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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
1
Intriga. Thriller El catedrático y afamado simbologista Robert Langdon (Tom Hanks) se ve obligado a acudir una noche al Museo del Louvre, cuando el asesinato de un restaurador deja tras de sí un misterioso rastro de símbolos y pistas. Con la ayuda de la criptógrafa de la policía Sophie Neveu (Audrey Tautou) y poniendo en juego su propia vida, Langdon descubre que la obra de Leonardo Da Vinci esconde una serie de misterios que apuntan a una sociedad ... [+]
27 de diciembre de 2006
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La figura de Jesucristo siempre ha suscitado polémica. Que se lo pregunten a Pasolini, los Monty Phyton, Scorsese o Gibson. Es tal la atracción que genera, divina o humana, que todavía hoy en día se deja entrever su poderosa influencia en cualquier disciplina artística o corporativa que se precie. El multimillonario Dan Brown lo entendió a la perfección cuando escribió El código Da Vinci, el primer best-seller de la era internauta, y un ejemplo de mala literatura que no es óbice para negarle sus, a la postre, únicas virtudes: es divertida, entretenida y oportunista. Tras 40 millones de ejemplares vendidos, ingentes cantidades de dinero pagadas por sus derechos y la mala reputación que ha cosechado en la inauguración de Cannes, nos llega su adaptación cinematográfica, un bodrio insufrible a cargo del mimadísimo y sobrevalorado Ron Howard, un mero artesano incapaz de ir más allá del papel e insuflarle un poco de trascendencia a su épica.

Dice el refrán que lo bueno es que hablen de uno aunque sea mal, y esto es lo que debe de estar celebrando Brown cada vez que mira su cuenta corriente. No así los espectadores, que no se merecen perder su valioso tiempo y dinero con este tostón pretencioso, hueco e insensible. La falta de química de los protagonistas es alarmante, la trama no deja de mirarse y buscarse a sí misma, y la pesadez narrativa de sus diálogos convierte su discurso en una patraña pseudointelectual y pseudohistórica carente de ritmo, emoción y síntesis. Ron Howard realiza la peor película de su carrera. Descuida su guión, sus actores y la fuerza visual de su historia, un filón de oro a explotar, y la oportunidad para el negocio (estafa) del año. Demasiado explícita, sólo se salvan de la quema la composición musical de Hans Zimmer y el fondo moral que Paul Bettany ha conseguido reportar al monje Silas, sin lugar a dudas, lo mejor de la cinta junto a su eléctrico arranque, convertido en virus mortal acogido por discursos gnósticos new-age y anticristianos.
La Maga
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