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Voto de Javier Mateo:
6
Drama Un hombre entra en un bar y, a sangre fría, dispara un revólver sobre cuatro clientes que bebían en la barra; a continuación huye. Al día siguiente, toda la ciudad habla del caso. Blanca, la directora de la Biblioteca Municipal, recibe una carta de un socio del centro, al que ella no recuerda, en la que le confiesa su apasionado amor y alude a la relación entre sus sentimientos y el crimen que acaba de cometer. (FILMAFFINITY)
13 de diciembre de 2022
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Seguimos fascinados con Francisco Regueiro. Después de “Historia de un ciprés”, “Me enveneno de azules” y “Duerme, duerme, mi amor” llega “Carta de amor de un asesino” (1972). Una historia compleja y por ello fascinante, en torno a una bibliotecaria de provincias (Serena Vergano) que recibe la carta de amor de un socio de la biblioteca (y, para más inri, poeta) (José Luis López Vázquez) que acaba de asesinar a sangre fría a cuatro hombres. Se desconocen las causas de esta acción. La destinataria de estas cartas crípticas comienza a sentir sentimientos de rechazo y atracción hacia este personaje. Las pulsiones de deseo y de destrucción afloran en torno suya, a través de metafóricas y surrealistas imágenes (cuerpos de reses, un pez que acompaña a la protagonista en su casa) y de la relación que ésta establece con otros personajes (como el interpretado por el magnífico secundario José Calvo). Llama la atención la presencia nuevamente de López Vázquez (que tres años después protagonizará un nuevo film de Regueiro, el citado “Duerme, duerme, mi amor”), en este caso interpretando un papel absolutamente dramático y apenas participativo (tan solo como espectro de lo que fue o como narrador de las cartas). Producida por Elias Querejeta y con fotografía del impecable Luis Cuadrado, el proyecto se encuentra liderado por Serena Vergano, actriz italiana y musa de la Escuela de Barcelona. Destaca también como intérprete sobresale Rosa María Mateo, a quien con el tiempo se conocería más por su faceta televisiva. La música, renacentista española, contribuye a dar al film un velo todavía más esotérico y claustrofóbico. El film no llegó a estrenarse comercialmente e igual que “Me envenenó de azules” pasó a convertirse injustamente en maldito. Esperemos que poco. Poco se reivindique la figura del gran e inconmensurable Regueiro.
Javier Mateo
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