Se dice que el final es una cagada porque Mills no recibe castigo alguno, si no su mujer, la cual no es la pecadora, pues bien.

En ningún momento John Doe afirma castigar simplemente con la muerte a los pecadores que él ha elegido, él los castiga con la tortura del exceso de ese pecado. Según la conclusión de que John simplemente mata y eso es lo único que hace, les pegaría un tiro a la cabeza y listos, sería un Frank Castle de los 7 pecados capitales, y ahí es donde han perdido el punto totalmente, ellos han decidido que la obra de Doe trata de castigar los 7 pecados con la muerte y punto. La obra de John Doe es castigar a cada pecador con un exceso de ese mismo pecado, que el cuerpo del propio pecador no puede aguantar, y la prueba de eso, es el pecado de la pereza, ni siquiera mata a esa Victima al contrario, lo mantiene con vida, lo cual es peor que la muerte.

La ira no es algo tan físico como puede ser la lujuria que es un castigo físico más obvio, Doe no hace más que aumentar la ira del detective Mills, algo que pone en práctica desde que éste llega a la ciudad. Cuando le perdona la vida y se lo restriega luego, ahí está llegando al cénit de su tortura, aunque David no muera, está recibiendo una tortura de pura ira que no puede soportar, siendo el punto álgido la muerte de su mujer, y ahí es donde vuelvo a recalcar que en ningún momento Doe deja claro que el pecador debe ser el castigado con la muerte, con la pereza como precedente. En este caso el castigo de David Mills es perder cualquier aspecto de su vida, algo peor que la muerte.

William le dice a David que si mata a John, él gana, y tiene razón. Si David no matara a John, demostraría que en la obra de John, el pecador no merece su debido castigo, porque la envidia no recibiría castigo alguno, quedando su gran obra maestra como una burda serie de torturas sin más. Al David matar a John, John demuestra que el círculo se cierra, y obviamente que es un caso para estudiar hasta el infinito.