Cuando años mas tarde aparece una nueva versión de una obra original utilizamos el término “remake”, a pesar de contar con la experiencia de resultados anteriores y sobre todo de disponer de mejores medios, un remake, salvo pocas excepciones, apenas alcanza el valor de la obra original, no tiene ni la motivación ni la frescura inicial, es simplemente una copia deformada por el paso del tiempo.

En “Remake”, Gual aborda un conflicto intergeneracional, el de aquellos padres que a finales de los 60 se rebelaban contra los estilos de vida preestablecidos y sus hijos, herederos de su búsqueda de un mundo alternativo más libre y justo.

La película comienza cuando un par de parejas y sus hijos vuelven a la casa de campo donde años atrás se recluyeron para vivir en su particular mundo, apartados de una sociedad cuyos valores detestaban, acuden por la llamada de Max, el único de ellos que se aferró a sus ideales y que continuó viviendo en solitario en la casa durante todos estos años pero ahora ha decidido venderla, todos acuden por separado, la vida abrió grietas entre las parejas y también con sus hijos que apenas contactan con sus padres, volver con Max y vivir de nuevo en aquella casa con tan buenos recuerdos es una buena oportunidad para revivirlos y sobre todo para la reflexión, sin embargo ya nada es como era, los padres han perdido completamente su idealismo original y sus hijos, ya en la treintena, son individuos aislados e inmaduros.

Remake es un intento por reeditar un pasado con los mismos actores, pero ya todo ha perdido su valor original, ninguno de ellos sabe interpretar a su personaje, también la visión del entorno se ha transformado, los ideales son ahora tópicos y nada tiene el valor de antaño, los buenos recuerdos quedaran enterrados definitivamente (o arderan).

Buena película donde destaca principalmente la buena dirección y sobre todo un gran reparto que aprovecha perfectamente la fuerza expresiva de unos buenos diálogos y de habituales planos cortos, en el debe poco, quizás una banda sonora correcta pero poco desarrollada en relación con el resto de la producción.

"Un hombre sin pasado" trata el tema del olvido, el olvido accidental de su pasado tras ser golpeado por un trío de delincuentes y el olvido social con el que posteriormente convive.

A pesar de la frialdad de los escenarios en los que se desenvuelven los personajes la cinta nunca decae, los diálogos son escuetos pero brillantes y muchas de sus frases están cargadas de un intenso "humor negro", también el giro inesperado de algunas escenas, las secuencias musicales y sobre todo los momentos de ternura con la que se manifiesta un verdadero amor de principiantes contribuyen a desdramatizar esta profunda crítica social y a mantener al espectador en un tono de ánimo positivo.

En conclusión una película con un tema diferente (no es “Milagro Milán”), bien tratada, con un buen reparto y con una buena música que recurre con acierto al inmortal poder social del Rock and Roll.

Osama es una muy interesante película, más que correcta desde el punto de vista cinematográfico a pesar de los escasos medios de la producción. Su verdadero valor reside en mostrarnos la realidad del Afganistán de aquellos años y la crudeza del día a día de una niña de 12 años que dejó muy pronto su infancia en manos de un destino cruel e injusto asignado a todas las mujeres por la misoginia del gobierno talibán; sin libertades y sin derechos, muchas de ellas acabaron en las cárceles y se sometieron al rigor del régimen en juicios esperpénticos donde el estado de ánimo de un juez dictaminaba su futuro, en muchos casos la muerte por simplemente querer trabajar.

La película también adquiere un gran valor documental al mostrarnos con sus imágenes el desolador paisaje afgano, un país derruido por las continuas guerras y cuya forma de vida permanece aún anclada en la edad media, siendo considerado como el más pobre de Asia y uno de los estados más pobres del mundo.

Han pasado ya algunos años desde la intervención occidental (gracias a Osama) sin embargo el futuro de Afganistán sigue incierto, especialmente para las mujeres que aún continúan sufriendo las arraigadas costumbres restrictivas impuestas por el fuerte carácter patriarcal de esta sociedad durante siglos.

Un titulo y una dirección sugerente, un argumento interesante, un buen trailer, premiada... “los tres entierros de Melquíades Estrada” contiene a priori varios de los ingredientes para motivar al espectador sin embargo ¡catacrock!, aunque mejor será matizar mi comentario a un “no esta mal” al fin y al cabo es una opera prima y como tal esta repleta de buenas intenciones pero también de imperfecciones.

Basándose en una supuesta historia real Tommy Lee Jones y Guillermo Arriaga construyen una película con aires pretenciosos pero sin aportar demasiado, sin duda esta película es un buen ejemplo de que para hacer cine hace falta algo más que una buena historia, dinero y buenas intenciones. El argumento aunque el director nos lo presente fraccionado en 4 partes (los 3 entierros y el viaje) en realidad como ya han comentado otros compañeros se parte claramente en dos, una primera parte en la que de forma desordenada se plantea la historia, alternando escenas del pasado y el presente de los protagonistas, nada nuevo, con una segunda en la que la película parece que alcanza un rumbo más interesante pero que se desaprovecha con escenas estúpidas y literalmente se conduce al espectador hacia el tostón.

Esperaba más, sobre todo de Arriaga (“Amores Perros”), la construcción del guión es inteligente pero los diálogos son escasos y demasiado breves, apenas conocemos a los personajes, tal vez en Texas se hable así, los personajes apenas intercambian un par de frases, tal vez la dirección intente transmitir la peculiar forma de vida de esta zona fronteriza donde solo se sueña para poder subsistir y soportar el aburrimiento. El ritmo de la película pausado y sin apenas sobresaltos contribuyen a crear una atmósfera de repentino sopor del que solo nos separa la corta duración de las escenas y algún que otro tiro.

En conclusión mucho ruido y pocas nueces.

En el futuro de Gattaca se plantea el problema de la discriminación genética (genoismo) entre los individuos nacidos tradicionalmente y los nacidos en un laboratorio, los primeros conviven con un destino marcado por el análisis genético que se les realiza al nacer, desde ese instante sus padres conocerán sus futuras deficiencias y las expectativas de vida, cuando las posibilidades no son muy altas el individuo queda marcado como “no valido” y desde ese momento su futuro laboral queda mutilado. Los segundos en cambio son “hijos a la carta”, sus cualidades son seleccionados en un laboratorio por técnicas de ingeniería genética atendiendo a las notables exigencias de los padres, son individuos cuasi-perfectos que aúnan lo mejor de ambos progenitores, su futuro esta garantizado, son los denominados válidos.

Para mi Gattaca contiene todos los ingredientes para ser considerada una película de ciencia ficción excepcional, parte de un argumento que se presiente posible y próximo, los actores protagonistas forman un gran reparto, Ethan Hawke realiza uno de sus mejores actuaciones y lo complementan a gran nivel Uma Thurman y Jude Law, también la fotografía es sobresaliente, delata con cada plano la frialdad del mundo súper organizado e infranqueable de Gattaca; la banda sonora es obra de un genio de la música, Michael Nyman (“El Piano”) que aquí realiza uno de sus mejores trabajos; por último Gattaca cuenta con un inteligente guión con un tratamiento científico bastante correcto y una excelente dirección del poco prolífico Andrew Niccol que acierta plenamente en el sobrio decorado de Gattaca, omitiendo escenas con efectos especiales poco creíbles y al que no se le escapa ni al más mínimo detalle.