Enfrentarse a esta película requiere una buena dosis de paciencia; también sería bueno conocer la filmografía de Terrence Malick, ya que la poética con la que baña sus historia se multiplica por 10 en esta última historia. Es necesario estar preparado para "The Tree of Life", no es convencional. Parece como si el director hubiese volcado muchas de sus sensaciones vitales (aunque en ocasiones puedan no significar nada para el espectador).

En la primera media hora, se van sumando imágenes de gran belleza, como las que podrían aparecer en un documental sobre la naturaleza y La Tierra... sin apenas conexión aparente. Parece que Malick quiera crear la atmósfera para que la extraña y surrealista, o podría ser ultra-realista (depende de cómo se entienda), historia principal cobre algún "sentido".

El caso es que, si se es capaz de aguantar los continuos travelings de cámara, y los espacios indeterminados en el tiempo, se empieza a ver cómo la humanidad empieza a tomar protagonismo en la historia, que busca dar a entender un mensaje, que se reconoce demasiado subjetivo.

Está rodada con una fotografía muy lograda, que le da a la luz todo el protagonismo. Los largos silencios, los planos tan diferentes entre sí y una banda sonora operística, pueden hacer recordar al Kubrick más surrealista.

Un director tan sensible y poético como Terrence Malick, a mi entender, se arriesga muchísimo al realizar una película como esta, que será "entendida" sólo por una muy reducida minoría, pero que por su espectacular (aunque brevísima) filmografía se ha ganado el derecho a hacer una cinta tan extraña como esta.

En resumen, se trata de una película especial, un ejercicio para cinéfilos que no busquen el cine convencional y que les apetezca dedicar un rato su mente a la obra más profunda de un artista y uno de los mejores realizadores de los últimos 40 años.