Si Ridley Scott hubiera desaparecido (al menos del mundo del cine) en 1983, un año después de estrenar su tercera película, sería recordado como uno de los directores más influyentes del cine actual. Pero, desgraciadamente para su reputación cinematografica (que no para su bolsillo, que es lo que debe mirar), decidió seguir haciendo películas. Y filmó Legend, La sombra del testigo y Black Rain (quizá infravaloradas, especialmente la segunda). Después Thelma & Louise, con la que pareció recuperar algo de prestigio. Y a partir de ahí mediocridades y algún pequeño vestigio de su esplendoroso inicio como Gladiator (gracas a la cual tuvo que poner los dos bolsillos).

Pero claro, nada de esto nos vale al hablar de alguien cuyas tres primeras películas son Los duelistas, Alien y Blade Runner.

Thelma & Louise, además de buenas críticas, acaparó polémicas y acusaciones de feminismo exacerbado. Narra la historia de dos amigas de vidas aburridas que deciden "escaparse" un fin de semana a la montaña. El intento de violación a una de ellas será el desencadenante de una imprevisible cadena de delitos que lleven al previsible final de la aventura (que sí, Ridley, que quedaba mejor que te salve un replicante que esto con penosa cámara lenta, lo peor de la película).

No quiero entrar en matices sobre el tema, pero la verdad es que mola que la Sarandon reviente al puto vaquero violador. Aunque Geena hubiera "tonteado con él". Aquí, el director pierde una oportunidad de oro al no darle ese papel a Brad Pitt: seguro que hubiera existido alguna ingenua que hubiera dicho ¿por qué le disparas, con lo bueno que está? Pero esto es Hollywood.

Lo que no se cree es que Thelma (Geena Davis), pase en cuestión de dos días de ser la perfecta ama de casa tonta, de escasas luces y dominada por su marido, a una delincuente casi profesional. Sí se cree, sin embargo, que prefiera antes que al vaquero violador y a su marido a Brad Pitt. Sin lugar a dudas uno de los polvos más caros de la historia del cine 6.700 dólares, ni Pretty Woman.

A pesar de estos defectos, esta road movie es una buena película, asentada en las grandes interpretaciones de las dos actrices principales y en los secundarios masculinos (Keitel, Madsen, el morbo de Pitt), con una gran primera hora de metraje y una parte final que creo decae, quizá porque sea poco creíble.

¿La polémica? Si me intentan violar disparo, y si me intentan robar, también. Y quien piense lo contrario o al médico o a las misiones. O a la tumba derecho.