La primera temporada me gustó, me hizo gracia. El elenco era notable y el punto de partida, novedoso. Ya conocemos a los hermanos Caballero, les gusta hacer humor con cualquier tema, llegando a los límites habidos y por haber. Sin embargo, pese a que la segunda temporada es pasable, la tercera me sobra completamente. Los personajes no sufren ningún cambio interesante. Más bien vuelven a su situación inicial pasando por acontecimientos grotescos y poco graciosos. La incorporación de Irene y Marimar tampoco añade demasiado a la serie. Y, por último, el tema de la serie de Pedro ("Machos Alfa"). Uno pierde el hilo de hacia dónde está yendo la broma. Todo empezó deconstruyendo a cuatro 'machotes', de ahí se pasó a poner en duda todo lo aprendido hasta llegar a los últimos capítulos, donde la moral y los valores de los protagonistas quedan envueltas y enzarzadas en una oscura nube de decisiones y actos.

Si te gustó "Suburra", como es mi caso, "Desorden público" te gustará. No porque traten de lo mismo sino porque tienen planos, tramas y bandas sonoras similares. Y, claro, ambas son italianas.

La serie me ha gustado, aunque quizá me ha faltado algo más de trama. Seis capítulos en los que se profundiza por las complejas vidas de los protagonistas. Lo que al principio parece una historia superficial, movida por el día a día de la figura del antidisturbios en Roma, acaba siendo un acertado relato movido por el odio, el rencor y las emociones.

Qué decir de una de las sagas más históricas de la historia del cine de terror. Le tenía muchas ganas y por fin puedo opinar al respecto.

Si bien se trata de un terror sanguinario, violento y 'gore', la película asusta. La historia gira alrededor de un macabro personaje llamado apodado "Saw" que se dedica a jugar, o más bien a ver jugar, a cierto número de personas. Los juegos, por supuesto, no son divertidos. Son juegos tenebrosos que finalizan con la muerte, a no ser que consigas la victoria.

Dicho esto, lo que me gusta de esta película es que se recogen ciertos aspectos morales en la elección de las víctimas, en los dilemas que se les muestra, etc. Esto no es lo que más destaca del filme, pues la sangre y la angustia llena la pantalla. Pero, en mi opinión, fortalece el significado de la saga.

Una serie rarísima. Es lo primero que veo de Álex De la Iglesia y no sé muy bien cómo reaccionar. Planos cortos sin silencios, secuencias saltando de una a otra como si de una comedia se tratase...todo rarísimo. La historia, por otro lado, es bastante plana. Un asesino cuyo trasfondo reside en la expo del 92. El tema es que lo único que se podría rascar de la serie es el porqué de los asesinatos. Y, curiosamente, esto se resuelve en tan solo un episodio. Por otro lado, no soy nada fan de los efectos especiales, por lo que no puedo opinar al respecto.

"Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte 1" es la tercera película de la saga. Para mí, la peor de las tres ya vistas, y de largo. Y es que como dejo entrever en el título, parece una película hecha sin ganas.

En las dos películas anteriores de Los juegos del hambre, uno terminaba el visionado con la sensación de que, al menos, se había entretenido. Carencia de calidad cinematográfica a parte, la historia era interesante y tenía sus puntos de acción y dinamismo. En esta ocasión, nada más lejos de la realidad. Estamos ante un filme que aburre, que se ahoga entre sus banales entresijos y entre un desarrollo vacuo y lento. Da la sensación de que todo se verá en la parte 2, de que esta obra es una mera introducción hacia la que veremos en 2015.

Una pena ya que personajes como el de Peeta (Josh Hutcherson) sufre en sus carnes esta bajada de nivel en todo. Desde matices característicos y monólogos hasta relaciones interpersonales dentro de la historia. Jennifer Lawrence sigue rindiendo a buen nivel, aunque su personaje tiene muy poco que hacer en esta película. Habrá que ver si todo mejora en la segunda parte. De momento, todo es bastante flojo.