Supongo que después de haber visto tantas películas buenas en las dos últimas semanas ("En tierra hostil", "Invictus", "Up in the air"), tenía que llegar ésta, mala de solemnidad, para equilibrar la balanza, o, simplemente, porque la naturaleza humana, haga lo que haga, se dedique a lo que se dedique, se nutre también de errores, defectos, taras y desperfectos, anomalías y déficits, piltrafas y aberraciones... Creo que con esta sarta de elegidos sustantivos, se harán una ligera idea de lo que esta cinta representa en el mundo del cine.
Contando con medios, el buen hacer de actores, el denodado esfuerzo del director, un equipo de guionistas sobrios, una producción casi escandalosa si la comparamos con las ridículas y poco equitativas subvenciones de España, y, sobre todo, LA HISTORIA DEL CINE en metros de enciclopedia de palabras e imágenes, y llegan estos tórpidos y metepatas y te hacen una película de retrete y retranca, con un "backstorie" de pena. Cinta de relleno en la antesala de los Oscar, destinada al 'top manta' y a algún imbécil despistado, como el menda que escribe, que la vea indignado y con el puño en alto buscando una mesa que romper, por no tener a mano -ni dineros- un jarrón de la dinastía Ming.
Con Dios.