Qué pena, carajo: un tío técnicamente tan potente como Iñárritu (ahí está su anuncio de Nike para demostrarlo) sigue dale que dale con inmigraciones y penurias varias grabadas handheld con granulosa imagen y cansinamente santaolallesca BSO.

Y además, claro: le quitas la narrativa no lineal de Arriaga y queda expuesto...

Sí, ya sé que el mundo actual es una torre babélica cruel, que el personal anda lampando, que estamos en crisis, que hay adicciones, engaños, enfermedades terminales y un millón de cosas más. Pero cebarse en todo lo malo buscando enfoques shakesperianos a la vida de hasta el más miserable no hace que lo que cuentes sea relevante, dramático ni artístico. Sólo hace que acabe aburrido y semibajonero porque un cineasta quiere significarse mediante tragedias del día a día.

Cambia el chip, Alejandro. Has llegado a un callejón sin salida creativo.

Haz un thriller o algo, que querer incitarnos a la depresión no le ayudará a tu carerra...