Algunos espectadores achacarán a esta curiosa y estimable película suiza que empiece siendo una cosa (un retrato de la rebelde adolescencia de una chica en su cambio de vida, al trasladarse su familia a otra ciudad) y acabe siendo... otra. Pero no seré yo, ya que no me molesta en absoluto -tal como está desarrollada y planteada- esa deriva argumental fantástica, que además no es incompatible con lo que se cuenta al principio, ni lo excluye.

Es fresca, atractiva, certera en su mirada al mundo adolescente, y destaca su dirección actoral. Una de las obras más reseñables del Atlántida Film Fest de este año.