Acción contiene acción, entretenida es entretenida, creíble deja de ser creíble en cuanto aparecen las grúas.

Todas las frases de la película están más que trilladas en sus respectivos géneros (policiaco y de carreras), pero hay una nueva.... No quiero destriparla, así que al spoiler.

En las primeras imágenes de la sucesión interminable de preciosas imágenes en desplazamiento suave que forman el documental, aparecen los nombres de ciertas firmas comerciales.
La verdad es que no recuerdo que, precisamente esas comañías, hagan muchos esfuerzos por salvar el planeta.
Por ejemplo, se empeñan en que los ciudadanos separemos las basuras en tres tipos, pero ¿y las empresas?
¿Cuánto combustible fósil gastan en el traslado de sus mercancias? ¿Cuánto material para embalar y luego desechar utilizan? ¿Cuántas bolsas de plástico siguen dando?.....

En fin, el discurso de moda hace 20 años era la pobreza en África, ahora es el "cambio climático", pero las acciones son las mismas.

Si esta película viniese del otro lado del Atlántico norte, posiblemente sería muchísimo más ñoña, pero habría tenido muchos más premios..
Es increible lo naturalmente que se va desempolvando una relación de hermandad tras 15 años de separación, y cómo poco a poco se vuelve a confiar en otras personas que a su vez confían en tí.

Me encantan las dos frases finales:
Sí, estoy aquí.
Sí, estoy aquí.
La misma frase, pero con distintos significados, que sólo se averiguan al final de la misma.

Según algunos medios, esta película no tiene 30 años, sino unos pocos días de antigüedad. Bueno, no su película, sí lo que describe.

Pocos conocían esta faceta de Berlanga, la de visionario, pero ya se le puede equiparar con los mejores guionistas y directores visionarios, como Orson Wells.