"Amor a quemarropa" es un Thriller trepidante e innovador, no en vano su guion lo firma Quentin Tarantino, que fluye a través de una narración decididamente hermosa y absorbente bajo una melodía encantadora. Es una historia de amor, exuberante, entre una desbandada de violencia sobre un remolino, un torbellino, de situaciones desesperadas. Filmada de manera sumamente fluida, sin tiempo para el aburrimiento y sin tiempos perdidos, casi obtiene la cuadratura del círculo pues es a la vez lenta y vertiginosa. Por momentos se detiene, dejándonos saborear las secuencias y otras se desata cómo un río embravecido. Donde el montaje, es prácticamente continuo, sin flashback ni reminiscencias, dignas de mención. Si no tenemos en cuenta que toda ella es un flashback ya que está narrada en tiempo pasado. Todo ello bajo una fotografía portentosa, fría y oscura en Detroit, cálida y luminosa en California. En definitiva; una filmación que es como su pareja protagonista -Clarence y Alabama-; calmada, irreflexiva y sin frenos.

Nos encontramos, probablemente, ante el momento cumbre en la carrera de Christian Slater. En cuanto a la camaleónica, Patricia Arquette, realiza aquí unas de sus mejores interpretaciones, al menos que yo conozca. Pero si hablamos de actuaciones, permítanme recordar aquella secuencia, aquel cara a cara impagable, entre Dennis Hopper y Christopher Walken. Una de esas escenas que convierten en mítica a una película. Uno de esos duelos interpretativos que se guardan en los anales del cine. Y por concluir con los intérpretes, no quiero dejar pasar el casi cameo, en este caso nunca mejor dicho, realizado por Brad Pitt en un corto papel de huésped gorrón y pasado de vueltas.

Por último, si usted está leyendo estas líneas por decidirse a ver esta película quiero advertirle que su violencia es bastante explicita por si esto a usted le incómoda. Mas si no es así, se la recomiendo fervientemente, creo que disfrutará con esta cinta que, casi sin duda, es la mejor realización en la carrera de Tony Scott.