Robert Altman murió no hace mucho. Pero si hubiera estado vivo, hubiera sonreido al ver Bobby… Si Edmund Goulding estuviera vivo, estoy seguro que casi hubiera llorado al ver Bobby. Porque Bobby, no es más que eso. Un buen homenaje al buen cine. Boby es eso o casi. Porque esta película es también una cura a los males que se repiten una y otra vez en nuestro mundo. Es un intento de recordarnos que somos humanos y volvemos a caer en los mismos errores y en los mismos problemas. Esta película es una clase de ética y buena conciencia. Y en esta película hay un elenco de actores con interpretaciones soberbias. Pequeñas y grandes penurias personales que se plasman con delicadeza y buen hacer. Gracias Martin Sheen por protagonizar “El ala oeste de la casa blanca” y gracias por inculcar este tonto idealismo que Estévez ha querido plasmar en Bobby.