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España España · Ourense
Voto de Harker:
7
Comedia. Drama Una mujer de escasos recursos (Edna Purviance), ha tenido un hijo siendo soltera, y al sentirse abandonada por el padre del niño, decide también ella abandonar al bebé, con la esperanza de que una familia rica lo coja en adopción. Pero el pequeño terminará en manos de un vagabundo (Charles Chaplin), quien pronto se encariñará con él y decidirá sacarlo adelante como sea. Cuando el niño, llamado ahora John (Jackie Coogan) llega a los ... [+]
5 de septiembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante un mediometraje del genio londinense, Charles Chaplin, autor de numerosos films que ya son historia importante del cine.

En este caso, nos muestra una entrañable historia, montada de forma brillante, que sorprende su calidad para ser una obra de principios de los años veinte. Como todas muy buena, pero tan buena como otras muchas, ¿Qué es entonces lo que hace diferente al cine de Chaplin?

Para mí la respuesta es fácil, Chaplin es capaz de introducir en cada una de sus cintas una crítica tanto directa como sutil, a todo lo que rodeaba a la sociedad de la época, todo con un toque de humor que parece quitarle importancia.

En esta película nos expone la extrema pobreza que existía en las ciudades, donde sobrevivir era lo importante, de cualqier modo, donde la violencia es habitual, aunque sean niños los contendientes y donde la figura de autoridad, no tiene apenas poder y es tan pobre como el resto.

Aun así son lugares donde esas condiciones no rivalizan con el compañerismo y el buen hacer, como se demuestra en la "adopción" del chico por Charlot. Aun así me pareció muy frívolo, que una celebridad apareciera en el barrio a repartir alegría, comida y juguetes.

Por otra parte, hace numerosas referencias a la religión, al comienzo de la película, la mujer sufre teniendo al niño, esto se entremezcla con imágenes de Jesús portando la cruz, haciendo una comparación de sufrimiento.

Pero el momento cumbre, llegará cuando el niño, ya mayor, reza antes de comer y Charlot lo mira impaciente y con cara de circunstancias, lo interprete como una ironía, en el sentido de que la situación de pobreza tan grande en la que viven, los rezos no valen para nada.

Por último, hay numerosas alusiones al pecado, como en el sueño que tiene Charlot (una de las mayores genialidades de la película, con una alegoría a la llegada del mal y del pecado) o el 69 en la puerta de su casa, alusión a la carnalidad y lo pecaminoso.

En conclusión, una pequeña obra que contiene un sinfín de cosas, en donde cada detalle importa y representa algo.
Harker
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