Sin duda, es tremendamente complicado hacer una crítica conjunta de una serie cuyas temporadas son signo de buenas y malas rachas y que funciona por medio de idas y venidas, sin llegar nunca ni a rozar la mediocridad. 'Juego de tronos' es, probablemente, una de las producciones televisivas más icónicas y originales de todos los tiempos, incluso a costa de nuestro George R. R. Martin cuando David Benioff y D. B. Weiss decidieron tomarse la justicia por su mano. Ante nosotros se plantea un reino ficticio que, en mi opinión, es tan solo una metáfora para explicar la política global y el movimiento del poder soberano y dinástico.

'Por trece razones' me recuerda a los spots publicitarios del Ministerio del Interior que alertan de aquello de 'si bebes, no conduzcas'. Es decir, el drama llega a la cima de sus posibilidades pero, finalmente y pretendiéndolo, te cala y conciencia. Si bien, la primera temporada tenía un sentido lineal y cronológico- conclusivo, también-, la segunda, es un auténtico caos que no hace más que enredarse en los hilillos de paja que buscan rellenar un argumento insípido. Hannah Baker debió ser historia antes de empezar una guerra contra sí misma... Pero bueno, la serie se mantiene en pie para el 'fandom' de las historietas de instituto americano y, aunque va a hacer falta una buena sartén para darle la vuelta a la tortilla en su tercera parte, todavía hay un resquicio de esperanza en el héroe Clay Jensen y en un cambio que nos pueda sorprender.

'La milla verde' sigue un ritmo tan lento y tan pausado que, al final, convierte lo inverosímil de la historia en un adhesivo sorprendentemente lógico y necesario. Nos habla de injusticias, de locura, de magia, de prevalencia del bien sobre el mal... todo ello en la piel de unos personajes imprescindibles, que te encogen el corazón cada uno a su manera. El mensaje es clarísimo, la trama impactante y la película es un 10. Clarke Duncan (genio, allá donde estés): nos has ganado de por vida.

La película es buena porque, sin adentrarse en un argumento enmarañado o plagado de giros y sorpresas, refleja con disciplina y transparencia la realidad conjunta de dos selectos grupos sociales en los EEUU de los sesenta: los negros y las mujeres. Podríamos decir que el balance entre drama y comicidad es más que correcto. 'Criadas y señoras' es una estatuilla dorada de la dimensión de todo el elenco de actrices que forman parte de ella y que, con un éxito rotundo, consiguen calar en el corazón del espectador.

'Un paseo para recordar'- de los primeros esquemas fijos e inamovibles de Sparks- a pesar de ambientarse en el prototípico instituto, da un pasito más allá evitando su calificación de película exclusiva para adolescentes. Tampoco tiene los ingredientes propios de una obra maestra, pues no es más que un combinado de amor, bondad y fe que empieza y termina como muchos otros del género. No obstante, es especial.