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Voto de Macarrones:
3
5,1
21.290
Fantástico. Aventuras. Comedia. Acción
Historia de una niña de 12 años que hará un largo viaje para intentar salvar a un amigo. En el camino se encontrará con todo tipo de extrañas criaturas, brujas y otros personajes de un universo paralelo... Lyra Belacqua es un una huérfana rebelde que vive como una reclusa en el Jordan College, en la ciudad de Oxford. Pero Lyra también viven en mundos no vistos, dimensiones intangibles donde la humanidad se desarrolla con sutiles ... [+]
8 de enero de 2008
18 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
No iba a haber escrito nada sobre "La brújula dorada" porque es una tontería de película sobre la que no merece la pena perder mucho tiempo (ni un segundo más de lo que se tarda en verla, que ya es bastante). Además, lo que iba a decir se resume en tres ideas:
a) para tratar sobre una brújula, es una peli bastante desnortada.
b) Nicole Kidman está estilosísima (como siempre). Todo el glamour lo pone ella y sólo ella, de tal modo que la película debería titularse "La bruja dorada".
c) fui a la segunda sesión y estaba la sala sin barrer (o quizá es que los ácaros de la moqueta habían engordado hasta tener las proporciones de las palomitas de maíz).
Fin de la crítica, si se le puede dar este nombre. En el spoiler, toco la lira.
a) para tratar sobre una brújula, es una peli bastante desnortada.
b) Nicole Kidman está estilosísima (como siempre). Todo el glamour lo pone ella y sólo ella, de tal modo que la película debería titularse "La bruja dorada".
c) fui a la segunda sesión y estaba la sala sin barrer (o quizá es que los ácaros de la moqueta habían engordado hasta tener las proporciones de las palomitas de maíz).
Fin de la crítica, si se le puede dar este nombre. En el spoiler, toco la lira.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Plin, plin, plin (tañidos de lira, mirada ensoñadora hacia el pasado).
Si me he decidido finalmente a escribir es porque acabo de leer en el periódico que cierran las salas de los Van Golem del Centro Comercial Camino de la Plata (CCCP) de Burgos. Me da pena. A mí, de niño, mis padres no me llevaban a ver películas infantiles porque no les gustaba hacer colas, así que me quedé sin ver "Superman", "La Guerra de las Galaxias", los estrenos de Disney... Todas estas pelis (sus equivalentes) las he visto ya de mayor, sobre todo a partir de mi noviazgo con Rifiuti, que en términos cinematográficos es como salir con un niño (en lo demás, el niño soy yo). En los Van Golem del CCCP hemos visto, por ejemplo, las películas de Harry Potter y aquí vimos -sobre una alfombra de palomitas y mil charcos de cocacola-, "La brújula dorada". Y se acabó, ya no habrá más porque han cerrado las salas. La verdad es que su especialidad era el cine basura, así que tampoco se pierde mucho: ahora pondrán aquí algún restaurante-basura o una tienda de ropa-basura o de adornos-basura o de teléfonos móviles-basura.
Pese a todo, repito, me da pena que se cierre un cine, como diría Nicole Kidman, no me parece elegante.
Por último: me encanta la sigla del Centro Comercial Camino de la Plata: CCCP, que coincide con la de la Unión Soviética. Eso sí es volver a la infancia (yo era un niño declaradamente prosoviético, partidario de la dictadura del proletariado, de militarizar a la población y de los desfiles masivos tras los cañones de los tanques y bajo los sones del Himno del Soviet, que todavía me emociona, yo hacía unos desfiles con los clips de Famobil que Stalin se hubiera meado del gusto). La culpa de estos extravíos la tenían mis padres, por no llevarme a ver los estrenos de Disney, claro.
Si me he decidido finalmente a escribir es porque acabo de leer en el periódico que cierran las salas de los Van Golem del Centro Comercial Camino de la Plata (CCCP) de Burgos. Me da pena. A mí, de niño, mis padres no me llevaban a ver películas infantiles porque no les gustaba hacer colas, así que me quedé sin ver "Superman", "La Guerra de las Galaxias", los estrenos de Disney... Todas estas pelis (sus equivalentes) las he visto ya de mayor, sobre todo a partir de mi noviazgo con Rifiuti, que en términos cinematográficos es como salir con un niño (en lo demás, el niño soy yo). En los Van Golem del CCCP hemos visto, por ejemplo, las películas de Harry Potter y aquí vimos -sobre una alfombra de palomitas y mil charcos de cocacola-, "La brújula dorada". Y se acabó, ya no habrá más porque han cerrado las salas. La verdad es que su especialidad era el cine basura, así que tampoco se pierde mucho: ahora pondrán aquí algún restaurante-basura o una tienda de ropa-basura o de adornos-basura o de teléfonos móviles-basura.
Pese a todo, repito, me da pena que se cierre un cine, como diría Nicole Kidman, no me parece elegante.
Por último: me encanta la sigla del Centro Comercial Camino de la Plata: CCCP, que coincide con la de la Unión Soviética. Eso sí es volver a la infancia (yo era un niño declaradamente prosoviético, partidario de la dictadura del proletariado, de militarizar a la población y de los desfiles masivos tras los cañones de los tanques y bajo los sones del Himno del Soviet, que todavía me emociona, yo hacía unos desfiles con los clips de Famobil que Stalin se hubiera meado del gusto). La culpa de estos extravíos la tenían mis padres, por no llevarme a ver los estrenos de Disney, claro.