A menudo usamos la palabra "mediocre" para juzgar negativamente, cuando realmente deberíamos utilizarla para señalar algo como de nivel medio, esto es, que ni es excelente ni es horripilante. Por el contrario, como casi todo el cine reciente de Ridley Scott, es un trabajo que se deja ver gratamente y que desde luego enseguida se olvida. Sin duda está más logrado además que el "Asalto", cosa por otro lado nada difícil, considerando que el plantel de actores en el que recae el film es superior. En efecto, no hay color entre Bloom y Crowe, si bien hay que decir que no se mata mucho con su personaje: no estamos entre las mejores recreaciones de Russell, por mucho que no deje de cumplir con su cometido. Blanchett está bastante mejor en su papel de Marian, pero sin alardes, mientras que tal vez lo que mejor funciona son el conjunto de secundarios, entre los que se cuentan maestros como Von Sydow, eficaces actores como Hurt y hasta un "Perdidos": el pérfido Keamy, Kevin Durand, que aquí encarna a Little John.

El problema fundamental de esta nueva versión del arquero es que, igual que la versión de Costner o la de Bergin, no parece que aporte nada en absoluto al clásico de Flynn, que de momento sigue sin superarse, o ni siquiera a la visión crepuscular de Lester en "Robin y Marian". En cada una de ellas asistimos a ópticas distintas sobre el personaje, que sin duda enriquecen su leyenda, pero que no fascinan como debieran, dada la épica que gira alrededor de Robin. Si quieres más detalles...