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España España · Barcelona
Voto de Risard:
10
Intriga. Drama. Thriller. Romance Betty Elms (Naomi Watts), una joven aspirante a actriz, llega a Los Ángeles para convertirse en estrella de cine y se aloja en el apartamento de su tía. Allí conoce a la enigmática Rita (Laura Harring), una mujer que padece amnesia a causa de un accidente sufrido en Mulholland Drive. Las dos juntas deciden investigar quién es Rita y cómo llegó hasta allí. (FILMAFFINITY)
13 de septiembre de 2019
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Mulholland Dr. es una peligrosa carretera llena de curvas cerradas en la montaña de Hollywood. Es en esa misma carretera donde se estrella el sueño más adorado de nuestra protagonista, una impecable como siempre, Naomi Watts, interpretando a Betty. Ese sueño es, en una de sus dos historias, la misteriosa Rita, y en la otra, su sueño de actriz.

David Lynch hace sucumbir a la lógica racional en el mundo onírico para hablarnos del poder de la imaginación y del deseo. De cómo el cine es un reflejo de esa imaginación y al mismo tiempo, de cómo éste es propulsado por conspiraciones mafiosas tras fragmentos de cristal, colocando intérpretes a dedo para entronizarlos sin saber para qué. La gran industria del cine hollywoodiense está tan podrida como la realidad de Diane, alter ego de Betty. Tanto que necesita crear un submundo en una vida extrañamente exitosa. El accidente de Rita sirve a Betty para ser la salvadora de su amada, confusa y desorientada que no recuerda quién es ni adónde se dirigía. Según avanza, la trama se complica hasta dejar al espectador tan desorientado como la misma Rita. La caja azul, con la llave, la mujer de pelo azul del teatro Silencio, Lynch utiliza el color azul el cual simboliza la libertad, lealtad, seriedad y verdad. Esa caja azul es la puerta de un mundo de lealtad y libertad hacia el mundo de la seriedad y la verdad, donde Betty es Diane y también una fracasada, laboral y amorosamente hablando. La puerta dimensional entre el mundo onírico y el mundo real, pero... ¿Cuál es cuál? ¿Realmente sabemos la diferencia entre sueño y realidad? La vida muchas veces puede llegar a ser tan surrealista como los sueños y ese es el camino de confusión que Lynch nos enturbia para hacernos perder en su prodigiosa mente. Es tal su coherencia interna que uno se intriga por desgranar cada pista para darle una razón de existencia. Lynch nos hace ver la necesidad del ser humano para entenderlo todo, y muchas veces, muchas, la vida no es más que un sentir, que la mente crea pero el corazón fluye, y es ahí donde la protagonista se divide, como el yin y el yang, el éxito y el fracaso, en un mundo binario que nos atrapa y nos divide a nosotros mismos y que luchamos por integrar, pero que al tener una mente tan sesgada bajo el adoctrinamiento, no podemos evitar caer en el mundo imaginario donde todo es del color que nosotros queremos. La mente, la mentirosa y tramposa mente.

Su montaje y su iluminación de juegos de color, la convierten en una película de un placer visual completo y complejo, una historia aparentemente indescifrable que uno quiere volver a ver, y eso ocurre cada vez menos en el cine. Si David Lynch es capaz de crear un film así, de los restos de un desechado capítulo piloto para una serie de televisión, es que es sin lugar a dudas merecedor de un gran puesto en el Olimpo del cine y digno de estudio. Además de ser el referente surrealista superando al gran Buñuel, con permiso de sus idólatras.

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Risard
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