12 años después, se cierra esa magnífica saga literaria-cinematográfica que ha acompañado a generaciones enteras de jóvenes y no tan jóvenes. No puedo ser estrictamente imparcial en esta crítica, puesto que para mí Harry Potter significo algo más que un libro de fantasía novedoso y entretenido. A lo largo de la saga, hablando solo del lado cinematográfico, aquellos fans que habíamos bebido de los libros, nos quedábamos fríos, contemplando como se sucedían películas puramente comerciales, sosas, sin aquella magia que te enganchaba a leerte compulsivamente los libros. Las cuatro primeras películas nos dejaban con muy mal sabor de boca. Entonces, para suerte de los fans, llegaba a la saga para dirigirla David Yates. Después de dos películas muy alejadas del libro, pero decentes en cuanto a filme, llegamos a Las Reliquias de la Muerte. La expectación por esa película que se presentaba dividida en dos partes no podía ser mayor. Millones de personas se agolpaban en las taquillas del cine. Se abrían las puertas. A la salida, todos sonreían, y comentaban la primera película de la saga de Harry Potter que realmente dejaba contentos a los fans. Y ahora, a esperar la segunda parte, nos decíamos.

Después de una larga espera y mi particular visión de la saga, llegábamos a ver la segunda parte de la película, y con él, el broche final a 12 años de películas y libros. El fin de una era.

Soy un asiduo a los estrenos de cine, que disfruto muchísimo, y en todo este tiempo, no he visto algo tan... bello, como lo que viví en aquella sala de cine. Nunca he visto a la gente emocionarse de esta manera. Nunca he visto a una sala de cine entera levantarse cada 10 minutos para aplaudir por una escena maravillosamente lograda. Esto es lo que consiguió la segunda parte de Las Reliquias de la Muerte. Emocionar a millones de fans. Estrictamente hablando no es una película perfecta, ni es exacta al libro. Pero es un cierre brillante para esta saga. Porque en esta película, los actores te dejan con la boca abierta (especial mención a Alan Rickman, actor que da vida a esta película), los efectos especiales, excepto en algunas escenas, que si animan la película, pero que roban algo de magia del libro (especialmente la escena de la caída, que en el libro daba lugar a un discurso francamente bueno), y sobre todo el ambiente, bordan una película excelente.

David Yates, un director que nunca será tan bueno como otros clásicos, pero nadie le puede robar el mérito de haber finalizado una saga de esta manera. Porque si, Harry Potter ha terminado, pero de qué manera señores.

La película rebosa calidad con ese elenco de actores y esta magníficamente dirigida. Pero esto solo le daría un 7'5. Mi 9 se debe a toda esa expectación. Ese ambiente. Esa Magia. 12 años después todo acaba. Y todos nos despedimos llorando. Pero con una sonrisa en la boca. Se ha hecho algo grande.