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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Lito Trobbiani:
8
Drama Rumanía, 1987: el país se encuentra bajo el férreo régimen comunista de Ceaușescu. Otilia y Gabita son estudiantes y comparten habitación en una residencia. Gabita está embarazada, pero no quiere tenerlo. Las jóvenes acuerdan un encuentro con un tal Mr. Bebe para que le practique un aborto ilegal en la habitación de un hotel. (FILMAFFINITY)
27 de julio de 2008
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quiere ser cómplice de un aborto? Esa es la pregunta que creo se le ocurrió a Cristian Mungiu, el director de la película, antes de ponerse a escribirla.

La película nos cuenta sobre una estudiante de 22 años de edad llamada Gabita que en 1987, últimos días del Comunismo en Rumania, trata de realizarse un aborto ilegal en un hotel en el cual se hospeda junto a su amiga Otilia con un médico que le llegó por recomendación: el Dr. Bebe.
Nosotros espectadores sin dudas nos sentimos ajenos al aborto y ese es el gran acierto de Mungiu, mostrarnos como testigos, como cómplices, y meternos dentro de los sentimientos y situaciones que vive Otilia, en la cual se centra la historia. Otilia se debate sobre si hace bien en ayudar a su amiga, se juega por ella e intenta que todo salga lo mejor posible poniendo en riesgo su cuerpo, su vida y su relación con su nuevo novio y la familia de este que esta conociendo. Otilia nos deja una sensación sobre que haríamos si a algún amigo le pasaría algo similar, nos planteamos que estamos dispuestos a hacer por un amigo, todo eso condicionado no solo por la salud sino también por lo legal / ilegal. Hasta que punto podemos involucrarnos?

La película también nos refleja algo casi universal: la hipocresía humana y el aprovecharse de las situaciones desfavorables del prójimo. El médico no solo les saca dinero a estas 2 estudiantes, sino que también las rebaja como personas y como mujeres, mientras goza de hacerse la victima de toda la improvisación y mentira a la que ellas desesperadamente se ven obligadas a realizar.

La cámara juega un papel importantísimo, ya que refleja en todo momento los sentimientos de Otilia, se mueve en los momentos en que ella necesita moverse, cuando tiene que conseguir algo, y en los momentos de mayor tensión dramática se queda estática, firme, dubitativa, como sin saber que decir, en silencio, y esos silencios … cuentan mas que mil palabras.

Se puede estar de acuerdo o no con la legalidad del aborto, pero sin duda alguna esta película muestra de una manera cruel y cruda, pero de manera muy coherente y entretenida, que cuando alguien esta dispuesto a algo (o no esta dispuesto en este caso) puede llegar a arriesgarse a cualquier cosa, sobretodo cuando no se hace en las condiciones en que se debería, y llegar a involucrar hasta a los seres que mas lo quieren, haciéndolos cómplices de algo que talvez no estén muy de acuerdo.
Lito Trobbiani
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