Sin ser una película redonda, sí es entretenida y de esas cintas que se dejan ver; aunque para mi gusto algo larga. Bajo un argumento que no deja de ser interesante y no carente de originalidad, aun precediendo a "TRON" o "El cortador de césped", contemplamos un thriller -éste ya no tan original- de irregular factura donde Denzel Washington, como siempre a gran altura, hace el papel del bueno, el de un “Montecristo” que halló su venganza pero aún deberá redimirse, mientras Russell Crowe desempeña de un modo magistral, el papel de uno de los mejores villanos que recuerdo brillando entre el firmamento que el cine reserva para éstos.

Siendo consciente de sus limitaciones no puedo dejar de recordarla con agrado y valorarla, dentro del cine comercial y divertimento, como buena y no menos que aceptable.

Una película que se enclava en un tiempo en que estaba en boga lo de la realidad virtual, y en ello se adelanta a “Nivel 13” o “Matrix” por ejemplo. Con lo de “que estaba en boga la realidad virtual” me refiero a que se especulaba mucho por aquellos años con que ésta -la realidad virtual- sería el futuro pero la autentica realidad siempre es tozuda y termina siempre por prevalecer, y aparte de una herramienta más, “la realidad virtual” tan sólo es un vago sueño en la imaginación de los que poblábamos el fin de siglo.