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Voto de eristuff:
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Drama
Alcastrer, Ponent. Un pequeño pueblo donde sólo viven 100 personas. Joan, un campesino viejo y malcarado, está cansado de sufrir robos en la masía y decide sumarse a la ronda nocturna de campesinos que vigila las tierras. Su hijo Pep, que acaba de regresar de ciudad, le acompaña.
8 de marzo de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Apañado thriller rural en torno a una difícil relación paterno filial. El principal objeto de amor del padre (Pep Munné) son sus tierras (el Tros titular), y ya sabemos a lo que la desmesurada pasión por las tierras conduce. En este caso no llega al nivel del "Manantial de las colinas" pero la idea es esa.
La sombra de un padre así es alargada, y el hijo (Roger Casamajor) ha salido todo lo bien que ha podido, o sea bastante mal y no tiene oficio ni beneficio. Paralelamente, los propietarios de tierras del pueblo están muy calentitos por la escalada de robos en caseríos que sufren. Se sienten dejados de lado por la policía.
Buen caldo de cultivo para que pasen sucesos dignos de novela (de Rafael Vallbona) y adaptación peliculera. Los parajes neblinosos del Segrià aportan la atmósfera necesaria y durante las escenas de nocturnidad me ha parecido por momentos estar inmerso en una película del maestro turco Ceylan, "Érase una vez en Anatolia" creo recordar.
El mayor pero que le pondría es el típico de las adaptaciones literarias. Como no he leído el libro, no sé si han querido abarcar todo, en cualquier caso demasiado para 83 minutos, con exceso de flashbacks algo liantes y que le sacan a uno a la superficie cuando preferiría seguir zambullido.
Gustará a: segrianenses, Los Tres Ases, traficantes de drogaína
No gustará a: hijos de Caín, somatenes, ladronzuelos
La sombra de un padre así es alargada, y el hijo (Roger Casamajor) ha salido todo lo bien que ha podido, o sea bastante mal y no tiene oficio ni beneficio. Paralelamente, los propietarios de tierras del pueblo están muy calentitos por la escalada de robos en caseríos que sufren. Se sienten dejados de lado por la policía.
Buen caldo de cultivo para que pasen sucesos dignos de novela (de Rafael Vallbona) y adaptación peliculera. Los parajes neblinosos del Segrià aportan la atmósfera necesaria y durante las escenas de nocturnidad me ha parecido por momentos estar inmerso en una película del maestro turco Ceylan, "Érase una vez en Anatolia" creo recordar.
El mayor pero que le pondría es el típico de las adaptaciones literarias. Como no he leído el libro, no sé si han querido abarcar todo, en cualquier caso demasiado para 83 minutos, con exceso de flashbacks algo liantes y que le sacan a uno a la superficie cuando preferiría seguir zambullido.
Gustará a: segrianenses, Los Tres Ases, traficantes de drogaína
No gustará a: hijos de Caín, somatenes, ladronzuelos