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Voto de La princesa prometida:
8
Romance. Drama Japón, 1929. Chiyo, una niña de nueve años, es vendida por sus padres para trabajar en la casa de Geishas de Nitta Okiya. Su hermana mayor Satsu no es aceptada y es enviada a un prostíbulo. En la casa Chiyo conoce a Pumpkin, otra niña que va a ser instruida para ser geisha, así como a las famosas geishas Hatsumomo (Gong Li) y su rival Mameha (Michelle Yeoh). Los comienzos de Chiyo (Zhang Ziyi) son duros, pero un encuentro con el que ... [+]
3 de junio de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eso es lo que más me gusta de la película. Que nos ilustra sobre aspectos de la cultura japonesa que no conocemos y que nos apresuramos en juzgar. Una vez comenté estando un grupo de amigos que el libro sobre el que está basado la película es muy recomendable. ¿Saben lo que respondieron todos, sin excepción? "¿Te has leído un libro sobre putas chinas?" Tuve paciencia e intenté explicárselo: "No, no son putas chinas. Estoy hablando de geishas japonesas. Artistas, damas de compañía, ¡tienen vidas muy duras! Tienen que abandonar a su familia usualmente a la fuerza para convertirse en geishas, renuncian al amor, renuncian a la libertad, reuncian a la comodidad. A partir del día de su estreno, incluso en su aprendizaje en el arte, han de estar siempre, sin excepción (incluso durmiendo) perfectas. Siempre pendientes de los hombres, y del dinero que han de ganar, ¿entendéis? No consiguen dinero por mantener relaciones sexuales. Solo cuando pierden el 'mizuage' y cuando un hombre se convierte en su danna, ¿vale?" Aún así no dejaron ni han dejado de pensar que las geishas son putas japonesas.
He de decir que yo también lo creía. Pero después de ver esta magnífica película, he cambiado totalmente de mentalidad. Claro que a lo mejor el film no es del todo exacto, pero nos acerca algo más a una cultura misteriosa.
Las actuaciones son notables, destacando al conocido Ken Watanabe (Origen, El Último Samurai). La puesta en escena es espectacular, se cuida cada detalle. Es sobre todo una película visual, la belleza no entra tanto por los diálogos como por los decorados, todos esos árboles, la ciudad, los kimonos, los peinados, el maquillaje, las fiestas, todo el misterio que rodea la figura de Sayuri y del Presidente.
Lo único que no me gustó es la interpretación de Hatsumomo, me parece demasiado exagerada.
En general una película que se empieza a ver sin ganas, pero que mejora muchísimo a medida que avanza, que en el medio se desinfla para no volver a levantarse hasta el final.
La princesa prometida
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