí... porque estaba llena de odio y envidia. Dios me ayude a servir a esta alma escogida por el resto de mis días. ¡Dios ayúdame! ¡Dios ayúdame!"

Las últimas palabras de Bernadette fueron: "Santísima María, Madre de Dios, ruega por mí". Sin embargo, las recogidas en el film son este diálogo con el Padre Peyramale:

Bernadette: "Su Reverencia, Sí la vi"
Peyramale: "Sí, hija mío, lo hiciste. Y la volverás a ver"
B.: "Tal vez no he sufrido lo suficiente"
P.: "Bastante has sufrido, hija mía, por el Cielo de los Cielos"
10 de enero de 2024 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras visionar La canción de Bernadette hoy me ha tocado el turno de su remake español "Aquella joven de blanco" realizada 21 más tarde que la película francesa. Vista una detrás de otra, es justo decir que el film patrio de 98 minutos y también en blanco y negro, aporta poco a lo ya narrado en aquella cinta.

Rodada en Lérida, la fotografía de Francisco Sánchez es bastante interesante, quizás de lo más destacable del mismo. La dirección corrió a cargo del argentino León Klimovsky, quien ya contaba con más de 10 años detrás de las cámaras. El elenco de actores está encabezdo por Cristina Galbó como Bernadette Soubirous. A diferencia de la película francesa en la que la actriz principal tenía 24 años, la protagonista español tenía por aquel entonces 14 años, la misma edad que Bernadette cuando fue testigo de las apariciones, lo que concede mayor credibilidad a su interpretación y mayor valor para un director que tuvo que sacar lo mejor de una promesa adolescente. La acompañaron, entre otros, Luisa Sala en el papel de su madre Louise, Agustín González como el Padre Peyramale y María Luisa Ponte en el papel de Sor Damiana.

El argumento es fiel a las apariciones, narrando la vida de Bernadette Soubirous cuando siendo joven acude a rezar a la Gruta de Massabielle, donde se le aparece la Virgen de la Inmaculada Concepción. Tras el primer milagro del manantial y las primeras curaciones, comienza un exhaustivo proceso de investigación para saber si lo que allí está sucediendo es obra divina o invención humana. A diferencia del film francés, no recoge el momento de la muerte de la santa, concluyendo con el final de las investigaciones sobre las supuestas apariciones.
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El film comienza y termina con imágenes reales del Santuario de Lourdes. Mientras el espectador las contempla, la voz en off típica de las películas de esos años comienza diciendo:

"A este lugar llegan el dolor, la desesperación y también la esperanza y la fe. Todos acuden a esta Basílica en la que la Virgen extiende su mano caritativa para paliar el sufrimiento de los hombres. Vienen a millares desde los cuatro confínes del mundo de todas las razas, todas las naciones, todas las lenguas, todas las clases. Un inmenso río humano que desemboca aquí, en busca del consuelo y la redención. Hay un manantial cuyas aguas han salvado vidas, han curado males, alimentado la esperanza de la humanidad doliente. Y todo esto era en el siglo pasado un macizo rocoso, Masabielle, un lugar agreste y casi salvaje a orillas del río Gave, a las afueras de una pequeña ciudad llamada Lourdes".

Tras ello comienza la historia de las apariciones, en las que destaca que nunca vemos a la Virgen (como sí la veíamos en la película francesa) sino una potente luz con movimientos de hojarasca y arbustos.

En la primera vez (la ve en solitario), Bernadette la decribe a las otras niñas: “Nunca he visto una joven tan hermosa como ella. Tendré que volver algún día". En la segunda se sorprende de que sólo ella pueda verla: "¿No la veis? Tiene un rosario en la mano y nos está mirando". En la tercera afirma que le dice: "No te prometo hacerte feliz en este mundo, pero sí en el otro". En la cuarta cuenta que "Me dijo muy triste: Ruega a Dios por los pecadores". En la quinta Bernadette come hierbas y barro, tras lo que se produce el milagro del manantial, la curación de un ciego y el milagro de un niño. En la sexta le pregunta su nombre: "Señora, ¿Queréis decirme quien sois? Es el Padre Peyramale quien me lo pregunta. Decídmelo Señora. Si me lo decís, lo guardaré para siempre en mi corazón. ¡Gracias Señora!".

Al contárselo al sacerdote es cuando todo el mundo comienza a creerla, pues difícilmente una niña de 14 años podía conocer un concepto teológico que es improbable que hubiera escuchado nunca:

Bernadette: "Yo soy la Inmaculada Concepción. Es la Señora la que me ha dicho esas palabras".
Padre Peyramale: "¿Y tú sabes lo que quiere decir eso?"
B. "No, no lo sé".

El film termina con una conversación entre Bernadette y el sacerdote del pueblo (no se menciona su nombre). Al terminar esta, volvemos a ver imágenes de reales de Lourdes antes de que el "Fin" aparezca en la pantalla:

Bernadette: "Me daría mucha pena que en aquel sitio en cuyas zarzas se posaron sus pies, pudieran algún día olvidarse o profanarse".
Sacerdote: "No, lo temas, Bernadette. La semilla está echada, y germinará en el corazón de los franceses y en el de todos los hombres de buena voluntad. La Señora te eligió a ti, porque eres buena, inocente y fiel a tus promesas. Te puso como ejemplo, y espera por los siglos de los siglos a todos los que quieran acercarse a ella como tú, con humildad, con amor y con fe para que los espíritus ciegos se sientan iluminados por la luz de la verdad y de la justicia, para que los que se pierdan en el error sean conducidos de nuevo al camino recto para que la libertad justa sea concedida en todas partes, y para que una era de concordia y de prosperidad surja para todos los pueblos".

Lo dicho, una película interesante para conocer el relato de las apariciones aunque no aporte mucho más que su antecesora francesa.

Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
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